domingo, 31 de marzo de 2019

Conoce eBiblio, el servicio gratuito de préstamo de libros electrónicos

¿Sabías que todas las bibliotecas públicas tienen un servicio para prestar libros electrónicos y audiolibros? Lo hacen a través de eBiblio, un proyecto impulsado por el Ministerio de Cultura y Deporte que lleva en marcha desde 2014 pero que ha tenido un importante crecimiento durante el último año. No en vano, y según el último informe sobre ‘Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España’, más del 78% de los españoles afirman leer libros digitales.

¿Cómo funciona eBiblio?

Este servicio se encuentra disponible las 24 días, los 7 días de la semana y los 365 días del año. Así, el único requisito para acceder a él es ser socio de cualquier biblioteca pública del país, solicitar una clave de acceso en la misma y comenzar con el préstamo a través de las webs habilitadas para cada Comunidad Autónoma o mediante la aplicación, disponible en Android e iOS.

De esta forma, eBiblio ofrece lo siguiente:
  • 3 préstamos de libros a la vez.
  • Un plazo de 21 días para leer cada libro y de 24 horas para las revistas y periódicos.
  • Lectura en 6 dispositivos diferentes con la misma cuenta
El servicio permite otras opciones, como realizar reservas de ejemplares no disponibles o descargar el ejemplar de manera inmediata, aunque con un plazo límite de 21 días antes de que se elimine de forma definitiva del dispositivo.

¿Qué libros se pueden encontrar en eBiblio?

La oferta de títulos es muy amplia, con más de 1.500 ejemplares entre libros digitales y audiolibros. Además, sus categorías y temáticas son variadas: ficción, no ficción, audiolibros narrados por especialistas en el ámbito y revistas generales y especializadas; además de multitud de libros para el sector infantil y juvenil, y numerosas novedades. La búsqueda de libros es muy sencilla. Partiendo de la información de la que dispongas, se puede buscar por autor, título o categoría.

Fuente: Educacion 3.0

martes, 26 de marzo de 2019

Minimalismo digital: haz lo que hace Marie Kondo pero con tu vida digital

Como ha notado Douglas Rushkoff, el internet se ha convertido no en un espacio al que uno se conecta sino en un modo de ser en el que siempre estamos habitando. Esto tiene una serie de efectos que empezamos a notar y que son realmente preocupantes. Rushkoff llama a pensar en la tecnología digital como una droga. En esto habría que seguir a Marshall McLuhan quien escribió que siempre debíamos relacionarnos críticamente con una nueva tecnología y reflexionar qué facultad cognitiva amputa a la vez que amplifica otra. A veces la amputación tiene más valor que la amplificación.

En esta tendencia de generar conciencia en torno a los efectos de la tecnología digital, una nueva generación de teóricos ha surgido, entre ellos Cal Newport quien ofrece ya un método de detox digital, en la línea del "decluttering" de Marie Kondo. La filosofía de la japonesa es que las pertenencias nos roban tiempo y tranquilidad -pequeños vampiros en artículos de consumo-; para Newport nuestro tiempo en línea y nuestros gadgets también nos quita paz, creatividad y sobre todo la importante facultad de poner atención y estar presentes. Newport compara los teléfonos celulares con máquinas tragamonedas, una símil muy común, pues cada vez que usamos nuestros teléfonos estamos metiéndole la moneda de nuestra atención, interrumpiendo nuestras acciones y generando ingresos con nuestros datos para las grandes corporaciones.

Newport ha publicado un libro llamado Digital Minimalism en el que avanza un método práctico. Empieza con pasar 30 días absteniéndote de toda la tecnología opcional, que no es obligatoria por tu trabajo o demás, esto implica por ejemplo no usar apps sociales. Después de eso reintroduce la tecnología que crees que añade valor a tu vida. Esto significa para muchos por 30 días revertir a un "dumb phone" y no a un "smartphone" pues no es realmente indispensable usar Whats App y demás. O en todo caso si lo es, podrás evaluarlo 30 días después. Este método emula la idea de Kondo de no sólo ocasionalmente sacar algo que no te gusta del clóset, primero debes vaciarlo todo y regresar sólo lo que realmente te genera bienestar o alegría.

Newport sugiere que borres de tu teléfono cualquier aplicación en la que alguien gana dinero con sólo tocarla y que experimentes usando tu tiempo libre en cosas que no involucren una pantalla. Es más, esta debería ser la directriz de tu tiempo libro: cosas que te permiten interactuar con persona o temas sin usar una pantalla. En este sentido es relevante el trabajo de Douglas Rushkoff, quien ha analizado la tecnología desde un ángulo de la deshumanización y la desconexión. La realidad es que la tecnología digital promete conectarnos, peor nos aliena y promueve valores capitalistas utilitarios y no valores humanos como la compasión y la colaboración. Puedes complementar este método con una práctica que señala Rushkoff. Intenta pasar todos los días por lo menos 10 minutos conectando con una persona en un espacio en el que no haya ningún aparato que medie la interacción, es decir, sin teléfono, televisión, consola y demás. Intenta sólo conectar con la persona y establecer rapport.

El mismo principio de minimalismo, que como se puede leer aquí resulta en un mayor bienestar, parece aplicarse también a la vida digital. Menos es más. Se trata de jerarquizar: ¿cuáles son las cosas que realmente nos hacen felices y generan valor humano, intelectual y espiritual? A esas cosas dedicarle el tiempo y retirar nuestra energía de las demás.

Fuente: Pijamasurf

domingo, 24 de marzo de 2019

Utopía

El entendimiento abstracto domina a sus anchas el presente histórico. Es el verdadero Imperium tras las disputas de los eventuales imperios. Lo ha hecho por siglos y no siempre sin saña. Lo hizo a partir de la edad cartesiana, quizá todavía con cierta candidez, tímidamente. Pero la Ilustración lo hizo su señor, y a partir de entonces se fue haciendo cada vez más necesario, cada vez más determinante. Hoy es omnipresente, todo lo rige y controla. Es la “barra de seguridad” del presente. De ahí que la flexión de las ideas haya perdido vitalidad y se entumeciera ante las disecciones que al entendimiento le son inevitables. Y es que el entendimiento, abstracto y reflexivo como es, todo lo entumece, todo lo fija, lo encasilla y lo proyecta, convirtiendo la parcialidad y univocidad de sus puntos de vista en tablas sagradas, contentivas de mandamientos irrefutables, leyes absolutas que han hecho de la analítica, la lógica y la Scientia prima aristotélicas un manual, un catecismo, en formato de tablet, para no decir de teléfono “inteligente” (y acá, por cierto, la expresión “inteligente” no hace referencia al intelligere, a la facultad de entretejer la delicada filigrana de la actividad de pensar, sino más bien al ente por mor de las abstracciones propias del entendimiento). Cenizas calcinadas por árboles. La inversión especular de la hoguera de las vanidades de Girolamo Savonarola. La obsesiva referencia implícita a la renuncia al cambio, al devenir y a la esteticidad -la plasticidad- de la libertad, que es la condición sine qua non de la capacidad de pensar.

No la naturaleza, sino las “leyes físico-matemáticas”; no el derecho de gentes, sino las “leyes del derecho natural”; no la mente o el quehacer social, sino “las leyes -o “los modelos”, da lo mismo de la psicología, la sociología o la teoría política, con sus “instrumentos metodológicos” y “estadísticos”, que “aseguran” mediante el cálculo, la “previsión” y la “prevención” de todo y de todos. En fin, no el sujeto-objeto en su devenir, sino el sujeto puesto y cosificado. Un mundo seguro porque quieto. Una fotografía. Es el “está más quieto que una foto”, salido de la jerga del rufián, en la que, sorprendentemente, hay mucho más vida. La “fiel imagen” de una realidad que carece de realidad. Lúgubre y triste, naturaleza muerta, cadaver insepulto, ático de todos los enseres rotos del mundo de desechos que va dejando a su paso, maqueta de una maqueta que asegura ser perfectible. Vitrina de lo que no puede llegar a ser y exhibe con arrogancia. Lejos de limitarse a su función específica, el entendimiento usurpa la tarea de la ontología. Por eso se ve en el apremio de invocar la fe y de proyectarla como su máximo grado de autorealización. Lo que no cabe en el cielo de los cielos se encierra en el cláustro de María, aseguran las Escrituras. De ahí surge el reflejo, el espejismo de la esperanza, tanto como el de la utopía, ese mundo invertido, del no lugar, del no ser y del no estar, que Quevedo tradujo como “no hay tal lugar”.

Según el entendimiento, la utopía tiene dos modos de definirse: o -según el conocimiento de oídas o por experiencia vaga- es el proyecto de lo deseable, aunque de improbable realización, o -según el conocimiento causa-efectista- es la representación imaginaria de la sociedad, tal y como ésta debería ser. En ambos casos, o bien como proyecto o bien como representación, se trata de una aspiración indistintamente imposible de realizar, de alcanzar en la práctica, dado su caracter esencialmente fantástico, o como dice el entendimiento abstracto, “idealista”. Hay algo de religioso en la utopía. De hecho, no es improbable que sus aromas provengan directamente de la oferta de una vida, si no eterna, por lo menos sí paradisíaca. Vivir en la isla Utopía es como vivir en el Paraíso. Tomás Moro, sentado en uno de los bancos del gran parque de la isla. No tiene hambre y el clima es primaveral. Al fin puede respirar la paz infinita. Es un camposanto. El césped del parque es perfecto. Moro cuenta ovejas regordetas, vestidas de un blanco impecable. Cerca del arroyo cristalino, está un arbol de tupido follaje que oculta entre sus frondosas ramas una familia de petirrojos. Moro cuenta las ovejas, oye el correr de las aguas y la dulce melodía de las aves. La imagen se repite día tras día, semana tras semana, mes tras mes. Moro sigue contando y oyendo. Ya van tres meses. Está al borde de un ataque de nervios. Esa noche, sufre una pesadilla. Las ovejas se le vienen encima y tratan de morderle el rostro. Los petirrojos le atormentan y ya no entonan una dulce melodía sino que, como en The birds de Hitchcock, lo asechan y tratan de asesinarle. Ha despertado en un charco de sudor y orine, al sentir como se hundía en las aguas del arroyo. The dream is over, como diría Lenon. La utopía termina en la peor distopía, y ambas son sorprendidas como los lados extremos, opuestos y complementarios, de una única e indivisible topía totalitaria. Hic Rhodus, hic saltus.

Dice Carlos Fuentes en su Valiente mundo nuevo que, en realidad, Moro no diseñó Utopía sólo como un mundo imaginario, fantástico, ese al que Maquiavelo llamara en Il Principe “un castillo sobre las nubes”. Más bien, se trata de la caracterización de la imagen invertida de la amarga Inglaterra que le tocó vivir, y, en tal sentido, vista a través del espejo, contiene su más radical denuncia. Por cierto, pintar los colores del mundo deseado, tal y como debería ser, es también la premisa de toda religión. Pero, al mismo tiempo, Utopía sirvió de motivo inspirador para la construcción del nuevo mundo. Había que construir una nueva sociedad, absolutamente opuesta a la europea, de estreno. El resultado de tal empresa está a la vista. El cielo y el infierno no son términos alternativos. Como dice Spinoza, “bien y mal se expresan en forma puramente correlativa, y una sola y misma cosa puede ser llamada buena y mala según como se la considere”. Pero como el entendimiento abstracto, fiel a sus presuposiciones, es incapaz de “abrazar este orden de pensamientos”, no puede más que trazar los límites entre los términos, sin detenerse a pensar que fue él mismo quien definió por bueno lo que hoy considera malo. Se impone la razón histórica. La fe se niega a voltear la mirada. Teme convertirse en esfigie de sal. Pero si, llegados a los efectos, no se es capaz de mirar retrospectivamente el propio recorrido, no habrá otro remedio que cometer, una y otra vez, los mismos errores de siempre.

