lunes, 31 de mayo de 2021

Evita la alineación justificada en los textos digitales


¿Sabías que la alineación justificada está desaconsejada en los textos digitales? En este artículo te contamos por qué. Si bien es cierto que la alineación justificada otorga sensación de armonía y orden, también ocasiona algunos inconvenientes:
  • Los espacios en blanco que quedan entre las palabras, dificultan la percepción y la velocidad de la lectura
  • Entorpecen la lectura de las personas con algún tipo de dificultad
  • Pueden llegar a afectar la estética de ese bloque de texto o interfaz
  • En fin, que los bloques de texto justificados, sobre todo los más extensos, resultan mucho menos accesibles y amigables y pueden desaniman al lector a continuar. Por otro lado, en nuestro ámbito las Normas APA en su Actualización 7ma (séptima) edición también estimulan a utilizar la alineación izquierda.
Sugerencias para mejorar la percepción del contenido sin justificar:
  • Para aquellos casos especiales en que el espacio destinado a colocar el texto no estuviera bien demarcado y desearas mejorar la percepción del contenido, aquí tienes dos estrategias para evitar la justificación:
  • Alinear lateralmente, para generar mejor impacto visual y equilibrar el contenido con los demás elementos
  • Resaltar el espacio donde irá el texto, dando color al fondo del texto de modo que contraste y delimite el espacio. También puedes utilizar rectas de diseño. A continuación, alinea lateralmente o centrar.
Fuente: Información y Tecnologías

sábado, 29 de mayo de 2021

Tecnología afectiva para tiempo de crisis


Hace diez años, cuando un terremoto, un tsunami y un colapso nuclear azotaron la central nuclear de Fukushima Daiichi en el norte de Japón, se anticipó que un objeto tecnológico en particular serviría como un faro de esperanza en medio del desastre: los robots. Japón ha estado a la vanguardia de la investigación en robótica desde la década de 1960. Reforzados por imágenes de amigables máquinas humanoides como Astro Boy, los robots se han convertido en íconos culturales y una fuente de orgullo nacional.

Sin embargo, los primeros robots desplegados en Fukushima fueron robots militares estadounidenses desarrollados por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, seguidos por robots fabricados por iRobot, una empresa estadounidense. Este hecho arroja una sombra de duda. El 20 de abril de 2011, el Yomiuri Shimbun publicó un informe con el título "Robots japoneses inútiles". Para tales críticos, parecía que un país que afirmaba ser el líder mundial en investigación robótica no había logrado desarrollar robots capaces de ayudar en la respuesta a desastres. ¿Qué significa invertir en el sueño de la robótica si estas máquinas no son realmente útiles?

Aproximadamente un año antes del décimo aniversario del triple desastre, otra crisis golpeó a Japón: virus invisibles obligaron a los humanos a mantenerse separados para sobrevivir. El tacto, una vez tan preciado, se volvió mortal. ¿Serían útiles los robots japoneses para ayudar en este nuevo desastre? Aunque en áreas limitadas, la respuesta esta vez es: "Sí". El Ministerio de Economía, Comercio e Industria publicó veintinueve casos de uso de robots que ayudan en la respuesta a la pandemia mundial. En un café de Tokio, un robot de comunicación, como recepcionista, toma la temperatura de los clientes y les recuerda que deben usar una máscara. En un centro de tratamiento para COVID-19, otro robot de comunicación saluda y anima a los pacientes: "¡Todos te apoyan!"

Nuestra vida cotidiana está enredada con objetos tecnológicos, y las formas en que interactuamos con la tecnología moldean y son moldeadas por nuestras relaciones sociales. Hay consecuencias intencionales y no intencionales. A veces toma una forma de comunidad afectiva virtual, compartiendo sensaciones de excitación y ansiedad, conectando a quienes están físicamente distantes. A veces toma la forma de robots afectivos como los de los casos anteriores, que permanecen cerca de los humanos en lugar de otros humanos que necesitan mantenerse separados.

Fuente: Antropologia Urbana

viernes, 28 de mayo de 2021

Songdo, la ciudad inteligente creada desde cero


Hay muchos problemas emergentes en las grandes ciudades: congestión del tráfico, contaminación, especulación y edificación ilegal, desperdicio de energía, eliminación de residuos, falta de seguridad…

Interconectadas y eficientes, las “ciudades inteligentes” tienen como objetivo mejorar la vida de sus ciudadanos. Integrados e instrumentados, mediante el uso de tecnologías de la información inteligentes, son capaces de brindar servicios de vanguardia en el suministro de infraestructuras, transporte, servicios administrativos, salud, seguridad ciudadana, así como en la distribución de alimentos y agua para proteger el medio ambiente y ciudadanos.

Diseñadas para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, las Smart Cities han demostrado ser una gran oportunidad para las empresas de vanguardia.

Las Smart Cities representan la última tendencia en planificación urbana orientada a mejorar la arquitectura y la calidad de vida, mientras que desde el punto de vista ambiental apuntan a un desarrollo urbano eco-sostenible, utilizando tecnología para reducir la contaminación o generar energías alternativas.

Si hay un ejemplo paradigmático de ciudad inteligente ese es Songdo, que se encuentra a 65 kilómetros de Seúl (Corea del Sur) y su construcción se inspiró en Nueva York y Venecia.

En 2003 se inició la construcción de esta ciudad en una isla artificial que iba a costar 40.000 millones de dólares. El diseño estuvo a cargo del afamado arquitecto Kohn Pedersen Fox, mientras que las empresas Gale International y POSCO E&C con la colaboración de la entidad pública de la ciudad metropolitana de Incheon se encargaron de implementar la infraestructura avanzada y el desarrollo de la construcción. Finalmente, la obra se completó en 2015 a pesar de que en 2009 comenzaron a vivir los primeros habitantes.

“Cuando me mudé era como estar en tierra de nadie. Mis colegas y solíamos bromear y llamar a esta ciudad, Songberia. Una mezcla de Songdo y Siberia” explica para BBC Mundo, James Park, subdirector de Relaciones Externas y Desarrollo del Campus Asia de la Universidad de Utah.

En la actualidad Songdo es una ciudad a pleno rendimiento:

– Más de 20.000 unidades residenciales están ocupadas o en construcción.

– 90.000 residentes en la ciudad.

– Más de 1,000 negocios minoristas y hoteleros están abiertos y en funcionamiento.

– Más de 1.600 empresas nacionales y mundiales se encuentran actualmente en la ciudad de Songdo, con 60.000 empleados.

La ciudad vive de cara al parque central, un inmenso oasis con lagos, colocado estratégicamente en el corazón del proyecto urbanístico desde el principio.

Como grandes avances tecnológicos, las casas reflejan en un panel el consumo eléctrico por minuto, existen cientos de cámaras que nos permiten saber cuántos coches han cruzado el puente que conduce a la ciudad y el tráfico se ordena a través de un centro de control.

Por otro lado, su forma de reciclar es muy curiosa, ya que se utiliza un mecanismo que succiona directamente los residuos a través de una red subterránea de túneles que se conducen al centro de procesamiento.

Songdo es un excelente ejemplo de una nueva ciudad que reúne las mejores tecnologías del mundo, diseño de edificios y prácticas ecológicas para crear el mejor estilo de vida y experiencia laboral.

Fuente: En Positivo

jueves, 27 de mayo de 2021

Muéstrame tu historial de búsquedas y te diré quién eres


Cincuenta pestañas puedo tener yo abiertas durante varios días, meses, porque en vez de reiniciar cada día, cuando cierro y abro los ojos, dejo todo intacto. Acumulo. Alimento un descabellado historial de búsquedas. Solo de vez en cuando cierro las búsquedas que no condujeron a ninguna parte y las que, en cambio, sí dieron resultados. 

Lo divertido es poder buscar por buscar, sin precisión y dispuestos, contra todo ABC de investigación, a que los resultados te sorprendan. Atreverse a buscar más allá de la primera página de respuestas de Google. 

Lo bueno y lo malo de tener Internet a pulso es que puedes preguntarle a Google todo (o casi todo) lo que desees. Desde tutoriales para cocinar lentejas hasta el elenco de un drama histórico. Así, todo random, como mismo le preguntas los sitios disponibles para vacunarse contra el coronavirus en Florida o, después de ver Shtissel, vas directo a zanjar esa duda de por qué los judíos ultraortodoxos no pueden tener perros. Vaya usted a saber. No se hagan tantas expectativas, que esa respuesta nunca me la dio Google. O si me la dio, no me acuerdo. Y si no me acuerdo, ya saben… 

La cuestión es que mientras cerraba pestañas, me encontré de nuevo con esa pregunta. Y esta otra: “¿Qué imagen describe mejor la palabra boot?”. Y una más: “¿Se puede mantener el equilibrio teniendo sexo en una escalera?”. 

Sí, porque a Google le puedes preguntar sinsentidos, que te los responde con la misma amabilidad. Y si se te ocurre hacerlo mediante Alexa o Siri, conocerás el derroche de cortesía. Nada que ver con una vendedora de tiendas cubanas, que si entras a hacer una preguntica te miran con cara de “si no vas a comprar, para qué preguntas”. Porque, claro, que te despachen es un favor, tu dinero no cuenta; total, ellas no van a ganar nada con eso. 

Pero volviendo a Google y su diferencia con las “tenderas” —que no vienen al caso— y los burócratas sin deseos de trabajar: lo más significativo es que Google no te juzga. Puedes preguntarle, literalmente, cualquier cosa. No es que lo entienda todo, pero algo te responde. Y repito: nada de agresividad, nada de avergonzarte. Google nunca te va a decir: “Ay, por qué no sabes eso”, “Ay, por qué no sabes aquello”. Tampoco te mirará condescendiente. De hecho, no te mirará, salvo para espiarte. Pero, vamos, que tampoco eres tan importante para ser tan conspiranoica, me digo.

En el buscador de Google puedes poner: “¿Qué es el Pentágono?”, y no pasará nada. “¿Es siempre doloroso el sexo anal?”. Te dará la respuesta a su alcance, y listo. “¿Cuándo fue la primera llamada por celular entre Cuba y Estados Unidos?”; “¿Cuántos años coincidieron en el poder Franco y Fidel Castro?”. Y así… A Google le preguntas sin susto. Porque, además, tampoco te va salir con eso de: “Quién eres y para qué quieres esa información”, o “A qué organismo perteneces”. Como si además de ser un organismo vivo tuvieras que dar explicaciones sobre “organismos” muertos, putrefactos, como suelen ser algunas instituciones. 

