domingo, 3 de julio de 2022

Redes sociales y dependencia sensible


La globalización que implicó la inmersión de la sociedad en el planeta digital afectó nuestra vida en los más distintos aspectos. La comunicación, como es lógico, no deja de ser uno de ellos.

Los avances en tecnología y las redes sociales han conseguido que los intercambios sociables pasen a ganar un sitio en la revolución de la inmediatez propia del planeta digital. Deseamos todo acá y ahora, y los intercambios verbales con otras personas se han transformado en mensajes y notas de voz.

Naturalmente, el intercambio es más eficaz y veloz con las nuevas tecnologías, mas eso nos ha malacostumbrado. Ahora no salimos de casa si no es con nuestros teléfonos celulares acompañándonos. Si estamos conversando con alguien, con solo abrir su chat, podemos ver en qué momento fue la última vez que ha utilizado una aplicación, si ha visto o no nuestros mensajes, si nos ha ignorado.

Habituados a lo inmediato, cualquier demora en una contestación que hace no muchos años se hubiese considerado normal, hoy semeja una catástrofe.

La inmediatez, como afirmamos, se ha trasladado al campo de la comunicación. Y esto, lógicamente, tiene su debido impacto en nuestra forma de relacionarnos con el resto personas.

Series como Black Mirror (dos mil once), películas como Her (dos mil trece) abordan la problemática de los vínculos y la comunicación humana mediados por las nuevas tecnologías, si este tópico es de tu interés, te invitamos a ver alguna de ellas.

Dependencia sensible

Ahora bien, el propósito de este artículo es el de examinar el impacto de las nuevas tecnologías (muy puntualmente de las redes sociales) en la generación de vínculos emotivamente dependientes. Para poder entender la cuestión, es preciso que sepas de qué charlamos en el momento en que nos referimos a la dependencia sensible.

Alguien emotivamente dependiente precisa de una persona (o ciertas) en particular, con la que ha creado un vínculo de dependencia, para poder estar bien. De separarse, su planeta se desmorona. Ni mentar lo que podría ocurrir si tienen algún enfrentamiento.

El punto es que, cuando se crea un nudo de dependencia, el estado de ánimo de una persona pasa a depender solamente del estado de la relación que sostiene con otro. Mientras que todo esté bien, disfrutarán de plena dicha. No obstante, de haber algún inconveniente (algo sumamente normal en las relaciones interpersonales) su vida normal se ve comprometida, atravesando grandes cuadros de sofocación, que pueden ser muy durables.

La dependencia sensible puede resultar severa, llevando a una persona a aislarse de sus demás vínculos, cerrando su círculo social solamente a la merced de aquella persona de la que dependen. Esto, lógicamente, da sitio a inestabilidad sensible y tendencia a inconvenientes sicológicos como depresión, ansiedad y síntomas sicosomáticos. La dependencia sensible afecta la vida de alguien en sus campos.

¿De qué forma influyen las redes sociales a crear nudos emotivamente dependientes?
Ahora bien, habiendo analizado el impacto de las redes sociales en la comunicación y el de la dependencia sensible en la vida rutinaria de una persona, solo queda unir los cabos para llegar a una conclusión a este respecto.

Como vimos, las redes sociales han vuelto los intercambios sociables más veloces,  inmediatos. Además de esto, han sumado la posibilidad de conocer si otra persona está o no on line, en qué momento ha dejado de hacerlo, si ve o no nuestros mensajes. Todo esto, en definitiva, impacta sobre una persona emotivamente dependiente.

Imagina que tu bienestar sensible depende de tu relación con otro, y tienes la posibilidad de ver en todo instante si esa persona usa o no su celular, qué hace mediante historias que publica en sus redes sociales, con quién está, dónde, todo esto a tiempo real.

Estos factores no hacen más que alimentar un nudo de dependencia, agravándolo, llevando al límite el estado de control de una persona sobre otra y, sobre todo, afectando el estado sensible de quien depende de alguien más para estar bien.

Las redes sociales nos han hecho un favor, permitiéndonos establecer intercambios sociables inmediatos y de forma fácil. No obstante, sus consecuencias sobre la salud sensible de las personas pueden ser graves, y justamente por esos motivos.

En consecuencia, es útil meditar sobre los “beneficios” de las redes sociales. ¿Van a ser tan benevolentes como semejan? ¿O va a ser que debemos aprender a distinguir las ventajas de los perjuicios que nos ofrecen?

Romper con la dependencia sensible

Las nuevas tecnologías han llegado para revolucionar nuestras vidas, y los cambios que han desencadenados lo han hecho para bien, y para mal. La dependencia sensible, con la inmediatez, se ha visto favorecida, y es algo con respecto a lo que hay que estar alarma y meditar.

Que tu bienestar dependa de la relación que sostienes con alguien no es sano, te va a traer graves problemas a nivel sensible, e inclusive físico. Por esta razón, lo mejor que puedes hacer de advertir rastros de dependencia sensible, es solicitar ayuda. La visión de alguien más, por más dura que pueda resultar, te va a ayudar a ver las cosas de una manera en el que sumido en la dependencia no te es posible.

Recurrir a un especialista, sobre todo, te dejará romper con los patrones comportamentales obsesivos y librarte de la dependencia, si bien, no vamos a engañar, va a ser un trabajo complejo, mas no imposible.

No permitas que tu bienestar sensible dependa de alguien más. Libérate de la dependencia sensible que favorecen las redes sociales, vas a mejorar de esta manera tu calidad de vida, vas a ganar autonomía y libertad.

Fuente: RePlanet

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