sábado, 15 de noviembre de 2025

La inteligencia artificial en la medicina: entre el alivio y el riesgo de perder el alma del cuidado


La promesa de la inteligencia artificial en la salud ha llegado cargada de expectativas. En muchas clínicas de Estados Unidos, ya se utilizan herramientas de IA para transcribir conversaciones, sugerir diagnósticos e incluso ofrecer códigos de facturación. Este tipo de sistemas se integran en tiempo real durante la consulta, funcionando como asistentes digitales que capturan lo que dice el paciente y lo transforman en un resumen clínico aparentemente ordenado y preciso.

Sin embargo, lo que estos modelos no pueden detectar es la inflexión en la voz cuando alguien habla con miedo, la pausa antes de mencionar un recuerdo doloroso o la mirada que evita el contacto por vergüenza. Cuando los médicos confían en que la tecnología está «escuchando» por ellos, el riego de desconexión emocional es real. Lo no dicho, lo gestual y lo implícito quedan fuera del registro, y eso implica una pérdida considerable de información clínica y humana.

Medicina basada en datos, no en personas

Durante las últimas décadas, la medicina se ha volcado en la llamada «medicina basada en evidencia«, una corriente que, aunque buscaba eliminar prácticas desactualizadas y promover el uso de estudios rigurosos, terminó estrechando el campo de la atención. Se priorizaron las cifras, los algoritmos y los protocolos por encima de la escucha, la intuición y la relación.

La llegada de la IA amplifica esta tendencia. Si antes un médico se guiaba por escalas y puntuaciones, ahora una máquina puede ofrecer la solución más estadísticamente probable en cuestión de segundos. El problema es que esto convierte al paciente en una colección de datos, no en una historia singular. El riesgo no está solo en lo que la IA no ve, sino también en lo que hace invisible: la dimensión afectiva, social y contextual del sufrimiento.

Pacientes que se preparan para agradar a las máquinas

Ya no solo los médicos usan inteligencia artificial. Cada vez más personas acuden a chatbots como ChatGPT para elaborar sus síntomas antes de una consulta. En lugar de contar espontáneamente cómo se sienten, se entrenan con la IA para usar el lenguaje clínico correcto, afinan su relato como si estuvieran presentándose a una entrevista o examen.

Esto puede facilitar ciertos diagnósticos, pero también introduce una forma de autoedición emocional. El miedo, la duda, los contextos de vida que influyen en la enfermedad quedan borrados en favor de una narrativa médica limpia, sin interferencias subjetivas. Lo que los pacientes creen que necesitan para ser escuchados es lo que la IA les ha devuelto como «correcto», lo que puede llevar a diagnósticos más rápidos pero también más despersonalizados.

Efectos colaterales en la práctica médica

Estudios recientes revelan un fenómeno preocupante: la pérdida de habilidades clínicas en los profesionales que delegan en la IA. Cuando un sistema sugiere diagnósticos, es fácil dejar de cuestionarlos. La reflexión se debilita, la creatividad en el razonamiento se apaga, y lo que antes era una labor analítica se transforma en validación pasiva.

En contextos de salud saturados, donde el tiempo apremia y los incentivos están orientados a la productividad, estas herramientas se integran no como apoyos sino como sustitutos. Paradójicamente, en lugar de liberar al médico para que mire a los ojos al paciente, la tecnología refuerza el modelo de atención rápida, donde cada minuto ganado se convierte en una visita más facturada.

Desigualdad codificada en algoritmos

Otro problema que la IA hereda (y a veces amplifica) es el de los sesgos estructurales en salud. Muchos de los conjuntos de datos con los que se entrenan estos modelos contienen desigualdades históricas: menor presencia de mujeres, personas negras o con discapacidades. Esto significa que, incluso si un sistema parece «objetivo», reproduce las exclusiones y errores del pasado.

Casos como los oxímetros que fallan en personas con piel más oscura o los algoritmos que niegan tratamientos por consideraciones económicas ya son documentados. Empresas aseguradoras usan sistemas predictivos para clasificar a pacientes como «muy costosos» y negar cobertura sin intervención humana, un proceso automatizado disfrazado de eficiencia.

El riesgo de perder la medicina como espacio de humanidad

Lo que está en juego no es solo la calidad del diagnóstico. Es el modelo de relación entre quien cuida y quien es cuidado. La medicina, entendida como práctica de acompañamiento, necesita escucha, tiempo, presencia y reconocimiento del otro como ser único. Cuando el foco se traslada al dato, se debilita esa dimensión profundamente humana.

En contextos autoritarios o sistemas orientados al lucro, la IA puede convertirse en una herramienta de control, vigilancia y deshumanización. Cada dato recolectado sobre nuestros cuerpos y mentes se convierte en un activo para otros, no en un medio para nuestro bienestar. Así, el uso de la IA en medicina puede reforzar una lógica extractiva: la salud como negocio, no como derecho.