Imagen: El semanario

Fuente: Microfilosofia

viernes, 22 de marzo de 2019

Q&A: Tecnología verde para descontaminar el lago Amatitlán

“La participación ciudadana es clave en procesos de cambio y restauración ecológica”, sostiene Claudia Romero, PhD en ecotoxicología por la Technische Universität Berlin, de Alemania. Ella está inmersa en una cruzada personal: descontaminar el lago Amatitlán, ubicado en Ciudad de Guatemala, a más de 5.000 metros, formado hace miles de años por los movimientos tectónicos de 4 volcanes y cuyas aguas son empleadas actualmente por más de 20 mil personas para regar sus cultivos.

En ese afán, desarrolló un método natural de descontaminación biológica que puede usarse en diversos cuerpos de agua y hasta en construcciones urbanas e industriales, por el que fue galardonada (noviembre 2018) por la Academia Mundial de Ciencias con un premio destinado a científicos menores de 40 años.

Actualmente es directora del Centro de Estudios de Atitlán, además de ser docente en la Universidad de San Carlos de Guatemala, y está convencida de que el mal manejo de los recursos hídricos puede conducir al fin de la humanidad. Hoy, que se celebra el Día Mundial del Agua, su testimonio es de especial relevancia pues, como bien señala, todos los esfuerzos que se hagan globalmente para conocer, estudiar, manejar y preservar el agua “son vitales y urgentes”.

¿A qué se debe la contaminación del lago Amatitlán?

Lamentablemente, el lago sufre los efectos del mal manejo de los desechos residuales y sólidos por parte de siete municipalidades del casco urbano y alrededores de la ciudad de Guatemala. Por eso recibe los desechos de casi 400 mil personas. Por otra parte, las malas prácticas agrícolas y el avance de la frontera agrícola con la reducción de bosques influyen en el ingreso de contaminantes que incrementan el crecimiento de microorganismos llamados cianobacterias, conocidos popularmente como algas verdes azules.

¿Cuánto tiempo llevaría sanearlo?

El lago ha atravesado un prolongado proceso de degradación en las últimas cuatro décadas, pasando de un estado eutrófico (reportado en 1970 por Pérez et al., 2013) a uno hipereutrófico. Esto significa que la composición y abundancia de los microorganismos llamados fitoplancton ha cambiado favoreciendo a los más pequeños, las cianobacterias. Cuando estas colonizan los ambientes naturales, inhiben el crecimiento de otros microorganismos, con serias repercusiones en el balance ecológico de los cuerpos de agua.

Para sanearlo, necesitamos restaurar ese equilibrio y potencializar procesos naturales de recuperación junto con la implementación de tecnología de bajo costo, fácil manejo, tal como el uso de plantas acuáticas o “tecnología verde” a lo largo de los afluentes de mayor ingreso de contaminantes al lago, como el río Villalobos.

De la mano de un control en el manejo de la descarga de contaminantes en el curso de agua por parte de las instancias responsables y competentes, y el desarrollo de una estrategia integral de manejo de cuenca, se podría esperar que el lago regresara a su estado eutrófico en el término de 10-20 años. Es necesario realizar estudios para saber si el consumo de peces representa un riesgo para la salud.

Luego de la recepción del premio, ¿sigue vigente el apoyo al proyecto?

Lamentablemente, por el momento no se realizan actividades relacionadas a este proyecto. Algo que si es cierto es que en el lago existen varias iniciativas para su recuperación e investigación.

En cuanto a mi trabajo, junto con la Dirección General de Investigación de la Universidad de San Carlos de Guatemala y el Centro de Estudios Atitlán, de la Universidad del Valle de Guatemala, estamos desarrollando un proyecto de investigación con el cual esperamos conocer la presencia de la contaminación humana en los últimos 50-70 años.

Adicionalmente, colaboramos estrechamente con las Universidades de Auburn y Florida, con fondos de National Geographic, para conocer la presencia histórica de los florecimientos de cianobacterias y cianotoxinas.

¿Qué papel juega la participación ciudadana en el éxito de este proyecto?

La participación ciudadana es clave en procesos de cambio y restauración ecológica. Creo que el fracaso de varios proyectos reside en que los esfuerzos se concentran solamente en la parte técnica.

Considero que para la implementación exitosa de tecnología verde con fines de recuperación del lago de Amatitlán la educación, apropiamiento, desarrollo y monitoreo debería ser realizado por los mismos pobladores y beneficiarios del recurso agua.

Luego del trabajo de laboratorio el siguiente paso será llevar al terreno los resultados obtenidos. Para ello necesitaremos apoyo local así como institucional de los entes reguladores de las distintas municipalidades que impactan negativamente al lago.

¿Es extrapolable su proyecto al tratamiento de otros recursos hídricos?

Si, este método puede aplicarse tanto a aguas naturales (ríos, lagos, humedales) como a embalses artificiales y hasta a construcciones urbanas e industriales, porque se basa en el principio de eliminación de contaminantes por medio de las capacidades presentes en organismos naturales, tales como las plantas macrófitas, que actúan como un filtro verde viviente.

Usted podría haber estudiado una infinidad de temas. ¿Por qué eligió el agua?

El agua dulce constituye solamente alrededor de 44.700 Km3/año del área total sobre la tierra (4,5 por ciento de la superficie total) y solamente 1.341 Km3/año es agua disponible en fuentes extraíbles (lagos, ríos y reservorios). Al conocer estos datos, identifiqué prontamente que es un recurso que si se maneja mal podría significar, sin exagerar, el fin de la humanidad. De manera que me interesé y me intereso en este tema hasta el día de hoy, ya que los esfuerzos por conocer, estudiar, manejar y preservar el recurso agua ─no solo para humanos sino para la biodiversidad y los procesos naturales─ son vitales y urgentes.

¿Cómo percibe la actitud de los guatemaltecos en general en cuanto a la necesidad de cuidar el agua? ¿Cuál es la problemática en Guatemala con respecto al agua?

En general, un poco indiferentes. Esto sin duda, por la falta de información y porque realmente nunca han sido confrontados con la realidad y a datos puntuales de lo que el mal manejo representa para su salud y economía.

Lamentablemente, hasta el día de hoy, Guatemala no cuenta con una reglamentación o ley para el uso y manejo del agua. Se han propuesto diferentes iniciativas que no han prosperado, esencialmente porque carecen de fundamento técnico/científico y el agua es reconocida como un derecho y no como un servicio. Se necesita más educación e institucionalidad para impulsar leyes que velen por el manejo de este recurso.

¿Cómo ha transcurrido su carrera como científica? ¿Siente que le ha dificultado aún más el hecho de ser mujer? Si es así, ¿cómo enfrentó la discriminación y la inequidad?

Mi carrera científica ha sido un privilegio. Primero por ser parte del 1 por ciento de la población guatemalteca que tiene acceso a educación universitaria. Seguidamente por acceder a dos becas, una del gobierno sueco y otra del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD), para realizar estudios de maestría y doctorado.

En alguna ocasión me indicaron que para ser una científica reconocida, no debería mezclar la maternidad con mi profesión. Específicamente, no ser madre mientras desarrollaba mis estudios. Este tipo de trato a nivel científico es bastante común, lamentablemente. Sin embargo, mi caso demuestra que en nuestra sociedad ser madre, mujer, esposa, amiga, colega, jefa, hija, hermana y científica es compatible.

Durante la fase final de mis estudios de doctorado di a luz dos felices gemelos y logré culminar mis estudios con éxito. Lo enfrenté demostrando lo que es posible cuando como familia hay colaboración, amor y posibilidades.

Fuente: Sci Dev

lunes, 18 de marzo de 2019

Intoxicación digital: ¿puede el exceso de información ser nocivo para la mente?

"El síndrome del pensamiento acelerado (SPA) es un tipo de ansiedad. El exceso de información, de actividad, preocupaciones y presiones sociales pueden acelerar la mente a una velocidad aterradora. En la era digital, esto está pasando con una intensidad nunca antes vista". Para el psiquiatra brasileño Augusto Cury, "el aceleramiento intenso de la construcción de pensamientos predispone a trastornos emocionales y baja la tolerancia al estrés".

Sobre lo que el especialista calificó como "el mal de este siglo", Infobae consultó al médico psiquiatra y psicoterapeuta Enrique de Rosa (MN 63406), para quien "técnicamente es absurdo el planteo; en todos los cuadros que cursan con ansiedad, como los cuadros maníacos y tantos otros, el pensamiento es una variable semiológica en que su curso se encuentra acelerado o disminuido en su intensidad". "Como cuadro per se, el síndrome del pensamiento acelerado no existe porque en realidad es un síntoma dentro de otros cuadros, no llega a ser un síndrome. Una de las variables semiológicas es el pensamiento", aseguró.

En la misma línea, el médico psiquiatra y psicoterapeuta Sebastián Alvano (MN 80451) explicó: "Los desórdenes psiquiátricos consensuados internacionalmente están incluidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, conocido como DSM (de sus siglas en inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), cuya última versión es la quinta (DSM-5). Los criterios de dicho manual, publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría, están armonizados con los de la novena y décima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales (CIE-9, y CIE-10), publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El DSM-5 toma las versiones que fueron modificadas por el Centro Nacional Para Estadísticas de Salud de los EEUU, denominadas (CIE-9-CM, Y CIE-10-CM). Hasta la actualidad, el síndrome del pensamiento acelerado no figura en el DSM. Se deben presentar diferentes trabajos a ser evaluados por un comité internacional de expertos para que el mismo sea estudiado en profundidad e incluido en caso que corresponda".

"Por otro lado, es importante tener presente que una gran cantidad de desórdenes psiquiátricos pueden cursar con 'aceleración del pensamiento'. Entre los mismos podemos mencionar algunos trastornos del estado de ánimo, como el trastorno bipolar, o la depresión con características mixtas que reúne criterios para depresión, y por lo menos tres para hipomanía/ manía -amplió Alvano-. También se deben tener en cuenta diferentes trastornos mentales inducidos por sustancias, entre otros desórdenes. Sin embargo, en los mismos, la aceleración del pensamiento es uno de los tantos criterios que pueden estar presentes o no para llegar al diagnóstico de un desorden determinado. El diagnóstico diferencial y las comorbilidades entre los diferentes cuadros, es también de central importancia para arribar a un correcto diagnóstico y tratamiento. En este caso los diferentes trastornos de ansiedad deben ser uno de los más importantes a considerar".

Sobre de qué manera el exceso de información a la que se tiene acceso en la actualidad puede volverse nocivo para la mente humana, De Rosa evaluó: "Vivimos una época en que además del exceso de información, la falta de capacidad para clasificar y priorizar todo lo que se recibe va en contra de la función mental".

Según el experto, "la mente puede procesar realmente una sola línea de información de manera prioritaria, las demás son eventualmente subsidiarias, por eso la gente que cree que contesta mails y además estudia, si lo analiza no estudia de manera adecuada". "El exceso de información, por un lado, provoca un grado de distracción que impide sistematizar cualquier actividad cognitiva y sobre todo las que se llaman 'de alto nivel', es decir, escribir algo más o menos serio, realizar un cálculo de tipo matemático o cualquier elaboración mental que requiera de algún grado de importancia está impedida, por eso es que pasamos tanto tiempo en actividades cognitivas de bajo nivel, como mirar pantallas, o actividades más pasivas", analizó De Rosa, para quien lo que Cury llama acelerar la mente a una velocidad aterradora "se trata más bien de psicosis o algún cuadro maníaco".

