jueves, 30 de abril de 2020

Twitter permitirá que investigadores analicen tus tuits sobre el coronavirus

Twitter permitirá a investigadores analizar tus tuits relacionados con el coronavirus. La empresa anunció que liberará sus herramientas para que desarrolladores y expertos en análisis de datos tengan acceso en tiempo real a todas las conversaciones en torno al COVID-19.

Por medio de una entrada en sus foros para desarrolladores, Twitter dijo que esta herramienta requiere experiencia previa trabajando con datos, así como contar con la infraestructura necesaria para procesar, almacenar y analizar millones de tuits que se generan cada día.

Con esto, los investigadores podrían analizar y entender de un mejor modo el diálogo que ocurre sobre la pandemia del COVID-19 en la plataforma, tanto en conversaciones, el modo como los usuarios reaccionan ante la información, y sobre todo, el flujo de noticias falsas y teorías conspirativas que se esparcen en la red social.

Debido a la naturaleza de los datos, la red social confirmó que esta opción solo estará disponible para algunos cuantos y que revisarán a detalle todas las solicitudes, con el fin de asegurarse que sirva para un bien común.

Todos los tuits sobre el coronavirus se analizarán en tiempo real

Twitter canalizará todos los tuits públicos que se generan en tiempo real que incluyen palabras clave relacionadas con el COVID-19. Aquellas cuentas privadas que requieren autorización previa para poder leer su contenido no serán consideradas en el análisis. No existe un límite para el volumen de datos a analizar, aunque solo se permitirá un máximo de 200 intentos de conexión por intervalo de 15 minutos.

La empresa ha habilitado una página en la que encontramos términos como coronavirus, #coronavirusmexico, COVID-19, cuarentena y pandemia, así como otros más específicos que incluyen teletrabajo, #lavatusmanos o #quedateencasa. En caso de que el usuario elimine el tuit posteriormente, los investigadores tendrán la obligación de no considerar esa información y eliminarla también de su análisis.

Los requisitos para tener acceso al flujo de datos es tener una cuenta de desarrollador, experiencia demostrable con datos en JSON y llenar un formulario para ser considerado. Una vez aprobado, el desarrollador podrá activar el flujo de tuits del COVID-19 dentro del panel de control de Developer Labs, en donde pueden probarse otras APIs y métricas que ofrece Twitter.

Vale la pena mencionar que los desarrolladores no podrán monetizar estos datos y su aplicación deberá apoyar el bien público.

Fuente: Hipertextual

miércoles, 29 de abril de 2020

El 5G llega para revolucionar el marketing

Uno de los avances tecnológicos más esperados de la década es el 5G. Constantemente se habla de cómo llegará a revolucionar la era digital y los beneficios que traerá su uso en diversas industrias como la de salud, publicidad y entretenimiento, pero ¿qué es exactamente? Y, ¿cuál será su impacto?

Héctor Cueto, articulista de Business Insider comenta que el 5G “en la jerga de las telecomunicaciones, son las siglas utilizadas para referirse a la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil; es, en términos prácticos, la sucesora de la tecnología 4G”.

Esta tecnología en desarrollo está creada para facilitar la comunicación y conexión del ser humano con el mundo digital, por lo que su llegada cambiará la forma de relacionarnos con el entorno y la tecnología. Su objetivo es mejorar los servicios móviles de banda ancha que usamos en la actualidad, de tal forma que sea capaz de soportar varios servicios y dispositivos conectados al mismo tiempo. Esto permitirá que la accesibilidad y la velocidad de la conexión sea mayor, cambiando el comportamiento de diversas industrias con servicios contactados, desde la del marketing, hasta la de salud, movilidad y entretenimiento.

El 5G es capaz de transmitir 10 gigas por segundos, esto es 100 veces más rápido que la 4G. De acuerdo con Digital Trends, es tan veloz que es capaz de intercambiar información en un milisegundo. Debido a esta rapidez esta tecnología llegará a revolucionar el mundo del marketing.

Con el 5G los consumidores podrán descargar con mayor facilidad y a una gran velocidad películas, juegos, programas de televisión y experiencias de realidad virtual desde sus teléfonos inteligentes u otros dispositivos sin estar conectados a una red Wi-Fi. La velocidad de carga también permitirá que la comunicación entre los usuarios tenga mejor calidad, potencializando las videollamadas, los juegos en línea y las transmisiones en vivo. También permitirá que los tiempos de carga de los anuncios y la recolección de datos sea más efectiva, por lo que el 5G disminuirá significativamente las tasas de rebote y permitirá aumentar los clics. Todo esto, en conjunto, significa una mejor conexión con los consumidores.

Rebold, una empresa de marketing y comunicación basada en el análisis de datos, menciona que el 5G llegará para cambiar 9 ámbitos de la publicidad:

Avances en analítica

Beneficiará a aquellas marcas que realizan análisis de grandes cantidades de datos en tiempo real, esto les permitirá optimizar y modificar las campañas de marketing a una mayor velocidad. Al realizar campañas más asertivas con base en los datos recolectados, lograrán una conexión más estrecha con los consumidores, aportándoles más valor a ellos y a las propias marcas.

Hiperlocalización

La facilidad de su acceso permitirá que un mayor número de áreas geográficas puedan estar conectadas. Esto no solo beneficiará a las zonas rurales y favorecerá el desarrollo de las Smart Cities, también posibilitará conocer con mayor exactitud la ubicación y el tráfico de personas en un determinado lugar, permitiendo crear una mejor fragmentación y, enviar con precisión mensajes de publicidad con base en la localización y las interacciones.

Usuarios más exigentes

La velocidad para obtener cualquier tipo de dato incrementará la exigencia de los usuarios. Su preferencia por aquellas marcas que les faciliten realizar cualquier acción con tan solo un clic, desde realizar una compra hasta solicitar un servicio, será cada vez mayor. Por lo que, las marcas deberán de invertir más en su atención a clientes, si no quieren ser penalizadas por sus mismos consumidores.

Un entorno sin cables

La conexión será inalámbrica afectando la forma de compra y servicio de anuncios que hay en la televisión por cable.
Protagonismo del video: el formato de video será uno de los más atractivos, generando el 77% del tráfico a Internet, de acuerdo a PuroMarketing. Las transmisiones en vivo tendrán mayor definición y al ser contenido compartido en tiempo real intensificará la sensación del usuario de estar ahí, transformando la forma en que se comercializan ciertos eventos.

Crecimiento de los eSports

Los videojuegos online tendrán una importante evolución. El hecho de que la banda ancha permitirá que múltiples jugadores estén conectados al mismo tiempo sin afectar el juego, los videojuegos en streaming podrán jugarse desde cualquier dispositivo. En este punto, las marcas tendrán que enfocar su atención en generar nuevas oportunidades de negocio con esta nueva comunidad que cada día crece más.

Cualquier superficie será una pantalla

Toda superficie con un tranceptor inalámbrico 5G podrá convertirse en un soporte de marketing interactivo, por lo que, cualquier dispositivo con estas características podrá transmitir publicidad. Es importante mencionar que aquí las marcas deberán de pensar en formatos interactivos y adaptables para tener mayor éxito en la comunicación.

Realidad aumentada

Conforme las superposiciones de imágenes interactivas e inteligentes de alta calidad estén presentes en más lugares (escaparates, dispositivos móviles, tableros de automóviles, etc.), la relación de los consumidores con los productos será más realista y “tangible”. Por ejemplo, podrá permitir que una persona entre a una tienda de ropa online y se pruebe una prenda y, con base en eso, tomar una decisión de compra, volviendo más completa y asertiva la experiencia.

Marketing por voz

Muchos usuarios utilizan el comando de voz para realizar tareas básicas en sus dispositivos como realizar llamadas y búsquedas, escribir mensajes o incluso de dictado, por lo que es probable que estos estén abiertos a recibir información publicitaria a través de mensaje de voz.

Sin duda este avance representa un gran paso para la tecnología y la humanidad. ¿Ustedes ya están listos para recibirlo?

Fuente: W Radio

Fuente: Informe 21

martes, 28 de abril de 2020

Cómo la ausencia de abrazos durante la cuarentena nos priva de la hormona de la felicidad

Cumpleaños y otros festejos se celebran actualmente con videollamadas, vecinos conversan a través de la ventana y aquellos que viven solos sobreviven sin contacto humano alguno en esta cuarentena cuyas reglas varían de país en país, pero que, en líneas generales, nos obligan a permanecer en la casa y a mantener una distancia de dos metros de otras personas, en caso de tener que salir.

Pero el tacto es algo "verdaderamente fundamental" para los humanos y, vivir sin él, debilita nuestras relaciones más cercanas, dice Robin Dunbar, profesor de Psicología evolutiva de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.

"El tipo de contacto más íntimo -el brazo alrededor del hombro, una palmada en el brazo y este tipo de cosas reservadas para amistades más cercanas y miembros de la familia- son realmente importantes", asegura el científico.

Nos hace sentir más felices, satisfechos y confiar en los demás.

El tacto es el primer sentido que se desarrolla en el útero, e investigaciones han mostrado que el contacto físico con otros reduce el efecto del estrés.

Evolución

Dunbar dice que la razón por la que los humanos necesitan contacto físico es debido a nuestro pasado evolutivo como primates.

"Todos los primates son intensamente sociales y, probablemente los más intensamente sociales de todos los animales del planeta", señala.

"Ellos construyen este tipo de relaciones y amistades entre sí a través del tacto social, que toma la forma de aseo social, que consiste en revisar el pelaje del otro. Y nosotros todavía lo hacemos".

Mientras que la mayor parte de nuestro pelaje ha desaparecido, los humanos hacemos los mismos movimientos en exactamente las mismas neuronas cuando acariciamos, abrazamos y damos palmadas", explica Dunbar.

Esto estimula la producción de endorfinas, las sustancias químicas que nos hacen sentir bien y que actúan en el cerebro para acallar el dolor.

"Es horrible"

Robyn Munday, como tantas otros millones de personas, está atravesando la cuarentena sola.

"Soy de esas que abrazan, abrazo a todo el mundo", dice Munday, de 57 años, desde su casa en Victoria, Australia.

"Tengo muchos, muchos amigos a los que abrazo, abrazo a mis hijos (que ya son grandes). Es una de las cosas que más extraño de todo esto".

Cuando le pregunto cuánto tiempo cree que puede pasar hasta que siente el impacto de la falta de contacto, responde: "Sé que ya me ha impactado. Me pone sensible solo pensar en ello", dice tratando de contener las lágrimas. "Pero es lo que tenemos que hacer".

"Es horrible, realmente lo extraño. Quizá es más evidente para mí porque me mudé a mi propio lugar por primera vez en noviembre. Hasta entonces, siempre había algún hijo en mi casa. Es un mal momento. Me gusta vivir sola, la soledad, pero siempre tuve contacto con la gente".

Anita Byrne, británica de 47 años, se describe como muy táctil, algo que atribuye a los años que trabajó en la industria de la estética.

"No te das cuenta de cuán táctil eres hasta que te quitan el contacto", dice.

"Es muy difícil. A veces, en el trabajo, cuando tienes un día duro quieres abrazar a alguien y no puedes. La otra noche, necesitaba que alguien estuviera conmigo. A veces un abrazo dice mucho más que mil palabras", expresa Byrne, quien ahora trabaja como coordinadora de pacientes para el Servicio Nacional de Salud británico.