Cómo podría ser una IA al servicio del cuidado

Pensar en una inteligencia artificial útil para la salud no implica rechazar la tecnología, sino redefinir sus fines. En un sistema público centrado en el bienestar, podría servir para detectar inequidades, apoyar a profesionales con exceso de carga laboral, o identificar pacientes que necesitan ayuda social urgente.

Pero esto requiere cambiar el marco. La IA no debe responder al lucro, sino a la justicia social y la equidad en salud. Necesitamos un entorno político y económico que valore la diversidad humana por encima de la estandarización. Que priorice el florecimiento colectivo por encima del beneficio privado.

Fuente: WWWhat's

viernes, 14 de noviembre de 2025

Cumbre Judicial apunta a cambiar normativa, presupuesto y tecnología


La esperada Cumbre Judicial Nacional se desarrollará este viernes 14 de noviembre en el Centro Internacional de Convenciones de Sucre, con la participación de aproximadamente 500 asistentes y el despliegue de 200 efectivos de seguridad. Se trata del primer gran encuentro convocado bajo la administración del presidente Rodrigo Paz Pereira, y tiene como objetivo sentar las bases de una reforma estructural del sistema judicial boliviano, uno de los temas más demandados por la sociedad civil.

El presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Romer Saucedo, informó que el evento estará organizado en cuatro mesas de trabajo que abordarán los principales ejes temáticos para la reconstrucción del sistema judicial.

“Vamos a desarrollar cuatro mesas de trabajo. Primero haremos el acto protocolar y luego nos desconcentraremos en los cuatro ejes propuestos. Lo que queremos es participación para reconstruir la justicia boliviana, a la cabeza del Órgano Judicial”, explicó en conferencia de prensa.

Los ejes que orientarán el trabajo de la Cumbre son: Reforma normativa, enfocada en la actualización del marco legal; Presupuesto del Órgano Judicial, con énfasis en sostenibilidad financiera y eficiencia institucional; Carrera judicial, destinada a fortalecer la meritocracia, transparencia y estabilidad laboral; e innovación tecnológica, para modernizar procesos y acercar la justicia a la ciudadanía.

Saucedo destacó que se trata de la primera cumbre judicial de esta magnitud, y que se espera alcanzar conclusiones concretas a corto y mediano plazo. Además, confirmó la participación de los presidentes de los cuatro órganos del Estado, así como de la Fiscalía General, el Tribunal Constitucional Plurinacional y el Tribunal Agroambiental.

“El presidente ha confirmado su presencia. Tendremos una reunión con el nuevo ministro de Justicia, Freddy Vidovic, y su equipo técnico. Vamos a conformar mesas de trabajo para obtener resultados concretos que den esperanza al país”, sostuvo el titular del TSJ.

Las conclusiones se presentarán al cierre de la jornada, alrededor de las 19:00, y darán paso a una hoja de ruta consensuada que orientará la reforma estructural del sistema judicial.

Participación política e institucional

El evento contará con la presencia del presidente Rodrigo Paz Pereira y del vicepresidente Edmand Lara, además de ministros de Estado, autoridades judiciales, representantes de universidades y profesionales del ámbito jurídico.

Saucedo resaltó que uno de los objetivos centrales es luchar contra la corrupción mediante el uso de herramientas tecnológicas, que permitan un acceso digital y transparente a los expedientes judiciales.

“Queremos que la tecnología sea una aliada contra la corrupción y que la justicia sea accesible, moderna y eficaz”, señaló.

Fuente: El Pais

jueves, 13 de noviembre de 2025

Plasticidad neuronal y la neurociencia de la lectura


He aquí un pequeño misterio. En el lóbulo occipital (el lóbulo «visual» de la corteza cerebral), existe una pequeña parte del cerebro conocida como «Área Visual de la Forma de las Palabras». Esta área responde intensamente al texto escrito que forma palabras, pero no a otros estímulos visuales similares, como números o secuencias de consonantes sin vocales . Esta misma respuesta se observa en diferentes idiomas, pero solo en personas que los comprenden . El daño a esta parte del cerebro se asocia con dificultades de lectura . A pesar de estar ubicada en lo que consideramos el lóbulo visual del cerebro, el Área Visual de la Forma de las Palabras también se activa en respuesta al braille en personas ciegas, no a las áreas del cerebro asociadas con el tacto.

Todo esto parece indicar con mucha fuerza que esta parte del cerebro debe ser algún tipo de módulo de lectura, conectado específicamente para leer.

Además, leer es automático; incluso cuando no queremos leer algo, no podemos evitarlo. Intenta decir los colores de la tinta de las palabras en el lado incongruente de la imagen de arriba.

Sin pensarlo, e incluso cuando intentamos no hacerlo, leer es una respuesta automática. Una vez que aprendemos a leer, se vuelve algo tan arraigado que lo hacemos de forma refleja.

Pero aquí radica el problema: la lectura es una invención humana muy reciente (desde un punto de vista evolutivo). Apareció hace apenas unos miles de años y se generalizó mucho después. ¿Por qué, entonces, parece que tenemos circuitos neuronales especializados que, en distintas regiones, idiomas e incluso modalidades sensoriales, responden selectivamente al texto?