Durante los días más recientes, le he preguntado a Google cosas muy locas y distintas entre sí: qué es una cornucopia, quién es la princesa Vittoria de Segovia, y si el cohete chino que la semana pasada amenazaba de muerte al mundo (finalmente cayó en el Océano Índico) tenía tripulantes, o si los tuvo. 

Le he preguntado además si el melón se puede batir con leche en la licuadora, y cómo se siembra calabaza en vasos plásticos desechables a falta de macetas; cuánto mide el cuello de una jirafa, o por qué los orientales leen de derecha a izquierda, y si acaso leen de derecha a izquierda también el reloj. Le he preguntado a Google qué es un cachumbambé, aunque sé perfectamente lo que es. 

Nada, es que el mundo contemporáneo me hace replantearme todo. Ya no estoy muy segura de lo que soy, ni de lo que sé o no. Ya no doy por sentado, reviso hasta la coma que voy a poner, me cercioro de que no se me vaya una tilde por culpa mía o del corrector automático. Consulto reglas gramaticales y dejo constancia de casi todo: conversaciones, información de equis fuente, fotografías vistas por primera vez. Catalogo, aunque me resulta extremadamente difícil: en primer lugar, porque suelo ser muy desorganizada en el espacio físico; en segundo lugar, por la obsolescencia de las enciclopedias. 

No obstante, en algo sigo demostrando que mi desorden es, también, virtual. Ahora mismo tengo treinta pestañas abiertas, aunque solo estoy usando una, si acaso dos. Y me digo: es que no puedo cerrarlas, porque ahorita las voy a necesitar. Ni yo misma me lo creo: mis cuatro correos, el documento de Google, un Excel, WhatsApp de escritorio, el sitio web para el que trabajo, la convocatoria de un concurso en el que no voy a participar, un paper de autores cubanos sobre la Covid-19, un informe de movilidad en Florida durante el último año y los estatutos del estado, una base de datos de vínculos offshore (Panama Papers & Co…), la ley de acceso a la información (FOIA por sus siglas en inglés), varias pestañas sobre el Síndrome de La Habana, el traductor de Google, una entrevista a la youtuber Anita con Swing o cómo hacerte rico si vives en un país pobre (ups, aquí sí que hay una pregunta). También tengo abiertas pestañas de Twitter, Tweetdeck (por cierto, son tendencia Kenny Mayne, el divorcio de la artista Anna Marie Tendler y el comediante John Mulaney, y, sorprendentemente, la Biblia). 

Para que el mundo sea mundo, ya saben lo que dicen, tiene que haber de todo. Y para que Google sea Google, también. Por eso mato mi curiosidad con el mundo en Google.

Les cuento algo: la semana pasada me fui de Facebook y me abrí un Patreon, y he fantaseado con subir videos cómicos a TikTok. Más bien, eso puedo resumirlo a que el “tiempo libre” que me queda, ahora que no estoy metida en el solar de Zuckerberg, lo empleo también en hacer más búsquedas en Google. Porque fueron muchos años deseando tener Internet de banda ancha, al despreocupado, y muchos años preguntándole a la Encarta, y después a Wikipedia, y después a un Internet que te devolvía las respuestas cuando ya habías olvidado la pregunta. 

Entonces, con esta banda ancha, algo hay que hacer. Hay que satisfacer la curiosidad, aunque te lleve tan lejos que no encuentres el camino de vuelta, como cuando empiezas preguntando el nombre de un miembro de tal familia real y te vas hasta el siglo XV en busca del linaje completo. Porque, eso sí, a veces es mejor hurgar en el pasado que en el presente, aunque seas periodista y no historiadora. El presente está lleno de fakes. Pero permítanme otro ejemplo: te pones a buscar información ligth sobre una persona o personaje, y terminas preguntándote el origen del Homo sapiens. Y eso no está bien, eso es ir demasiado lejos. ¿No basta con llegar a Cómodo y a la pústula de relaciones del imperio Romano? 

Es la era de la información, dicen, tantos bytes de datos que abruman. Abruma este tiempo en el que el conocimiento es caótico y se vende tanto el like como hecho. El vedetismo sirve para falsear u ocultar lo que importa… Y luego está la famosa intertextualidad con que se justifican textos caóticos que se dan por experimentación. 

No se trata de ver únicamente la parte apocalíptica, tampoco de romantizar que las estructuras de acceso y distribución de información no sean patrimonio de investigadores o periodistas (en eso también hay jerarquías, algoritmos de infarto y relaciones de poder). La parte divertida es que podemos ser más de código abierto, menos encasillados, más verso libre, menos soneto. Podemos guiar nuestro proyecto de vida hacia donde queramos, estudiar de manera autodidacta hasta donde nos interese, con la disciplina que nos impongamos nosotros mismos y asumiendo lo que de ahí salga. 

¿Alguien (yo) extraña que un profesor le dé un discurso porque no hizo una tarea? ¿Alguien (yo) extraña una noche en vela en el baño de un albergue estudiantil, porque al otro día hay examen de Física (ondas electromagnéticas, movimiento uniformemente variado, cuerpos en el espacio) y sabes que ni remotamente vas a ser físico? 

Un poco sí se extraña, porque eran tiempos de cofradía en los que no había Internet y cierta escuela era una cancha azul en la que jugábamos a ser grandes y cultos, aunque fuera “de memoria”. Un poco sí se extraña, porque las dudas se conversaban en grupo y eso conducía al análisis y a la reflexión sin que mediaran móviles ni artefactos similares. Y había que pasar a mano, una y otra vez, un Trabajo Práctico, porque de máquinas nada. 

En esos tiempos sin cámaras frontales para hacernos selfies, me veo en un trampolín escribiendo nombres y dejando claro “yo estuve aquí”. De eso, lamentablemente, no se le puede preguntar a Google, aunque parezca que este Dios todopoderoso tenga respuestas para lo que se nos antoje. De muchas otras cosas, que antes llevaban horas/nalga en bibliotecas, caras largas y malas contestas, Google sí nos salva con sus respuestas. 

El mundo es un cachumbambé, lo mismo que Google, al que le puedes preguntar no solo qué es un cachumbambé, sino también qué es Google o cuál es su diferencia con otros buscadores. “Google LLC es una empresa de tecnología multinacional estadounidense que se especializa en servicios y productos relacionados con Internet, que incluyen tecnologías de publicidad en línea, un motor de búsqueda, computación en la nube, software y hardware. Se considera una de las cinco empresas de Big Tech junto con Amazon, Facebook, Apple y Microsoft”, dice Wikipedia, ubicada entre los primeros resultados. 

Decepciona un poco saber que Google existe formalmente desde 1998, gracias a un par de doctorandos de Stanford, y que tú no lo hayas conocido hasta 2012, ese año en que decían que se acabaría el mundo, pero que terminó siendo una falsa alarma inspirada en el calendario maya. La buena noticia es, en ese caso, que el mundo no se haya acabado. La noticia regular es que no se haya acabado antes de que conocieras Google. La “mala noticia” en realidad no es tan mala: el mundo, tal como lo conocemos actualmente, es un mundo con Google, es el mundo-Google, es el mundo de las pestañas abiertas.  

Si lo piensas con menos melancolía: es el mismo mundo, con una insondable dimensión abierta que nos intriga y seduce más allá del “dilema de las redes sociales”. 

Ese mundo-Google-cachumbambé te da algunas cosas, te quita otras, como el roce con los ratones de biblioteca que te señalan la gaveta donde debes buscar y se aparecen luego con un carrito lleno de libros y revistas en las que husmear, desesperadamente, brincando de una a otra; de la misma forma que ahora, sin bibliotecarios-polillas, se te hace difícil cerrar el historial de búsquedas donde figuran decenas de pestañas, muchas de las cuales continúan abiertas. 

Porque tu comportamiento en Internet no es sino la expresión de tu comportamiento en el espacio físico tradicional, aun cuando tu abuela no se percate de que te has quedado dormida con todas esas pestañas abiertas, equivalentes a páginas que antes ella cerraba con cuidado y llevaba de vuelta al librero o al escritorio. 

Puedes saber mucho de una persona según sus búsquedas, y esta es una verdad de toda la vida que el mundo-Google no hace más que simplificar: “Muéstrame tu historial de búsquedas y te diré quién eres”. 

Por lo pronto, ya saben: soy un ser humano que se pregunta por qué los judíos ultraortodoxos no pueden tener perro, qué es una cornucopia y qué es un cachumbambé…, y si es siempre doloroso el sexo anal. Entre otras cosas. 

Fuente: Hypermedia Magazine

miércoles, 26 de mayo de 2021

Cómo solicitar a Google que desenfoque tu casa o auto de Google Maps

Google Maps es una herramienta de gran ayuda. Es gracias a esta aplicación que conseguimos llegar a a un lugar que no conocemos o no sabemos la ubicación.

¿Apareció tu casa o coche en Google Maps?

Una de las cosas que también ofrece la plataforma, es visualizar las calles tal cual son, de igual manera, se puede tomar de referencia negocios o casas mientras estamos buscando nuestro destino y, esto es posible gracias a Google Street View.

¿Cómo desenfoco mi casa o coche de Google Street View?

La llegada de Street View, Google revolucionó la consulta de mapas. Sin embargo, puede ser que a muchas personas no les agrade, por lo que prefieren que la aplicación no muestre las imágenes de sus casas o coches.

Así que si eres una de las personas a las que les incomoda esto, puedes borrar tu casa o coche de Google Street View siguiendo estos pasos:
  • Ingresa a Google Maps e introduce tu dirección.
  • Selecciona el cuadro de Google Street View.
  • Ubícate enfrente de tu casa o el lugar que quieres eliminar.
  • En la parte superior izquierda da click en los tres puntos y selecciona la opción “informar un problema”.
  • Lo primero que aparecerá en pantalla es “Solicitar desenfocado”, por lo que solo debes seleccionar alguna de las opciones disponibles y colocar el cuadro rojo sobre la zona que quieres desenfocar.
  • Llena la solicitud y manifiesta las razones por qué quieres eliminar la imagen de tu casa.
  • Envía la solicitud y, más tarde te llegará un correo, en el cual confirmen que han borrado de tu casa o el lugar que seleccionaste.
Sin embargo, es importante mencionar que Google no está obligado a acceder a tu petición y si aprueba tu solicitud, el desenfoque de tu casa o coche será para siempre ya que no se puede revertir esta acción.

Fuente: Excelsior

martes, 25 de mayo de 2021

Todos somos ‘frikis’: fans, contenido y comunicación en el siglo XXI


¿Qué es ser friki? A menudo se asocia con ser un “pringao”. Es cierto que la fascinación inicial que suscitaban ordenadores y pantallas quizás pudo representar una vía de escape para personas especialmente introvertidas. Sin embargo, la realidad actual dista mucho del estereotipo.