Todos nos tocamos

Aunque algunas culturas son más táctiles que otras, tocar es importante para todos, le dice Dunbar a la BBC.

"Hicimos un sondeo en toda Europa, desde Rusia hasta Finlandia en el norte, pasando por Reino Unido e Italia en el sur, y también en Japón y todos básicamente tocan las mismas partes del cuerpo", explica.

"Hay diferencias pequeñas... los italianos, no hace falta decir, dan muchos besos y abrazos, mientras que los británicos son un poco más distantes, pero no del todo".

"Es increíble todo lo que nos tocamos sin siquiera darnos cuenta".

Aun así, es posible reemplazar los beneficios del contacto físico en la distancia, asegura el científico.

"Reírnos y hacer reír a los demás y cantar son formas muy buenas para poner en movimiento al sistema de endorfinas", dice.

"Pero al final, para las relaciones cercanas -esos amigos que nos ponen el hombro para llorar- creo que dependen del contacto físico de la mirada".

Fuente: Bbc Mundo

lunes, 27 de abril de 2020

¿Podemos rastrear COVID-19 y proteger la privacidad al mismo tiempo?

Caroline Buckee, una destacada epidemióloga de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard, ha dedicado su vida profesional al estudio de la malaria y otras enfermedades infecciosas. A medida que las noticias de un nuevo coronavirus surgieron de China, Buckee se dio cuenta de que su área de especialización, cómo evolucionan las enfermedades infecciosas a medida que se mueven a través de poblaciones vulnerables, sería valiosa para los trabajadores de la salud y los funcionarios electos a medida que el virus se propagara por todo el mundo. "Los métodos y las herramientas son los mismos, y los modelos epidemiológicos se adaptan fácilmente", me dijo Buckee. “Pero, para muchos de nosotros, que como yo, trabajamos con patógenos endémicos, Covid-19 es nuevo. Hay tanto que no sabemos". Dado que el imperativo más urgente era "aplanar la curva" de las infecciones, era crucial saber dónde funcionaban las estrategias de salud pública, como las órdenes de quedarse en casa, y dónde no. Buckee rápidamente reunió a un consorcio de investigadores de enfermedades infecciosas para que los responsables de la formulación de políticas tuvieran acceso a los datos, datos que aún no tenían.

Casi al mismo tiempo, Ian Allen, un ex oficial de la Marina y la CIA, llamó a la Escuela de Salud Pública de Harvard y preguntó si había algo que su nueva compañía, Camber Systems , pudiera hacer para ayudar con la pandemia. Poco después, Allen se conectó con Buckee, directora asociada del Centro de Dinámica de Enfermedades Transmisibles de la Escuela de Salud Pública. Ella había creado la Red de datos de movilidad Covid-19, una red de epidemiólogos de universidades de todo el mundo, para tratar de rastrear la eficacia de las medidas de distanciamiento social. Allen acordó proporcionarle a Buckee el software para consultar y eliminar los datos recopilados por las compañías tecnológicas y usarlos para rastrear la propagación del coronavirus sin violar la privacidad de los estadounidenses. "Realmente no esperaba volverla a escuchar, suponía que Harvard, tendría todos los recursos que necesitaría", me dijo Allen, mientras estaba parado en un predio de la zona rural de Virginia mientras su hijo disparaba a latas con una pistola BB. (Al igual que muchos padres, Allen ha estado educando en casa a sus hijos durante la pandemia; esta fue una clase de geometría). “Caroline me preguntó si podíamos ayudar a agregar datos de ubicación, solo agregar los datos y anonimizarlos de la manera correcta para proteger la privacidad, le quitaría algo de la carga”. Allen contactó a un puñado de empresas de datos, incluidas Unacast, Kochava y X-Mode. Todos acordaron proporcionar sus datos de forma gratuita.

Camber Systems, de la cual Allen es el CEO, es una startup nueva que, entre otras cosas, espera ofrecer a las agencias gubernamentales federales, estatales y locales, formas de usar los datos de ubicación comercialmente obtenidos, para mejorar sus operaciones sin violar las leyes de privacidad. Poco antes de la pandemia, Allen y su socio comercial, Navin Vembar, un matemático que se desempeñó como director de tecnología de la Administración de Servicios Generales, estaban buscando clientes potenciales, hablando con funcionarios en Madison, Wisconsin, sobre el uso de datos de ubicación para apuntalar el turismo y distribuir equitativamente los recursos públicos de la ciudad. Ayudar a la red de datos de movilidad Covid-19 de Buckee fue el tipo de proyecto que imaginaron cuando lanzaron su compañía con Hangar, una firma de capital de riesgo que financia empresas que usan tecnología de interés público.

Al presentar datos de ubicación agregados en un formato accesible y de búsqueda para los epidemiólogos que estudian Covid-19, el proyecto permitiría a los investigadores y responsables políticos ver cómo las personas se mueven por sus comunidades. Cuando se combinan con otras métricas, como la cantidad de nuevas infecciones o las tasas de mortalidad, los datos pueden guiar a los responsables de las políticas a medida que lidian con cuándo y dónde levantar las órdenes de quedarse en casa. Facebook también está suministrando datos a la red. Según Buckee, la correspondencia entre los diversos grupos da a los investigadores confianza en las tendencias observadas. "Un solo grupo de datos no mostrará lo que está sucediendo", dijo.

Los datos de ubicación son el pan y la mantequilla de la "tecnología publicitaria". Le informan a los especialistas en marketing que recientemente compró zapatos para correr, está tratando de perder peso y tiene un afecto constante por el maíz. Las aplicaciones en teléfonos celulares emiten un rastro constante de lecturas de longitud y latitud, lo que permite seguir a los consumidores a través del tiempo y el espacio. Los datos de ubicación a menudo se triangulan con otros segmentos de información personal, aparentemente inocuos, tantos, de hecho, que varios corredores de datos afirman tener alrededor de cinco mil puntos de datos de casi todos los estadounidenses. Es un negocio lucrativo: según al menos una estimación, la industria del corretaje de datos vale doscientos mil millones de dólares. Aunque los datos a menudo son anónimos, varios estudios han demostrado que se pueden desenmascarar fácilmente para revelar identidades: nombres, direcciones, números de teléfono y otros datos privados. Como Buckee sabía, la vigilancia de salud pública, que sirve a la comunidad en general, siempre se ha enfrentado a la privacidad, que protege al individuo. Pero, en el pasado, la vigilancia de la salud pública generalmente se realizaba mediante el rastreo de contratos, con trabajadores de la salud que entrevistaban en privado a las personas para determinar su estado de salud y rastrear sus movimientos. Fue un trabajo laborioso, dependiente de la memoria y, por eso, tenía un alcance inherentemente limitado y, a menudo, incompleto o ineficiente. (Al comienzo de la pandemia, solo había dos mil doscientos rastreadores de contactos en el país).

Las tecnologías digitales, que funcionan a escala, brindan instantáneamente información detallada recopilada de cámaras de seguridad, lectores de matrículas, escaneos biométricos, drones, dispositivos GPS, torres de teléfonos celulares, búsquedas en Internet y transacciones comerciales. Pueden ser útiles para la vigilancia de la salud pública de la misma manera que facilitan todo tipo de espionaje por parte de gobiernos, empresas y actores malignos. Corea del Sur, que informó su primer caso de Covid-19 un mes después de Estados Unidos, ha logrado tasas dramáticamente más bajas de infección y mortalidad al rastrear a los ciudadanos con el virus a través de sus teléfonos, sistemas de GPS para automóviles, transacciones con tarjetas de crédito y cámaras públicas, Además de un sólido programa de pruebas de enfermedades. Israel alistó a Shin Bet, su policía secreta, para reutilizar sus protocolos de rastreo terrorista. China programó cámaras instaladas por el gobierno para apuntar a las puertas de las personas infectadas para monitorear sus movimientos.

Por improbable que parezca que tales medidas que comprometen la privacidad sean adoptadas en los Estados Unidos, la Administración de Trump, convocó a ejecutivos de tecnología a la Casa Blanca para discutir el intercambio de datos con el gobierno. No se sabe mucho sobre la reunión. La Administración ha clasificado todas sus discusiones sobre Covid-19, y luego denunció a "Politico" por informar que la Casa Blanca estaba en conversaciones con empresas tecnológicas para crear un sistema nacional de vigilancia del coronavirus. La semana pasada, informó Gizmodo, que Palantir, una firma secreta de análisis de datos, propiedad del multimillonario conservador y patrocinador de Trump, Peter Thiel, tiene un contrato con la Administración de Trump para construir una base de datos para rastrear la propagación del virus. Palantir es mejor conocida por su trabajo con la NSA e ICE, donde su software se utiliza para rastrear a inmigrantes indocumentados. (Otras compañías de vigilancia privadas, especialmente la firma israelí NSO, también están promoviendo el rastreo de Covid-19 a gobiernos de todo el mundo).

"Estamos muy familiarizados con el historial de crisis, donde los nuevos poderes en manos de gobiernos y corporaciones los llevan a aferrarse a ellos indefinidamente", nos dijo Adam Schwartz, abogado del grupo de derechos digitales de la Electronic Frontier Foundation. Él señaló que la mayoría de los amplios poderes de investigación otorgados a la comunidad de inteligencia después del ataque terrorista del 11 de septiembre siguen vigentes casi dos décadas después. Como escribió la senadora Maria Cantwell, el 9 de abril, en sus comentarios de apertura para una audiencia del Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado, sobre el papel de Big Tech durante la pandemia, "Los derechos y los datos entregados temporalmente durante una emergencia pueden convertirse en muy dificiles de devolver".

Por difícil que sea ahora mirar hacia el futuro, legisladores como Cantwell y defensores de la privacidad como Schwartz, nos piden que pensemos en cuánta privacidad estamos dispuestos a sacrificar para combatir un virus devastador. Si aceptamos el seguimiento de datos del gobierno, la vigilancia necesaria para reducir Covid-19, podría convertirse en un elemento permanente en nuestras vidas. Es una compensación desconocida. "En este caso particular, si tenemos tecnología para minimizar el daño, tenemos la obligación moral de usarlo", me dijo Marcello Ienca, bioético de la universidad suiza ETH Zurich. "Pero tenemos que fusionarlo con la mejor tecnología disponible en las áreas de ciberseguridad y privacidad". Para hacer esto bien, agregó Ienca, los expertos en salud pública deben trabajar con defensores de la privacidad.

Buckee está de acuerdo. "Hemos pasado varios años pensando en la privacidad", dijo, refiriéndose a sí misma y a sus colegas de Harvard, a quienes les preocupa que "algunas de las compañías que ofrecen sus servicios podrían no estar totalmente conscientes del debate en torno a esto". Buckee se ha asegurado de que el sitio web de Mobility Data Network presente de manera destacada las estrictas políticas de privacidad del grupo. Pronto publicará un artículo en una revista médica (Vembar, de Camber Systems, es coautor) que incluye, entre otras cosas, las mejores prácticas de preservación de la privacidad que cree que deberían usarse durante la pandemia. "Tenemos que ser explícitos sobre lo que sucede con estos datos", dijo. "No es tan simple como eliminar un archivo". Debido a que los datos de ubicación que Camber Systems recibe de los corredores de datos pueden usarse para exponer información personal, Allen y Vembar no los comparten con los investigadores de Buckee. En cambio, agregan y aumentan los conjuntos de datos con matemática probabilística para crear ruido que dificulta que cualquiera pueda concentrarse en individuos particulares. Y, si alguno de sus conjuntos de datos depende de una pequeña cantidad de dispositivos, los eliminan, ya que también pueden ser reveladores.