Cableado directo

Es común que los neurocientíficos hablen de "circuitos neuronales". La idea es comprender cómo un grupo de neuronas interconectadas produce un comportamiento. El ejemplo más sencillo en humanos es el circuito que los médicos suelen examinar durante los chequeos: el circuito que provoca el reflejo rotuliano. Cuando el médico golpea la rodilla con el martillo (no soy médico, así que desconozco el término técnico), provoca un estiramiento en el tendón rotuliano. Este estiramiento activa una neurona sensorial, que envía una señal a las neuronas de la médula espinal. Las neuronas motoras de la médula espinal envían entonces una señal de vuelta, provocando la contracción de los cuádriceps (usando la jerga del gimnasio) y la relajación de los isquiotibiales.

Existe un circuito muy simple: las neuronas sensoriales se conectan con las neuronas motoras para completar el comportamiento.

Esto es un reflejo, el ejemplo clásico de una respuesta innata. Conocemos las neuronas implicadas; están conectadas de la misma manera en todos. La conducta es fija: no puedes enseñarle a tu cuerpo a dejar de patalear como respuesta al pequeño martillo.

Anteriormente me referí a esta configuración como un «circuito». Este concepto de circuitos está muy extendido en la neurociencia: cuando investigaba la toma de decisiones, hablábamos del «circuito de recompensa»; existen artículos sobre «circuitos sensoriales», y muchos programas de investigación se describen como intentos de comprender, a nivel de circuito, alguna parte del cerebro. Al observar qué áreas cerebrales están conectadas entre sí y cuándo la actividad en una afecta la actividad en otra, se espera obtener una visión de comportamientos más complejos, similar a la que tenemos del circuito simple de la respuesta de patada de rodilla.

Este enfoque tiene sentido: a grandes rasgos, todos nuestros cerebros están conectados de forma similar, y no es descabellado pensar que la estructura particular de cómo se comunican las distintas partes en diferentes circunstancias es una pieza clave para comprender el funcionamiento del cerebro. Esta estrategia general tiene mucho que ofrecer: si bien aún no lo comprendemos del todo, el pensamiento a nivel de circuitos nos da una idea bastante clara de cómo el cerebro realiza diversas funciones, como la visión, la planificación y selección de acciones y la generación de mapas mentales de nuestro entorno.

El problema de pensar en circuitos es que concibe el cerebro como conectado de una sola manera, y sabemos que esto no es cierto. El área visual de la forma de las palabras reacciona de forma diferente en personas alfabetizadas y analfabetas. En las personas que no saben leer, esta área responde menos a las palabras y más a otras imágenes, como rostros, en comparación con las personas que sí saben leer . En otras palabras, aprender a leer no solo hace que esta área sea más reactiva a las palabras, sino que también modifica sus respuestas a otros estímulos.

Plasticidad

Es fácil encontrar historias sobre la plasticidad cerebral. Niños a los que se les extirpa la mitad del cerebro pueden seguir funcionando con normalidad ( aunque con alguna discapacidad ). Los pacientes que sufren un ictus y quedan con las extremidades paralizadas a menudo recuperan el control de las mismas (aunque suele requerir años de terapia intensiva).

También existen, por supuesto, casos de cambios cerebrales en personas sanas. Los taxistas, que pasan gran parte del tiempo recorriendo el laberinto de calles urbanas, tienen hipocampos más grandes (la parte del cerebro donde se cree que se almacenan nuestros mapas mentales) que otras personas . De igual modo, los músicos profesionales, cuyo trabajo requiere mucha motricidad fina, tienen cortezas motoras más desarrolladas .

Mis ejemplos favoritos de neuroplasticidad son aquellos que muestran cómo una parte del cerebro que asociamos con una cosa parece ser utilizada por otra. Por ejemplo, en las personas ciegas, la corteza visual no simplemente deja de funcionar. En cambio, cambia aquello a lo que responde: comienza a responder más a las sensaciones auditivas y táctiles .

El cerebro no es una máquina con cables predefinidos, como una calculadora. Si cortas un cable en tu calculadora, se acabó: no hay redireccionamiento de señales, simplemente deja de funcionar. Si usas mucho tu calculadora con números grandes, la pantalla no se agranda gradualmente para adaptarse a tu uso.

Las historias sobre la plasticidad cerebral son realmente asombrosas. Pero la plasticidad no es infinita; el cerebro no es solo una masa de tejido cerebral indiferenciado.

Existen numerosos ejemplos cotidianos de los límites de la plasticidad neuronal: quienes sufren un ictus suelen quedar con alguna discapacidad, y hay periodos críticos para el desarrollo de funciones como el lenguaje y la visión que no se pueden dominar de la misma manera más adelante. La triste realidad es que, a pesar de las historias inspiradoras sobre la plasticidad neuronal, también existen muchas que nos muestran los límites de la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevas circunstancias.

El área de la forma visual de las palabras es en realidad un gran ejemplo de otro tipo de límite a la plasticidad; a pesar de que esta área del cerebro no está programada para reconocer palabras o letras, el hecho de que, en diferentes personas y diferentes idiomas, se utilice la misma área nos indica que hay algo especial en esta área que la hace bien equipada para el problema que la lectura plantea al cerebro.