Una de las muchas maneras de entender el frikismo pasa por otro -ismo: el fanatismo. Ismo, frikismo, fanatismo… todo suena a burda obsesión. Pero con cuatro preguntas clave que bien podríamos hacernos al escuchar “cultura fan” o “cultura friki”, entenderíamos mejor qué es ser un friki.

Una de ismos: frikismo o fanatismo

Geek y friki se refieren a aquellos individuos que sienten una fascinación especial por lo tecnológico. Al menos, es la explicación más cercana a los orígenes de los términos en inglés y en español, que se remontan a los inicios de la era Internet y más atrás.

En inglés, “freak” se refería originalmente a personas con malformaciones o con conductas inusuales para las convenciones sociales del momento. No tiene que ver con nuestra concepción actual de “friki”.

En cambio, “geek” se refería a esas personas con un ávido gusto por la tecnología y que, de manera peyorativa, algunos identifican con alguien tímido o asocial.

En español de España, se castellaniza “freak” a “friki” y se comienza a usar para referirse a personajes de la cultura popular televisiva que aparecen en tertulias nocturnas (videntes, transformistas, cantantes con canciones hit del verano, etc.).

Con el tiempo, friki se populariza de tal forma que engloba a todo aquel que, por sus aficiones e intereses, se sale de lo canónico.

Podemos considerar que la versión española “friki” y la palabra geek en inglés son ahora casi sinónimos. Esto es así, porque los valores que como hablantes atribuimos a las palabras van cambiando.

Pongamos por caso a Mark Zuckerberg, fundador de Facebook y una de las personas más ricas del planeta. En esencia, él bien podría ser un geek, un friki. Alguien que, con amigos de la universidad, creó una de las más potentes empresas tecnológicas en un garaje. También es una friki, para algunos, aquella vecina, tímida y videojugadora, que sufría acoso escolar y se la etiquetaba de rarita. Hay frikis exitosos y frikis excluidos socialmente. Hoy nos centraremos en las connotaciones positivas de lo friki.

La digitalización de la sociedad ha popularizado lo friki y ha neutralizado las connotaciones negativas.

En realidad, si lo reflexionamos, todos somos un poco frikis. Hoy todos seguimos una plataforma de streaming, con reality shows, series o telenovelas de éxito. Seguir contenidos audiovisuales y de otro tipo es ser un fan que, con frecuencia, usa las tecnologías para su afición. De ahí se extrae la conexión entre lo friki y lo fan.

Los ‘memes’: interactuar de otra manera

Hoy lo friki y lo fan no se entienden sin la tecnología, pero no solo para consumir contenido. Por ejemplo, los amantes de la literatura pueden leer un libro en papel, pero también pueden comprar un audiolibro o tener una versión en un dispositivo digital, con facilidades para personas con necesidades especiales o simplemente para anotar en las páginas de manera editable.

Los amantes de la cultura audiovisual pueden ver series, películas, docuseries y reality shows, pero también pueden comentarlos e interactuar con gentes de todo el planeta con intereses similares. Aquí interesa el poder del hashtag o las etiquetas (#), que conectan a las personas con intereses compartidos.

Además de estar conectados con personas a escala global y local, los friki-fans pueden generar conversación acerca de lo que siguen, ven, leen y analizan. Se han convertido en críticos literarios, audiovisuales, culinarios, etc. Son comentaristas políticos. Estos y otros roles sociales antes estaban limitados a unos pocos autores con acceso a los medios de publicación. Con redes sociales y apps de mensajería, los friki-fans y los usuarios de Internet publican y comparten opinión y contenido con mayor facilidad.

Un ejemplo del cambio de forma de comunicarse es el empleo de memes, esas imágenes y fotografías con texto superpuesto que incitan a conectar dos universos inicialmente separados: el de la imagen y el del texto. El juego entre lo que se dice, lo que se ve y lo que se interpreta da sentido al meme, un sentido que va desde la crítica social hasta el humor.

En definitiva, gracias a las tecnologías y a que todos somos un poco friki-fans (aunque es cierto que algunos más que otros), hoy nos comunicamos de manera diferente: más dinámica, interactiva y audiovisual. Pero este cambio en la manera de entender el consumo cultural y la manera en que nos comunicamos en sociedad nos incita también a convertirnos en productores de contenido.

Creación de contenido en el siglo XXI

Hoy consumimos tanta cultura de tanto tipo y tenemos un hambre voraz por más cultura que, a veces, se nos agota el repertorio de aquello que nos motiva e interesa más. Y aquí los friki-fans más comprometidos a veces crean contenido propio e inspirado en sus intereses personales, para que toda la comunidad de friki-fans y toda la sociedad en general se beneficie de ello.

Ejemplos en este sentido los hallamos por millones, pero por poner algunos muy gráficos, citaremos a los videojugadores que ofrecen su experiencia de juego en streaming, en vivo. Se graban mientras juegan, comentan las jugadas e interactúan en los chats con los que asisten atentos a las jugadas en las plataformas típicas de vídeo y streaming como YouTube o Twitch.

Otro ejemplo muy gráfico y creativo es el de la youtuber @Miree_Music. Miree, una joven catalana que participa en mis investigaciones, traduce y canta canciones pop japonesas y coreanas al español y al catalán. Luego sube sus vídeos a YouTube. Consigue traducciones muy logradas y celebradas por friki-fans de todo el planeta, que están encantados de tener una versión en español o catalán de canciones que estiman, pero que quizás no entienden en su globalidad por estar en lenguas tan lejanas como el japonés o el coreano. Una de sus canciones más aclamadas y vistas es la versión en español de la canción Fake Love de la banda coreana BTS.

Implicaciones sociales

Los frikis, los geeks y los fans han venido para quedarse. Tanto es así que muchos de nosotros somos un poco o muy frikis con algo que nos apasiona.

Los frikis, los geeks y los fans han contribuido a trastocar maneras de comunicación y a dar valor a otros recursos para comunicarnos, como la imagen en los memes o el vídeo.

Los frikis, los geeks y los fans nos hacen la vida mejor, pues expanden el repertorio de contenido con productos que ellos mismos crean.

En resumen, si alguna vez nos han llamado frikis o geeks por alguna afición o pasión que tengamos, esta es mi recomendación: enorgullezcámonos y cantémoslo al viento. Somos parte de un grupo selecto de personas que aprendemos mucho de aquello que nos gusta y que protagonizamos e influimos en parte de los cambios sociales y culturales de la era contemporánea.

¡Celebremos el frikismo!

Fuente: Yorokobu

lunes, 24 de mayo de 2021

Ningún ministerio cumple con los criterios de transparencia en su web


Ningún ministerio en Bolivia incluye en su página web todos los estándares de transparencia previstos en una guía elaborada por el Gobierno hace casi diez años. 

En 2012, el Ministerio de Transparencia junto con la Agencia para el Desarrollo de la Sociedad de la Información (Adsib) publicaron el primer documento que buscaba estandarizar los sitios web del Estado estableciendo aspectos técnicos y criterios mínimos de transparencia, como publicar las escalas salariales, informes de los viajes al exterior o auditorías. La guía se aprobó con los jefes de transparencia de todos los ministerios y era de cumplimiento obligatorio, explica Nardi Suxo, exministra de Transparencia en cuya gestión se elaboró el documento; pero no había una ley que establezca plazos o sanciones. 

Luego surgieron otras iniciativas, una de ellas es un manual elaborado en 2015 por el Ministerio de Justicia que recoge ideas similares al documento anterior. Sin embargo, la información disponible en los sitios web sigue siendo escasa, dispersa y en muchos casos desactualizada. 

Para realizar este diagnóstico se analizó en una base de datos lo que fue publicado en las páginas de los ministerios entre el 11 y el 18 de mayo de 2021. Se examinó la información con base en criterios de transparencia, la mayoría de ellos establecidos en la Guía de Estandarización de Sitios Web de 2012. Desde ese primer intento por regular la transparencia en la gestión pública desde lo digital, se constata que ningún ministerio cumple todos los parámetros.

Los que más criterios de transparencia incluyen en sus portales son los ministerios de Economía, Planificación, Educación y Medioambiente, que cumplen con más del 70% de los estándares. En el lado opuesto están Desarrollo Rural, Culturas, Minería y Trabajo, que en casi una década no logran implementar ni el 40% de lo establecido y la información disponible es poco relevante para el control de la gestión pública 

Basado en el cumplimiento de esos criterios, se determinó cuáles son las páginas web ministeriales más y menos transparentes, según lo que tenían publicado entre el 11 y 18 de mayo de 2021.

Lo que no se ve

Entre los parámetros hay cuestiones financieras y de planificación, como el Programa Operativo Anual o el presupuesto ministerial, pero solo la mitad de las instituciones tiene la información actualizada.

Cuatro ministerios tienen disponible su nómina de personal, tres difunden las convocatorias en su página y la mitad del gabinete transparenta la escala salarial. Los vacíos informativos llegan incluso al perfil de las autoridades: solo nueve de 17 instituciones tienen información sobre el ministro en funciones.

Con excepción de un ministerio, ninguno tiene publicadas investigaciones y solo cuatro tienen información estadística disponible, aunque no toda es de acceso abierto. Por ejemplo, el Ministerio de Educación tiene estudios estadísticos que únicamente se pueden descargar en formatos como jpg o pdf, es decir que no pueden ser procesados, a diferencia por ejemplo del Ministerio de Desarrollo Productivo que ofrece algunos datos abiertos.

En la página del Ministerio de Defensa la mayor parte de la información fue actualizada hasta 2017, en la nómina de personal de la página de Desarrollo Rural se menciona como actual al ministro de hace dos gestiones (seis personas pasaron por el cargo en ese periodo) y a más de un año de la pandemia el Ministerio de Salud no centraliza la información sobre el coronavirus.

Tampoco existe en todas las páginas información de archivo, lo que impide hacer seguimiento a las gestiones. Algunos tienen publicaciones de años anteriores pero no están completas o no son correlativas.

Una falencia común es que existen documentos sin fecha, por lo que no se puede saber si están en vigencia. Algunos sitios tampoco tienen buscador ni forma de contactarse a través de la página. En un intento por probar cuán efectivo es el nivel de respuesta, se envió consultas a nueve ministerios pero solo dos respondieron.

Por otro lado, hay algunos elementos menos relevantes para la participación ciudadana que están presentes en todas las páginas: el logo del gobierno, la misión y visión de la institución, notas de prensa y galería de imágenes.