El resultado de su trabajo es el "Reportero de distancia social" de Camber Systems. Una página en el sitio web de la Red de Movilidad de Datos, que permite al público ver, condado por condado, dónde las personas se mueven, o no, de manera predecible, como ir a trabajar, y de manera impredecible, como reunirse en parques o viajar fuera del estado. Debido a preocupaciones de privacidad, solo los investigadores de Buckee pueden examinar los datos a nivel del tramo censal, que es más granular. “Una razón por la que no hacemos públicos los datos por debajo del nivel del condado es que, si hay vecindarios pobres donde la gente se mueve mucho porque tienen que ir a trabajos esenciales, no queremos ponerles como objetivo", dijo Vembar. Buckee me dijo que quieren evitar que incluso los datos anónimos puedan conducir a la discriminación contra las personas que viven en ciertos vecindarios.

Estudiar los datos de movilidad no pretenden determinar los niveles de riesgo de las personas; en cambio, pregunta si los riesgos para la salud pública se están manejando adecuadamente. Eso es especialmente útil para los encargados de formular políticas y los profesionales de la salud, pero, ante un virus que nos obliga a mirarnos con cautela a través de nuestras máscaras, lo primero que queremos es comprender nuestra vulnerabilidad personal. Sería fácil saber si hemos estado en contacto con alguien que haya dado positivo por Covid-19, si se nos exigiera usar una insignia de identificación que mostrara nuestro estado de infección. Pero eso va en contra de las expectativas de los estadounidenses sobre las libertades civiles y los derechos de privacidad, incluso en una pandemia. La vigilancia digital constante a medida que avanzamos durante el día podría lograr lo mismo, pero claramente viola nuestra privacidad. Incluso un monitoreo menos exhaustivo con tecnología digital que actualiza el rastreo de contactos tradicional al alertarnos cuando hemos estado cerca de una persona que es Covid-19 positiva "puede fallar en proteger los datos, o puede ser mal utilizado o extenderse mucho más allá de su propósito inicial", advirtieron miembros de un consorcio paneuropeo. Los miembros del grupo, conocidos como DP-3T, se encuentran entre un puñado de tecnólogos de todo el mundo que desarrollan aplicaciones de "rastreo de proximidad" que tienen como objetivo preservar la privacidad. Dicen que el software que han desarrollado requiere que los participantes se suscriban, no almacena información personal y experimentará un "desmantelamiento elegante" después de que termine la pandemia. El grupo ha publicado su código en Internet, donde está disponible de forma gratuita para las autoridades sanitarias.

Sin embargo, el software de seguimiento de contactos con conciencia de privacidad que ha recibido la mayor atención aún no existe. El 10 de abril, al día siguiente de la audiencia de Cantwell, Google y Apple anunciaron que estaban colaborando en una nueva interfaz de software similar a la desarrollada por los académicos en Europa. Utilizará señales Bluetooth de bajo nivel para alertar a cualquier persona cuyo dispositivo Android o iPhone se haya acercado a un teléfono propiedad de una persona infectada en las últimas dos semanas. La participación será voluntaria, y las compañías dicen que no se intercambiarán ni almacenarán datos de identificación. Si a un usuario se le diagnostica el coronavirus, depende de él informar a la aplicación, que luego notifica a cualquier persona cuyo teléfono haya estado cerca de ese teléfono. También supone que los teléfonos están siendo transportados por sus dueños.

¿Esto funcionara? Técnicamente, sí: los teléfonos pueden comunicarse entre sí. (Mientras lo hacen, es probable que las aplicaciones de terceros también obtengan sus datos de ubicación). Sin embargo, Bluetooth es notoriamente falible. ¿La aplicación informará el contacto entre personas que viven en apartamentos contiguos porque Bluetooth penetra en las paredes? ¿Qué pasa con las personas que salen a caminar al aire libre? "Tales falsos positivos desperdiciarán recursos valiosos en términos de evaluar a las personas que no estuvieron realmente expuestas y también harán que la gente apague la aplicación", me dijo Susan Landau, profesora de ciberseguridad en la Universidad de Tufts.

Si, de alguna manera, la tecnología en sí misma puede funcionar suficientemente bien, ¿hará alguna diferencia en la salud pública? Eso no está claro. La eficacia del rastreo de contactos depende de la existencia de pruebas generalizadas, accesibles y gratuitas. Hasta ahora, eso no es algo que las autoridades de salud hayan podido ofrecer en este país. También depende de las personas que poseen teléfonos inteligentes. (Además, los usuarios de Android necesitan el teléfono correcto), y se requiere que un número significativo de esos propietarios de teléfonos elijan participar en el programa. Todavía no se sabe cuál es ese número. Si participa muy poca gente, es probable que la aplicación genere una falsa sensación de seguridad. Compartir el estado médico de uno también es voluntario, otro eslabón débil. Landau también señaló que "las aplicaciones de rastreo de contactos no sirven para manejar portadores asintomáticos".

La interfaz de la aplicación Google-Apple se lanzará en mayo a las agencias de salud pública. En junio, las compañías planean agregar el software a sus sistemas operativos. Es demasiado pronto para saber qué tan ampliamente se adoptará, si aliviará los temores de las personas, si mejorará los resultados de salud o si, como dijo el investigador de la Universidad de Cambridge, Ross Anderson, es solo una expresión de "hacer algo"." Sin embargo, si Big Tech, que a menudo ha jugado rápido y suelto con la información personal de los usuarios, acepta la creencia de Buckee de que la salud pública y la salud cívica no deben ser mutuamente excluyentes es un desarrollo alentador. "La tasa de colaboración científica y de producción en este momento es simplemente sorprendente", me dijo la primera vez que hablamos. Unos días después, cuando me contacté con Buckee, ella dijo: "Es absolutamente agotador, a menudo bastante emocional y completamente agotador. Me voy a dormir pensando en Covid-19. Me despierto pensando en Covid-19. Es lo mismo para todos los que conozco trabajando en esto. Todos mis colegas se controlan entre sí, tratamos de salir al menos una vez al día para caminar y despejar nuestras cabezas, pero generalmente terminamos con una llamada mientras caminamos. No sé cómo podemos mantener este ritmo, pero hay mucho que hacer".

Artículo en inglés

Fuente: The New Yorker

Únete a la ciencia ciudadana: pon a tu ordenador a cribar fármacos contra el coronavirus

Colaborar desde casa en la búsqueda de medicamentos que frenen el coronavirus ya es posible gracias a un nuevo proyecto de ciencia ciudadana impulsado por el CSIC y la Fundación Ibercivis. Basta con tener un ordenador, conexión a internet y unirse, instalando un programa, a la red de computación distribuida de Ibercivis. A partir de ese momento, cada vez que se active el salvapantallas, tu ordenador se pondrá a hacer cálculos que servirán para conocer si fármacos que se están utilizando para tratar otras enfermedades víricas, como el ébola, la infección por VIH (causante del sida), la hepatitis B o la gripe, logran inhibir una proteína clave en la reproducción del virus SARS-CoV-2. Si quieres saber más, aquí te damos algunas claves del proyecto, que responde a las siglas ‘COVID-PHYM’.

¿Por qué probar compuestos que ya existen?

Pues para ganar tiempo en el control de la pandemia. Como los medicamentos aprobados ya han demostrado ser suficientemente seguros para nuestra salud, podrían estar disponibles para tratar a pacientes con COVID-19 mucho antes que un fármaco de nueva creación.

En cualquier caso, aunque un medicamento esté aprobado, hay que demostrar que es eficaz contra este coronavirus. Los ensayos clínicos con personas son muy costosos en términos económicos, de tiempo y de esfuerzo para los pacientes y el sistema sanitario. Así que, antes de hacer pruebas de este tipo, conviene utilizar técnicas informáticas para seleccionar buenos candidatos, es decir, fármacos que tengan realmente oportunidades de funcionar.

¿Cuál es la diana terapéutica?

La proteína que se quiere inhibir se conoce como ‘ARN polimerasa dependiente de ARN’ y ha sido escogida porque juega un papel central en la replicación y transcripción del material genético del virus. Si se neutraliza, se puede frenar la propagación del virus en el organismo y ayudar en la curación.

¿Qué pintan los ordenadores personales en todo esto?

Como explica Javier Martínez de Salazar, investigador del CSIC en el Instituto de Estructura de la Materia y líder del grupo que está detrás de esta iniciativa (Biophym), buscar con técnicas informáticas un compuesto capaz de neutralizar una proteína concreta es como probar un enorme número de llaves para abrir una cerradura. “Como en el caso de una llave y una cerradura, hay que encontrar el fármaco que mejor se adapte a la estructura de la zona de la proteína en la que esta realiza su función; el problema es que los modelos basados en la química-física que nos permiten hacerlo implican realizar cientos de miles de cálculos para medir la fuerza de la interacción de cada una de las posibles asociaciones entre el fármaco y la proteína”, advierte Javier Ramos Díaz, uno de los investigadores del grupo.

Un ordenador convencional tardaría varios años en ejecutar los cálculos necesarios para llevar a cabo la investigación. Por eso, el proyecto necesita la colaboración ciudadana: es decir, muchos ordenadores de personas voluntarias que reciban y procesen pequeños paquetes de trabajo. De este modo será posible conseguir una potencia de cálculo similar a la de un supercomputador y realizar todas las tareas previstas.

Realmente, ¿es eficaz distribuir el trabajo en muchos ordenadores?

Sí. Esta forma de trabajar se conoce como computación distribuida, y lleva cerca de 20 años ayudando con éxito a llevar a cabo proyectos científicos que demandan una gran capacidad de procesamiento. Uno de los ejemplos más vistosos es el proyecto SETI, que ha conseguido que millones de voluntarios y voluntarias contribuyan con sus ordenadores a analizar señales de radio procedentes del espacio en busca de indicios de vida extraterrestre. Para facilitar su puesta en marcha, la Universidad de Berkeley desarrolló la plataforma de computación distribuida BOINC, un programa de código abierto que actualmente utilizan numerosos centros de investigación de todo el mundo en áreas tan diversas como la física, las matemáticas, la climatología o la astrofísica.

En España, uno de los principales impulsores de este paradigma de computación ha sido Ibercivis. Aunque actualmente esta fundación se dedica a promover todo tipo de iniciativas de ciencia ciudadana, cuenta con una infraestructura de computación distribuida basada en BOINC con más de 20.000 voluntarios y voluntarias que ceden la potencia de cálculo de sus ordenadores y que ha dado soporte a más de 15 proyectos de investigación.

¿Qué hay que hacer para colaborar?