La tensión

Mi propósito al hablar sobre la neurociencia de la lectura es señalar una tensión específica en la comprensión de la neurociencia: la tensión entre entender el cerebro como un conjunto de circuitos predefinidos y concebirlo como infinitamente plástico. El Área Visual de la Forma de las Palabras no encaja bien en ninguna de estas dos narrativas.

El Área Visual de la Forma de las Palabras presenta características anatómicas identificables que la convierten en una candidata idónea para la función que desempeña en los humanos modernos. Posee fuertes conexiones con el sistema del lenguaje y se ubica dentro de la corteza visual; anatómicamente, es justo lo que se esperaría de una región cerebral que procesa una forma visual del lenguaje. Su estructura neuronal intrínseca la convierte en una candidata ideal.

Pero también tuvo que haber alguna modificación en el cableado para que fuera sensible a la escritura.

Algunos neurocientíficos hablan de reciclaje neuronal : la hipótesis de que el cerebro puede reasignar una región, la más adecuada para una función específica. La conectividad del área determina las funciones que puede desempeñar, pero existen mecanismos que permiten flexibilidad en las funciones específicas de cada región.

En la prensa popular, hablar de plasticidad neuronal suele resultar vago, pero existen modelos que explican cómo se produce realmente. No se trata simplemente de que el cerebro esté hecho de una sustancia mágica capaz de cambiar de función a voluntad. Se conocen mecanismos moleculares que explican cómo el cerebro realiza estos cambios funcionales, y se basa en algunos de los mismos mecanismos que el aprendizaje general.

Cómo funciona la plasticidad

Una de las principales formas en que el cerebro aprende es mediante el aprendizaje hebbiano, descrito por el dicho «Las neuronas que se activan juntas se conectan entre sí». Si la neurona A se activa de forma fiable antes que la neurona B, es un indicio de que la activación de A predice la de B. Este tipo de predicciones y coincidencias son precisamente lo que el cerebro intenta detectar, ya que indican algún tipo de regularidad o patrón. Así, A se «conecta» con B (es decir, A está más fuertemente conectada con B, y la activación de A tendrá mayor probabilidad de provocar la activación de B).

Pero las neuronas también poseen mecanismos para ajustar las señales que perciben; como se mencionó anteriormente, en las personas ciegas, las neuronas de la corteza visual se ajustan aumentando su sensibilidad a las señales provenientes de otras regiones sensoriales . Cuando no parece haber una sincronización entre ellas, las neuronas reducen sus umbrales de intensidad para detectar una señal, una característica que a veces se denomina «metaplasticidad» .

Así pues, las señales de otras modalidades sensoriales preexisten, pero en las personas videntes quedan eclipsadas por las señales visuales. Cuando estas señales visuales desaparecen, la corteza visual se vuelve sensible a otras señales (metaplasticidad), y la plasticidad neuronal hebbiana refuerza cualquier relación que encuentre. De este modo, la corteza visual de las personas ciegas se vuelve sensible a cualquier señal que reciba, procedente de otras áreas sensoriales. La falta de información visual hace que la corteza visual preste atención a las señales de otros sentidos y, por lo tanto, ayude a procesarlas.

Todo esto significa que el cerebro puede cambiar, pero las conexiones preexistentes (las señales presentes) limitan cómo puede cambiar.

Algo similar parece haber ocurrido con el Área Visual de la Forma de las Palabras. En nuestro entorno moderno, las letras aparecen con frecuencia, asociadas a sonidos y significados similares, y se les otorga gran importancia. Esta región cerebral, gracias a sus conexiones con las áreas del lenguaje, está situada estratégicamente para captar esta fuerte señal. El aprendizaje hebbiano vincula las señales lingüísticas y visuales, reforzando dichas conexiones, y toda la región se adapta a la estructura estadística del lenguaje escrito.

El resultado parece una estructura preprogramada dedicada al reconocimiento de letras, pero es el resultado de las reglas de aprendizaje del cerebro, de las conexiones de esta región específica que proporcionan algunas señales con las que trabajar y del papel que desempeñan las letras en nuestro entorno.

El cerebro no está predeterminado, pero tampoco es una masa mágica e indiferenciada que aprende sin cesar. Las neuronas son muy buenas aprendiendo regularidades estadísticas, y las interconexiones en toda la corteza le proporcionan numerosas señales con regularidades estadísticas que puede interpretar. Cuando se produce un cambio —como la pérdida de un sentido o la aparición de ciertos símbolos comunes e importantes— nuestro cerebro es capaz de modificar con flexibilidad las señales a las que responde y, por lo tanto, su función. La plasticidad cerebral le otorga una enorme flexibilidad, pero está limitada por las señales y regularidades estadísticas a las que tiene acceso.