"Si una persona tiene la mente acelerada a tal punto está viviendo un cuadro psicopatológico, y los dos más habituales son la aceleración del curso del pensamiento en cuadros tóxicos o cuadros maníacos por causa etiológica X", sostuvo.

Para Alvano, "la información que se incorpora y aprende modifica la percepción del mundo actual. Por lo tanto la misma debe ser seleccionada. Con este hecho se debe ser muy cuidadoso con los niños, principalmente".

"En la semiología psiquiátrica, que forma parte de la historia clínica que realiza el médico, se evalúan diferentes funciones psíquicas, entre ellas la formulación, curso y contenido del pensamiento -puntualizó-. La aceleración es una alteración del curso del pensamiento. Sus consecuencias pueden ser más o menos graves dependiendo de si la misma forma parte de un trastorno y en tal caso de las características y especificaciones que el mismo presente".

Y recomendó: "Si una persona presenta aceleración del pensamiento, debe consultar a un médico psiquiatra para que el profesional haga el diagnóstico correspondiente y, en caso de ser necesario, se implemente el tratamiento adecuado para el desorden diagnosticado. Cuanto antes se haga el diagnóstico, la evolución del desorden, en el caso de que existiera, tendrá mayor posibilidades de una mejor evolución".

Las nuevas generaciones y un mundo cada vez más digital

Según De Rosa, "las consecuencias del exceso de información son las que ya se observan en adultos, no sólo jóvenes: una generación carente de la posibilidad de elaborar ninguna idea sintética".

"En las nuevas generaciones nacidas en el mundo digital, más que hablar de pensamiento acelerado había que referir a otras funciones de la mente afectadas que son la atención, la concentración y la memoria".

Al respecto, Alvano amplió: "El mundo digital puede ser muy útil si se utiliza de forma correcta. Los niños deben ser guiados por sus padres para seleccionar la información y los medios que utilizan". Sin embargo, para el experto, "este mundo digital no debe ir en desmedro de los vínculos humanos sanos, los cuales son irreemplazables para lograr un neurodesarrollo y un psiquismo saludable".

Fuente: Infobae

miércoles, 13 de marzo de 2019

¿Es la automatización culpable del segundo desastre de un Boeing 737 Max?

Mientras lee esto, hay más de un millón de pasajeros a bordo de algún avión. En cada instante, casi un tercio de todos los aviones comerciales en vuelo son Boeing 737. De hecho se trata del modelo comercial más vendido de la historia. En todo este tiempo, este tipo de aeronave ha transportado con seguridad a más de 20.000 millones de pasajeros en viajes largos y cortos. Pero su histórico legado de seguridad ha sido puesto en entredicho después de que dos aeronaves del modelo 737 MAX (la última versión de su avión para transporte de pasajeros) se hayan estrellado en los últimos cinco meses.

El vuelo 302 de Ethiopian Airlines se estrelló el domingo, minutos después de despegar de Addis Abeba (Etiopía). El accidente ha causado la muerte de 157 personas. El primer desastre tuvo lugar en octubre en Indonesia y acabó con la vida de los 189 pasajeros y tripulantes del Vuelo 610 de Lion Air. Ambos sucesos han provocado que aerolíneas y reguladores de todo el mundo hayan decidido paralizar los vuelos planificados con este modelo, a pesar de que tanto Boeing como el Gobierno de Estados Unidos insisten en que es seguro.

El breve historial del modelo 737 MAX plantea la cuestión de si Boeing ha cometido errores en su búsqueda por una mayor eficiencia. La Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) y otros reguladores también tendrán que responder a algunas preguntas, dado que eran los organismos encargados de supervisar la comunicación con los pilotos sobre los cambios introducidos por el nuevo tipo de aeronave.

En este preciso momento resulta imposible saber si los dos 737 MAX se estrellaron por las mismas razones. Según un informe preliminar publicado por la agencia de investigación de seguridad aérea de Indonesia, el vuelo Lion Air 610 se estrelló porque un sensor defectuoso informó erróneamente de que el avión se estaba calando. Esta información incorrecta hizo que un sistema automatizado de la aeronave inclinara el morro hacia abajo para adquirir la velocidad suficiente para volar con seguridad. Aunque los pilotos intentaron luchar contra el sistema automatizado, perdieron.

El 737 MAX tiene motores más grandes que el 737 original, lo que lo hace un 14 % más económico que la generación anterior. Como explica el medio Air Current, el sistema automático se implementó para mantener la estabilidad del 737 MAX y sus nuevos motores. Pero la posición y la forma de estos nuevos aparatos hicieron que el morro de la aeronave tendiera a inclinarse hacia arriba en algunas situaciones. Para contrarrestar este efecto fue necesario diseñar un nuevo sistema de pilotaje del avión: "el Sistema de Aumento de las Características de Maniobra".

¿Acaso los motores más eficientes y los cambios necesarios para adaptarse a los sistemas de automatización del avión fueron los que comprometieron la seguridad del avión? Como el sociólogo Charles Perrow escribió en su clásico libro de 1984, Accidentes normales, las nuevas tecnologías de seguridad aérea en realidad no hacen que los aviones sean más seguros. Simplemente permiten que las aerolíneas "corran mayores riesgos en busca de un mayor rendimiento".

En declaraciones al Wall Street Journal, un funcionario de alto rango de Boeing afirma que "la compañía había decidido no revelar más detalles a los tripulantes de cabina para no generar preocupaciones sobre el posible exceso de información que podrían sufrir los pilotos y para no inundarles con datos técnicos que realmente no necesitaban saber o no eran capaces de digerir" .

Pero, ¿de qué sirve un sistema de seguridad si resulta demasiado complejo para los pilotos profesionales altamente capacitados? Perrow escribió que cada nuevo dispositivo automático podría resolver algunos problemas para introducir otros nuevos y más sutiles. Afirmaba que si los sistemas acababan siendo demasiado complejos sería imposible que los reguladores controlaran qué información tenía cada piloto, y que algunos podrían confundirse con los procedimientos a seguir. Pero en este escenario no tendría ningún sentido culpar al piloto dado que la verdadera culpable sería la propia complejidad del sistema.

El accidente de Lion Air, y la noticia de que a algunos pilotos no recibieron toda la información que necesitaban sobre los nuevos sistemas a bordo ha causado un gran revuelo entre los usuarios de los 737 MAX. Como informó el Seattle Times, un piloto de American Airlines ha dicho: "He estado volando el MAX-8 un par de veces al mes durante casi un año, y ahora estoy aquí pensando: ¿hay algo más que no sepa sobre este cacharro?'".

Los investigadores recuperaron las cajas negras del Ethiopian 302 el lunes por la tarde. Esto les ayudará a determinar la causa del accidente. Tras el desastre anterior en Indonesia, la FAA emitió una directiva de aeronavegabilidad que establecía nuevos procedimientos para desactivar los sistemas automáticos del avión si los pilotos sospechaban que las lecturas erróneas de los sensores estaban haciendo que el piloto automático forzara el morro del avión hacia abajo.

El lunes, después del accidente en Etiopía, Boeing emitió un comunicado en el que confirmó la seguridad del 737 Max. Pero esa misma declaración también anunció una actualización de software que haría que sistema de control de vuelo pudiera hacer frente a entradas erróneas procedentes de los sensores.

El notable historial de seguridad de los aviones comerciales es más bien un logro regulatorio que técnico. Los aviones no son seguros porque estén hechos de materiales fuertes, ni porque los ordenadores sean muy sofisticados. La seguridad aérea se debe a un elaborado sistema regulatorio internacional que, con decenas de listas de verificación y montañas de procedimientos sistematizados, hace que la "seguridad ante todo" no sea un eslogan sino una realidad.

Así que ese sistema internacional ahora está empezando a estar bastante tenso.

La aeronavegabilidad es teóricamente una decisión puramente tecnocrática: la política no tiene nada que ver con la capacidad de vuelo de un avión. Las 69 aerolíneas de todo el mundo que cuentan con modelos 737 MAX también deben tener otros modelos igualmente seguros. Los aviones de China no pueden ser más ni menos seguros que los de EE. UU. Sin embargo, un día después del accidente, 23 aerolíneas habían paralizado todos los vuelos con sus 737 flotas MAX, con China liderando este movimiento y sin apoyo de EE. UU.. En contraste, la FAA emitió una "Notificación de aeronavegabilidad continuada a la comunidad internacional": un anuncio proactivo que avala la seguridad del 737 de fabricación estadounidense, aunque, como ha dicho Boeing, la causa del accidente sigue siendo incierta.

Esto demuestra que el consenso tecnocrático internacional se está rompiendo. La última vez que sucedió algo similar fue en 2013, cuando la comunidad internacional de aviación puso en tierra todos los Boeing 787 hasta que se resolvieran los problemas con las baterías del avión. Ahora las cosas son distintas. Tal vez China esté demostrando una preocupación excesiva mientras que la FAA no se está apresurando a sacar conclusiones. Pero parece que China está aprovechando la oportunidad para socavar la confianza de su principal rival mientras que el gobierno de los Estados Unidos está haciendo todo lo posible para proteger al mayor exportador del país, que es una fuente importante de empleos en la industria manufacturera.

Cada año, el espacio aéreo está más abarrotado a medida que cada vez más gente toma aviones y la popularidad de los drones de diversos tamaños aumenta. Los viajes aéreos comerciales son tan seguros, en parte, debido a una infraestructura de investigación exhaustiva que permite aprender de los errores para evitar repetirlos.

En el momento de redactar este artículo, los investigadores no se habían pronunciado definitivamente sobre las causas del desastre del 737 MAX. Lamentablemente, parece que las lecciones de Lion Air 610 no se aprendieron a tiempo para evitar este accidente. Esperemos que el problema particular de este dispositivo antibloqueo automatizado que provoca que un avión hunda el morro se solucione. Los reguladores de Boeing y de la aviación ya están implementando cambios para lograrlo.

Sin embargo, incluso en el mejor de los casos, el ciclo seguramente continuará. Como escribió Perrow: "El núcleo duro de los accidentes del sistema, por pequeño que sea, probablemente no se reducirá. Esto se debe a que con cada nuevo avance en los equipos o el entrenamiento, hay más presión por llevar el sistema hasta sus límites".

Fuente: www.technologyreview.es

martes, 12 de marzo de 2019

La gran politización que nos espera es la del mundo digital

Tal vez la única certeza política que tenemos hoy en día es que la política en el futuro será muy diferente de la política en el pasado. Los pesimistas no dudan en asegurar que podemos acabar llamando política a algo que no sería sino una realidad despolitizada (decisiones que han dejado de estar en manos de las personas, protagonismo de sistemas que no rinden cuentas a nadie, concentración masiva del poder en unas pocas corporaciones…), pero tampoco deberíamos excluir la posibilidad de que el nuevo paisaje tecnológico represente una oportunidad para llevar a cabo esa ­renovación política que nos resistimos a abordar.

Puede ser la ocasión no sólo de ajustar nuestros valores democráticos a las nuevas circunstancias sino para redefinir unos valores diseñados con tal simpleza que parecían incompatibles con la complejidad social.

Este nuevo escenario supone un auténtico desafío para nuestro modo de concebir la política, ­algo que puede también ser divisado en el otro sentido: sólo una renovación de nuestros conceptos políticos nos permitirá entender lo que está en juego, distinguir el núcleo esencial de la democracia de sus configuraciones contingentes y aprovechar las nuevas circunstancias para renovar la convivencia democrática.