Solo necesitas descargar el programa BOINC y unirte a ‘Ibercivis BOINC’ en el momento de la instalación. Al hacerlo podrás elegir fácilmente cuándo y cómo participar. Si no quieres que el rendimiento del ordenador se vea afectado mientras lo usas, deja activada la configuración por defecto para que el programa solo se ejecute en los tiempos de pausa, cuando salta el salvapantallas.

Fuente: Ciencia para llevar

sábado, 25 de abril de 2020

Mensaje del Secretario General de la ONU

La pandemia de COVID-19 es una emergencia de salud pública, pero es mucho más.

Es una crisis económica. Una crisis social. Y una crisis humana que se está convirtiendo rápidamente en una crisis de derechos humanos.

En febrero hice un llamamiento a la acción para que la dignidad humana y la promesa de la Declaración Universal de Derechos Humanos constituyan el componente fundamental de nuestra labor.

Como dije entonces, los derechos humanos no pueden ser una idea secundaria en tiempos de crisis, y ahora nos enfrentamos a la mayor crisis internacional en varias generaciones.

Hoy he publicado un informe en el que se destaca que los derechos humanos pueden y deben guiar la respuesta y la recuperación ante la COVID-19.

El mensaje es claro: las personas y sus derechos deben ser lo primero.

Mirar a través del prisma de los derechos humanos hace que todos cuenten y garantiza que nadie se quede atrás.

Las respuestas de derechos humanos pueden ayudar a vencer la pandemia haciendo hincapié en la necesidad imperiosa de atención sanitaria para todos.

Pero también sirven como un sistema de alerta fundamental al poner de relieve quiénes son los que más sufren, por qué y qué se puede hacer al respecto.

Hemos visto que el virus no discrimina, pero sus efectos sí: sacan a la luz las profundas deficiencias en la prestación de servicios públicos y las desigualdades estructurales que obstaculizan el acceso a ellos. Tenemos que asegurarnos de que se aborden adecuadamente en la respuesta.

Vemos los efectos desproporcionados en ciertas comunidades, el aumento del discurso de odio, los ataques a grupos vulnerables y el riesgo de que la mano dura en las respuestas en materia de seguridad socave la respuesta sanitaria.

En un contexto de etnonacionalismo, populismo y autoritarismo en aumento, al tiempo que se produce un retroceso en los derechos humanos en algunos países, la crisis puede servir de pretexto para adoptar medidas represivas con fines no relacionados con la pandemia.

Esto es inaceptable.

Más que nunca, los Gobiernos tienen que ser transparentes, receptivos y responsables. El espacio cívico y la libertad de prensa son fundamentales. Las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado tienen funciones esenciales que desempeñar.

Y en todo lo que hagamos, no olvidemos nunca que la amenaza es el virus, no las personas.

Tenemos que asegurarnos de que todas las medidas de emergencia, incluido el estado de emergencia, sean legales, proporcionadas, necesarias y no discriminatorias, tengan un ámbito y una duración específicos y adopten el enfoque menos intrusivo posible para proteger la salud pública.

La mejor respuesta es la que mitiga de forma proporcionada las amenazas inmediatas, protegiendo al mismo tiempo los derechos humanos y el estado de derecho.

Mirando hacia delante, nuestra labor de reconstrucción debe ser mejor. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se sustentan en los derechos humanos, proporcionan el marco para que la economía y la sociedad sean más inclusivas y sostenibles.

El fortalecimiento de los derechos económicos y sociales aumenta la resiliencia a largo plazo.

La recuperación también tiene que respetar los derechos de las generaciones futuras, potenciar las medidas climáticas encaminadas a neutralizar las emisiones de carbono a más tardar en 2050 y proteger la biodiversidad.

Todos estamos juntos en esto.

El virus amenaza a todas las personas. Los derechos humanos favorecen a todas las personas.

Al respetar los derechos humanos en estos tiempos de crisis, construiremos soluciones más eficaces e inclusivas para la emergencia de hoy y la recuperación de mañana.

Gracias.

Fuente: ONU Bolivia

viernes, 24 de abril de 2020

Por qué los bulos triunfan a pesar de Internet

Hoy en día es frecuente describir nuestra sociedad como “sociedad de la información”, entre otras razones por la cantidad de información que fluye y circula, lo que puede convertirse en un problema. Tal y como comentaba Stephen Hawking en su libro póstumo, mientras que en el siglo XVIII se decía que existía una persona que había leído todos los libros escritos hasta ese momento, hoy esta hazaña sería imposible: tardaría unos 15.000 años en leer solo los libros de una Biblioteca Nacional, a razón de un libro por día, y, al terminar, tendría otros 15.000 años de literatura acumulada.

La información es más accesible que nunca: se dispone de acceso a miles de fuentes a solo un clic de distancia. ¿Por qué, entonces, es un problema mundial la desinformación y los bulos? ¿Por qué empresas internacionales como WhatsApp se ven obligadas a limitar el uso libre de sus redes sociales?

Para empezar, es normal que se cuelen mentiras porque falta, en general, tiempo y conocimientos necesarios para poder evaluar críticamente toda la información que llega a diario. Es el caso de las noticias falsas que circulan por las redes sociales: enjuagarse la garganta con agua salada ayuda a prevenir el coronavirus, o el hospital chino de hormigón construido en 48 horas. Así que, si no es analizando crítica y objetivamente el contenido de estos mensajes, ¿cómo una persona decide si son verdad o no?

Atajos cognitivos

Según el Modelo de Probabilidad de Elaboración, si carecemos del tiempo, los conocimientos o la motivación, podemos procesar un mensaje utilizando “atajos cognitivos” (heurísticos) que nos facilitan la tarea. Por ejemplo, si no somos médicos o biólogos, y no tenemos tiempo de contrastar un mensaje sobre el coronavirus, podemos decidir si nos lo creemos o no evaluando la fuente del mensaje; analizando si ese mensaje es consistente con nuestra opinión previa sobre el tema; y/o viendo si otras personas comparten también ese mensaje.

Los estudios han mostrado que esta forma heurística de procesar la información a través de atajos puede sernos de utilidad en un contexto de exceso de información y ayuda, en ocasiones, a deliberar de forma correcta. Pero también explican que, en la medida en que el uso de atajos prevalece sobre el escrutinio crítico de la información, es más probable que aparezcan sesgos cognitivos y que nos cuelen un bulo.

El sesgo de confirmación

Uno de estos sesgos es el conocido como sesgo de confirmación, según el cual tendemos a considerar solo información que es similar a nuestras ideas previas, y descartamos sin valorar la que las contradiga. Por ejemplo, si yo ya tengo unas creencias establecidas sobre los beneficios del agua, sean ciertas o no, sin analizar críticamente la información, es más fácil creer un mensaje.

Sin embargo, la razón por la que actuamos de este modo es comprensible desde un punto de vista psicológico: nuestras creencias sobre algo forman parte de los pilares del “edificio” que representa nuestra identidad y, como tal, desafiar cualquiera de ellas puede hacer temblar el edificio entero de lo que creemos ser, y somos.

También es comprensible desde un punto de vista biológico, ya que buscar el acuerdo facilita la cooperación social y, por ende, se trata de un rasgo seleccionado evolutivamente. No obstante, se denomina “sesgo” porque también se reconoce que ya no nos es útil, y que representa una característica que no ha tenido tiempo suficiente de adaptarse al creciente cambio que ha experimentado nuestro entorno.

¿Sabe cómo funciona su inodoro?

Otro sesgo que puede aparecer cuando razonamos vía atajos es lo que en español podría llamarse "ilusión de conocimiento”, y que consiste en creernos que sabemos más de lo que realmente sabemos. Este sesgo es peligroso porque conduce a creencias que, al no estar fundadas en conocimiento real o sólido, tienden a afianzarse en emociones y sentimientos, lo que a su vez las hace más fácilmente polarizables. No existe mayor problema en tirar de la cadena del WC sin saber cómo funciona, pero sí es peligroso difundir información a favor o en contra de las vacunas sin saber bien de lo que se habla.

Desacreditar a quien piensa de otra forma

Además, las creencias ligadas a fuertes sentimientos tienden también a buscar el refuerzo social, a apoyar a quien piensa igual y a descartar o desacreditar a quienes piensan lo contrario (incluso cuando aportan datos y pruebas). Es fácil que este sesgo aparezca en situaciones en las que un tema despierta reacciones emocionales fuertes –temas políticos o coronavirus, por ejemplo–, y sobre el que se razona más mirando la fuente o quién comparte la información, es decir, utilizando atajos.

Bajo este principio de refuerzo social emergen actividades fraudulentas de difusión de información que llevan a la gente a creerse un bulo bajo la falsa ilusión de que son muchos los que lo comparten, y en realidad se difunde vía bots. Evidentemente, hay muchos otros factores que pueden explicar por qué nos creemos un bulo o descartamos como falsa una información veraz, y la importancia de este tema justifica el esfuerzo en ahondar en su análisis.

Las consecuencias de la desinformación en Internet y en algunos medios de comunicación pueden ser de extrema gravedad a muy diferentes niveles. Pueden afectar –y lo hacen– a la salud pública, a la deriva ideológica y política de países, o al fortalecimiento de opiniones extremistas.

Difundir bulos a través de medios como las redes sociales puede, por tanto, actuar como la pólvora a la hora de encender odios e inquinas, o como la niebla impidiendo la aceptación de conocimiento útil y veraz. Redes como WhatsApp son conscientes de esto, y por eso actúan ahora. En cualquier caso, el fenómeno de la desinformación se enmarca en sociedades cuyos retos no terminan con el coronavirus, sino que se verán obligadas a enfrentar otros en el futuro (cambio climático, crisis de recursos, laboral, tecnológica, etc.), para los cuales necesitaremos, más que nunca, haber aprendido a utilizar la enorme cantidad de información generada hasta entonces.

Fuente: National Geographic

Inteligencia artificial para detectar portadores de COVID-19

Investigadores de dos empresas brasileñas crearon un sistema que mide a distancia la temperatura corporal de la gente en ambientes con mucho público, tales como hospitales, fábricas o supermercados.

El sistema ayuda a detectar a quienes están con fiebre —uno de los síntomas principales de quienes tienen COVID-19— para evitar que contaminen a otros con el nuevo coronavirus (Sars-CoV-2).

La tecnología, llamada Fevver, se basa en sistemas de algoritmos e inteligencia artificial conectados a una cámara, que captura imágenes de los rostros de las personas y detecta la radiación de energía infrarroja al medir la temperatura de las esquinas de sus ojos —donde se localizan los canales lacrimales— y determina si tienen o no fiebre.

El sistema ya se está usando en el hospital Albert Einstein, una instalación médica privada de São Paulo, el estado con el mayor número de casos de COVID-19 en Brasil. Instalado en la recepción de la institución, la tecnología captura y analiza el rostro de cada persona que ingresa. El algoritmo extrae los puntos de las esquinas alrededor de sus ojos con alta precisión.

“Los conductos lacrimales son lugares ideales para evaluar la temperatura corporal por termografía debido a que son estructuras sin cobertura epidérmica, con humedad relativamente estable y vascularidad cercana al cerebro, donde se realiza el control térmico del cuerpo”, explica Paulo Gurgel Pinheiro, CEO de Hoobox Robotics, que, junto con Radsquare, son las empresas que desarrollaron la nueva tecnología de visión computarizada.

