jueves, 7 de julio de 2022

'Send nudes': cómo practicar 'sexting' cuidando nuestra identidad y nuestra privacidad


Los encuentros sexuales también se dan en las plataformas online. El envío de imágenes íntimas y de carácter sexual por medios digitales, conocido como sexting, es un habitual hoy en día, teniendo en cuenta que los móviles proporcionan todo lo necesario: una cámara con buena resolución, conexión a internet y muchas aplicaciones que aprovechar. Eso sí, hay maneras y maneras de hacerlo y siempre existen riesgos: que el servicio digital que almacena la foto sufra una brecha de seguridad, que el destinatario del vídeo decida de repente compartirlo sin nuestro permiso… Por eso, no está de más tener alguna que otra consideración sobre seguridad y privacidad. ¿Pero dejar de hacerlo? ¡No hay por qué!

Primer paso: asegúrate de que quieres hacerlo y de que hay consentimiento entre ambas partes

Es cierto que sextear tiene implicaciones a futuro de las que tenemos que ser muy conscientes. En ocasiones, el material sexual se utiliza para chantajear a una persona y conseguir algún beneficio, ya sea dinero o más imágenes sexuales. Esta acción se conoce como sextorsión, y la sufren en gran medida las mujeres. El sexting tampoco es para ti si eres menor de edad: captar y difundir imágenes de carácter sexual (o pornografía infantil) es un delito castigado en el Código Penal.

Analizar las consecuencias que puede tener en un futuro es el primer paso para un intercambio de imágenes sexuales seguro. “Hay que tener en cuenta muchas cosas, que normalmente no da tiempo a pensar cuando se hace sexting, por eso es fundamental dedicarle un poco de tiempo a pensar en el tema en un momento cualquiera con calma”, nos explica Paula, cofundadora de Interferencias y especialista en seguridad digital. El consentimiento entre ambas partes es otro factor indispensable a tener en cuenta: “Cualquier tipo de encuentro sexual, incluso digital, sólo es aceptable si las personas implicadas están de acuerdo”, señala.

¿Por dónde enviamos las imágenes? La importancia del canal que elijamos

Una vez confirmamos que estamos preparados, pasamos a las pautas de ciberseguridad y privacidad. Vale, ¿por dónde empezamos? Pensemos en que los canales habituales por los que solemos enviar mensajes a nuestros amigos y conocidos no tienen porqué ser los mejores para enviar nudes (fotos de desnudos) u otro contenido de carácter sexual, a pesar de que aparente ser lo más cómodo.

De querer utilizar una plataforma de mensajería, tanto Paula como otras organizaciones dedicadas a la seguridad digital como el colectivo feminista Coding Rights o la organización mexicana SocialTIC recomiendan usar herramientas que garanticen el cifrado de extremo a extremo: es decir, que solo la persona que envía el mensaje y la que lo recibe pueden llegar a leerlo. ¿Por ejemplo? Signal, Tox o Telegram, pero solo en su función de chat secreto (que también permite configurar los mensajes para que se autodestruyan). Pese a que WhatsApp también cuenta con este tipo de cifrado, estas especialistas la desechan por pertenecer a la familia de empresas de Meta (Facebook e Instagram), que comparte información detallada sobre los usuarios que usan estas plataformas.

¿Qué hay de las redes sociales? Como hemos comentado otras veces en Maldita.es, los mensajes que mandamos a través de plataformas como Instagram, TikTok o Twitter no están cifrados. Esto significa que, en un momento dado, administradores o técnicos podrían llegar a verlos. “Nunca se te olvide que cada archivo que enviamos a través de una aplicación también llega a un servidor propiedad de una compañía. No tenemos acceso a los datos de esos servidores, pero las empresas que son dueñas de ellos sí”, resalta en esta guía sobre “Nudes seguros” Coding Rights.

