Como ha notado Douglas Rushkoff, el internet se ha convertido no en un espacio al que uno se conecta sino en un modo de ser en el que siempre estamos habitando. Esto tiene una serie de efectos que empezamos a notar y que son realmente preocupantes. Rushkoff llama a pensar en la tecnología digital como una droga. En esto habría que seguir a Marshall McLuhan quien escribió que siempre debíamos relacionarnos críticamente con una nueva tecnología y reflexionar qué facultad cognitiva amputa a la vez que amplifica otra. A veces la amputación tiene más valor que la amplificación.
En esta tendencia de generar conciencia en torno a los efectos de la tecnología digital, una nueva generación de teóricos ha surgido, entre ellos Cal Newport quien ofrece ya un método de detox digital, en la línea del "decluttering" de Marie Kondo. La filosofía de la japonesa es que las pertenencias nos roban tiempo y tranquilidad -pequeños vampiros en artículos de consumo-; para Newport nuestro tiempo en línea y nuestros gadgets también nos quita paz, creatividad y sobre todo la importante facultad de poner atención y estar presentes. Newport compara los teléfonos celulares con máquinas tragamonedas, una símil muy común, pues cada vez que usamos nuestros teléfonos estamos metiéndole la moneda de nuestra atención, interrumpiendo nuestras acciones y generando ingresos con nuestros datos para las grandes corporaciones.
Newport ha publicado un libro llamado Digital Minimalism en el que avanza un método práctico. Empieza con pasar 30 días absteniéndote de toda la tecnología opcional, que no es obligatoria por tu trabajo o demás, esto implica por ejemplo no usar apps sociales. Después de eso reintroduce la tecnología que crees que añade valor a tu vida. Esto significa para muchos por 30 días revertir a un "dumb phone" y no a un "smartphone" pues no es realmente indispensable usar Whats App y demás. O en todo caso si lo es, podrás evaluarlo 30 días después. Este método emula la idea de Kondo de no sólo ocasionalmente sacar algo que no te gusta del clóset, primero debes vaciarlo todo y regresar sólo lo que realmente te genera bienestar o alegría.
Newport sugiere que borres de tu teléfono cualquier aplicación en la que alguien gana dinero con sólo tocarla y que experimentes usando tu tiempo libre en cosas que no involucren una pantalla. Es más, esta debería ser la directriz de tu tiempo libro: cosas que te permiten interactuar con persona o temas sin usar una pantalla. En este sentido es relevante el trabajo de Douglas Rushkoff, quien ha analizado la tecnología desde un ángulo de la deshumanización y la desconexión. La realidad es que la tecnología digital promete conectarnos, peor nos aliena y promueve valores capitalistas utilitarios y no valores humanos como la compasión y la colaboración. Puedes complementar este método con una práctica que señala Rushkoff. Intenta pasar todos los días por lo menos 10 minutos conectando con una persona en un espacio en el que no haya ningún aparato que medie la interacción, es decir, sin teléfono, televisión, consola y demás. Intenta sólo conectar con la persona y establecer rapport.
El mismo principio de minimalismo, que como se puede leer aquí resulta en un mayor bienestar, parece aplicarse también a la vida digital. Menos es más. Se trata de jerarquizar: ¿cuáles son las cosas que realmente nos hacen felices y generan valor humano, intelectual y espiritual? A esas cosas dedicarle el tiempo y retirar nuestra energía de las demás.
Fuente: Pijamasurf
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