Si el sistema detecta que una persona tiene fiebre, inmediatamente activa una cámara fotográfica que le toma una foto y envía una notificación al personal de enfermería para que lo identifiquen fácilmente y lo pongan en un ambiente separado.

“Ha demostrado ser una forma efectiva de evaluar a las personas que llegan al hospital y dirigir a quienes tienen fiebre y eventualmente COVID-19 a los espacios diseñados para recibirlos”, complementa Pinheiro.

Aunque prefirió no decir cuánto costó desarrollar la nueva tecnología, puso énfasis en su importancia para aumentar la seguridad de otros pacientes y del personal del hospital.

“Cualquier solución tecnológica que contribuya a mitigar los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus es bienvenida a estas alturas”, señala a SciDev.Net Marcus Lima, investigador de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Campinas, uno de los centros más grandes de investigación de Brasil en esta área.

Destaca que lo interesante de usar la visión computacional en este caso particular es que se puede extraer más información que solo la temperatura corporal de una persona.

“El sistema puede usar la imagen para estimar la edad, el género, e incluso determinar si la persona está registrada en la base de datos del hospital, generando información de gran valor para médicos e investigadores, que sirvan para entender mejor la dinámica de la pandemia”, añade Lima, cofundador de Acta Visio, empresa creada en 2017 para desarrollar soluciones basadas en visión por computadora.

Lima y su equipo están trabajando en el prototipo de un sistema de procesamiento de imágenes llamado Asepguard, que monitorea la higiene de manos de los profesionales de la salud. Ayuda a reducir las infecciones de cualquier tipo, incluyendo las causadas por el nuevo coronavirus, en los hospitales y proporciona datos cuantitativos que pueden ayudar a los directivos del hospital a evaluar los procedimientos sanitarios.

Las primeras pruebas con Asepguard se realizaron con buenos resultados el año pasado en el Hospital Docente Cajuru en Curitiba, Paraná, en alianza con la empresa de gestión hospitalaria 2iM. Ahora los investigadores estudian cómo impulsar esta innovación.

De otro lado, a pesar de los beneficios que la nueva tecnología desarrollada por Hoobox y Radsquare pueden ofrecer, hay cuestiones éticas que deben considerarse.

Para Paulo Gardel Kurka, ingeniero mecánico de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Campinas, una consideración muy importante tiene que ver con la seguridad de la información recolectada.

“¿Quién tendrá la propiedad de la cara del paciente? ¿Para qué más se usará la información sobre la salud, o la falta de esta, de una persona? ¿Cómo proteger esta información de acciones criminales? Estos temas son algunos de los grandes desafíos que involucra el rápido avance de la revolución digital en el mundo”, precisa.

Brasil, al igual que otros países en el mundo, no tiene una legislación sobre el uso de la visión computacional o tecnologías similares, lo que pone de relieve la pertinencia de estas interrogantes.

Fuente: SciDev.Net

jueves, 23 de abril de 2020

La búsqueda “por qué estoy soñando con mi ex” aumentó un 2450% durante la cuarentena

Si durante las últimas semanas has tenido sueños muy vívidos, no eres el único… este tipo de sueños han aumentado en los últimos días.

El no salir y estar encerrados en nuestras casas han hecho que nuestras mentes subconscientes se estén tomando un tiempo para ponerse al día.

De todos modos, estos sueños pueden ser confusos e incluso un poco preocupantes para algunos, por lo que no es de extrañar que muchos hayan buscado en Google qué significa exactamente lo que están soñando.

Una nueva investigación, realizada por la agencia de marketing digital AGY47, comparó las búsquedas de las personas con las realizadas al mismo tiempo el año pasado, y las búsquedas de “¿Por qué sigo teniendo sueños extraños?” aumentaron en un 200%. También ha habido un aumento del 190% en los usuarios que preguntan “¿Por qué sigo teniendo pesadillas?”.

Sin embargo, una vez que empiezas a analizar qué tipo de sueños están teniendo las personas, comienzas a notar un patrón y lo que surge como el más común durante el aislamiento, al menos en términos de la cantidad de personas que lo buscan en Google, parece involucrar a los ex de las personas.

Las búsquedas de “¿Por qué estoy soñando con mi ex?” aumentaron en un 2450% en comparación con esta época el año pasado, con muchas personas tratando de entender por qué las circunstancias actuales los hacen pensar en sus viejos amores.

Marilyn Devonish, NeuroSuccess Coach y fundadora de TranceFormations, una organización de asesoría, capacitación y consultoría, dijo que este aumento podría tener que ver con el aislamiento.

‘Soñar con tu ex podría ser metafóricamente soñar con tiempos pasados ​​y tristeza por perder esos tiempos’, dijo Marilyn.

Soñar con caer es el segundo sueño más común que tienen las personas, con un aumento del 600% en las búsquedas de “¿Qué significa cuando sueñas que te caes?”.

Marilyn dijo que esto podría deberse a que la caída está relacionada con “estar inseguro, abrumado o como si le hubieran quitado el control”, todos los sentimientos que podríamos tener como nuestras “vidas normales han sido quitadas temporalmente”.

Soñar con la pérdida de dientes y soñando con la caída del cabello, se ubican en tercer lugar, y ambos observaron un aumento del 400% en las búsquedas. Esto podría deberse a una variedad de cosas, explicó Marilyn, desde no comprender completamente una situación hasta algo que llega a un final abrupto.

Si bien los sueños pueden llegar a ser muy extraños, en realidad pueden estar reflejando cómo nos sentimos.

Imagen: 20Minutos

Fuente: Intriper

miércoles, 22 de abril de 2020

COVID-19: Soluciones digitales para evitar la corrupción

El COVID-19 ha obligado a los gobiernos a realizar compras urgentes de bienes y servicios como camas, medicinas, adecuación de hospitales y material médico. En estos procesos de compra pública, la existencia de casos corrupción limitarían la efectividad de los esfuerzos para contener la pandemia e implicarían sobrecostos innecesarios que podrían reducir la asistencia sanitaria a miles de ciudadanos.

Para reducir los riesgos de corrupción asociados al abastecimiento público durante la emergencia del COVID-19, CAF -banco de desarrollo de América Latina-, ha publicado el estudio Tecnología para la integridad en tiempos de COVID-19, que muestra cómo las nuevas soluciones digitales, acompañadas de una política de datos abiertos, podrían no solo cambiar el frente de batalla de la lucha contra el coronavirus, sino también dar un salto cualitativo en la adopción de políticas de integridad.

“Los riesgos de corrupción suelen incrementarse en tiempos de crisis. Pero si las nuevas tecnologías se complementan con el análisis de los datos para el monitoreo de la pandemia, lograríamos reducir los riesgos. Los datos abiertos son esenciales para una gestión óptima de la crisis sanitaria y los programas de emergencia”, dice Carlos Santiso, director de la Dirección de Innovación Digital del Estado.

La publicación plantea 3 ámbitos en que el abastecimiento de bienes y servicios puede blindarse contra la corrupción durante la crisis del COVID-19:
  • Rendición de cuentas orientada a resultados: Se trata de garantizar el destino de recursos que administran los gobiernos y las organizaciones multilaterales, así como los resultados de ese gasto en materia de contención del virus. Existen aplicativos en código abierto como el OpenRBF, que controlan los resultados y el desempeño en el sector de salud, educación y gobierno. Al combinar aplicativos de georreferenciación sobre el progreso de la pandemia (como los desarrollados por Singapur, Nueva Zelanda y España), con el esquema de transparencia presupuestal del OpenRBF se lograría una superposición permanente entre los mapas de abastecimiento para la atención de la pandemia y los resultados para frenarla.
  • Publicidad de la contratación directa de emergencia: La publicidad en la contratación no solo permite mostrar a la ciudadanía las actuaciones del gobierno, sino maximizar el nivel de respuesta a sus solicitudes de abastecimiento. Las contrataciones abiertas ayudan a que los gobiernos logren satisfacer sus demandas bajo procedimientos de emergencia.
  • Digitalización en la agregación de demanda para los gobiernos: Un instrumento conocido en compras y contrataciones tanto para gobiernos como para organismos internacionales es el Acuerdo Marco de Precios (AMP), esto es, un contrato entre un comprador y uno o varios proveedores, para la entrega bajo condiciones especiales de precio y suministro de ciertos bienes o servicios. La digitalización de este procedimiento a través de audiencias virtuales, adjudicación electrónica e incluso sanción por incumplimiento atendiendo a medios electrónicos, genera más transparencia y rapidez para el suministro de bienes de características uniformes necesarios para la emergencia.

Una oportunidad única para reducir la corrupción en América Latina

La crisis generada por el COVID-19 también ofrece una oportunidad para que América Latina adopte políticas de integridad que reduzcan la corrupción en el corto, medio y largo plazo. Y para lograrlo será imprescindible el uso de datos y tecnologías digitales, según otro estudio de CAF publicado recientemente.

“La transparencia no debería pasar al segundo plano durante la crisis, todo lo contrario. Es clave que los gobiernos de América Latina integren el uso de datos y de las nuevas tecnologías en sus procesos de contratación pública y logren con ello mitigar los riesgos de corrupción y atender de manera oportuna la emergencia de la pandemia global”, dice Santiso.

Esta segunda publicación realiza un inventario de varias iniciativas que utilizan la analítica de datos y el machine learning para alertar a las autoridades sobre los riesgos de corrupción, integrando así un enfoque de acción proactivo, basado en la prevención y detección temprana de posibles crímenes. Estas tecnologías, además, incrementan la efectividad de las investigaciones judiciales o administrativas e innovan frente programas y políticas anticorrupción que se basan en medidas ya probadas como campañas informativas, capacitaciones de personal o auditorias tradicionales.

El éxito y la sostenibilidad de este enfoque requiere que los países implementen una agenda pública y transversal ambiciosa que se centre en asegurar la calidad de los datos, suministrar la infraestructura para su almacenamiento e invertir en el poder de procesamiento de la información, así como de coordinación entre organismos judiciales y administrativos. El poder de disuasión de los gobiernos, en la era de los datos, no está en su capacidad de sancionar, sino en su potencial para anticiparse y prevenir la corrupción.

Fuente: CAF

martes, 21 de abril de 2020

La universidad y los instrumentos digitales para continuar la enseñanza en cuarentena

Las universidades están probando sus plataformas virtuales, y los docentes están usando aplicaciones gratuitas para reuniones con los estudiantes y para desarrollar iniciativas que les permita continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Mientras algunas experiencias se limitan a enviar lecturas vía correo electrónico y solicitar resúmenes o ensayos a partir de una lectura, otras han incursionado en utilizar herramientas digitales en su versión gratuita para reuniones grupales con los estudiantes.

Si bien todas o casi todas las universidades públicas cuentan con plataformas virtuales, pensadas para la educación superior con todos sus componentes, todavía es más fácil para estudiantes y docentes usar las aplicaciones de libre acceso, pensadas en facilitar la comunicación interpersonal que el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Puede aumentar la desigualdad

El profesor e investigador Mario Yapu es docente en la Universidad Mayor de San Francisco Xavier de Chuquisaca, donde se ha fomentado desarrollar la educación virtual en esta cuarentena, y tiene la experiencia de la Universidad del PIEB donde planificó y ejecutó programas de postgrado virtuales.