Al margen de las omisiones en cuanto a criterios de transparencia, hay servicios digitales destacables en algunas instituciones, como los cursos que ofrece el Ministerio de Minería, la oficina de trámites del Ministerio de Trabajo o la apostilla digital de Cancillería, entre otros.

¿Quién controla?

Bladimir Magne, director de Adsib, y Martín Lamar, jefe de unidad de gestión y transformación digital de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de la Información y Comunicación (Agetic), explica que las páginas web deben ser fiscalizadas periódicamente por las unidades de transparencia de cada institución, lo que luego se traduce en un informe que incluye sugerencias.

La viceministra de Transparencia, Susana Ríos, añade que a este proceso se suma un monitoreo trimestral de parte del Viceministerio pero que no existe ninguna medida coercitiva que obligue a las entidades a publicar determinada información o actualizarla. Pese a los retrasos en algunos sitios, Ríos destaca otras medidas en favor de la transparencia como el formulario de denuncias de corrupción en línea recientemente habilitado.

¿Secretismo, desinterés o falta de capacidades?

El estado de la digitalización del Gobierno en los principios de transparencia “aún es incipiente, el problema es que lleva casi una década siendo incipiente”, sostiene el experto en Gobierno Digital Cristián León.

Para León existen al menos tres causas, la primera es de carácter político. “El tema de la transparencia no les gusta mucho a algunas personas en el gobierno y no es un asunto prioritario”, sostiene. La segunda es la falta de capacidades de los equipos que deben transparentar la información por medios digitales y finalmente la falta de tiempo, algunos proyectos quedaron sin continuidad por la crisis política y sanitaria.

Con él coincide en parte Eliana Quiroz, directora ejecutiva de la Fundación Internet Bolivia, quien observa que hay falta de capacidades y que no existe noción de la transparencia en las instituciones públicas, por lo que el interés que le dan al tema varía entre ellas. Aunque no descarta que puede haber una decisión política de ocultar información en algunos casos, apunta más a la falta de formación de quienes gestionan la información y también de la sociedad civil, que debería generar valor con los datos disponibles.

Desde el Estado, las miradas son más alentadoras. Magne, director de Adsib, sostiene que se está avanzando en la digitalización del Gobierno y que el hecho de que en el futuro se podrá hacer trámites en línea y revisar su avance, evitará la corrupción y promoverá una mayor transparencia. Pero eso es aún proyecto.

Martín Lamar, de Agetic, señala que hay avances significativos que constan en los reportes de las unidades de transparencia, pero que el problema era que no había una ley que acompañe las iniciativas. Otra dificultad, sostiene, es la ausencia de estándares técnicos para mostrar la información.

Para subsanar esto último, Agetic tiene listo un nuevo proyecto para estandarizar las páginas web que incluye los contenidos que deben ser publicados, además de las características gráficas. Una vez que este plan sea aprobado deberá ser implementado por todas las entidades públicas.

“El acceso a la información y la transparencia es la base de una pagina web. No es un instrumento para mostrar la gestión de un servidor público. A veces hay miles fotos de un alcalde entregando obras, parecen plataformas para posicionar una autoridad”, dice Lamar y subraya que éstas deben estar al servicio de la ciudadanía.

Una ley que obligue y sancione

Si en algo coinciden los entrevistados es en la urgencia de contar con una ley de acceso a la información para transparentar la gestión pública. Si bien está normado como derecho en la Constitución Política y existe un decreto supremo, promulgado en 2004 en el gobierno de Carlos Mesa, no existe una ley coercitiva que obligue a los funcionarios públicos a entregar información ni que establezca estándares, plazos y sanciones. Bolivia, junto con Venezuela, son los únicos países sudamericanos que no cuentan con una ley. 

En los últimos 15 años hubo algunas intenciones para normar el acceso a la información pero todas quedaron truncas. En 2007, un proyecto liderado por el Ministerio de Transparencia avanzó hasta ser consensuado con varios sectores pero se trabó en la definición del tiempo sobre lo que se consideraría información reservada o confidencial, explicó la exministra Suxo. Luego hubo al menos dos proyectos más que tampoco prosperaron.

Las iniciativas más recientes surgieron en febrero de 2021. Una del ministro de Justicia, Iván Lima, que anunció que se elaboraría una propuesta, y otra de la oposición, que presentó un anteproyecto de ley. De momento, ninguna de las dos ha avanzado. El plan del Ministerio de Justicia todavía está en elaboración y el anteproyecto presentado por Comunidad Ciudadana, que según el diputado Carlos Alarcón recoge los lineamientos del Decreto Supremo de 2004, fue derivado a la Comisión de Control Constitucional.

“No veo una política clara en ese sentido (abrir la información pública). En el Gobierno están de moda las cláusulas de confidencialidad y veo una tendencia hacia el secretismo”, sostiene Alarcón, proyectista de la ley. En todo caso, insistirán para que el proyecto avance.

La importancia de la transparencia de la gestión pública

El interés por transparentar la gestión a través del acceso informativo es parte de un movimiento global y está normado en varios países y convenios internacionales. Las guías, manuales o proyectos que se gestan en Bolivia no son una novedad ni un favor de los gobernantes de turno, sino parte de esta corriente que aboga por los gobiernos abiertos y la digitalización del Estado.

Los documentos públicos se entienden como propiedad de los ciudadanos y deben estar a su disposición, siempre y cuando no sean información estratégica, violen la privacidad de las personas o comprometan la seguridad del Estado. 

El investigador mexicano José Antonio Aguilar, doctor en ciencias políticas y autor del libro Transparencia y Democracia: claves para un concierto (2008), sostiene que la opacidad en la administración pública no afecta solo en el ejercicio de la ciudadanía, sino también a los gobiernos porque les resta legitimidad y confianza en las políticas públicas. Al contrario, ofrecer información transparente permite reducir las sospechas de corrupción, lo cual fortalece la autoridad y legitimidad. 

“El Estado garantiza el derecho a la información”, dice la Constitución boliviana pero en la práctica, los procesos para abrir la documentación pública no han sido del todo exitosos. Sin una ley, el derecho al acceso a la información en Bolivia todavía es vulnerable a la voluntad del poder de turno. 

Esta investigación fue realizada en el marco del Fondo Concursable Spotlight X de Apoyo a la Investigación Periodística en Medios de Comunicación que impulsa la Fundación Para el Periodismo con apoyo de National Endowment for Democracy (NED).

Fuente: Pagina Siete

domingo, 23 de mayo de 2021

Menos cantidad y más calidad: un nuevo modelo cultural para internet


Filmin, la plataforma audiovisual española especializada en producciones independientes, se ha convertido en mi proveedor principal de películas y series. En su catálogo hay más de 15.000 obras audiovisuales, todas exquisitamente seleccionadas. Pero al parecer no son suficientes. A finales del año pasado, la empresa decidió que necesitaba una fuerte inyección económica para poder ser competitiva: la mayor parte de sus acciones pasaron a ser propiedad de dos fondos de inversión riesgo.

Su evolución imita la de la gran mayoría de las plataformas de contenidos y redes sociales. Son archivos que no cesan de ampliarse. Al contrario que Filmin, a menudo sin sentido.

Pensemos en LinkedIn, una red social que nació como intermediaria entre empresas y posibles empleados. Ahora, en vez de buscar trabajo para poder trabajar, sus usuarios trabajan gratis —escribiendo textos, diseñando historias, dialogando con otros profesionales— para conseguir trabajo. La compañía no cesa de acumular contenido. Tanto las plataformas audiovisuales (Amazon Prime Video, Netflix o Disney+) como las sociales y de publicación (Medium, Twitch o Instagram) coinciden en ese modelo de crecimiento. Se ha contagiado a las dimensiones virtuales de los museos, las librerías o las universidades. También estos han empezado a almacenar innumerables archivos y registros de todo tipo de actividades.

Contra el más es más de Mark Zuckerberg o Jeff Bezos, recuperemos el menos es más. Las pequeñas plataformas culturales tienen que diferenciarse de las grandes plataformas corporativas, porque sus razones de estar y de ser son radicalmente distintas. Deben hacerlo al menos en tres rasgos fundamentales: su esencia generosa y abierta a las alianzas, con ánimo festivo; su defensa de la tradición y la curaduría; y su fe en la calidad, en tiempos de veneración por la cantidad.

Mientras que Google diseña los resultados de tus búsquedas para que no sea necesario acceder al link que acabaría de satisfacer tu curiosidad (como el de Wikipedia); o mientras que YouTube carga automáticamente el siguiente vídeo para mantenerte dentro de los dominios de su algoritmo, las plataformas culturales alimentan la conexión, invitan al enlace, construyen su marca en diálogo con otros agentes —productoras, editoriales, medios— que constituyen el ecosistema al que pertenecen. Al potenciarlos, se vuelven ellas mismas más poderosas.

Ambos modelos se nutren de los mismos discursos narrativos, artísticos y divulgativos; pero si los proyectos culturales buscan la cooperación y el diálogo, como fórmulas para seguir construyendo tradición y futuro, los meramente tecnológicos y corporativos tienden a defender exclusivamente su propio beneficio. Para entendernos: a Amazon no le importan ni la historia de la literatura ni el compromiso que existe entre la democracia y los libros; a la Fundación Martin Bodmer —consagrada a la bibliofilia y a la conservación de textos fundamentales de la historia de la humanidad— o a la Biblioteca de México —con sus impresionantes bibliotecas personales de grandes escritores o su gran colección de literatura infantil— sí les importan. Y mucho.

Por esa razón no acumulan en sus instalaciones y almacenes los miles de millones de libros escritos o publicados durante siglos por la humanidad, sino una selección representativa y legible. “Era importante constituir y mantener un orden, una forma: reducido a su expresión mínima e irrenunciable, este es justamente el arte de la edición”, dice el escritor italiano Roberto Calasso en La marca del editor. Las plataformas de mayor tamaño e influencia, en cambio, han sucumbido a la lógica de la acumulación informe, amorfa, Big Data que solo pueden leer las inteligencias artificiales.

¿Es el síndrome de Diógenes el alma de internet? ¿Hay continente para tanto contenido? ¿Merece la pena la expansión infinita de los archivos digitales? A diferencia de las plataformas tecnológicas y las redes sociales, que no discriminan entre la calidad de los materiales que les regalan sus usuarios, que solamente están interesadas en la cantidad y en los datos que pueden extraer de ella, las páginas web de los agentes culturales deben creer en la calidad y defenderla. No son contenedores, sino contenciones. Zonas de experimentación, curación y resistencia.