Los tres elementos que modificarán la política de este siglo son los sistemas cada vez más inteligentes, una tecnología más integrada y una sociedad más cuantificada.

Si la política a lo largo del siglo XX giró en torno al debate acerca de cómo equilibrar Estado y mercado (cuánto poder debía conferírsele al Estado y cuánta libertad debería dejarse en manos del mercado), la gran cuestión hoy es decidir si nuestras vidas deben estar controladas por poderosas máquinas digitales y en qué medida, cómo articular los beneficios de la robotización, automatización y digitalización con aquellos principios de autogobierno que constituyen el núcleo normativo de la organización democrática de las sociedades.

El modo como configuremos la gobernanza de estas tecnologías va a ser decisivo para el futuro de la democracia; puede implicar su destrucción o su fortalecimiento.

Cada vez tenemos a nuestra disposición más tecnologías que apenas entendemos y mucho menos controlamos. Estas tecnologías todavía son demasiado jóvenes como para saber con claridad qué impacto van a tener sobre la organización política, pero algunas consecuencias ya pueden ser identificadas y se está debatiendo en torno a ellas o son objetos de informes sobre las tendencias futuras y el modo más adecuado de gobernarlas. Son tecnologías que van a cambiar muchas cosas, desde nuestra percepción de la realidad hasta nuestros procedimientos de decidir, desde nuestra relación con el tiempo hasta nuestro sentido de la responsabilidad.

El uso de tecnologías que además de ampliar nuestra capacidad implican un cierto control sobre nosotros mismos no es algo completamente nuevo: los coches, por ejemplo, cada vez son mas autónomos y nos impiden hacer ciertas cosas, afortunadamente; las burocracias son dispositivos que no permiten actuar al margen de ciertos protocolos digitalmente establecidos; siempre ha habido datos cuyo análisis nos permitía una cierta previsión y pero que disciplinaban a las sociedades. Los seres humanos hemos ido generando a lo largo de la historia dispositivos para organizar nuestra relación con el mundo y esos dispositivos han planteado a su vez problemas inéditos, como efectos secundarios o descontrol. La tecnología digital no es sólo más potente que otras tecnologías, sino también mas disruptiva frente a la concepción que teníamos del mundo. Lo que en relación con tecnologías menos sofisticadas era una disfunción ocasional, ahora aparece como una posible pérdida masiva de control sobre nosotros mismos y una transferencia de nuestra capacidad de autogobierno hacia unos algoritmos opacos, unas máquinas irresponsables y una destrucción del trabajo que desmonta nuestro ya precario contrato social.

La política ha sido precisamente el gran procedimiento para resolver esos conflictos que iban surgiendo con el cambio social y las innovaciones técnicas. A lo largo de la historia la politización de ciertos ámbitos y cuestiones ha permitido sustraerlas de la inevitabilidad, inscribirlas en la discusión pública y convertirlas en objeto de libre decisión. La costumbre, el cuerpo, la pertenencia son algunos de los asuntos cuya politización ha ampliado el horizonte de la emancipación humana.

La gran politización que nos espera es la del mundo digital. Hoy podemos asegurar que en el siglo XXI lo digital es lo político.

Las revoluciones políticas más importantes no se están produciendo en los parlamentos, las fábricas y las calles sino en los laboratorios y las empresas tecnológicas. Allí se está decidiendo si el futuro va a estar en nuestras manos y de qué modo, cuánta desigualdad podemos permitirnos, qué riesgos estamos dispuestos a asumir. Seguramente no estamos dedicando a estos asuntos el tiempo y la energía social que requerirían. Hay que modificar la agenda política y hacer que nuestros debates giren en torno a las cuestiones más importantes, pero también el análisis social debe enriquecer sus metodologías. La filosofía política, más acostumbrada a buscar la compañía inspiradora de las ciencias sociales y las humanidades, debe introducirse en el debate de la ciencia, la tecnología y la matemática. Sería el modo de corregir, al mismo tiempo, esa tendencia de los tecnólogos a reflexionar tan poco acerca de las consecuencias sociales y políticas de sus artefactos.

La tecnología no sólo modifica nuestra relación con las cosas sino que altera el modo como los humanos nos gobernamos a nosotros mismos.

Y la suerte no está echada en cuanto a si lo hará de un modo positivo o negativo, como lo prueban los actuales debates, en ocasiones tan polarizados en torno a posiciones demasiado ingenuas o catastrofistas. Hay quien asegura que la democracia de los datos será más representativa que cualquier otro modelo de democracia en la historia humana, que las urnas serán pronto unas reliquias del pasado cuando nuestra opinión puede estar siendo requerida de modo automático miles de veces cada día y que los expertos decidirán mejor que los partidos políticos ideologizados. Los pesimistas preguntarán, con razón, por qué llamar democracia a ese dispositivo.

Este es el gran debate de los años venideros, que formalmente tiene un gran parecido con las grandes controversias del pasado: cómo asegurar la vigencia de los valores democráticos en unos nuevos entornos tecnológicos que parecen de entrada ponerlos en riesgo y a cuyas ventajas no parece muy inteligente renunciar.

Imagen: Noticias de macrocontexto

Fuente: En positivo

lunes, 11 de marzo de 2019

#CollateralFreedom: RSF desbloquea los sitios web de 22 medios de comunicación censurados en sus países

Desde que Reporteros sin Fronteras (RSF) creó Collateral Freedom, en 2015, han sido desbloqueados los sitios web de casi una treintena de medios de comunicación censurados en su país de origen. Tras este operativo, que emplea la técnica de mirroring (sitios espejo), se han registrado 142 millones de visitas a los sitios web que estaban censurados por las autoridades. En la quinta edición de Collateral Freedom, RSF desbloquea los sitios web de 22 medios de comunicación censurados en 12 regímenes en los que no existe la libertad de prensa (China, Arabia Saudita, Irán, Vietnam, entre otros).

“Dar cuenta de la violación de los derechos humanos en Arabia Saudita”

#CollateralFreedom ayuda a informar a los ciudadanos de países donde la prensa está completamente amordazada. En Arabia Saudita, Advocating for Human Rights (ALQST, por la defensa de los derechos humanos) difunde en su sitio web información que recaba en el país y después da a conocer en el mundo. “Enfrentamos grandes dificultades”, expresó a RSF el director de este portal informativo, Yahya Assiri, desde Londres, donde vive exiliado. “De forma constante las autoridades saudíes intentan hacernos callar; una de sus técnicas es el bloqueo de nuestro sitio web”. Al periodista, como le sucede a otros disidentes saudíes, intentaron hackearle su teléfono móvil para vigilarlo. “Intentamos evadir la censura difundiendo nuestra información en otras plataformas, pero lo ideal para dar cuenta de la situación de los derechos humanos en Arabia Saudita es este sistema de sitios espejo, que nos permitirá incrementar nuestra audiencia más fácilmente”, añadió.

“Informar a los paquistaníes que realmente quieren conocer la verdad”

Entre los nuevos medios de comunicación desbloqueados se encuentra Safenewsrooms.org, fundado por Taha Siddiqui, periodista paquistaní exiliado en París, quien recibió el Premio Albert Londres en 2014. En Paquistán –que se ubica en el lugar 139, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF– cada año se registran ataques mortales contra periodistas. Semanas después de que Safenewsrooms.org comenzó a funcionar, en mayo de 2018, el sitio web –que da cuenta de la censura de los medios de comunicación en Asia, en particular Paquistán– fue censurado. “Nuestro portal informativo permite a los internautas tener acceso a una información honesta e independiente, que el Estado no quiere que lean. El sitio web fue bloqueado sin razón”, señala Taha Siddiqui. “Gracias a esta operación de nuevo podremos informar a los paquistaníes que realmente quieren conocer la verdad. Vemos que son muchos, lo muestra la audiencia que alcanzamos antes de que bloquearan el sitio web”, agrega.

En China, donde más de 50 periodistas y blogueros se encuentran tras las rejas, Collateral Freedom permitió que el China Digital Times –que difunde información no censurada sobre el país– vuelva a estar en línea. Este medio de comunicación cuenta con el apoyo del laboratorio de “contrapoder” de la Escuela de Información de la Universidad de Berkeley, California.

“Collateral Freedom fue creado gracias a una comunidad de desarrolladores web comprometidos con la libertad de prensa. Esta cadena de solidaridad entre hackers éticos y defensores de los derechos humanos ayuda a RSF a desbloquear medios de comunicación independientes en países que son verdaderos agujeros negros de la información. Asimismo, prueba que la solidaridad es la mejor respuesta frente a la censura en línea”, subraya Elodie Vialle, responsable de la Oficina de Periodismo y Tecnología de RSF.

Para desbloquear estos tres sitios web –y los otros 19– se ha empleado la técnica de mirroring (sitios espejo), que consiste en poner en línea una copia del sitio web censurado, sincronizada en tiempo real; las copias virtuales están albergadas en servidores de gigantes de la web, como Fastly, Amazon o OVH. Para las autoridades de estos Estados es muy difícil bloquear el acceso a estos sitios espejo, pues para ello tendrían que cortar la conexión a estos gigantes de la web en el país, lo cual provocaría importantes daños colaterales para estos regímenes enemigos de Internet. Esto es precisamente lo que recuerda RSF a través de la operación Collateral Freedom.

El funcionamiento de #CollateralFreedom implica altos costos para albergar los sitios web. Ayúdanos a mantener esta operación, permitiendo así que millones de ciudadanos puedan seguir teniendo acceso a una información libre.

Fuente: RSF

Noticias falsas, ataque al corazón democrático

En los últimos años, al menos 18 países han sufrido campañas de desinformación o manipulación online durante la celebración de procesos electorales, según el informe Freedom on the net de 2017. El uso de información falsa o tergiversada en la campaña del referéndum sobre el Brexit en el Reino Unido ha sido abiertamente admitido por organizaciones y políticos a favor del sí como Nigel Farage. La preocupación entre la ciudadanía ante este fenómeno es evidente: según el Eurobarómetro, el 83% de los europeos creen que las noticias falsas son una amenaza para la democracia.

Cuando una información ha podido lesionar un derecho individual de las personas, como el honor o la intimidad, siempre se ha exigido como condición para proteger y dar prevalencia a la libertad de expresión que la noticia fuera veraz, esto es, que el informador haya actuado diligentemente comprobando la veracidad de los hechos. No merece protección constitucional, en cambio, la difusión de bulos, informaciones maliciosamente falsas o elaboradas con temerario desprecio a la verdad. El fenómeno de la información falsa o engañosa difundida on line nos sitúa en un plano que trasciende la lesión de los derechos individuales y plantea la afectación del interés colectivo de los ciudadanos y ciudadanas en “el reconocimiento y garantía de la posibilidad de existencia de una opinión pública libre, indisolublemente unida al pluralismo político, propia del sistema democrático”, en palabras de una consolidada doctrina de nuestro Tribunal Constitucional.

En efecto, no hay duda de que el mundo actual se encuentra situado ante un cambio de paradigma en las relaciones sociales, consecuente al imparable asentamiento de la sociedad digital. Basta, en este sentido, un simple dato: según el organismo especializado de Naciones Unidas para las TIC, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el número de personas que usan internet en todo el mundo ha aumentado de cerca de los 2.000 millones de personas en el año 2010 a aproximadamente 3.600 millones de personas en el año 2017.

Como todo fenómeno humano, éste también presenta luces y sombras. Las luces son claras y de ellas todos nos beneficiamos diariamente, pero también se van haciendo evidentes problemas y distorsiones, como ocurre con el fenómeno de las ‘fake news’, que podrían ser identificadas con más propiedad como informaciones falaces, tendenciosas y manipuladoras.