“Si bien Bolivia está urbanizada en 70%, de ese porcentaje el 30 a 40% tiene acceso a tecnología para una educación regular y en buenas condiciones, el resto tiene para chatear pero nada más, no para una educación sistemática”, explica Yapu. Ese es el problema todavía hoy: el acceso de calidad al servicio de Internet.

En esta cuarentena, relata, la Universidad Mayor de San Francisco Xavier de Chuquisaca instruyó utilizar la plataforma e-campus para continuar con el proceso de enseñanza aprendizaje. Sin embargo, junto a la imposibilidad de los estudiantes de acceder a la red Internet, el sistema se satura con el ingreso simultáneo de los docentes. Ante eso, muchos optaron por usar las aplicaciones abiertas como Zoom o Classroom.

“La coyuntura en que estamos es una oportunidad para reflexionar y comenzar estrategias de inclusión a través de la educación virtual, pero para que eso funcione tienes que pensar en acceder a una red Internet más o menos de calidad en todo el país porque si no, vas a reproducir la desigualdad de alguna forma”, dice el profesor Yapu. Esto implica que una minoría de estudiantes en las ciudades sí puede acceder a la educación vía plataformas virtuales, una mayoría no.

Más con el instrumento, menos con la reflexión

El otro problema que cita Yapu, y que fue estudiado en experiencias de educación virtual, es que “los docentes comienzan a confiar (más) en el instrumento y menos en su capacidad reflexiva”. Los maestros actúan mecánicamente a partir de sus diapositivas, y los estudiantes siguen esos esquemas como materia prima para sus evaluaciones. El ámbito reflexivo queda simplificado.

Para el docente e investigador de la UMSA, Roger Carvajal, es precisamente ese el problema de la actual enseñanza universitaria, con o sin instrumentos digitales de por medio: la enseñanza para resolver un examen y no para resolver problemas.

“No se olvide que en un CD cabe el contenido de la carrera de Medicina, excepto los aspectos prácticos. Si todo está ahí, qué hace el docente en las clases presenciales si eso mismo puede hacer en las clases virtuales. Lo que tiene que hacer, para ver si realmente ha habido aprendizaje, es resolver problemas. Hacer que la información elevada sea el insumo para resolver estos problemas”, dice Carvajal.

Fuente: PIEB

lunes, 20 de abril de 2020

Nace el primer tribunal digital

Investigadores de las universidades de Tokio (Japón) y de la Columbia Británica (Canadá) han creado el primer tribunal digital: puede aplicarse inmediatamente y ser más eficaz que un tribunal de justicia tradicional.

El tribunal se basa en la tecnología blockchain y permite resolver la ejecución de contratos sin necesidad de recurrir a los tribunales legales ordinarios.

El tribunal digital funciona siguiendo los usos de las redes sociales: tiene en cuenta las opiniones de la comunidad para juzgar el eventual incumplimiento de un acuerdo comercial.

Cuando se sospecha que alguno de los miembros de la comunidad digital ha incumplido un acuerdo, los miembros de la red valoran y dejan sus opiniones en este tribunal digital.

El tribunal aplica algoritmos para analizar los argumentos a favor y en contra de las dos partes y, si llega a la conclusión que de que el acuerdo ha sido violado, sanciona a la parte correspondiente reteniendo un depósito convenido en el acuerdo inicial.

Contrato inteligente

El tribunal digital es un desarrollo de los así llamados contratos inteligentes que ya existen en la actualidad y que funcionan al margen del derecho convencional.

Un contrato inteligente es aquel que es capaz de cumplirse de forma automática una vez que las partes han convenido sus términos.

No está escrito en un papel ni en lenguaje natural, sino que es un programa informático que ejecuta instrucciones previamente convenidas y que no puede ser interpretado por un juez.

Por lo tanto, se diferencia de un contrato ordinario en el lenguaje, en el aspecto legal (que está ausente) y en la forma de cumplirlo. Es más simple y económico que un contrato tradicional.

Red blockchain

El contrato inteligente forma parte de una red blockchain, que permite transacciones seguras entre personas o instituciones sin necesidad de intermediarios.

Se llama blockchain porque está formada por cadenas de bloques (conjuntos de datos) que se actualizan por consenso de los miembros de la red (llamados nodos).

Se trata de una red de acontecimientos digitales que se comparten entre diferentes partes en un entorno distribuido y sin jerarquías.

Esta es la tecnología que soporta también al tribunal digital, que desarrolla la idea original de los contratos inteligentes para convertirlos en instrumentos de arbitraje de la comunidad blockchain.

Mejor todavía

El tribunal digital supera al contrato digital porque, en vez de prever la ejecución del acuerdo por la parte perjudicada, aporta una sanción disuasoria que no interrumpe la relación contractual: da una segunda oportunidad a las partes.

Sus autores consideran que este tribunal digital se puede introducir ya en las plataformas actuales de blockchain como Ethereum.

Ethereum es una plataforma open source descentralizada que permite la creación de contratos inteligentes entre pares, basada en el modelo blockchain.

Como otras plataformas de su clase, podría ofrecer a su comunidad la gestión de los desacuerdos sin necesidad de resolver los contratos digitales y sin recurrir a tribunales externos a la red, señalan los creadores de la corte digital.

Fuente: Tendencias 21

domingo, 19 de abril de 2020

La pandemia, vigilancia y control biopolítico

Debido al peligro del terrorismo, ahora también estamos tolerando medidas de seguridad humillantes en los aeropuertos sin resistencia. Con las manos levantadas, nos dejamos examinar con el escáner corporal. También permitimos que nuestros cuerpos sean escaneados en busca de armas ocultas. Cada uno de nosotros es un potencial terrorista.

El virus es un terror aéreo. Es una amenaza mucho mayor que el terrorismo islámico. Es casi lógico que la pandemia dé como resultado, medidas que transformen permanentemente a la sociedad en su conjunto en una zona de seguridad, en una cuarentena donde todos son tratados como un posible portador de virus.

En medio de la pandemia, Europa y Estados Unidos están perdiendo su brillo. Ellos tropiezan, aparentemente no pueden controlar la epidemia. Los países asiáticos como Taiwán, Hong Kong, Singapur, Corea del Sur o Japón, por otro lado, han controlado la pandemia con relativa rapidez. ¿Cuál es la razón? ¿Cuáles son las ventajas del sistema de los países asiáticos? En Europa y Estados Unidos, el virus se encuentra con una sociedad liberal en la que se propaga sin esfuerzo. ¿Es el liberalismo el culpable del fracaso de Europa? ¿El virus se siente cómodo en el sistema liberal?

Pronto se reconocerá que, para combatir la pandemia, es necesario proceder en partes pequeñas, es decir, observar al individuo. Pero el liberalismo no permite que esto se haga fácilmente. Una sociedad liberal consiste en individuos con libertad que no permiten el acceso del gobierno. Incluso la protección de datos impide la vigilancia a pequeña escala de las personas.

Dado que la sociedad liberal no tiene la opción de hacer que el sujeto individual, sea objeto de vigilancia, solo queda con un cierre completo con consecuencias económicas masivas. Occidente pronto se dará cuenta de que una biopolítica que permite el acceso irrestricto al individuo evita que el cierre proteja la privacidad protegida y sea un espacio protector para el virus. Pero esta realización significa el fin del liberalismo.

Los asiáticos abordan el virus con dureza y disciplina inimaginables para los europeos. El individuo es el foco de la vigilancia, que es la principal diferencia para el control de la pandemia en Europa. Sus rigurosos procedimientos recuerdan las medidas disciplinarias que se tomaron en Europa en el siglo XVII ante la epidemia de peste. Michel Foucault lo describe de manera impresionante en su análisis de la sociedad disciplinaria. Las casas están selladas desde el exterior. La clave debe ser entregada a las autoridades. Las personas que abandonan en secreto su cuarentena son castigadas con la muerte. Los animales que caminan son asesinados.

Quienes se mueven arriesgan sus vidas

El monitoreo es continuo. Se requiere obediencia incondicional. Cada casa es monitoreada individualmente. Durante la inspección, todos los residentes de la casa deben aparecer en la ventana. Se asigna una ventana a quienes viven en el patio trasero. Todos se llaman por su nombre y se les pregunta sobre su estado de salud. Los que mienten deben enfrentar la pena de muerte. Se está configurando un sistema de registro completo. La sala se solidifica en una red de células impermeables. Todos están atados a su lugar. Los que se mueven arriesgan sus vidas.

En el siglo XVII, Europa se convirtió en una sociedad disciplinaria. El poder biopolítico penetra los detalles más pequeños de la vida. Toda la sociedad se convierte en un panóptico. Es penetrado por la vista panóptica. Los recuerdos de esas medidas disciplinarias están completamente desvaídos en Europa. En realidad, estos son mucho más rigurosos que las medidas que China está tomando ante la pandemia.

Pero se podría decir: Europa de los siglos XVII y XVIII es China hoy. China ahora ha establecido una sociedad disciplinaria digital con un sistema de puntuación social que permite una vigilancia y control biopolíticos y sin fisuras de la población. No hay un momento no observado en la vida cotidiana. Cada clic, cada compra, cada contacto, cada actividad en las redes sociales es monitoreada. También se utilizan 200 millones de cámaras de vigilancia con reconocimiento facial. Aquellos que pasan la luz roja, que tratan con personas críticas con el régimen o que publican comentarios críticos en las redes sociales viven peligrosamente. Por otro lado, cualquiera que compre alimentos saludables o lea periódicos relacionados con fiestas será recompensado con crédito barato, seguro médico o una visa de viaje.

Obras completas de monitoreo

Este monitoreo continuo es posible en China porque los proveedores de Internet y telefonía móvil intercambian datos con las autoridades sin restricciones. Entonces, el estado sabe dónde estoy, con quién me encuentro, qué estoy haciendo, qué estoy buscando, en qué estoy pensando, qué estoy comprando, qué estoy comiendo. En el futuro, el estado también puede controlar la temperatura corporal, el peso, los niveles de azúcar en la sangre, etc.

La vigilancia digital continua de la población ahora está demostrando ser altamente efectiva contra el virus. Cualquier persona que salga de la estación de trenes de Beijing es capturada por una cámara que mide la temperatura de su cuerpo. Si los valores son notables, las personas que estaban en el mismo vagón son informadas por teléfono celular. El sistema sabe quién estaba sentado en qué parte del tren y cuándo. Y solo con la ayuda de datos técnicos se pueden encontrar posibles infectados.

El uso de drones para monitorear la cuarentena se informa en las redes sociales. Si alguien abandona su cuarentena en secreto, el avión no tripulado con el que vuelan les pedirá que regresen al apartamento. Tal vez incluso imprime una multa y la deja caer sobre la persona, quién sabe. Aparentemente también hay un cambio de paradigma en la lucha contra las pandemias, que no está suficientemente reconocido en Occidente. Está digitalizado. Se lucha no solo por virólogos y epidemiólogos, sino también por informáticos y especialistas en big data.

Fuente: Bloghemia

Bolivia: El Internet en tiempos de Coronavirus

1. ¿Cuál es la razón de la lentitud del servicio de internet?

Sin embargo de lo que explicaremos a continuación, muchos pueden ser los factores por los que su servicio de internet, en particular, esté lento; sin embargo por las características de una cuarentena general como la que atravesamos en estos momentos debemos analizar el termino Overbooking.