Desde las exposiciones digitales de la Fundación Juan March, en España, hasta la programación virtual de Corpartes, en Chile, pasando por proyectos iberoamericanos que también defienden la excelencia y la innovación como la Fundación Gabo o infrasonica.org: son muchos los ejemplos que señalan cuál debe de ser el camino. En contra de la acumulación, la selección, la crítica y la fe en el conocimiento. En contra de los datos masivos, narrativas que orienten, discriminen y construyan sentido.

Un relato colectivo, transversal, de autoría múltiple: creado junto a otras instituciones, empresas y agentes que también creen que es más importante la selección que la acumulación. De memoria cultural y curaduría del arte y los cuentos que más cuentan. De fiesta, participación y celebración en comunidad. De todo aquello que no podemos encontrar en Spotify o en Twitter.

Si defendemos nuestros valores y nuestras reglas del juego, en internet no solo imperará la viralidad, también tendrán protagonismo las celebraciones de la belleza, la inteligencia y el criterio.

Fuente: NYT

sábado, 22 de mayo de 2021

La Escuela de Traductores de Toledo, el eslabón perdido de la historia de la cultura europea


Solemos explicar el desarrollo de la cultura, la ciencia y la civilización europeas con líneas históricas que enlazan el legado greco–romano, con sus avances y hallazgos en los campos de la cultura y la ciencia, con el Renacimiento, a través de las universidades del norte y centro de Europa (Londres, París, Bolonia). En realidad, la línea de continuidad imprescindible no la constituyeron esas universidades. O, al menos, no solo ellas.

En la Baja Edad Media, España jugó, durante cerca de 300 años, el papel esencial de transmisora de la ciencia y la cultura, hasta entonces custodiada y atesorada por la civilización islámica. Y ese papel lo simboliza la legendaria Escuela de Traductores de Toledo.

La llamada España de las Tres Culturas que tanto estudió Américo Castro (La realidad histórica de España), en la que convivieron durante siglos, judíos, árabes y cristianos, fue el terreno idóneo para la recuperación de las tradiciones culturales griega y latina, enriquecidas enormemente por los árabes del Califato Omeya.

La Escuela de Traductores de Toledo es una continuación, en un territorio idóneo formado por una comunidad multicultural, de la gran Escuela de Alejandría, el último momento de esplendor de la cultura clásica y bizantina, donde se fundieron Oriente y Occidente en un esfuerzo de confluencia de conocimientos en tierras africanas. Este esfuerzo compilador, traductor y difusor fue asimilado por la cultura árabe como propio, y llegó con ella a la península.

El esplendor cultural en Alejandría, que irradió hacia Persia o Irán, también sirvió de confluencia para el conocimiento científico y literario hindú y hasta para traer sabidurías o técnicas de la lejana Asia hasta el Mediterráneo, como el papel chino. Cuando los omeyas llegaron a España, trajeron consigo el papel venido de China y la encuadernación en piel árabe, y fue así cómo en los siglos X, XI, XII y XIII comenzaron a componerse, primero en Valencia, y luego en toda Europa, los grandes libros con su increíble contenido.

Y en esa historia mediterránea de comunicación de ciencia y cultura, la Escuela de Traductores de Toledo es la ventana a la que podemos asomarnos para contemplar lo que fueron cuatro siglos de hegemonía cultural peninsular, el eslabón perdido de la historia de la cultura europea que unió la cultura grecolatina con el Renacimiento.

El milagro de las cuatro culturas

En realidad, el milagro cultural y científico que dio nacimiento a la Europa moderna se gestó en una comunidad peninsular en la que convivían cuatro culturas: la latina clásica, la mozárabe castellana, la hebrea, y la árabe. Los textos griegos, traducidos al árabe, se tradujeron al latín, y a menudo antes al castellano, por un conjunto de increíbles intelectuales de la época. Gonzalo Menéndez Pidal afirma:

“Solamente en Toledo se llevó a cabo una tarea que alcanzó una gran trascendencia en la cultura de la cristiandad ya que su actividad traductora sirvió de puente entre Oriente y Occidente para la transmisión de la Ciencia”.

Pocos autores de la historia del pensamiento europeo conocen la influencia que la Escuela de Traductores tuvo en las universidades. Pocos conocen, por ejemplo, que los libros que los árabes traían, del Pachatantra hindú a las obras de Aristóteles, volvieron a Europa mediante España.

Muchas de estas obras fueron primero traducidas al castellano por hablantes mozárabes, en fechas tan tempranas como el año 1080, y de ahí, siglos después, ya desde el latín, al alemán o al inglés. Se trató de un universo de versiones de muy diversas lenguas. Los pensadores europeos del siglo XI, XII y XIII bebieron de las fuentes españolas porque en ellas se conservaba la tradición oculta que inspiró, por supuesto, La divina comedia a Dante y la Suma Theologica al mismo Santo Tomás, influidos ambos, profundamente, por Ibn Arabi de Murcia o por Averroes de Córdoba.

El arabista y experto en la España musulmana Miguel Asín Palacios explicó muy bien el proceso en La escatología musulmana en la Divina Comedia, El islam cristianizado (Madrid, Hiperión, 1981) y Sadilíes y Alumbrados (Madrid, Hiperión, 1990).

Este autor descubre la influencia absoluta de la obra de Ibn Arabi en La Divina Comedia. La influencia de la cultura árabe llegó a Dante por su maestro, Bruno Latini, quien visitó España en pleno apogeo cultural de Toledo, como hacían muchísimos maestros europeos.

Igualmente, descubre cómo Santo Tomás de Aquino, influido por su maestro Maimónides, también se inspiró e imitó flagrantemente las obras y comentarios de Averroes en su obra teológica esencial, y cómo se basó en las fundamentaciones lógicas y místicas complementarias de los sabios árabes sufíes para escribir su Suma. Estas obras eran la clave del desarrollo intelectual en el mundo del siglo XIII.

El mecenazgo católico

Asín Palacios recoge cómo, en 1143, el abad de Cluny visitó los monasterios españoles y conoció al obispo español de Toledo, Ramón de Sauvetat. Bajo su dirección se traducían en España, del árabe, no solo cientos de textos griegos, sino los comentarios a las grandes obras de los filósofos clásicos desconocidos en Europa, y los tratados matemáticos, astronómicos, alquímicos, realizados por los pensadores persas e hindo-iranios. La capacidad de difusión hispana permitió que este legado llegara a las entonces muy pobres universidades europeas.

La iglesia católica llevó a cabo una importante labor de apoyo y mecenazgo. Primero, a través del prelado benedictino Sauvetât, quien fomentó la llegada a Toledo de estudiosos extranjeros como Gerardo de Cremona, que coincidió en el tiempo con algunos traductores peninsulares como Ibn Daud, Domingo Gundisalvo, Juan Hispalense o Marcos de Toledo, autores y sabios de origen judío, mozárabe, árabe o castellano.

El centro de ingentes cantidades de textos árabes y hebreos originales es todavía el archivo de la Biblioteca de la Catedral de Toledo.

Mozárabes, judíos, profesores de madrasa y monjes

Fue Sauvetât quien creó, en torno a 1050, la Escuela de Traductores, un grupo de trabajo que incluía a los mozárabes toledanos, los judíos de la ciudad, los profesores de la madrasa de la ciudad y nuevos pensadores, fundamentalmente monjes cluniacienses.

Mandó reconstruir el palacio episcopal frente a la antigua mezquita mayor convertida en Catedral de Santa María –y a la que dio su primer estatuto–, y dejó una parte del edificio para la Escuela.

La riqueza de las bibliotecas toledanas en árabe y el conocimiento de esta lengua por parte de los cristianos mozárabes le impulsaron a recuperar textos perdidos de la Antigüedad clásica y a fomentar la transmisión de los importantes avances de la Escuela Toledana en Medicina, Álgebra y Astronomía.

Este empeño cristalizó en la traducción de numerosas obras en un proceso en fases: del árabe al castellano, y del castellano al latín (o directamente del árabe o griego al latín), y, poco a poco, este centro europeo esencial dio a conocer la hasta entonces desconocida filosofía árabe y hebrea de corte aristotélico, lo que supuso una auténtica revolución de pensamiento que hizo nacer la Escolástica europea. La Escuela toledana, ya en tiempos de Raimundo, toma fama en toda la Cristiandad.

Gerardo de Cremona

Uno de los eruditos esenciales colaborador de Sauvetât fue Gerardo de Cremona. Nacido en Lombardía, este erudito, para leer el Almagesto de Ptolomeo, al no encontrarlo en su tierra, se trasladó en torno al año 1100 a Toledo, famosa en toda Europa por sus colecciones de libros árabes.

Cremona, que aprende el árabe para poder estudiar a fondo las obras conservadas en las madrasas y bibliotecas de la ciudad, creó una red de discípulos y colaboradores. Esta red tradujo obras de manera colaborativa (como el Almagesto de Ptolomeo junto al mozárabe Galib) y buscó y reunió cientos de textos para comparar versiones, hasta crear un corpus coherente no limitado a las fuentes disponibles. Este corpus representa el canon científico y filosófico de la época.

No estamos hablando de la mejor Escuela: estamos hablando de la única Escuela que hace revivir el mundo clásico griego que había desaparecido del universo latino con el derrumbe del mundo antiguo. No hay una continuidad griega, latina y europea. Hay una resurrección de la cultura griega primero en lengua árabe, luego castellana, y finalmente latina. Este es el verdadero orden de las cosas.

Los traductores de la Escuela

Pero veamos el prodigio de esa influencia en algunos casos. Juan Hispalensis o Juan Hispano era un obispo mozárabe de origen sevillano del mismo grupo, razón por la cual dominaría tanto el árabe como el latín. La mayoría de las obras firmadas con este nombre (traducidas y de creación propia) versan sobre astronomía y astrología.

Por ejemplo, el Libro de Algoritmos en Aritmética Práctica, donde proporciona la descripción más temprana del sistema de notación posicional, cuya introducción en Europa se asocia con el Liber Abaci de Fibonacci. Fibonacci alude a la sutil e ingeniosa invención india, la cual sin duda conoció gracias al texto original traducido en Toledo.

Gundisalvo escolástico

Dominicus Gundissalinus o Domingo Gundisalvo (ca. 1115- post 1190) fue un importante filósofo y traductor toledano del siglo XII. Tradujo obras de Al-Kindī, Avicena, Al-Gazzālī o Avicebrón. Como traductor transmitió a la Europa medieval algunas de las obras más importantes de la filosofía árabe, introduciendo en el debate filosófico la metafísica aviceniana, la división de las ciencias farabiana, y el hilemorfismo universal de Avicebrón.