Ahora bien, conviene insistir en que las noticias falsas no son un fenómeno nuevo, pero sí lo es la amplitud con que pueden reproducirse en las redes sociales. La intensidad del fenómeno deriva del hecho de que la pérdida de centralidad de la fuente y la posibilidad de viralización disminuyen a menudo el interés por la veracidad de la noticia y con ello de la capacidad crítica de lectura. A lo que hay que unir la tendencia a la polarización de los grupos en internet, de modo que sólo se por aquellas opiniones coincidentes con las suyas y no por la veracidad de las informaciones: se prefiere escuchar el eco de sus propias voces a enfrentarse a puntos de vista diversos y plurales.

El peligro de las noticias falsas para la democracia es evidente: promueve que la sociedad no sea capaz de ponerse de acuerdo sobre hechos básicos, lo que impide construir espacio compartido de debate y deliberación pública. La desinformación afecta directamente a los fundamentos de las sociedades democráticas que se construyen sobre la presunción de que sus ciudadanos están bien informados antes de votar. Las modalidades de desinformación y manipulación informativa pretenden alterar ese presupuesto básico de la fortaleza de un sistema democrático con el propósito de inclinar al votante, sobre bases falsas, hacia una determinada dirección. Se incide así sobre los procesos de toma de decisión de los ciudadanos y ciudadanas y, por tanto, sobre la calidad de la democracia.

Este fenómeno cobra una enorme gravedad ante la rapidez con que se transmiten las noticias falsas a través de las redes sociales. A lo que debe añadirse el perverso papel de los algoritmos y de los llamados filtro burbuja, a través de los que la red decide lo que leemos y lo que pensamos, y las llamadas cámaras de resonancia, en las que la información las ideas o creencias son amplificadas por transmisión y repetición en un sistema cerrado.

No debe pasarse por alto la escasa relevancia de las campañas electorales clásicas en la actualidad, resultando que ahora las verdaderas campañas se realizan a través de las redes sociales, lo que plantea problemas desde el punto de vista del régimen jurídico electoral. En contra de criterios éticos, lo que importa es ganar una elección concreta, abusándose de técnicas publicitarias apoyadas en mensajes simples, subliminales, que a fuerza de repetirse terminan siendo interiorizadas por los ciudadanos y ciudadanas, que los convierten en hechos incuestionables no necesitados de verificación.

En las noticias falsas juegan un papel importante los bots, programas informáticos que se infiltran en las redes sociales, produciendo contenidos e interactuando con los humanos de modo automatizado y simulando su contenido. Además, el uso de algoritmos inteligentes, capaces de analizar texto y elaborar patrones de conducta ha dado lugar a bots más complejos y difíciles de detectar, con mayor capacidad de infiltrar el debate público. El problema, uno de ellos, de las noticias falsas es su falta de transparencia, ya que se ignoran sus fuentes, su procedencia y, por tanto, los intereses en juego, de ahí que algunas de las investigaciones abiertas en algunos países pretenden rasgar el velo para revelar los intereses ocultos y poder así contrarrestar y adoptar las estrategias adecuadas para su erradicación.

En Europa se ha abierto el debate de cómo afrontar este problema para la vitalidad de nuestras democracias, ¿legislando sobre la ilicitud de estos contenidos?, ¿implicando a la sociedad civil, a las plataformas digitales, proveedores a través de la autorregulación? o ¿fomentando la transparencia en las redes sociales a través, por ejemplo, del establecimiento de mecanismos internos de verificación de estas noticias? Si hay algo claro en esta materia es que la respuesta ha de ser, de una parte, multidisciplinar y, de otra, respetuosa con el derecho a la libre expresión, pieza basilar de nuestras democracias liberales. Podríamos seguir haciéndonos varias preguntas más como ¿quién ha de vigilar el contenido de la información que circula por las redes?; ¿cuándo una información sesgada, pero legítima, se transforma en propaganda?; ¿qué responsabilidad tienen los buscadores de las redes sociales?

En el ámbito de la Unión Europea se han empezado a dar pasos para alcanzar algunas respuestas en el marco del plan de acción aprobado en 2018 por la Comisión Europea. Pero es urgente que en este debate se involucren las opiniones públicas nacionales y nuestras instituciones democráticas para atajar esta amenaza que, como el colesterol, silenciosamente, puede acabar obturando las arterias de la información veraz que mueve el corazón de nuestra democracia.

Imagen: medium.com

Fuente: almendron.com

viernes, 8 de marzo de 2019

¿Es machista la tecnología?

La intelectual feminista Donna Haraway escribió en 1985 su texto más conocido, El Manifiesto Cíborg, en el que explicaba cómo las personas nos estamos convirtiendo en una parte inseparable de las máquinas que usamos. Para Haraway, la tecnología no es ni buena ni mala en sí misma, sino que somos nosotros los responsables de desarrollar tecnologías que mejoren nuestra sociedad.

El rápido desarrollo de la inteligencia artificial ha desatado de nuevo un intenso debate, con temores sobre el impacto que tendrá la tecnología en el empleo en las próximas décadas. Y un nuevo estudio del FMI señala consecuencias especialmente negativas para las mujeres: la automatización supone un riesgo mayor para las mujeres que para los hombres. El estudio establece que las mujeres ocupan puestos con tareas más rutinarias, esas tareas son las que mejor hacen las máquinas y, por tanto, las mujeres tienen más probabilidades de perder su trabajo por el desarrollo de la inteligencia artificial.

Según el FMI, el problema tiene que ver con el tipo de trabajo que hacen las mujeres y también con el hecho de que todavía hay pocas en puestos directivos. Las mujeres ocupan en mayor medida los trabajos más rutinarios y menos cualificados. Por el contrario, solo el 1% de las profesiones liberales y los puestos directivos corren peligro de ser automatizados. El grupo con peores perspectivas es, por tanto, el de mujeres con educación secundaria obligatoria o inferior.

¿Deberíamos concluir entonces que la tecnología tiene un sesgo favorable hacia el empleo masculino? No tan deprisa. El cambio tecnológico nos obliga a mirar no solo los puestos de trabajo que se pierden, sino también los que se crean nuevos.

David Deming, de la Universidad de Harvard, ha estudiado cómo, entre 1980 y 2012, los empleos con un alto componente de interacción social crecieron un 12% en EE.UU. Sorprendentemente, además, los puestos muy matemáticos pero poco sociales se redujeron un 3,3%. De hecho, empleo y salarios crecieron de forma particularmente rápida en aquellos puestos que requerían tanto buen conocimiento matemático como habilidades sociales.

Otra investigación reciente de la Universidad de Zúrich apoya esta teoría y establece cómo ha descendido la probabilidad de que un hombre con estudios superiores acabe en un empleo altamente cualificado, mientras que para las mujeres ha sucedido lo contrario. La razón es que las habilidades sociales, más habituales en las mujeres, son cada vez más importantes en los puestos mejor remunerados. Y el cambio tecnológico trae una mayor demanda de este tipo de habilidades sociales en el empleo.

Las máquinas comenzaron sustituyendo nuestras tareas manuales, las cosas que hacíamos con las manos. Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, explica que gracias al desarrollo exponencial de la computación, la inteligencia artificial o el big data, hoy ya realizan actividades más inteligentes, cosas para las que nosotros usamos nuestro cerebro. Como dice Carney, nos queda solo «el corazón -es decir aquellas tareas que requieren inteligencia, originalidad y habilidades sociales como la persuasión o el cuidado de los demás».

Otro ejemplo que indica que quizá el panorama en realidad no es tan sombrío para las mujeres es el hecho de que hay sectores en crecimiento donde el «corazón», que podríamos llamar también empatía, es importante. Especialmente ahora que el envejecimiento es uno de los principales desafíos de los países desarrollados.

En EE.UU., por ejemplo, las previsiones publicadas por la oficina federal de empleo indican que muchos de los 30 empleos más demandados en la próxima década serán puestos relacionados con la enfermería y la salud. De hecho, el empleo en el sector sanitario en España ha crecido un 35% desde la crisis financiera, más que ningún otro.

Y sin embargo, muchos de estos trabajos están peor pagados.

Es el momento de repensar nuestras prioridades, los modelos educativos, y valorar más esos trabajos que incluso las máquinas más sofisticadas no son capaces de hacer por nosotros. Hace poco, Sarah O’Connor pedía en el «Financial Times» que podríamos empezar por eliminar de nuestro lenguaje términos como soft skills (literalmente en español habilidades blandas o suaves), ya que normalmente tienen una connotación negativa y se asocian con feminidad y falta de rigor.

A menudo he dicho que con frecuencia animamos a las mujeres a «dar un paso al frente», a comportarse como un hombre o a ser más asertivas. Y sí, hay momentos y situaciones para ser asertivos, también para las mujeres. Pero también debería haber cada vez más espacios para escuchar, fomentar la comunicación y preocuparse por los demás, también para los hombres.

Donna Haraway aseguraba que las diferencias de género se difuminan a medida que nos convertimos en «cíborgs». Creo que Haraway aprobaría esta afirmación: deberíamos hablar a los niños y niñas de otra manera, decirles que las soft skills no son solo deseables, son esenciales desde ya y lo serán aún más en un futuro en el que las máquinas dominarán la economía. Siempre digo que los valores humanísticos, la empatía, la colaboración activa y el respeto son esenciales para empleos básicos en el sector servicios, pero también para todos los directivos y los trabajos altamente cualificados. De hecho, serán lo que realmente nos diferencie de las máquinas.

Fuente: Almendron - Revista de Prensa

La charla TED que explica de qué manera podríamos llegar a los políticos-robots

“¿Quién escribe las leyes? Un algoritmo las puede escribir”, lanza César Hidalgo, el científico chileno que triunfa en el MIT, en su más reciente irrupción pública: su TED Talk que hoy se subió a la red.

Democracia Aumentada es el nombre de la ponencia donde en casi 13 minutos en inglés cuenta su idea y llama a los oyentes a imaginarse el mundo que plantea. Para eso, parte con una pregunta: “¿Soy sólo yo, o en este lugar hay otras personas que también están algo decepcionadas con la democracia?”, cuestión que recibe aplauso cerrado de la audiencia y revela la empatía que genera esa apreciación.

Sigue con datos: la media de participación en las elecciones parlamentarias de la Unión Europea es de 42% o en Nueva York, sólo el 24% participó en las elecciones de alcalde. “Las personas están cansadas de los políticos o de que usen su información de las redes sociales para mandarles propaganda política”, sentencia. Pero esa propaganda es tan antigua como la política misma, dice, y argumenta: “hoy son tus likes los que definen qué propaganda política te mandan, pero antes era tu edad, tu género y otras variables”.

Con esa premisa, pasa a su idea central: el problema es que en una democracia representativa, los políticos tienen que captar nuestra atención para el voto, pero luego actúan según sus principios. En cambio si fuera democracia directa, en la cual nosotros votáramos por cada ley o proyecto, estaríamos mucho más involucrados con cada decisión.

Sin embargo, esto representa otro desafío y continúa con datos: La Cámara Baja de EE.UU. tiene en promedio 9 votaciones al día, los senadores 5 y se pasan aproximadamente 3 leyes a la semana. “Serían demasiadas decisiones las que una persona tendría que tomar sobre temas que domina poco”.

De políticos a algoritmos

La idea de Democracia Aumentada es capacitar a los ciudadanos para que creen representantes de Inteligencia Artificial personalizados para que participen directamente en las decisiones del Estado. Este “digital twin” (mellizo digital), propone Hidalgo, lo entrena cada uno dotándolo de información relevante de cada cual: hábitos de lectura, redes sociales, incluso test sicológicos.