“Por no hablar de que los recursos audiovisuales, que van a unas bases de datos que cruzan datos (para objetivos comerciales, anuncios personalizados, procesamiento de datos, etc.), así que no es un buen medio para el sexting en general. No significa que haya siempre alguien espiando, pero sí que es más fácil que la privacidad se vea vulnerada, incluso por error”, añade Paula a Maldita.es.

Ojo con lo que enseñamos: cuida tu identidad ocultando rasgos demasiado característicos

Una vez hemos elegido un canal que consideremos seguro (cifrado, que se puedan borrar los mensajes o incluso controlar si alguien hace una captura de pantalla), toca hablar de lo que se verá en la imagen. El consejo principal, según Paula, es evitar que salga la cara. “Se le puede echar imaginación, podría salir quizás hasta los labios o similar, y si no hay sex shops que venden máscaras muy chulas que acompañan a la situación y protegen la privacidad, en caso de que por ejemplo los ojos sean importantes en ese juego en particular”, señala.

El uso de emojis para tapar tatuajes, marcas de nacimiento u otros elementos que puedan identificarnos por nuestro cuerpo también se recomienda, además de difuminar el fondo de la imágenes, como indica SocialTIC. Nombran aplicaciones como Obscuracam, que permite pixelar la parte de la foto que queramos. En caso de que temamos que alguien nos la quiera jugar en un futuro, incluso dan la idea de añadir una marca de agua a la foto o al vídeo “con el nombre de la persona que lo recibe”.

“Además, hay que tener en cuenta que cada vez que tomas una foto, detalles como la hora y la localización quedan en ella”, informan desde Coding Rights. “Esta información es conocida como metadatos y pueden ser usados para identificarte. Para que te deshagas de ellos puedes utilizar editores de metadatos como Photo Exif Editor (disponible para iPhone y Android)”, aconsejan.

En esta línea también se posiciona Paula: “También sería recomendable evitar que saliesen elementos que pudieran identificar la posición (una ventana abierta de día) o información personal (una pantalla del ordenador sin bloquear) en el caso de lo que se ve en la imagen. Nada de esto debe indicar necesariamente falta de confianza en la otra persona (esto es muy importante), sino precaución frente a la tecnología en sí”.

¿Es necesario quedarse con las fotos en el móvil una vez mandadas? Lo ideal es que no

Antes hemos hablado de herramientas como Signal o Telegram, que permiten configurar un mensaje para que se autodestruya. Esta vez hablamos del archivo que permanece en nuestro móvil tras sacar la foto con la cámara, a veces simplemente guardada en la galería y otras en la nube (iCloud, Google Fotos, etc.). “Es crucial asegurarse de que cada copia ha sido borrada. ‘CC Cleaner’ es una aplicación que ayuda a borrar los rastros de los archivos, disponible para Android, Windows y Mac OS. En caso de que quieras guardar estas imágenes en tu ordenador, asegúrate de usar carpetas cifradas y que sólo tú sepas la contraseña”, explican en su guía desde Coding Rights. En este artículo en SocialTIC explican en qué consiste este proceso y recomiendan algunas opciones para hacerlo.

Una vez hecho este repaso, añadimos un recordatorio: el sexting y el derecho a la privacidad tienen mucho que ver, es contar con el poder para escoger quién tiene acceso a nuestra información personal, y bajo qué circunstancias. Y este derecho también lo podemos ejercer a través de decisiones informadas sobre las tecnologías de comunicación que usamos, como recuerdan desde Coding Rights.

“En el caso del sexting o cualquier otra cosa, tener poco cuidado puede exponer a cualquier persona implicada a bastantes peligros: desde acoso, doxing, spam, o amenazas, hasta impersonar en perfiles falsos a gente, ahora o en el futuro. Hay un peligro inherente, además, cuando las personas expuestas pertenecen a un colectivo amenazado de cualquier tipo. Esto no quiere decir que no aprovechemos la tecnología para intimar o compartir cosas, pero hacerlo con cabeza nos sirve para protegernos entre nosotres”, recomienda Paula.

Imagen: ComputerHoy.com

Fuente: Maldita.es

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