Como filósofo se nutrió de los autores que traducía y del Aristóteles árabe, que estaba traduciendo en esa misma época Gerardo de Cremona. Algunos autores lo consideran imprescindible para el desarrollo de la escolástica en el siglo XIII, al haber iniciado una nueva forma de razonamiento filosófico y teológico, intentando dotar de una base racional a la teología. Entre sus obras destaca De divisione philosophiae, en la que establece una clasificación de las ciencias novedosa al introducir la metafísica y la filosofía práctica.

Avendauth, filósofo judío aristotélico

La vida de Ibn Daud, o Avendauth, nos ilustra sobre la naturaleza de las relaciones culturales de este grupo de intelectuales. Su nombre parece corresponder, según la mayoría de las últimas investigaciones, al filósofo judío Abraham ibn Daud. En la dedicatoria al arzobispo Juan de su versión del prólogo al Kitāb al-šifāʼ de Avicena, el traductor se autodenomina como filósofo y hebreo (“Avendauth israelita philosophus”).

Considerado el primer filósofo judío aristotélico, nació en la Córdoba almorávide alrededor de 1110 en el seno de una familia ilustre. Fue criado en casa de su tío materno Baruch ben Isaac Albalia, rabino, juez y jefe de la escuela talmúdica de Córdoba, que lo instruyó tanto en los estudios rabínicos y bíblicos como en la filosofía griega y hebrea. Al principio de la conquista almohade (Córdoba fue tomada en 1148) huyó a Castilla y se asentó en Toledo, ciudad en la que permaneció hasta su muerte y a la que se asociará su nombre.

Otros traductores de origen semítico fueron Ibn Waqar, Abraham, (1236-1277), Abraham ben David Halevi, (1110-1180), Yehuda ben Moses ha-Kohén, Floreció en el siglo XIII o Rabbi Ishaq ben Sid, ya en el siglo XIII. (Estos autores han sido recopilados en la la espléndida Biblioteca Virtual de Polígrafos de la Fundación Larramendi, en su apartado dedicado a todos y cada uno de los grandes traductores de Toledo).

La sistemática e ingente labor de estos traductores, comentaristas y compiladores atrajo a múltiples estudiosos de toda Europa entre los siglos XI y XIV. Muchos de los eruditos de Toledo difundieron en las universidades europeas las obras clásicas a las que habían tenido acceso, como Miguel Escoto (que se trasladó luego a la corte de Federico II, en Sicilia) y Hermann el Alemán (luego trasladado a la Corte de Manfredo).

Otros traductores, con el florecimiento cultural del país, se ubicaron en ciudades importantes españolas, como Plato Tiburtinos, que tradujo en Barcelona, en colaboración con Abraham bar Hiyya. Hugo Sanctallensis dedicó traducciones al Obispo Michael en Tarazona, o Pedro Alfonso de Huesca (probablemente relacionado con Adelardo De Bath). Finalmente, en el valle del Ebro se encontraban, dedicados a la misma actividad, Hermann el Dálmata, su discípulo Rodolfo de Brujas y Roberto de Retines.

Marcos de Toledo, traductor del Corán

Marcos de Toledo, descendiente de familia mozárabe que se instaló en Toledo tras la invasión musulmana, nació en esa ciudad y en ella realizó estudios de medicina y se ordenó sacerdote, llegando a ocupar en 1198 el título de canónigo de la Catedral.

Tradujo al latín diversos tratados de teología musulmana y de medicina griega, entre los que se encontraban varias obras de Galeno, como el De pulsu, De pulsus utilitare y De motibus membrorum liquidis según el texto de Hunayn ben Ishaq. Además, se encargó de traducir al latín, a petición del arzobispo don Rodrigo y del archidiácono Mauricio, el Corán (1210-11), al que añadió una larga introducción. ¿Podemos imaginar la tolerancia intelectual y cultural que suponía una traducción al latín del Corán en el siglo XIII, por clérigos católicos mozárabes?

Miguel Scoto, irradiador

Los eruditos con mayor ambición de conocimiento forzosamente tenían que venir a España. Miguel Scoto, nacido en Escocia en 1175, fue el primero en dar a conocer la filosofía averroísta al mundo latino, según el orientalista francés Ernest Renan (1823-1892). Llegó a Toledo desde Escocia, país al que debe el apellido, tras estudiar en Oxford y en París.

En Toledo se quedó. Llevó a cabo sus primeras traducciones de Averroes y las de las obras de Al-Bitruji, conocido también en latín como Alpetragius, quien todavía vivía y quien inspiraría a Kepler. También en Toledo traduce el De animalibus, de Aristóteles, trabajo del que no se conserva la fecha, aunque se deduce que es anterior a 1220, pues ese año abandona la ciudad con dirección a Bolonia para ponerse al servicio del Pontífice romano. Allá por 1228 vuelve a trasladarse, esta vez a Sicilia, donde fue astrólogo de la corte de Federico II de Sicilia. Por el itinerario de Miguel Scoto podemos ver la irradiación de la influencia cultural hispanoárabe hacia los lugares donde se estaban conformando las primeras universidades europeas.

Alfredo de Sharesel y Aristóteles

De origen también anglosajón fue Alfredo de Sharesel, filósofo y médico naturalista. Existen escritos en los que se refieren a él como Alfredus Anglicus. Tradujo el De anima de Aristóteles, aproximadamente en 1215, además de sus De somnio y De respiratione, también el Liber de plantis o Liber de vegatalibus, que, aunque en un principio fue atribuido a Aristóteles, es de Nicolás Damasceno. Escribió De motu cordis, obra en la que describe las diferentes etapas de la emanación de los seres.

Alfonso X, filósofo y sabio

Yehuda ben Moshe ha-Kohen (Yehuda Mosca o Mosca el Coheneso en las fuentes cristianas) vivió en el siglo XIII y fue médico real, astrónomo y un destacado escritor de la Escuela en época de Alfonso X el Sabio, para quien tradujo importantes obras científicas del árabe y hebreo al castellano. Fue rabino de la sinagoga de Toledo, llegó a ejercer de médico personal del rey sabio, y destacó como una de las más influyentes personalidades de la comunidad hebrea de la ciudad de las tres culturas de su época.

Los cronistas indican que la Escuela de Toledo entró en decadencia desde el segundo cuarto del siglo XIII, pero el rey Alfonso el Sabio consiguió impulsarla con los nuevos traductores, como Roberto Grosseteste o Guillermo de Moerbeke, que estaban ya en el siglo XIV vinculados a las Universidades de París y de Oxford.

Es obligado, en este momento, mencionar el tratado astronómico que componen las Tablas alfonsíes (1256-77), que el rey elaboró junto a Rabí Ishâq ben Sid, más conocido como Rabiçag, las cuales fueron, hasta bien entrada la época renacentista, una referencia común en Occidente, como nos recuerda Serafín Vegas en su libro La Escuela de Traductores de Toledo en la Historia del Pensamiento.

En la última época de la Escuela, Alfonso X fue como Marco Aurelio, un rey filósofo y sabio. Creó, para continuar este universo cultural, ya en el siglo XIII, instituciones a las que se puede considerar Academias o Escuelas de traductores, que por su consagración podemos considerar las primeras universidades de la Europa medieval.

Para dar idea del volumen del trabajo de estos eruditos, mencionaremos tan sólo que Gerardo de Cremona fue creador y compilador de no menos de 70 obras, muchas de ellas de gran volumen. Hubo un sistema organizado de traducción, que seguía un orden específico, como estudia Burnett, que abordó sistemáticamente las obras de todos los grandes filósofos, científicos y académicos del mundo antiguo.

El Académico de la Historia González Palencia afirmaba en su obra El islam y occidente (citando Origen, progresos y estado actual de toda la Literatura, obra del jesuita don Juan Andrés publicada en 1782) que el restablecimiento de la literatura científica europea (Medicina, Matemáticas, Ciencias Naturales) era debido a los árabes. Retomando conocimientos muy raros y preciados, este estudioso recogía que Roger Bacon basó su trabajo acerca de los anteojos en el libro séptimo de la Óptica de Alhacén, traducido al latín por los traductores de Toledo; que Vitellión abrevia y aclara la doctrina árabe de este mismo libro; que Leonardo de Pisa introduce el Álgebra y las cifras numerales arábigas (Gerberto había llevado de España a las escuelas europeas la aritmética arábiga desarrollada por los primeros matemáticos de la era moderna, como Aljaurismí el persa, de quien proviene no solamente la trigonometría, álgebra y lenguaje de cálculo fundamentales, sino el nombre de nuestra noción del algoritmo y la palabra “guarismo” que usamos todavía).

González Palencia establece que Arnaldo de Vilanova “se formó enteramente en España bajo la enseñanza de los árabes, y todos los conocimientos útiles de Medicina y de Química que esparció por Europa eran sacados de los libros y escuelas de aquellas gentes”; que Raimundo Lulio debía mucho a la literatura musulmana, al sufismo y a la metafísica de Ibn Arabí el murciano, que conocía por traducciones y hasta directamente, porque sabía árabe; que en Medicina, hombres como Gilberto, Juan de Goddesden y Fabricio Acquapendente habían bebido en libros árabes, en especial en nuestro Abulcasis, sus conocimientos.

Este experto nos advierte que ya Huet opinaba que Descartes había tomado de los dialécticos árabes el principio “quidquiid cogitare, potest esse”; o que Pascal también se inspiró, como el genial Asín Palacios descubre también en esa época, en Al Gazel; que fue en el árabe traducido en España, Alpetragio, en quien pudo inspirarse Kepler para el descubrimiento de las órbitas elípticas de los planetas; o que algunos problemas teológicos de Santo Tomás estaban resueltos con arreglo a doctrinas de Averroes y Avicena, que conoció de su maestro aristotélico, que había estudiado en España.

Pero este autor es uno entre muchísimos arabistas y expertos en la cultura hispánica de la época de convivencia en nuestro territorio. Cultura de las llamadas por Alfonso el Sabio “Gentes del Libro”, las tres civilizaciones monoteístas y centradas en un texto sagrado, por cuyo esplendoroso periodo de al menos cuatro siglos –desde la toma de Toledo, a comienzos del siglo XI, hasta el siglo XIV en que el fenómeno se extiende a muchos lugares en España y en Europa– no solemos asomarnos, como digo, para asombrarnos de lo que fue y lo que significa la irradiación cultural que España llevó a cabo, imbuida del espíritu propagador y cosmopolita que el mundo árabe y judío supo tomar de griegos y persas y convertir también en un fenómeno propio de nuestra península.