El área de procesamiento visual de la forma de las palabras es un ejemplo interesante de cómo el cerebro es a la vez limitado y adaptable. No fuimos diseñados para leer, aunque lo hacemos sin esfuerzo y de forma automática. Nuestros cerebros son lo suficientemente flexibles como para reconocer nuevos patrones, inventados por nosotros, e integrarlos en nuestra estructura neuronal.

Fuente: Cognitive Wonderland

Entre ciencia y memoria: el legado de la Unidad de Ictiología de la Colección Boliviana de Fauna


Miles de especies reunidas durante décadas de investigación conviven en la Unidad de Ictiología de la Colección Boliviana de Fauna (CBF), este espacio resguarda la biodiversidad del país y forma a los futuros científicos. En cada frasco, etiqueta y ejemplar se cuenta la historia de ríos y lagos que recorren las 12 ecorregiones de Bolivia, convirtiendo a esta unidad en un archivo vivo de la memoria acuática nacional.

Además, la colección está estrechamente vinculada con los pueblos indígenas de los territorios donde se colectan estos ejemplares. “Si no conocemos lo que tenemos, ¿cómo lo cuidamos?”, reflexiona Soraya Barrera Maure, responsable de la Unidad. Este trabajo multidisciplinario protege no solo la biodiversidad, sino también a las comunidades que dependen de ella.

Orígenes e Institucionalización de la CBF

La historia de la CBF es del esfuerzo por conocer, registrar y conservar la vida que habita en el territorio nacional. Soraya Barrera recuerda que “los primeros trabajos de investigación sobre peces en Bolivia datan del siglo XIX, cuando las expediciones enviaban todo el material recolectado a museos de Europa y Norteamérica”.

Los registros más antiguos corresponden a 1827, en la cuenca del lago Titicaca, con estudios centrados en especies del género Orestias, colectadas por Pentland en 1937 y descritas por Tchernavin en 1944. Otra expedición relevante fue la Mulford Expedition, que recorrió la cuenca del río Beni y permitió describir nuevas especies publicadas por Pearson en 1924.

Durante gran parte del siglo XX, la ictiología boliviana dependió de estudios realizados fuera del país. “Se hicieron colecciones aisladas que luego fueron descritas por especialistas extranjeros como Eigenmann y Fowler, y hoy gran parte de esos ejemplares se encuentra en Inglaterra, Estados Unidos y Francia”, comenta Barrera. Recién en 1970, con la publicación de la Lista de Peces Bolivianos del Dr. Wagner Terrazas, se dio un salto importante, aunque todavía no existía un Museo de Historia Natural en Bolivia.

En los años 80 se escribe una nueva etapa. La colección de peces del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) se formó inicialmente con muestras del Beni donadas por el jesuita José María Sempere, junto a ejemplares del río Mamoré obtenidos en estudios conjuntos del convenio ORTSOM–UMSA–UABJB. En 1984, el biólogo Jaime Sarmiento asumió el cuidado de esos primeros lotes y sentó las bases de lo que más tarde se consolidaría como la actual unidad.

En 1992, la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y el MNHN firmaron el convenio que dio origen formal a la CBF, integrando la Unidad de Peces. Desde entonces, el área ha desarrollado colecciones en diversas cuencas del país, aportando información para estudios de taxonomía, sistemática, conservación y manejo de recursos pesqueros. Hoy, la Unidad de Ictiología alberga más de 200.000 ejemplares, representando casi el 80 % de las especies de peces de Bolivia, que son aproximadamente 1.100 especies.

Trayectoria y aporte: la voz de Jaime Sarmiento

La trayectoria de Jaime Sarmiento Tavel es, sin duda, uno de sus pilares más sólidos. Con 48 años dedicados al estudio de los peces bolivianos, 41 como curador de la colección del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) y 33 dentro de la CBF desde su creación oficial, Sarmiento es testigo y protagonista de la evolución de los estudios ictiológicos en nuestro país.  “Cuando asumí el cuidado de las primeras muestras, apenas teníamos unos cuantos lotes de peces recolectados en el Beni y el Mamoré. Era un material valioso, pero disperso, sin un sistema claro de registro. Sabíamos que Bolivia escondía una riqueza inmensa bajo el agua, pero faltaba organizarla y comprenderla científicamente”, recuerda.

Ese fue el punto de partida de una tarea titánica: construir desde cero una colección de referencia para todo el país. Sarmiento relata que los primeros años estuvieron marcados por la falta de recursos y de equipos especializados, pero también por una motivación común entre los jóvenes biólogos de la época: darle a Bolivia una voz propia en el estudio de su fauna acuática.

“La ictiología boliviana dependía completamente de publicaciones extranjeras. Los ejemplares de las primeras expediciones científicas del siglo XIX habían sido enviados a museos de Europa o Norteamérica. Nosotros queríamos que esa historia cambie, que las nuevas generaciones pudieran estudiar y describir nuestras especies desde aquí, con colecciones bolivianas”, explica.

El trabajo de campo fue intenso. Durante la década de 1980 y los primeros años del convenio CBF, el equipo recorrió las principales cuencas hidrográficas del país. “Cada colecta era una aventura. Caminábamos kilómetros por orillas de río con el material al hombro, porque cada pez capturado representaba un dato y una historia que se estaba salvando del olvido”, relata Sarmiento.