Internet fijo

Un servicio de internet bajo Overbooking en palabras sencillas significa: Cuando una empresa te ofrece una velocidad de internet (por ejemplo 20 megas) te ofrece dicho servicio bajo una escala de Overbooking de 1:4 o 1:5 o incluso 1:20 acorde a lo que le autorice la ATT (Autoridad de Regulación de Servicios de Telecomunicaciones y Transportes) lo cual quiere decir que los megas que usas la compartes con 1:4 (tú y tres usuarios mas) 1:5 (tú y cuatro usuarios mas) 1:20 (tú y diecinueve usuarios mas) y entre esas puede haber muchas escalas 1:8 – 1:10 etcétera.

Pero ¿Por qué debería afectar el Overbooking a mi conexión de Internet?, si por ejemplo tienes un Overbooking de 1:10 y tu conexión es de 20 Megas, quiere decir que compartes esos 20 Megas con otros 9 usuarios (1:10 tú y otros nueve) por lo que en “condiciones normales” es muy difícil que los 10 usuarios estén usando internet al mismo tiempo y aún si así fuese será difícil que todos estén usando servicios que consuman gran ancho de banda todos al mismo tiempo, pero en una cuarentena es muy probable que los 10 usuarios demanden los 20 megas al mismo tiempo, por ende si tienes 20 megas y el Overbooking es de 1:10 como mínimo podrás usar 2 megas en las peores condiciones (cuando todos los usuarios demandan usar internet al máximo al mismo tiempo) y si es 1:20 recibirás al menos 1 mega de los 20 contratados.

Internet móvil

Esto también sucede con el Internet Móvil pues utiliza el término “Mejor Esfuerzo” lo que significa que obtendrán distintos anchos de banda y tiempos de respuesta en función del volumen de tráfico en la red, en resumen si muchos usuarios acceden al servicio al mismo tiempo en determinada área en la cual una antena distribuye internet móvil la velocidad de internet puede variar de usuario a usuario, esto también dependiendo de qué tan lejos de la antena estemos y si esa antena provee servicio 3G, 3.5G o 4G, nuevamente considerando que muchos usuarios, en una cuarentena, acceden al mismo tiempo naturalmente la red estará saturada de usuarios y proveerá una velocidad mucho más baja a todos lo que demanden el servicio.

2. ¿La empresa que me provee internet me dijo que me ofrece un servicio de 20 megas, porque debo compartir esos 20 megas con los vecinos de mi zona?

Por el termino anteriormente explicado Overbooking, quiere decir que es totalmente legal y permitido que una empresa que te provee 20 megas pueda compartir esos 20 megas con los vecinos de tu zona, ya que muchos de ellos no consumirán esos 20 megas al mismo tiempo que tu lo haces, ni tú mismo podrás consumir los 20 megas al máximo el 100% del tiempo. Por otro lado muchos de los vecinos de tu zona no contrataran 20 megas, algunos contrataran 10, otros 5 y otros 1 mega acorde a su contrato con la empresa.

¿Puedo exigir a la empresa no compartir los megas que me están proveyendo? Si puedes hacerlo, pero debes pagar por usar de forma exclusiva los 20 megas, por ejemplo en la empresa Tigo el uso de 20 megas “dedicados” sin compartir tiene un costo de 30.200 Bs. naturalmente a ese costo todos preferirían compartir el internet y así es como llegamos a nuestra situación actual.

3. ¿Realmente mis vecinos usan tanto el servicio de internet o es la empresa la que me baja la velocidad?

En condiciones normales (sin coronavirus ni cuarentena) será muy difícil que todos los vecinos estén en casa y todos queriendo usar el internet el mismo tiempo ya que pueden optar por salir, hacer otras actividades como trabajar, estudiar, optar por la TV o la radio, pero en cuarentena es mucho más probable que todos quieran usar el servicio de internet el mismo tiempo.

Según una encuesta realizada por la AGETIC (Agencia de Gobierno Electrónico y TIC) la distribución de jóvenes denominados Geeks Digitales que son quienes consumen grandes recursos de internet (en su mayoría radican en ciudades capitales) usan los siguientes servicios y en el siguiente porcentaje: contactar con amigos y/o familiares (80%), redes sociales (79%), buscar información (47%), escuchar música o ver videos (47%), descargar archivos (48%), y jugar (33%). En general, utilizan entre seis y siete redes sociales: Facebook, WhatsApp, YouTube, Instagram, Twitter, Snapchat y Telegram. (Datos del 2019) Hago notar que en 2020 se añade la aplicación Tik-Tok y la plataforma Zoom de videoconferencias, ambas consumen gran cantidad de datos por la transmisión de videos.

Así que acorde a las familias que existen en tu zona, la cantidad de jóvenes usuarios que consumen internet, la cantidad de redes sociales que utilizan y la etapa de cuarentena por la que atravesamos puedes hacer un cálculo aproximado de cuantas personas requieren usar el internet el al mismo tiempo y peor aún en horas pico que suelen ser las horas de la noche entre las siete y diez de la noche sobretodo, si por otro lado es una zona de capacidad económica media-alta es probable que usen servicios de streaming cono ser Netflix o Amazon Prime Video que requieren mayores recursos de servicio de Internet.

4. ¿Entonces en cuarentena es factible estudiar por internet en bolivia?

Dependiendo de las características del material que quieres estudiar y yo propongo tres niveles de análisis:
  • Básico.- Implica usar redes sociales como Whatsapp para enviar ejercicios en formato de imagen (foto), enviar artículos de lectura o tareas simples, en este rango no se requiere grandes velocidades de servicio de Internet ya que el consumo será bajo.
  • Intermedio.- Implica usar a parte de redes sociales plataformas educativas como ser Moodle en la cual pueden utilizarse recursos como textos en PDF, presentaciones, audios o videos e inclusive realizar las evaluaciones, la característica de estas plataformas es que no requiere la presencia del profesor para realizar las actividades es decir que los contenidos deben estudiarse y no necesariamente debe existir un contacto directo entre profesor y alumno, el consumo de internet puede ser bajo dependiendo del tipo de material que se provee al estudiante.
  • Avanzado.- Aparte de redes sociales y uso de plataformas como Moodle también requiere una interacción directa entre profesor y estudiante y se usan plataformas de videoconferencia para facilitar un contacto virtual pero directo entre profesor y alumno como ser Anymeeting, Hangouts, Zoom Meeting, etc. naturalmente el transmitir video y recibir video consume altas cantidades de datos de internet y es muy difícil realizarlas con el uso de internet móvil necesariamente debe realizarse con una conexión fija a internet.
Según el Estado de Situación de Internet publicado en la página web de la ATT cuya última actualización se realizo en marzo de 2019 señala: “el 91,16% del total de conexiones a internet son establecidas a través de las tecnologías de acceso móvil 2,5G, 3G y 4G” quiere decir que si el 90% de la población que accede a internet lo hace a través de una conexión móvil (2.5 G, 3G, 4G) es muy poca la población que accede a Internet fijo, por ende es imposible pensar en un uso avanzado de teleducación como máximo podríamos usar recursos intermedios a muy baja capacidad, no olvidemos que la teleeducación requiere acceso a internet tanto del profesor como del alumno y ambos deben pagar por el servicio, con un 90% de uso de internet móvil el costo de una teleducación avanzada sería exorbitante.

5. Buen uso de internet en una cuarentena general

Las recomendaciones para un buen uso de internet durante una cuarentena general:
  • Procura no utilizar grandes cantidades de datos en horas pico como ser entre las siete a once de la noche, a pesar de la cuarentena muchos ocupan el día para preparar alimentos, hacer limpieza u otras actividades y el tiempo de ocio suele ser entre las siete a once de la noche.
  • Si debes usar plataformas de videoconferencia como Hangout o Zoom procura usarlas durante la mañana, ya qué, en época de cuarentena será la hora menos saturada para el uso de grandes recursos de internet.
  • Procura no abusar del servicio de internet, ahora que ya sabes que de todas maneras el servicio de internet es compartido (ya sea fijo o móvil) procura no realizar descargas o consumir Netflix en horas pico (en la medida de lo posible) puedes usar la madrugada para dejar descargando algún contenido a tu computadora y Netflix te permite descargar sus contenidos si usas sus plataformas fijas.
  • Si alguien debe usar el servicio de internet para trabajar o estudiar dale preferencia mientras termine su labor o clase y evita saturar el servicio dentro tu propio domicilio.
Tu mismo puedes generar tus propias recomendaciones de acuerdo a tus hábitos de consumo de internet, pero recuerda el internet es un bien limitado y debemos ser responsables al usarlo, mucho más en Bolivia un país en el cual la infraestructura y la provisión del servicios no alcanzan estándares altos.

Imagen: Economy

Fuente: Más y Mejor Internet para Bolivia

viernes, 17 de abril de 2020

¿Qué tanto informan los gobiernos de América Latina sobre la respuesta al Covid-19?

Los ciudadanos de la mitad de los países de América Latina no saben cuántos tests del nuevo coronavirus realizan sus gobiernos cada día. Tampoco saben cuántas camas de cuidados intensivos existen actualmente, antes incluso de alcanzar los picos de pacientes que requieren atención médica urgente y especializada.

Hay únicamente dos datos que están universalmente disponibles en 11 países de la región: cuántas personas han sido confirmadas como portadores de Covid-19 cada día y cuántas han fallecido. Ni siquiera la estadística de cuántas personas se han recuperado es pública en todo el continente, subrayando cómo los gobiernos latinoamericanos están apostando por comunicar un mínimo de datos sobre la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

Un grupo de periodistas pertenecientes a 15 medios en 13 países de la región nos juntamos para unir los puntos y entender aspectos de la respuesta a la mayor crisis global de salud pública en un siglo en nuestros países y en los tres estados de Estados Unidos con mayor población hispana. Esto encontramos al mirar qué información está fácilmente disponible y cuál no.

¿Cuántos latinoamericanos tienen Covid-19?

Los 13 países actualizan todos los días sus cifras públicas de casos confirmados de Covid-19, así como las de fallecidos.

Un país, Estados Unidos, no está publicando los números de personas que se recuperaron de Covid-19, un dato crucial porque permite entender la capacidad y calidad de respuesta de los centros médicos ante la cantidad de personas contagiadas. Brasil solo empezó a publicarlo este 14 de abril.

La mayoría de los países sí están haciendo público el origen de cada caso (es decir, si son importados, si están relacionados con esos casos importados o si se trata de transmisión comunitaria), lo que ayuda a los ciudadanos a entender su propagación. Pero tres países -Ecuador, Brasil y Estados Unidos- no revelan esta información.

Adicionalmente hay dos países -Brasil y Perú- que no están publicando el rango de edad de sus casos confirmados con Covid-19. En Brasil, anteriormente el Ministerio de Salud publicaba esporádicamente el rango de edad de los pacientes en estado grave, pero ahora solo revela las edades de las personas que murieron.

Varios países hacen pública la ubicación geográfica de sus casos (por ciudad o municipalidad), lo que también ayuda a entender la propagación regional.