Crisol del renacimiento de Europa

Cuando durante cerca de trescientos años, y bajo la égida de gobernantes lo suficientemente inteligentes y tolerantes como para potenciar el proceso, se asimilan, unifican y organizan todos los tesoros de conocimiento heredados de los árabes y los judíos, provenientes de sus culturas y de las culturas que éstos heredan, Europa empieza a renacer. Y el lugar donde se produce ese rebrote de los conocimientos, artes y técnicas, de todo el mundo antiguo, es en España: en Toledo, en Tarazona, en Salamanca, en Sevilla. Es en el confluir de comunidades de sabios de las tres procedencias (judíos, árabes, cristianos), donde se genera un crisol capaz de desarrollar y difundir todos los conocimientos en ciencias y letras, en artes y en técnicas, perdidos en la desmemoria.

La cultura es un fenómeno arborescente, en el que se trasportan los conocimientos, la riqueza de experiencias, saberes y técnicas, en los territorios humanos. El espíritu cultural se basa en la asimilación, en la traducción, en la incorporación. Ese espíritu cosmopolita, cultivador y bibliotecario solo queda preservado, en la Edad Oscura, en monasterios y estudios catedralicios. Pero al sur, en el Mediterráneo, tiene lugar el auténtico milagro por el que la civilización árabe hace regresar, mediante la total irrigación de la cultura hispánica, el mundo de la cultura auténtica. Ese gran fenómeno tiene un nombre reconocible en la Escuela de Traductores de Toledo.

Fuente: The Conversation

viernes, 21 de mayo de 2021

La OMS, preparada para realizar reformas básicas en el intercambio de información


La pandemia de COVID-19 ha puesto en cuestión la utilidad y la importancia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y su reforma es urgente. Esta última cuestión estará en el orden del día de la próxima Asamblea Mundial de la Salud, que se celebra del 24 de mayo al 1 de junio en Ginebra.

La conclusión es clara: un informe publicado por una comisión independiente creada por la OMS destaca tanto el nivel de preparación de los países miembros para hacer frente a las pandemias como el intercambio de información en todos los niveles de la organización.

“China y la OMS podrían haber actuado con mayor rapidez y decisión para contener la epidemia en cuanto surgió”, escribe la comisión en su segundo informe sobre la situación, publicado en enero de este año.

Desde el inicio de la pandemia, se ha criticado con dureza a la OMS por su complacencia hacia China. La organización se esfuerza en enviar una misión independiente a China. Su última misión en Wuhan, donde comenzó la epidemia, deja algunas zonas sombrías, sobre todo respecto al origen del virus.

“China no desplegó todos sus esfuerzos en cuanto en Wuhan aparecieron los primeros casos de COVID-19. No se aplicaron estrictamente las medidas necesarias para proteger la salud pública”, dice el informe.  

Mientras una tercera ola de COVID-19 asola la India y amenaza al continente africano, la comisión aborda cuestiones molestas. ¿En qué se equivocó la organización? ¿Por qué la información no ha fluido de manera más eficiente entre los países miembros y la OMS?  

“A la OMS le han faltado los medios y los poderes para llevar a cabo misiones de inspección sin autorización previa, como hubiera querido, y lo que espero de la Asamblea Mundial de la Salud es que dé a la OMS ese poder”, indica el Dr. Antoine Flauhault, director del Instituto de Salud Global con sede en Ginebra.

Para él es de una “urgencia enorme”. La Asamblea Mundial de la Salud se celebra en Ginebra cada año en mayo y establece la política de la OMS, controla la política financiera de la organización y examina y aprueba las previsiones presupuestarias.

Las oficinas regionales son importantes

Una posible vía de reforma sería mejorar el intercambio de información entre las oficinas regionales, las oficinas locales (sobre el terreno) y la sede en Ginebra.

Las oficinas regionales –como enlace entre el terreno y la sede– son un componente importante para el buen funcionamiento de las instituciones de la OMS. Permiten recabar información de fuentes fiables. Asimismo, ofrecen apoyo técnico y material a los países de la zona, especialmente a los países en desarrollo. Son las encargadas de preparar a los países ante futuras pandemias, formar al personal sobre el terreno y establecer la logística para las vacunaciones. Estas oficinas (seis en total) tienen el objetivo de aplicar las políticas y recomendaciones de la OMS.  

Aunque en la práctica la pandemia ha mostrado importantes fallos tanto en el intercambio de información como en la aplicación de las recomendaciones de la OMS. La experiencia, no obstante, demuestra que puede funcionar este intercambio de información entre las oficinas y la sede central.  

Durante la pandemia de COVID-19, la oficina regional del Mediterráneo Oriental ha podido reforzar la capacidad de los laboratorios y ofrecer un apoyo material a los países de ingresos bajos, según su director regional, el Dr. Ahmed Al-Mandhari.  

La región del Pacífico Oriental, que abarca una serie de países desde China hasta Australia, ha sido capaz de hacer frente a la pandemia mejor, gracias –precisamente– a una mejor aplicación de las directrices de la OMS.

A pesar de aglutinar a más de una cuarta parte de la población mundial, en comparación con el resto del mundo, esta región ha sido la menos afectada. Los casos confirmados y las tasas de mortalidad han sido del 1,6% y el 1,2%, respectivamente, según las cifras obtenidas.

“Estos países se prepararon con antelación para luchar contra la pandemia realizando inversiones a largo plazo en el sector sanitario”, explica el Dr. Takeshi Kasai, director regional de la OMS para el Pacífico Occidental; quien ha confirmado que su región ha obtenido un gran éxito en la lucha contra la COVID-19 gracias a su experiencia anterior en la lucha contra el SARS (2003).

Suiza depende demasiado del extranjero

Pero este no ha sido el caso de muchas naciones, incluida Suiza. Cuando se declaró la pandemia el país carecía de todo: mascarillas, suministros sanitarios y productos básicos para la fabricación de soluciones hidroalcohólicas. Tampoco tenía capacidad para producir máscaras ni un sistema de test listos para usar.   

Un informe publicado por la Cancillería Federal en diciembre de 2020 evaluó la primera fase de la gestión de la crisis durante la pandemia de COVID-19 (febrero-agosto de 2020). Y como deficiencias señaló la mala gestión de los datos y de la información. También tardaron en actuar la Oficina Federal de la Salud Pública y el Consejo Federal (Gobierno).

Según André Duvillard, delegado de la Red de Seguridad Nacional, “Suiza ha reducido de manera significativa su gasto en reservas estratégicas, por lo que a la hora de luchar contra el coronavirus se ha vuelto demasiado dependiente del extranjero –y añade– en toda Europa el problema es el mismo”.    

No obstante, cuando en 2009 apareció la gripe porcina, la OMS recomendó a todos los Estados miembros que reforzaran su preparación ante una pandemia de urgencia y que ensayaran para poner a prueba su capacidad de hacer frente a una epidemia de este tipo.  

¿Qué reformas?

Para subsanar estas deficiencias se están llevando a cabo numerosas evaluaciones y revisiones de cómo están respondiendo las oficinas regionales y los países miembros ante la pandemia. Un informe sobre esta cuestión debería presentarse ante la Asamblea Mundial de la Salud.    

El Gobierno suizo afirma que “ya está involucrado y comprometido con las reformas en curso en la OMS. Y aprueba la propuesta de realizar un análisis a fondo y constructivo de la gestión de crisis de la OMS”.

“Debemos tener mejores predicciones y datos más precisos… el reto principal es saber cómo hacer que sean accesibles, cómo organizarlos correctamente, cómo analizarlos, cómo encontrar las herramientas y plataformas adecuadas para ello, y cómo ponerlos a disposición de los trabajadores sanitarios de primera línea y de los epidemiólogos mundiales en tiempo real”, dice el Dr. Michael Ryan, director ejecutivo del programa de Gestión de Emergencias Sanitarias.  

Con el anuncio en enero de un nuevo centro mundial (con sede en Berlín) que recogerá datos sobre las pandemias, ya se ha dado un paso en esta dirección.

Financiación

Otro ámbito de la reforma se refiere a la inversión y al acceso a la financiación. “Es imposible hacer frente a estas enfermedades infecciosas sin estar preparado. Por lo que la inversión en los sistemas sanitarios en tiempos de paz sería primordial”, asegura el Dr. Kasai.

Y es que, independientemente de las respuestas individuales de las oficinas regionales, hay una gran falta de fondos para desarrollar programas de salud y prevención.

En algunos casos, este déficit amenaza la continuidad de los programas sanitarios, como lo demuestra la necesidad de miles de millones de dólares para garantizar la continuidad del programa COVAX y acelerar la distribución equitativa de vacunas en todos los países.

Según las cifras facilitadas por el Dr. Al-Mandhari, la OMS solo ha podido conseguir el 24% de la financiación necesaria, con promesas de un 17% adicional. Esto significa que todavía falta alrededor del 58% de la financiación total.

La OMS ha acogido con satisfacción estas propuestas de reforma.

“Una de las lecciones de la COVID-19 es que el mundo necesita un paso de gigante en el análisis de datos para ayudar a los líderes a tomar decisiones informadas en materia de salud pública”, ha dicho recientemente el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Fuente: swissinfo.ch

jueves, 20 de mayo de 2021

Crean implantes de huesos con impresión 3D y materiales cerámicos


Una pasta desarrollada en laboratorio con materiales cerámicos a partir de fosfato de calcio y biovidrio, permitió imprimir en 3D varios soportes que tienen la capacidad de ser biodegradados y biocompatibles para regenerar huesos en el cuerpo.

La ingeniera química Natalia Isabel Jaramillo Gómez, estudiante del Doctorado en Ingeniería - Ciencia y Tecnología de Materiales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, explicó que este compuesto cerámico es celularmente compatible para crear scaffolds o andamios, un soporte que se instala en huesos fracturados para buscar que se regeneren de manera natural.

La investigación, que tomó casi cuatro años y medio, partió de la síntesis en laboratorio del biovidrio y el fosfato de calcio para conformar una pasta cerámica. “Usamos fosfato de calcio que es un material con características similares al hueso, podemos asociarlo con hueso molido; β-TCP, que también es un material similar a los huesos que contiene calcio y fosfato; y un biovidrio que son materiales que cumplen con los requerimientos para la degradabilidad y el sostenimiento óseo porque contienen boro, vital en el crecimiento óseo y su mantenimiento”, contó la ingeniera.