Con el tiempo, la perseverancia dio resultados. La colección pasó de tener unas pocas docenas de ejemplares a convertirse en uno de los acervos más importantes de peces continentales del país y la región.  Además de especies raras como el bagre ciego de las cavernas de Umajalanta, (Trichomycterus chaberti), la unidad conserva especímenes únicos para Bolivia como para el mundo.

“La transferencia de conocimiento es tan valiosa como la conservación misma. No sirve de nada tener una colección si no se comparte el conocimiento que genera. Ver a jóvenes apasionados por los peces, interesados en la vida acuática, me da esperanza. Ellos son los futuros guardianes de este patrimonio”, afirma.

Nuevas herramientas científicas y análisis modernos

Los avances tecnológicos han ampliado el valor de los ejemplares preservados. Rayos X, microtomografía computarizada y microscopios electrónicos permiten estudiar la anatomía interna y adaptaciones evolutivas. Pero el salto más importante ha sido la genética: técnicas de secuenciación de ADN, barcoding genético y recuperación de ADN antiguo permiten monitorear ecosistemas, descubrir diversidad oculta y comprender procesos de manejo y domesticación de especies. “Sin embargo, toda esa tecnología necesita una base sólida: las colecciones de referencia. No hay genética sin voucher, sin ejemplares que respalden los datos”, advierte Sarmiento.

La ciencia al servicio de la conservación

Esta Unidad es clave para conocer la fauna acuática en áreas protegidas, elaborar planes de manejo y listas de especies amenazadas. Su información ha servido de base para el “Libro Rojo de la fauna silvestre de vertebrados de Bolivia” y la elaboración de fichas para más de un centenar de especies junto a la IUCN.

“Estos datos no se quedan en los estantes. Sirven para definir prioridades de conservación, orientar políticas públicas y formar nuevas generaciones”, sostiene Sarmiento. Bases de datos como AMAZBOL, que integra información de instituciones de toda la cuenca amazónica, permiten análisis regionales y diseño de estrategias de conservación.

Saberes compartidos: Trabajo de campo y colaboración con comunidades locales

Una de las dimensiones más humanas del trabajo de campo ictiológico es la colaboración con comunidades locales y pueblos indígenas. “Las expediciones científicas no se hacen solos. Siempre hemos contado con guías locales, pescadores y comunarios que conocen los ríos como nadie. Ellos saben dónde se esconden los peces, cómo cambia el agua, qué métodos de pesca son más adecuados según la temporada”, relata Sarmiento.

Más allá de la logística, ese vínculo ha generado un intercambio profundo de conocimientos. “Compartir días o semanas de trabajo con ellos es una experiencia invaluable. No solo aprendemos sobre los peces, también sobre las historias que acompañan a cada especie: las que hablan de respeto, de equilibrio, de memoria.”

Sarmiento recuerda con especial emoción las jornadas de pesca comunal junto a pueblos originarios de la Amazonía. “En esos momentos se mezclan la ciencia y la vida. Ellos nos enseñan a observar, a escuchar el río. Nosotros aportamos herramientas para registrar y conservar. Es un diálogo que enriquece a ambos mundos.”

“Cada ejemplar cuenta una historia distinta”, concluye Sarmiento. “Algunos vienen de ríos que ya no existen, otros de ecosistemas que están cambiando rápidamente. Guardarlos es una manera de no olvidar. Porque cada pez, por pequeño que sea, es una parte del relato del agua en Bolivia.”

Pero esta historia también la construyen los nuevos investigadores que crecieron inspirados por el trabajo de campo y de laboratorio. Uno de ellos es Gustavo Álvarez, ictiólogo de la Wildlife Conservation Society (WCS), quien nos cuenta cómo esta colección marcó su formación y su visión sobre el manejo sostenible de la vida silvestre.

Gustavo Álvarez y el vínculo entre ciencia y comunidad

“La CBF fue un pilar fundamental en mi formación. Desde mi tesis hasta proyectos recientes, me permitió acceder a material de referencia confiable para comparar y confirmar la identidad de peces colectados en campo. Es un espacio clave para fortalecer conocimiento en taxonomía y sistemática”, afirma.

Álvarez ha liderado programas comunitarios, como el manejo del paiche (Arapaima gigas), especie invasora, y el aprovechamiento del suchi (Rhamdia quelen). En ambos casos, la colección permitió identificar correctamente las especies, analizar su ecología y respaldar decisiones sobre tallas mínimas de captura, períodos de veda y cuotas de extracción.

Del laboratorio a la política ambiental

El ictiólogo también resalta la importancia de la unidad en la toma de decisiones sobre conservación y manejo de la biodiversidad. “Un ejemplo concreto es la verificación de especies con baja abundancia. Identificar correctamente qué especie está desapareciendo puede marcar la diferencia entre perderla o salvarla. La colección brinda esa certeza, y sobre esa base se pueden aplicar medidas de protección o diseñar políticas de aprovechamiento sostenible”, explica Álvarez.