“No estás dando datos para comunicarte con tus conocidos, amigos o familia. No estás proyectando una imagen, ni dando información para que se use en un sistema político”, relata. En el fondo, se dan datos a un sistema que está diseñado para que “tú tomes las decisiones políticas a través de tu avatar según tu comportamiento, visión y a tu favor”, propone. En todo caso, cada cual escoge si lo deja actuar solo o lo controla haciendo que pregunte a la persona real antes de cada decisión.

¿Por dónde se parte esta revolución?, se pregunta Hidalgo. “No con protestas ni exigiendo que los políticos actuales cambien a robots”, responde. Es mucho más lento: con decisiones menores en colegios, en organizaciones sociales, etc.

La idea de Hidalgo es ir agarrando confianza en este sistema para estar preparados para cuando el mundo cambie. “Esta idea loca, puede que no sea loca para mi hija chica y sus amigos cuando tengan mi edad”, termina. Un planteamiento para iniciar una discusión y que a partir de ahora está en la red.

Fuente: Emol.com

jueves, 7 de marzo de 2019

¿El fin de las contraseñas?: Se viene una forma de acceder a todos los sitios Web

Según la W3C y la Alianza FIDO, WebAuthn permite el uso de sistemas biométricos como huella dactilar -Touch ID- o rostro -FACE ID- que se dan en los celulares, por ejemplo; llaves de seguridad o dongles USB (dispositivos que se conectan externamente a un equipo) y otros dispositivos similares para acceder a una web sin necesidad de escribir una contraseña alfanumérica. Se trata de un uevo estándar que usa la criptografía pública para permitir a los usuarios acceder a sus cuenta personales en los sitios web.

Asimismo, este sistema resultará favorable para combatir algunos problemas de ciberseguridad que surgen a raíz de los robos de contraseñas, filtraciones o accesos a estos datos por medio de técnicas de phishing.

"Las contraseñas robadas, débiles o predeterminadas no solo están detrás del 81 por ciento de las violaciones de datos, sino que también son una pérdida de tiempo y recursos", señalaron ambas organizaciones en un comunicado de prensa.

Hasta el momento, los principales navegadores de internet Safari (Apple), Google Chrome, Mozilla Firefox y Microsoft Edge soportan WebAuthn por lo que se espera que su adopción masiva llegue pronto.En cuanto a redes sociales, Facebook ya lo soporta y Twitter está en camino. GitHub, de forma independiente a su compra por Microsoft, también lo permite. Otros como IBM, PayPal, AirBnb o Alibaba no deberían tardar en incorporar sus ventajas, pues forman parte del proyecto.

WebAuthn no se promociona como una funcionalidad encaminada a eliminar contraseñas, sino a mejorar la seguridad y luchar contra prácticas maliciosas en Internet como puede ser el phishing. En el camino de lograr sistemas más seguros, se gana comodidad y se sustituyen las viejas y frágiles contraseñas (como las de ocho caracteres) por algo mucho más seguro, y que además ayuda e impide el rastreo en webs y servicios.

El nuevo servicio se puede probar desde este enlace de manera gratuita y antes de que llegue a todos los usuarios.

Fuente: El Independent

miércoles, 6 de marzo de 2019

Blockchain: un tsunami tecnológico

El Internet o la Utopía del Internet como la hemos llamado, ha revolucionado nuestra vida en todas sus esferas y sus interacciones. Sin embargo, el auge de las nuevas tecnologías en ella sustentadas, y las promesas que nos ofrecen, están expuestas a grandes desafíos, entre ellos, una crisis de confianza en el uso y monetización de nuestros datos como por ejemplo en el modelo de negocios de Facebook y el de Google, por mencionar algunos. Dichos modelos y otros tantos sustentados en la economía de los datos amenazan así nuestra privacidad y, por otra parte, la integridad de estos, ante las avezadas incursiones de los ciberdelincuentes, que ya no pretenden exhibir con orgullo su capacidad técnica de hackeo de sistemas informáticos en apariencia invulnerables, sino que lucran con sus ataques perpetrando conductas ilegales. Tenemos secuestros digitales de información como los Ransomware, la fuga de datos, o los ataques a servicios centrales de Estados, causando denegaciones de servicios en algunos casos públicos y de extrema necesidad, como por ejemplo con los estragos causados por el virus informático WannaCry en los hospitales públicos del Reino Unido. En otras palabras, estamos ante un gran encrucijada donde las promesas del uso y adopción de estas nuevas tecnologías, como el cómputo en la nube, el internet de las cosas, la inteligencia artificial, y el blockchain (o cadena de bloques en español), que subyacen a la llamada Cuarta Revolución Industrial, son muy seductoras, pero por otra parte además de los desafíos mencionados sobre la privacidad y seguridad de la información, aún no tenemos, en algunos casos, evidencia cierta y generalizada de su materialización. Muchas voces comparan el surgimiento de la cadena de bloques con la llegada de internet, y anticipan una transformación equivalente —o incluso mayor— en las comunicaciones, los negocios, los gobiernos, y los derechos individuales. Como mínimo, la integración de esta tecnología con el machine learning, la inteligencia artificial, el análisis del comportamiento y otras tecnologías disruptivas similares tiene un potencial muy prometedor y con aplicaciones en prácticamente todos los campos de actividad, sean éstos privados o públicos.

Dos principios centrales en las promesas de esta tecnología son la confianza y la descentralización. Hoy en día en nuestras interacciones físicas o virtuales necesitamos en algunas ocasiones que un tercero certifique o verifique por ejemplo nuestra identidad. Lo más común sería en México que alguien pregunte por nuestra credencial del INE, o en el caso de una transacción en línea, nuestra firma electrónica y/o certificado digital, como por ejemplo en nuestros trámites en el portal del SAT. En el caso de transferencias de dinero, son los bancos u otras entidades las que verifican la integridad de la operación, incluyendo nuestra identidad, la cual si se trata de banca en línea será digital. En otros casos, lo que es aún más preocupante, elegimos ingresar en ciertos sitios en línea verificados de manera centralizada por nuestra cuenta en Facebook o en Google, sometidos así a la tiranía de sus opacos algoritmos y códigos.

Un pequeño puñado de compañías, entre ellas Facebook, Google, Apple, LinkedIn, Tencent, AliBaba y Amazon, dominan el sector del internet global, de hecho, sumamente centralizado por ellas. Si bien estas compañías brindan servicios sumamente valiosos a miles de millones de personas, también están consolidando el control sobre la comunicación humana y una riqueza a un nivel nunca visto en la historia. Ya analizamos en este mismo medio el modelo de negocio de Facebook ante el escándalo de Cambridge Analytica, y sus desafíos para la privacidad y seguridad de nuestros datos, y las democracias liberales.

En China, por ejemplo, WeChat es el jugador dominante. Se utiliza para la mensajería de más de 90% de los usuarios de internet móvil en las principales ciudades. WeChat también se utiliza para citas, banca, pedidos de taxis, compras y mucho más. Es un grado de centralización desalentador, donde la aplicación toma el lugar de casi todo lo que se haría en la web descentralizada. Todas estos esfuerzos revelan el valor estratégico del internet y sus aplicaciones para los gobiernos, las empresas y los ciudadanos, incluyendo las batallas geopolíticas para consagrar sus objetivos, donde las fronteras tradicionales se han convertido en porosas vallas a este fenómeno global que escapa los principios tradicionales de soberanía territorial. Es por ello, que algunos expertos pregonan una nueva soberanía, la informática o de datos para —con cierta ingenuidad y anacronismo—, intentar conservar el control sobre la información local, fragmentando el Internet en su origen pensado como descentralizado y abierto. La buena noticia es que gracias a la cadena de bloques podríamos prescindir de estos intermediarios, ya sea los Estados o las empresas tecnológicas que dominan el internet, y usar identidades digitales distintas al modelo centralizado. La premisa básica para la verificación de un hecho, por ejemplo, es que, si de alguna manera todos tenemos la misma información, podemos verificarlo. En otras palabras, si es posible que todos tengan y compartan la misma información, el hecho sujeto a verificación resulta veraz, es como si todos actuáremos como un notario, y diéramos fe digitalmente y de manera descentralizadade la existencia de éste.

Nuestras ciudades están cada día más interconectadas, con dispositivos y redes, con mayor inteligencia de nuestros datos y de la información en general. Así tenemos hogares inteligentes, publicidad segmentada, tiendas con experiencias de usuario personalizadas, e incluso uso de datos biométricos. Este nuevo entorno y sus modelos de negocios exigen un gerenciamiento seguro de la información, que permita hacer uso de la misma para ofrecer experiencias y servicios personalizados, respetando la privacidad, sin revelar por ejemplo información legal o personal de los ciudadanos. Esta identidad digital descentralizada que permite el blockchain, permitiría acceder a servicios digitales —sólo por estar conectados con nuestro dispositivo, es decir sin tener que validar nuestra identidad digital a través de Facebook, por ejemplo— sin que servicios de terceros puedan monetizar nuestros datos sin nuestro consentimiento previo e informado.

La cadena de bloques, dicen los expertos, va a posibilitar dar el salto del llamado internet de la información al internet del valor. Durante los últimos años hemos convivido con el primero, un ecosistema que ha penetrado hasta las profundidades de nuestro día a día y que ha hecho que florezcan empresas como Google, Facebook o Twitter. Estos nombres han cambiado modelos de negocio de industrias enteras como los medios de comunicación, las telecomunicaciones o el turismo, y nuestras vidas.

Se le llama internet de la información porque hasta ahora lo que se ha compartido ha sido fundamentalmente información. Ahora, estamos dando el salto hacia el internet del valor. “Y esta ola es mucho mayor que la primera”, avisa Alex Preukschat, consultor Blockchain, coordinador del libro Blockchain, la revolución industrial de Internet y coautor de un cómic sobre el tema, La caza de Satoshi Nakamoto. “No se puede descartar que empresas disruptivas como Amazon o eBay se vean disrumpidas a su vez”, sentencia. Estamos viviendo la disrupción de lo que creíamos hasta ahora disruptivo, esto si que es una nueva revolución digital.

Blockchain, es esencialmente una base de datos, o un libro de contabilidad Mayor o Ledger, en el cual varios agentes en la red llevan un registro y guardan una copia de dichos datos y de las transacciones de las cuales son objeto. Este registro es inalterable y contiene toda la historia de las transacciones realizadas. Cada agente, o participante se llama nodo, que no es otra cosa que un sistema informático o una computadora, para hacerlo más comprensible. Todos estos nodos se interconectan entre sí a través de una red descentralizada, sin un sistema principal. Se comunican entre sí a través de redes llamadas P2P o Peer to Peer que usan el mismo lenguaje o protocolo. Un libro mayor es una base de datos de sólo escritura más comúnmente usada en contabilidad. El libro mayor distribuido digital crea la misma copia de los datos en todos los nodos participantes. Todas las transacciones nuevas se firman digitalmente y luego se transmiten a través de la red bloques para que se agreguen al sistema. Los participantes en los bloques verifican que la transacción es válida y, a continuación, la escriben o contabilizan en el libro mayor.

En lugar de saldos, la propiedad de los activos digitales se comprueba mediante vínculos a transacciones anteriores, utilizando el historial inmutable inherentemente disponible en una solución de bloques, por ejemplo. Para que Alex envíe $500 a Juana, debe hacer referencia a las transacciones anteriores, todas verificadas digitalmente, en las que ha recibido $500 o más para probar que, de hecho, tiene mucho dinero para enviar. Estas transacciones de referencia se denominan transacciones de entrada anteriores. Las transacciones actuales se denominan transacción de salida (s).