Además del material cerámico se extrajeron células madre de tejidos adiposos de pacientes sometidos a liposucción, y de pulpas dentales. Con todo eso se diseñó el andamio que cumplirá la función de implante, el cual se materializó con ayuda de una impresora 3D que tomaba la pasta y la amoldaba con un extrusor, simulando las estructuras internas del hueso. Para cada scaffold se usaron entre 0,5 y 1 mililitro del producto.

A estos materiales se les hicieron pruebas de citotoxicidad en células madre, es decir, con análisis de laboratorio se midió qué impacto tendría en el cuerpo y se encontró que no había riesgo. Esa es una de las diferencias de esta investigación frente a otras de su tipo: aunque el material es cerámico no genera efectos negativos y no necesita ser retirado en una cirugía (como ocurre con los implantes de titanio y otros de uso médico), ya que a medida que las células regeneran el hueso (fractura) el implante se va degradando.

“Con la pasta creamos el scaffold e hicimos un implante in vitro y comprobamos que sí servía como andamio, que pasados 24 a 27 días se rastreaban depósitos de calcio, es decir que había osteoblastos (células que forman el tejido óseo) que luego se convierten en osteocitos (hueso)”, contó la investigadora Jaramillo.

Esa fue la parte que más la sorprendió: ver las células de los huesos regenerar tejido óseo a partir materiales cerámicos pero 100% compatibles con el cuerpo humano.

Estos implantes se podrían usar en cualquier parte del hueso, aunque la prueba se hizo solo en huesos esponjosos porque se buscaba poner a prueba las células madre orientadas al linaje osteogénico, señaló la investigadora.

Su siguiente reto es probar este desarrollo en un cuerpo humano (in vivo). “Esa es la parte más compleja de las biociencias porque se requiere más apoyo económico, aunque yo siento que vale la pena, ya que tenemos muchas ventajas: el material no será rechazado por el cuerpo, el hueso se regenerará sin perder sus propiedades y la persona no quedará con una prótesis sino con su hueso natural regenerado”, aclaró.

Por último, señaló que espera que su investigación sirva para inspirar más aplicaciones de la tecnología de impresión y para brindar nuevas alternativas a las personas que sufren fracturas o pérdidas de hueso.

Fuente: Universidad Nacional de Colombia

miércoles, 19 de mayo de 2021

Spotify tendrá su propia función de transcripciones automáticas de podcasts


Spotify acaba de compartir las mejoras de accesibilidad que está comenzando a introducir en su servicio, destacando especialmente la nueva función de transcripción automática de podcasts, que acorde a la plataforma, llegará a lo largo de las próximas semanas en fase beta limitada para una selección de sus programas originales exclusivos.

La idea es que estos podcasts puedan tener sus correspondientes transcripciones automáticas disponibles a través de la aplicación de Spotify para Android e iOS, lo que permitirá que pueda estar al alcance de más personas, incluyendo a personas con problemas auditivos, que podrán hacer la lectura de los mismos con o sin sonido.

Haciendo que los podcasts puedan estar al alcance de más personas

Pero además, cualquiera podrá navegar a través de la transcripción y seleccionar un párrafo concreto desde comenzar la reproducción del episodio correspondiente, evitándoles la necesidad de moverse hacia adelante o hacia atrás en la reproducción.

La llegada de esta funcionalidad permitirá además que los podcasters no se vean en la necesidad de proporcionar transcripciones de forma manual ni que los oyentes tengan que acudir a las plataformas de terceros.

En un futuro, la plataforma espera poder ofrecer transcripciones automáticas para todos los podcasts que alberga.

Por otro lado, Spotify está introduciendo cambios visuales en una serie de botones de reproducción «en términos de color, formato de texto y tamaño», buscando que sean más accesibles para personas que cuenten con problemas visuales o simplemente se encuentren en situaciones que dichos botones sean poco apreciables.

Estos cambios llegan a partir de hoy a través de una nueva actualización.

Y por último, los usuarios de iOS también contarán desde ahora con una nueva opción de configuración que les permitirá personalizar el tamaño de los textos en la aplicación. Para ello deben ir a Configuración / Accesibilidad / Tamaño de pantalla y texto, desde donde deberán presionar la opción «Texto más grande» y realizar el ajuste del tamaño a través de un deslizante que tendrán a su disposición.

Con estas mejoras, Spotify trata de expandir la experiencia de su aplicación para que esté al alcance de un mayor número de usuarios posibles. Respecto a las transcripciones automáticas, ya avanzábamos hace poco que iríamos viendo como la misma acabaría llegando a más aplicaciones y servicios, cosa que sí está ocurriendo, y que se engloba dentro de esas características que toda aplicación debería tener a día de hoy, como el modo oscuro, entre otras.

Fuente: Wwwhat's new

martes, 18 de mayo de 2021

¿Cuánto creemos en las teorías de la conspiración?


¿Fue la gran crisis financiera de 2008 producto de un plan oculto? ¿El coronavirus se diseñó en secreto en un laboratorio y su propagación no es fortuita?

Estas y otras preguntas podrían encajar con lo que en el terreno de las ciencias sociales denominamos una “teoría de la conspiración”. Este concepto hace referencia a la creencia en explicaciones de determinados hechos que son alternativas a la versión oficial. Por ejemplo, la existencia de grupos o planes secretos que difunden deliberadamente una versión falseada de la realidad para obtener así algún beneficio.

Entre otras posibles razones, la prolongada desconfianza institucional y la aparición de los medios digitales como ecosistema comunicativo han provocado que estas teorías estén hoy en todas partes.

¿La sociedad española cree en teorías de la conspiración?

Conocemos muchos de los mecanismos psicológicos que ilustran por qué somos proclives a creer en este tipo de explicaciones. En muchos casos, pasan por la reducción de la incertidumbre y un intento de construir respuestas grupales a la sensación de ser vulnerables ante amenazas potenciales.

Sin embargo, en España no se han realizado demasiados estudios basados en muestras grandes y representativas de población. Al menos así era hasta el año 2017. Entonces, un equipo de expertos de las Universidades de Huelva, Granada y Vigo condujo una investigación que se ha llevado a cabo como parte de la 5ª Ola  del Panel Ciudadano para la Investigación Social en Andalucía (PACIS), financiada por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC).

Dicho estudio se basa en la administración de una encuesta a 1 103 personas andaluzas, una muestra probabilística altamente representativa de la sociedad andaluza.

Los resultados no nos dejan indiferentes, pues parece haberse instalado una amplia desconfianza entre la ciudadanía. Por ejemplo, muchos andaluces se suman a la idea de que es probable o muy probable que “ocurran muchas cosas en el mundo de las que no somos informados”.

En un plano más específico, algunos enunciados conspirativos recabaron un fuerte apoyo. Es el caso de la creencia en que “el incendio de Doñana tiene mucho que ver con la aprobación de la modificación de la Ley de Montes, con la que un 45% de la población mostró un alto nivel de acuerdo (en una escala de 1 a 7, una puntuación igual o superior a 6 puntos).

Siguiendo esta misma lógica, ideas como que "la crisis financiera fue deliberadamente provocada por los políticos y grandes empresarios” también obtuvieron un 48% de apoyo.

Incluso teorías de la conspiración con una acentuada marca sexista obtuvieron un relativo apoyo popular. Por ejemplo, una de cada cuatro personas encuestadas mostró un alto grado de acuerdo con que “el gobierno oculta deliberadamente las cifras de hombres que son maltratados por las mujeres”.

Un perfil social para cada teoría conspiratoria

Si nos preguntamos qué tipo de persona tiende a prestar apoyo más a menudo a este tipo de creencias, encontramos que no existe un único perfil sociológico que señale a las más proclives a creer en teorías de la conspiración. No obstante, la edad, la religiosidad o la orientación política son algunos de los factores que deben ser considerados.

Según este mismo estudio, el perfil difiere en función del tipo de creencia conspirativa en cuestión. Por ejemplo, la creencia en “Eurabia” o una supuesta invasión del Islam es mayor entre los andaluces de mayor edad, asociados al espectro político de la derecha y que se declaran católicos.

En cambio, la creencia en que los políticos y grandes empresarios provocaron deliberadamente la crisis económica es más popular entre los andaluces que simpatizan con la izquierda.

Existe una relación entre la creciente difusión de estas teorías de la conspiración y cambios en las pautas de consumo de la información por parte de la sociedad. Por ejemplo, nuestro equipo ha constatando que existe una elevada desconfianza y falta de credibilidad por parte de la ciudadanía respecto de la información recibida.

Además, tal y como hemos publicado recientemente, también parece claro que un uso intenso de las redes sociales digitales (que sustituyen a otros medios como fuente de información) está asociado a un mayor apoyo a este tipo de creencias.

La pandemia, un terreno abonado para la mentalidad conspirativa

Si un escenario de incertidumbre impulsa la creación y propagación de teorías de la conspiración, parece evidente que la pandemia es un perfecto caldo de cultivo para estas. Las teorías de la conspiración, además, florecen en situaciones de crisis.

Para explicar este fenómeno y otros aspectos sociales del escenario pandémico, nuestro equipo de la Universidad de Huelva (ESEIS/COIDESO) ha formado parte, junto a científicos sociales de otros 67 países, de un ambicioso proyecto internacional titulado Covid-19 study on Social & Moral Psychology.

Esta investigación ha demostrado que, en España, nuestro grado de creencia en estas explicaciones conspirativas sobre el covid-19 es significativo, aunque muy similar al promedio del conjunto de países estudiado.

Hemos detectado, por ejemplo, que más de una quinta parte de la población española (el 21,9%) muestra un alto grado de acuerdo con la idea de que el coronavirus “es un arma biológica diseñada por científicos”.

También se constata que el 18% muestra un gran acuerdo con que el covid-19 “es una conspiración para acabar, definitivamente, con los derechos de los ciudadanos y establecer un sistema autoritario”.

El peligro de creer en teorías de la conspiración

Estos datos no facilitan la labor de nuestras autoridades sanitarias ni las tareas de contención de la enfermedad. De hecho, investigaciones recientes, como la que vemos en este artículo, muestran que creer en teorías de la conspiración se asocia a un menor seguimiento de las recomendaciones sanitarias durante la pandemia.

Por su ubiquidad y por la facilidad con la que hoy tenemos acceso a gran cantidad de información no contrastada, no es improbable que muchos lectores de este texto hayan ayudado, siquiera inconscientemente, a propagar alguna de estas teorías de la conspiración.

Quizás sea el momento de recuperar una manera más pausada y concienciada de consumir y trasladar información a las personas de nuestro entorno, también durante la pandemia de covid-19.

Fuente: The Conversation