Memoria biológica para un futuro incierto

Para Álvarez, el futuro de la Unidad de Ictiología enfrenta grandes desafíos: la falta de recursos humanos y financieros, la necesidad de digitalizar sus registros y formar nuevos curadores que mantengan viva la colección.

Sin embargo, también ve esperanza. “En un escenario de cambio climático, represas, deforestación y sobrepesca, las colecciones adquieren una relevancia enorme. Son la memoria biológica de un país: nos permiten documentar el pasado, entender el presente y proyectar escenarios futuros”, concluye.

“Sin memoria no hay conservación”

Entender el rol de la Unidad de Ictiología de la CBF implica no solo reconocer el trabajo de los científicos bolivianos, sino también el valor de los ecosistemas y recursos acuáticos que sustentan a las comunidades locales y al país. Detrás de cada muestra y análisis hay un esfuerzo multidisciplinario, que permite construir la “memoria” de la biodiversidad y comprender cómo eran los ecosistemas y la vida de quienes dependían de ellos. Aunque algunos cuerpos de agua han desaparecido y especies se han extinguido, como el Umanto (Orestias cuvieri), especie que fue de gran importancia alimenticia para las comunidades del lago Titicaca y cuyo único ejemplar está resguardado en esta unidad.

Estos registros históricos permiten planificar las políticas en conservación para proteger el patrimonio natural y cultural, compartir experiencias, proyectos y perspectivas sobre manejo sostenible, conectando ciencia y saber local. Sin conocer nuestros ecosistemas, no hay conservación posible; el apoyo institucional será clave para que la Unidad continúe cumpliendo su rol de memoria biológica y guía para la protección de la biodiversidad del país.

Fuente: Nomadas

Takenos revoluciona los pagos QR: paga en Bs directamente desde tus dólares digitales


La app Fintech Takenos, reconocida como la billetera digital más completa y segura del mercado, anunció una actualización que permitirá a sus usuarios pagar cualquier QR en bolivianos desde su saldo en dólares digitales, ofreciendo una experiencia ágil y segura.

A diferencia de otros sistemas de pago, Takenos convierte instantáneamente los dólares digitales a bolivianos al tipo de cambio del mercado, eliminando intermediarios y tiempos de espera. Esta funcionalidad ofrece una experiencia fluida, eficiente y adaptada a la realidad económica de los usuarios locales.

“Hoy nuestros usuarios pueden pagar cualquier QR en bolivianos directamente desde su saldo en dólares digitales, al tipo de cambio del mercado.”

“Con esta actualización damos un paso más en nuestra misión de simplificar el uso de los activos digitales en Bolivia. Hoy, nuestros usuarios pueden pagar cualquier QR en bolivianos directamente desde su saldo en dólares digitales, al tipo de cambio del mercado, con la seguridad y respaldo que caracteriza a Takenos. Buscamos que cada persona tenga el control de su dinero y pueda usarlo libremente, sin barreras”, declaró David Zárate, Country Manager de Takenos

Con más de 280.000 usuarios activos en Bolivia, Takenos se posiciona como un aliado estratégico para quienes buscan mayor autonomía financiera y alternativas seguras de manejo de dinero digital. En cuanto a seguridad, la plataforma cuenta con protocolos avanzados de protección de criptoactivos, encriptación de datos y verificación de identidad (KYC), garantizando que cada operación, sea nacional o internacional, se realice bajo los más altos estándares de protección.

Fuente: Magazine Management

miércoles, 12 de noviembre de 2025

¿Generar ingresos de la basura usando robótica? Es una de las metas del hub tecnológico Cochatech


¿Y si la basura pudiera convertirse en ingresos gracias a la robótica? Esa es una de las metas del Hub Tecnológico Cochatech, una iniciativa que se gesta en Cochabamba y busca transformar la forma en que Bolivia genera valor: con menos extracción y más conocimiento.

El ingeniero Bryan Montes, mentor en transformación digital y fundador de Nubobits SRL, impulsa este movimiento tecnológico ciudadano que apunta a construir la Economía del Conocimiento en Bolivia.

La economía que no contamina

Montes hace notar que el país sigue dependiendo de sus recursos naturales, el gas y la minería representan el 70% de las exportaciones. Pero ese modelo extractivista ya muestra señales de agotamiento. Por eso, Cochatech propone mirar hacia la información, el talento y la tecnología.

La llamada Economía del Conocimiento genera valor a partir del uso intensivo del know-how y la innovación, no de los recursos naturales. Es escalable, no contamina y tiene un poder transformador enorme.

“Nuestra ventaja más grande no está bajo tierra, sino en nuestra gente. Cochatech quiere desbloquear ese potencial y mover a Bolivia hacia una nueva era de innovación y soberanía tecnológica”, dice Montes.

Mirando a los vecinos

El ejemplo más claro está cerca. Según los datos de Montes, en 2024, Argentina logró más de 155.000 empleos directos y $us 8.900 millones en exportaciones gracias a su Ley de Economía del Conocimiento. Solo la provincia de Tandil exporta software por $us 2.674 millones al año, unas 66 veces más que toda Bolivia.