El mensaje transmitido recibe el nombre de token, que representa la información que se almacena en la red. El bien subyacente o representado por ese token, puede ser un activo físico o intangible, un bien o un servicio. Por ejemplo, una criptomoneda como el bitcóin, una compraventa de un inmueble o la prestación de un servicio. La información siempre está encriptada. Las transferencias de tokens se reúnen en bloques que se entrelazan entre sí, de ahí el nombre de cadena de bloques.

Ahora bien, existen varias cadenas de bloques, que pueden interconectarse entre sí, y usarse para varios destinos. Por otra parte, hay cadenas de bloques públicas y privadas. En las públicas puede entrar cualquiera, como por ejemplo bitcóin o Ethereum, en las privadas sólo sus propietarios.

Como consecuencia de este carácter distribuido no existe una autoridad central de control de la base de datos, lo cual es uno de los aspectos más importantes, poderosos, auspiciosos y también amenazantes de la tecnología blockchain.

Su origen arranca en 2009, con el lanzamiento de la criptomoneda bitcóin, que es una divisa no controlada por ningún gobierno o banco central sino solo por criptografía y código y que, como sistema de pago global y descentralizado, materializó la esperanza de una nueva libertad económica a los que dudaban de las autoridades monetarias supervisoras en medio de la crisis financiera iniciada un año antes, como así también permitió a muchos delincuentes lavar activos y realizar transacciones ilícitas.

Según los principios más loables mencionados, una persona o grupo de personas usando el pseudónimo Satoshi Nakamoto creó la primera moneda digital del mundo basada en blockchain: bitcóin. El libro blanco “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System” fue publicado por Nakamoto en plena crisis financiera del 2008.

Las criptomonedas han tenido cierto éxito; bitcóin es ahora la criptomoneda más grande, el número total de bitcoines tiene una capitalización de mercado valorada en aproximadamente 200 mil millones de dólares. Una Investigación producida por la Universidad de Cambridge concluyó en el pasado año que hay entre 2,9 millones y 5,8 millones de usuarios únicos que utilizan activamente una billetera de criptomoneda. Según otros Datos más recientes ese número llegaría a los 10 millones.

En la investigación de la Universidad de Cambridge se han analizado las actitudes gubernamentales hacia las criptomonedas, no limitadas sólo a bitcóin. La imagen producida en todo el mundo es desigual. Algunos países se han convertido en defensores globales, mientras que otros han prohibido activamente las criptomonedas por completo, con varios matices intermedios. El disruptor más notable es Japón, que aprobó una ley que acepta bitcóin como moneda de curso legal. En el otro extremo del espectro, Bangladesh aprobó una ley en 2014 que establece que cualquier persona atrapada usando la moneda virtual podría ser encarcelada bajo las estrictas leyes antilavado de dinero del país. Recientemente el estado de Nueva York otorgó una licencia virtual para operar con bitcóin a una empresa que opera cajeros automáticos.

Cualquiera que sea el caso individual de un país, el crecimiento de las criptomonedas en la última década ha demostrado que hay un fuerte impulso en torno a esta nueva tecnología. Hay quien sostiene que el bitcóin recuerda a la revolución que supuso la invención de la letra de cambio en la Baja Edad Media, así como, por el contrario, en septiembre de 2017, el CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, dijo en una conferencia que "las únicas personas que están mejor usando bitcóin en lugar de las monedas oficiales son asesinos, traficantes de drogas o personas que viven en lugares como Corea del Norte". Como verán las opiniones están muy polarizadas.

Sin embargo, bitcóin es solo una de las muchas aplicaciones de esta tecnología. La tecnología blockchain es la base sobre la que se construyó el bitcóin y no deben confundirse ambas nociones. De este modo, mientras que el bitcóin ofrece la posibilidad de eliminar a los bancos centrales y las instituciones financieras tradicionales, la tecnología blockchain puede aplicarse de forma más general y ambiciosa para reducir la necesidad de intermediarios en muchos sectores de la economía, el gobierno, y la sociedad. Así, por ejemplo, las funciones de los bancos, las instituciones financieras, las bolsas de valores, los centros de intercambio de información, los proveedores de contenidos, los operadores y mercados en línea e incluso los sistemas y registros públicos pueden desempeñarse mediante un conjunto de protocolos y normas basadas en códigos desplegados sobre una red blockchain.

Esta tecnología se presenta como revolucionaria, disruptiva y la panacea para muchas necesidades y males de nuestra época, una amenaza para algunos Estados, y un promesa par otros, pero sin embargo presenta aún algunos desafíos tecnológicos, así como regulatorios, razón por la cual aún se debe fundamentalmente promover y fortalecer la confianza en su utilización.

El primer uso que se le ha dado al blockchain, por fuera de la criptomoneda, ha sido en el sector financiero, y la banca ha sido el primer ejemplo de una actividad que, según parece, puede ser desintermediada, al menos en parte. En la actualidad las fintech se presentan como agentes bancarios con los que los bancos tradicionales deben colaborar o competir.

En México contamos con una Ley Fintech, una ley moderna y bastante equilibrada que tiene por objeto regular los servicios que prestan las instituciones de tecnología financiera, como las que realizan pagos electrónicos o financiamiento colectivos. En su articulado se definen los activos virtuales, o criptomonedas las que quedan sujetas a la reglamentación que dicte el Banxico. En virtud de ello, el Banxico otorgará ahora permisos a aquellas empresas que deseen operar casas de cambio de criptomonedas o divisas en México. La institución dio a conocer así las disposiciones aplicables en el pasado mes de septiembre. Estas disposiciones representan un gran avance para México en la aceptación y uso de las criptomonedas sujetas a una reglamentación estricta, pero que reflejan una nueva visión al respecto por parte de las autoridades del Banxico, en gran medida al tener que acatar lo dispuesto por la Ley Fintech, pero que en el pasado bajo la dirección de Agustín Carstens habían sido muy reticentes al respecto.

Pero los especialistas aseguran que la cosa va más allá y que la gracia de blockchain está en que, unida a otras tecnologías como el internet de las cosas, puede aplicarse a cualquier transacción que requiera de una verificación. Mientras exista la necesidad de realizar transferencias de valor entre dos o más partes en un entorno de desconfianza y medios inseguros, el blockchain tendrá cabida, pues promete transacciones seguras entre personas en todo el mundo sin necesidad de intermediarios, como ser en elecciones, seguros, telecomunicaciones, energía, medios de comunicación.

Esto es lo que dicen los que están a favor de la implantación de esta tecnología y ven en ella nuestro futuro. Los hay más escépticos. Hay quien dice que con esta innovación muchos lo que han hecho es "en vez de poner problemas sobre la mesa y reflexionar sobre si la tecnología en la que se basa blockchain puede ayudar, ponerla sobre la mesa y buscando problemas a los que podrían aplicar esta tecnología".

Autores como Jon Evans aseguran que las redes blockchain no son el nuevo internet, sino el nuevo Linux, es decir, tecnologías complejas que el usuario final no quiere usar. Aengus Collins, responsable de Riesgos Globales en el Foro Económico Mundial, cree por su parte que hay indicios de comportamientos propios de una burbuja cuando se glosa el amplio catálogo de transformaciones radicales que va a traer la tecnología de cadenas de bloque. Otros, como Axel Pierron, asegura que ni siquiera su implementación en los mercados de capitales va a conducir a una caída de los costes. Más bien al contrario.

Sin embargo, tal como lo señala The Economist existen en la actualidad empresas como WePower en Lituania en la industria de las energías renovables, quien han desarrollado una aplicación en cadena de bloques mediante la cual empresas como éstas pueden vender los derechos a electricidad futura generada por startups mediante un contrato inteligente, que se ejecutará en el blockchain de Ethereum. Los derechos de electricidad serían un criptoactivo, creando como ventaja un mercado secundario y mayor competencia con las centrales eléctricas tradicionales y permitiendo recaudar capital a las empresas emergentespara su construcción y operación.

Las cadenas de bloques que ejecutan las criptomonedas podrían tener aplicaciones mucho más amplias que el seguimiento del historial de transacciones de efectivo electrónico. La idea es que, debido a que las cadenas de bloques utilizan registros distribuidos en lugar de centralizados y son más resistentes a las falsificaciones que otras bases de datos, se pueden aplicar a tareas desde la racionalización de registros médicos o el financiamiento comercial para garantizar por ejemplo que los diamantes y otros minerales se obtengan de manera ética.

Sin embargo, según el artículo citado de The Economist, otros proveedores debilitan la criptografía que hace que las transacciones de bitcoin sean mutables. Una de las razones es que el Reglamento General de Protección de Datos de Europa otorga a las personas el derecho a solicitar que sus datos se eliminen de los servidores de una empresa e impone grandes sanciones por incumplimiento. Reglas similares se aplican a los datos médicos en Estados Unidos. Pero las entradas en una cadena de bloques estándar, una vez creadas, no pueden alterarse. Es por ello, que, por ejemplo, Accenture ha desarrollado una cadena de bloques mutable en la que se puede modificar el contenido de los bloques individuales, dejando una "cicatriz" digital para indicar que se han cambiado.

Otro uso muy común es favorecer las transacciones comerciales permitiendo que las diferentes entidades involucradas tengan los mismos registros. Por ejemplo, las cadenas de bloques podrían ayudar a racionalizar las cadenas de suministro al permitir que los registros se compartan entre los proveedores, las compañías navieras, los agentes de importación, los funcionarios de aduanas, etcétera. Esto también facilitaría la resolución de conflictos cuando las cadenas de suministro cruzan las fronteras internacionales. En la actualidad todos los involucrados en una cadena de suministro utilizan sus propios sistemas propietarios para rastrear los envíos, por lo que los mismos datos se están utilizando en diferentes formatos y diferentes lugares y tienen que ir de una base de datos a otra. Reemplazar todo eso con una única base de datos distribuida para el uso de todos podría ofrecer grandes ahorros.

El Banco de Canadá y la Autoridad Monetaria de Singapur están colaborando para investigar blockchain como una forma de mejorar los pagos internacionales. Los bancos en diferentes países a menudo ejecutan sistemas informáticos que no pueden comunicarse fácilmente entre sí, lo que hace que los pagos sean lentos y costosos. Un sola contabilidad compartida, como la que sustenta blockchain, podría aliviar gran parte de la carga administrativa. Al respecto muchos han pregonado las ventajas que la utilización de la cadena de bloques traería en mitigar las vulnerabilidades del sistema del SPEI del Banxico, para habilitar la Banca Electrónica, aunque el doctor Raymundo Peralta, su creador, se haya declarado en contra en una entrevista concedida a Forbes Mexico.

La criptografía que protege las entradas en una cadena de bloques contra la manipulación también podría usarse para crear registros sólidos de todo, desde escrituras de propiedad hasta cuentas de la empresa. Varios países, el más famoso de Honduras, se ha planteado poner sus registros de tierras en blockchain para protegerse contra el fraude. Su aplicación en México podría reducir los numerosos casos de fraude y reforzar la seguridad jurídica en las compraventas de inmuebles y su inscripción en los registros públicos de la propiedad.

En Brasil la empresa estatal de tecnología brasileña, Serpro, lanzó recientemente una plataforma de cadena de bloques que espera reducir el fraude en el sistema de titulación de tierras anticuadas, que actualmente permite que se extiendan vastas extensiones de selva tropical del Amazonas para el cultivo de soja y carne. Por otra parte, en Suecia Chromaway está desarrollando un concepto para probar la posibilidad de realizar compras de vivienda utilizando blockchain y contratos inteligentes. El proyecto se encuentra todavía en su fase exploratoria. Finalmente, en Georgia el marco Exonum se está utilizando para transferir el registro de tierras de Georgia a una cadena de bloques, lo que garantiza que los títulos de propiedad no se manipulen y proporciona una copia sellada y sellada de los datos.