No obstante, hay dos países que no los precisan a esa escala. Brasil solo publica datos por estados y Argentina por provincias. Paraguay ha revelado el dato de ciudades a partir del 16 de abril, cuando antes solo lo hacía por departamentos. En el caso de Guatemala, las autoridades dejaron de publicar la información de 22 departamentos y 340 municipios hace una semana, pasando a agruparla en cinco regiones de manera muy general. En Perú, el Ministerio de Salud reporta a nivel regional y solo en el caso de Lima, la capital, a nivel distrital.

Ese no es el único dato relevante de dónde se encuentran los casos confirmados. Buena parte de los países de la región están contándole a sus ciudadanos qué tipo de atención médica están recibiendo quienes han contraído Covid-19, incluyendo si están en casa, en el hospital o en cuidados intensivos. Dos países -Brasil y Guatemala- no hacen público este dato, que permite entender la gravedad del estado de salud de las personas contagiadas. Argentina informa a diario solo el número de personas en cuidados intensivos.

¿Qué tanto nos cuentan del testeo?

Una de las mayores preguntas ciudadanas en la fase inicial de la pandemia es qué tantas pruebas de detección están haciendo los países, bien sea las pruebas moleculares PCR que ofrecen el mayor nivel de confiabilidad o los tests serológicos de diagnóstico rápido que permiten hacer barridos poblacionales más amplios a menor costo.

La información que proporcionan los gobiernos sobre el testeo, que es una capacidad técnica urgente de mejorar y ampliar, es en general restringida.

Menos de la mitad de los países de América Latina revelan de manera consistente los números de pruebas de detección que realizan cada día. Esta información se publica en Colombia, Costa Rica, Perú, México, Argentina, Ecuador y Bolivia.

En Costa Rica apenas se comenzó a informar el 15 de abril, tras la presión de la prensa y grupos de sociedad civil que exigen cada vez más datos abiertos. Colombia publica un conteo constante de muestras procesadas cada día. Pero no se pueden ver tendencias si no sólo por semanas. Perú es el único que explicita cuántas de esas pruebas son moleculares y cuántas serológicas.

De todos, únicamente Bolivia publica datos sobre en qué lugares del país está tomando las muestras.

Asimismo, pocos países están revelando cuántas pruebas están en estado de procesamiento diariamente. Solo Bolivia, Paraguay y México lo hacen.

¿Qué capacidad tienen los hospitales?

Apenas en la mitad de los países consultados hay información pública sobre el número total de camas en Unidad de Cuidado Intensiva (UCI), otro dato importante dado el riesgo real de que en el pico de la enfermedad lleguen más pacientes que requieren la atención médica más especializada que los que permite atender la infraestructura existente.

Aunque no todos los pacientes con Covid-19 que son hospitalizados requieren cuidados intensivos, conocer esta información permite a los ciudadanos entender los pasos que han dado los países para escalar su capacidad de brindar atención médica y si están teniendo éxito. Estos datos son públicos en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Paraguay, Perú y Estados Unidos.

Sin embargo, ello no significa que la información sea fácil de analizar. En Perú, los números de camas de UCI -así como de respiradores- no están publicados en ningún lugar, sino que se conocen porque las autoridades nacionales los han revelado en entrevistas cuando se les ha preguntado. Esas cifras son, en todo caso, nacionales y no hay manera de entender cómo están repartidas por regiones u hospitales.

Pero de todos, solo tres países están contando a sus ciudadanos cuántas de esas camas en Unidad de Cuidado Intensivo (UCI) están disponibles, dado que muchas están ocupadas actualmente por pacientes con otros problemas de salud. Esto ocurre en Paraguay, Perú y Estados Unidos.

En algunos otros países las autoridades ha reportado alguna vez el porcentaje de ocupación en una fecha determinada o hay datos para regiones o ciudades específicas, pero no un panorama nacional que se informe periódicamente.

¿Con qué frecuencia reportan las autoridades?

En todos los países hay boletines periódicos de las autoridades nacionales de gobierno o salud con datos actualizados sobre el impacto del Covid-19. En varios casos, como Perú y Colombia, el presidente hace alocuciones casi diarias por televisión o redes sociales. En México y Brasil son las autoridades de salud las que informan diariamente.

En algunos países, las autoridades locales de departamentos o regiones complementan esa información periódicamente con datos más localizados. En Estados Unidos, esa información de salud pública está bastante descentralizada, siendo los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y las instituciones privadas quienes aportan datos más confiables que los del nivel federal. En Perú, sin embargo, se han reportado desfases entre los sistemas de información en los distintos niveles territoriales, con casos de pacientes con COVID-19 o fallecidos que ya habían sido confirmados oficialmente por las regiones, pero no aparecían en el registro nacional.

En seis países, sin embargo, no hay información de autoridades locales, bien sean regionales o municipales: Bolivia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Paraguay.

¿Se ha limitado el acceso a la información?

Dos países de América Latina, El Salvador y México, han tomado la decisión más drástica de suspender los términos para solicitud de información hecha en el marco de leyes de acceso de información pública, citando la urgencia de la respuesta a la pandemia.

En México, la Plataforma Nacional de Transparencia suspendió sus términos y plazos para el acceso a la información pública entre el 23 de marzo y el 17 de abril, al tiempo que el INAI -que es el garante del derecho a la información pública- hizo lo propio con sus sesiones públicas.

El gobierno de Brasil también lo intentó, pero se lo impidió la rama judicial. El 23 de marzo, el presidente Jair Bolsonaro publicó una medida provisional que permitía a las agencias federales extender los plazos de la Ley de Acceso a la Información, en caso de que los funcionarios estuviesen en teletrabajo y sin acceso a la documentación, o que estuviesen involucrados en la respuesta a la pandemia. También preveía que, en caso de no recibir respuesta, un ciudadano podría volver a enviarla solo hasta 10 días después y que, si ésta había sido denegada, no podría apelar. La medida, sin embargo, fue revocada temporalmente días después por un ministro de la Corte Suprema, por lo que no está actualmente en vigor.

Al menos otros tres países modificaron los términos temporales para solicitudes de información pública, extendiendo los plazos legales o cambiando las condiciones de respuesta. Esto ocurrió en Argentina, Colombia y Perú. En los últimos dos, el plazo legal para responder es más largo que la duración de las cuarentenas decretadas por sus gobiernos.

En Perú también se estipuló que las solicitudes de información no digitalizada se verán afectadas por las limitaciones de movilidad de los funcionarios públicos y que algunos organismos incluso podrían suspender los plazos de estos trámites.

En la mayoría de países, los periodistas sienten que las respuestas a solicitudes de información están tardando más de lo habitual. En Costa Rica, si bien no ha habido cambios en la jurisprudencia que garantiza el acceso a la información pública, las autoridades están más herméticas a responder consultas de periodistas. En Bolivia, que no cuenta con una ley de acceso a la información pública, el Gobierno muestra apertura a atender las solicitudes pero en la práctica son comunes las alusiones a la herencia del gobierno anterior de Evo Morales, a la falta de sistematización de la información o a la inexistencia de los datos.

En todo caso, en los 12 países, sin excepciones, está garantizada la circulación de periodistas en medio de medidas de restricción a la movilidad a la población general.

¿Se está restringiendo el trabajo de periodistas?

En general los periodistas de América Latina sienten que sí se ha restringido o limitado el acceso a la información pública desde que estalló la emergencia del covid-19.

El caso más extremo es el de Honduras, donde el presidente Juan Orlando Hernández decretó el estado de emergencia y suspendió varios artículos de la Constitución, incluyendo el que protege el derecho a la libertad de expresión.

Esa decisión le ocasionó duros cuestionamientos a su gobierno, que reversó la suspensión del artículo de libertad de expresión dos semanas después a causa de la presión internacional. “Es el tipo de medidas desproporcionada y que afecta el derecho de la población a acceder a información completa sobre el Covid-19”, dijo Edison Lanza, el relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“No debe abusar de esas medidas para limitar la libertad de expresión, particularmente en un momento cuando los medios desempeñan un papel fundamental para mantener a la sociedad informada y segura”, dijo el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) global.

Más allá de Honduras, en al menos otros ocho países los periodistas citan una menor disponibilidad de información pública.

En El Salvador, el gobierno restringe quién tiene acceso a los espacios de información pública y no permite preguntas a medios que considera críticos, entre los cuales está El Faro, integrante de nuestra alianza.

Aunque el gobierno de Nayib Bukele ha sido enfático en que no busca restringir el derecho a la libertad de expresión, en la práctica ha sido la Asamblea Legislativa la que ha logrado salvaguardarlo. Por ejemplo, cuando aprobó el estado de excepción, fue la Asamblea la que incluyó un artículo que establece que el Gobierno no puede limitar la libertad de expresión. Asimismo, cuando aprobó fondos de emergencia a través de préstamos millonarios y autorizó suspender la Ley de Contrataciones para permitir compras rápidas, el legislativo incorporó cláusulas que prohíben la reserva de información.

Aún así, las oficinas de información y respuesta (OIR) que deben velar por el respeto a la Ley de Acceso a la Información Pública, no están funcionando y anunciaron que solo admitirían solicitudes de información pública tras finalizar la cuarentena decretada, por lo que en la práctica el Gobierno salvadoreño sí ha conseguido restringir de manera temporal el acceso a la información.

Las quejas de que la información disponible es limitada son frecuentes, incluyendo que se ha vuelto más difícil obtener datos adicionales a los que ya son públicos y que no hay respuestas a las preguntas hechas a las autoridades.

En Costa Rica, los periodistas envían sus preguntas a un chat de whatsapp previo a la conferencia de prensa diaria del Gobierno, pero con frecuencia no son leídas y o no reciben respuestas claras.

En Guatemala, el secretario de comunicación de la Presidencia ha bloqueado la participación de los periodistas durante varias días en el chat de información oficial del gobierno para evitar cuestionamientos sobre el manejo de la crisis sanitaria, por lo que se publicó un comunicado firmado por 97 comunicadores.

Aunque los periodistas no sienten que sus gobiernos estén usando esta coyuntura para restringir la libertad de expresión, sí creen que los sistemas de información sobre salud pública no son suficientes para permitir un periodismo riguroso, con base en evidencia y que intente mirar la respuesta al Covid-19 en su complejidad.

En Ecuador, por ejemplo, el gobierno de Lenín Moreno creó un mecanismo de ruedas de prensa virtuales mediante el cual los periodistas enviaban sus preguntas, pero no había claridad sobre cuál era el proceso para seleccionarlas, ni quién lo hacía. Después de una queja pública firmada por varios periodistas ecuatorianos, ahora las ruedas de prensa se hacen por Zoom con posibilidad de preguntas.

En Perú, los periodistas piden que se brinde información más segregada por parte del Ministerio de Salud en sus reportes diarios, incluyendo las características demográficas de los casos positivos así como de los fallecidos. Además, piden informar sobre las regiones con el mismo nivel de detalle con el que se informa sobre Lima, tanto los datos de los pacientes como el número de equipos y camas disponibles.

Con muchos gobiernos optando por informar con el menor nivel de detalles posible, los periodistas sienten que investigar y proveer información de calidad sobre la respuesta al Covid-19 se ha vuelto una labor más lenta y difícil, afectando de forma directa a la información que reciben los ciudadanos.

Fuente: Centro Latinoamericano de Investigación Periodística