La votación también podría ser revolucionada por blockchain, particularmente en países con altos niveles de corrupción donde los procesos de votación a menudo están sujetos a fraude. Con Followmyvote, por ejemplo, los votantes instalan una cabina de votación digital en su computadora, envían su identificación y se verifican con los registros de votantes. Luego, pueden enviar su boleta a una urna basada en blockchain mientras permanecen en el anonimato usando claves privadas.

Algunos programas piloto están probando la viabilidad de blockchain en transacciones para distribuir ayuda humanitaria. En 2017, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) comenzó a distribuir cupones de alimentos en un campamento de refugiados en Jordania utilizando el blockchain Ethereum. Los cupones de alimentos se asignan a los refugiados, que acceden a ellos en supermercados dentro del campamento utilizando datos biométricos. Hasta ahora, el PMA ha transferido más de 1.4 millones de dólares en vales para alimentos a 10,500 refugiados, y planea extender el programa a 100,000 refugiados en 2018. El proyecto piloto basado en blockchain se ejecuta de manera más eficiente y brinda mayor seguridad contra el fraude que los sistemas tradicionales. ¿Se imagina su uso en México para la distribución de los programas sociales de asistencia?

Como señala Carlos Morales en Forbes Mexico existen en México varios movimientos que buscan impulsar la experimentación y adopción del blockchain. Algunos ejemplos allí citados son Bitso, la casa de cambio en línea de criptomonedas, que anunció la creación de la Asociación Mexicana de Blockchain, en conjunto con GBM y Luna Capital. En abril pasado, el Centro de la Complejidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fue sede del primer curso en la materia en asociación con blockchain en Berkeley, una organización de estudiantes de la UC Berkeley. Microsoft aloja en su plataforma en la nube Azure distintas soluciones basadas en cadena de bloques. Según la Secretaría de Hacienda existen en México más de 330 empresas Fintech.

Según un estudio realizado por Endeavor a pesar de sus avances el uso y adopción del Blockchain en México es todavía incipiente. Sin embargo, el citado estudio destaca la promesa de los beneficios de su adopción para la Democracia y Transparencia en México. En el mismo sentido la OCDE realizó recientemente un foro de discusión donde su secretario General, Angel Gurría, sostuvo en sus palabras de apertura que “los países están analizando cómo blockchain puede mejorar la transparencia, la responsabilidad y la eficiencia de los servicios públicos”.

Tim Swanson, de Postoaklabs, cree que las cadenas de bloques están entrando en el "abismo de la decepción" en el "ciclo de exageraciones" propuesto por Gartner, una consultora de tecnología. En este punto, después de una oleada inicial de emoción, la realidad se reafirma a medida que se hacen evidentes los límites de una tecnología. La clave para hacer útiles las cadenas de bloques será gestionar las expectativas. Y a veces es mejor conceder la derrota. Los entusiastas también están empezando a darse cuenta de que incluso cuando una cadena de bloques podría ser una herramienta adecuada para el trabajo en cuestión, todavía tendrán que resolver el mismo tipo de problemas que para cualquier otro proyecto grande tecnológico, como por ejemplo quién estará a cargo, cómo se construirá el sistema, cómo funcionarán los formatos de datos y qué sucede si alguien quiere irse.

Además de los riesgos tecnológicos señalados, el blockchain presenta asimismo algunos riesgos regulatorios o de manera más amplia de gobernanza. Esta tecnología como explicamos con anterioridad soporta sistemas tecnológicos y aplicaciones descentralizadas que operan independientemente. Así, operan según sus propios sistemas internos de normas, que no son otras que los algoritmos y códigos utilizados, que a menudo ignoran o intentan eludir las normas jurídicas en vigor basadas en su mayoría en principios de soberanía territorial tradicionales, como sostienen los críticos del bitcóin, o carecen de una gobernanza adecuada. Sin embargo, como sostiene Moisés Barrio en Retina estos sistemas son regulados en áreas donde se cruzan con sujetos regulados, tales como ciudadanos, operadores de redes de telecomunicaciones, entidades Bancarias, Fintechs, etcétera. Mientras que todos estos actores permanezcan sujetos al Derecho y ubicados en el territorio de un país, los Estados podrían hacer cumplir sus leyes a cualquier aplicación o plataforma asentada en blockchain.

Sin embargo, dado que la tecnología de cadena de bloques y sus aplicaciones se encuentran en sus primeras etapas de desarrollo, existe el peligro de que una sobrerregulación pueda frustrar la aparición de aplicaciones nuevas e insospechadas que aún no han sido plenamente exploradas o descubiertas, impidiendo u obstaculizando la innovación. Es por ello que muchos actores, como el Foro Económico Mundial proponen como alternativa un modelo de gobernanza multisectorial. Así, un ecosistema distribuido no necesita ser desorganizado, y una mejor gobernabilidad no implica una legislación o regulación gubernamental formal. Un proceso cooperativo de diálogo y administración de múltiples partes interesadas puede contribuir en gran medida a mejorar la confianza y ayudar a los nuevos sistemas tecnológicos a desarrollarse de una manera socialmente beneficiosa. En México la Coordinación de la Estrategia Digital Nacional ha realizado una consulta para definir el Modelo de Gobernanza de la Red Blockchain en México, cuyos resultados no se conocen a la fecha de este artículo.

Asimismo, tal como sostiene el Foro Económico Mundial, el blockchain podría resultar ser una fuerza más amplia para la transparencia e integridad en la sociedad, incluso en la lucha contra el soborno y la corrupción.

Como destacamos anteriormente, una de las aplicaciones blockchain más utilizadas son los contratos inteligentes. Estos son contratos escritos en código en lugar de texto y están firmados por firmas digitales y se implementan automáticamente. Las auditorías y garantías se pueden codificar en un contrato inteligente y no pueden modificarse sin el consentimiento, lo que en teoría podría limitar, tal como lo sostiene Transparencia Internacional, el alcance del fraude y la corrupción. Esto hace que los contratos inteligentes sean potencialmente aplicables a varias áreas de contratación gubernamental, especialmente en lo que respecta a limitar la manipulación durante los procesos de contratación pública. Al igual que otras transacciones de cadena de bloques, el proceso corta a los intermediarios. En este campo, la utilización de esta tecnología podría ser más eficaz y económica que todo el elefantiásico e ineficaz Sistema Nacional Anticorrupción en México, o las funciones ampliadas de la Secretaría de Hacienda en las contrataciones públicas según lo anunciado por el próximo gobierno.

Por otra parte la cadena de bloques podría mejorar la transparencia de las Organizaciones de la Sociedad Civil como se sostiene en este interesante artículo. Ello reduciría la desconfianza de la ciudadanía en México hacia ellas.

Sin embargo, hay quienes sostienen que los delincuentes pueden dispersar fácilmente sus bitcóines en varias cuentas para evitar la activación del requisito de informes (si es que existen, y dado que no existe un organismo de supervisión central que de otra manera marcaría o bloquearía las transacciones sospechosas).

Los delincuentes y los corruptos también pueden ocultar los orígenes del dinero a través de capas de múltiples transacciones, creando una red demasiado complicada para desentrañar. Las transacciones de bitcóin son casi instantáneas, lo que permite que el dinero se desplace rápidamente a diferentes ubicaciones. Esto hace que sea difícil rastrear el flujo de fondos, así como detener una transacción si existe sospecha de actividad ilegal.

Sin embargo, algunas personas argumentan que las afirmaciones sobre el anonimato que proporciona bitcóin son exageradas.

Aunque las transacciones no registran las identidades de los involucrados, sí registran las claves públicas utilizadas por todas las partes involucradas. Las acciones se registran en la cadena de bloques y están disponibles gratuitamente para inspeccionarlas. Las claves públicas se pueden rastrear, lo que significa que se pueden observar los flujos de bitcóin para ver dónde se destinó el dinero.

Como podrán ver la verdad está en un punto intermedio

Al analizar el potencial de la tecnología blockchain en los esfuerzos anticorrupción, es importante separarla de bitcóin y otras criptomonedas. La cadena de bloques no se utiliza normalmente como una herramienta específica contra la corrupción, pero la permanencia de los datos registrados la hace resistente a la manipulación con fines fraudulentos.

Como muchos observadores aclaman el advenimiento de la revolución de la cadena de bloques, siguen existiendo importantes desafíos para utilizar la tecnología de la cadena de bloques para asegurar los datos del gobierno, formular contratos inteligentes, administrar cadenas de suministro o hacer un seguimiento de los flujos de dinero transfronterizos.

Si bien el potencial para usar cadena de bloques en este contexto es significativo, probablemente la tecnología madurará hasta su uso generalizado. Mientras tanto, no se pueden pasar por alto los riesgos de las criptomonedas que permiten flujos financieros ilícitos.

Al final, el beneficio en la implementación de esta tecnología será general. No sólo las compañías sacarán provecho, sino el ciudadano de a pie, así a pesar de que hay aún mucho por experimentar en este campo. Blockchain da a los usuarios el poder de convertirse en sus propios proveedores de servicios, sin necesidad de un intermediario, y podrán ver muy pronto cómo el control sobre sus datos vuelve a sus manos gracias a la cadena de bloques. Eso podría generar un tsunami para compañías que basan su modelo de negocio en la minería de los datos gratuitos de sus usuarios, como Facebook o Google.

Uber y Aribnb son compañías superexitosas a pesar de no ser dueñas de autos ni de hoteles, pero ése es el enfoque equivocado. Lo que es más relevante es de qué sí son dueños, y son dueños de redes; son los intermediarios, por ejemplo Uber habilita la interconexión y cobra una comisión por ello, pero la cadena de bloques permitiría la existencia de un Uber sin Uber, simplemente al vincular a los distintos actores de la red, conectando directamente a las personas que quieren ser llevadas con las personas que quieren llevarlas, usando reglas muy claras de cómo van a operar entre sí, sin necesidad de que alguien los esté gobernando, sin que exista un punto centralizado. Esto si que luce disruptivo contra la misma disrupción, en una nueva capa de innovación sobre lo anterior.

El desafío y la promesa, al parecer, son dos caras de la misma moneda digital

México debe beneficiarse en esta coyuntura histórica de las ventajas de esta nueva tecnología, enfrentar sus desafíos de manera inteligente con todos los grupos de interés y adoptar así una política pública tecnológica de Estado, tal como se recomienda en la Agenda Digital Nacional (ADN) presentada por la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y de las Tecnologías de la Información en México (CANIETI). Sin embargo, las políticas relevantes anunciadas por la nueva administración sólo responden al acceso y cobertura a internet, y no al fomento y apoyo del desarrollo innovador tecnológico, las habilidades digitales que requiere la Industria 4.0, como tampoco revelan cuál será la adopción de la cadena de bloques y otras nuevas tecnologías hacia adentro del gobierno, contribuyendo a su transformación digital gracias a la transversalidad de la tecnología, una mayor transparencia y certeza jurídica, y eficacia en la consecución de sus objetivos. Por supuesto que estas reflexiones son sólo pinceladas sobre lo que se debería hacer en este terreno.

Ilusionado por esta bocanada de aire fresco de libertad digital, me permito como colofón de esta nota reparafrasear así a Lord Byron: “apenas son suficientes unos veinte años para centralizar y monetizar la web; pero puede bastar una hora para descentralizarla”.

Imagen: Patricio Betteo

Fuente: nexos