Es inevitable preguntarse ¿por qué nosotros no? Montes cree que Cochabamba tiene todo para ser el motor de ese cambio. “Cochabamba ya produce el 70% del software boliviano. Tenemos talento, clima y una comunidad tecnológica creciente. Solo nos falta creer y conectarnos entre nosotros”.

Un hub 100% virtual y colaborativo

Lejos de la burocracia y los edificios faraónicos, Cochatech arranca de forma 100% virtual y escalable, articulando a universidades, empresas, gobiernos y ciudadanía.

Montes explica que no es un proyecto político ni una promesa más, sino un movimiento ciudadano sin fines de lucro que utiliza metodologías como Agile, Lean Startup y Design Thinking para transformar ideas en soluciones reales en cuestión de semanas.

Entre sus principales pilares destacan:
  • Modelo de confianza digital: uso de inteligencia artificial para colaboración entre instituciones sin compartir datos sensibles.
  • Participación ciudadana: las comunidades y organizaciones de base son protagonistas de la planificación y ejecución.
  • Resultados medibles: soluciones tecnológicas con triple impacto (social, ambiental y económico).
Dónde se puede aplicar el ingenio cochabambino

El Hub define tres áreas estratégicas donde el talento local puede marcar la diferencia para empezar:
  • Economía circular (K’ara K’ara): El botadero más grande del valle recibe 1.200 toneladas diarias de residuos. Cochatech busca aplicar robótica e IoT (Internet de las cosas) para crear rutas inteligentes de recolección y clasificación automática. La meta es transformar el 50% de esos residuos en valor económico en tres años, generando 1.000 empleos verdes.
  • Economía naranja digital: Con $us 420 millones anuales generados por el sector creativo, Cochatech quiere usar realidad aumentada y blockchain para certificar y exportar cultura, gastronomía y artesanía bolivianas.
  • Software con propiedad intelectual: Cochabamba lidera en exportación de software, pero la mayoría es “nearshoring” (estrategia de deslocalización empresarial donde una compañía transfiere parte de su producción o servicios a un país vecino, en lugar de un destino lejano). Cochatech busca dar el siguiente paso y desarrollar soluciones propias en FinTech inclusivo y AgroTech, con marca y propiedad boliviana.
Un futuro que ya se imagina

Imagina una Cochabamba donde la inteligencia artificial optimiza los cultivos, los drones monitorean los ríos del valle y los robots convierten los desechos de K’ara K’ara en materias primas reutilizables.
Mientras tanto, los artistas locales monetizan sus obras en plataformas blockchain y exportan cultura en formato digital.

Eso es lo que Cochatech quiere activar, una economía circular, creativa y tecnológica, donde el conocimiento sea el nuevo motor de desarrollo.

El llamado a la Cuádruple Hélice

El mensaje final de Montes es que dejemos de esperar la solución. La recesión no es una crisis, es una señal. Bolivia necesita pasar de ser un país que consume tecnología a uno que exporta innovación y propiedad intelectual.

Cochatech convoca a los cuatro pilares del desarrollo (gobierno, empresa, academia y sociedad civil) a sumarse a este movimiento de innovación abierta.

“No necesitamos más cemento ni promesas. Necesitamos creer que podemos crear. Cochatech es el primer paso hacia esa Bolivia que inventa su propio futuro”, dice Montes.

El lanzamiento oficial del Hub Tecnológico Cochatech se realizará en las próximas semanas y falta definir fecha. Será el punto de partida de una comunidad que quiere demostrar que el talento boliviano no tiene límites, siempre que se le dé una red, un propósito y una oportunidad.

Fuente: Activos Bolivia

La revolución maker en Bolivia: en pañales, pero avanzando


En Bolivia, la innovación tecnológica y el aprendizaje práctico comienzan a abrirse camino a través de una red de espacios que buscan transformar la educación y la manera de pensar los problemas cotidianos. Se trata de los Fab Labs, laboratorios de fabricación digital que permiten a los estudiantes diseñar, crear y prototipar ideas utilizando herramientas como impresoras 3D, cortadoras láser, fresadoras y componentes de robótica. 

“Hemos logrado crear la primera red de Fab Labs que incluye a Tarija, Oruro, San Ignacio de Velasco, Santa Cruz, La Paz y Cochabamba. Queremos crear una comunidad de makers a nivel nacional. Lamentablemente todavía estamos en pañales, nos falta mucho para poder entender el concepto y que se creen más espacios en el país para dar mayor accesibilidad”, señala Jorge Pazos, director del Fab Lab Santa Cruz.

El Fab Lab Santa Cruz  es uno de los principales impulsores de este movimiento en el país. Desde la perspectiva de Pazos, Bolivia está dando los primeros pasos hacia una “revolución maker”, un cambio cultural que promueve la creatividad, la colaboración y la experimentación tecnológica.

Los nuevos artesanos digitales

Los makers son los nuevos artesanos digitales, personas que combinan creatividad, conocimiento y pasión por la tecnología para dar vida a sus ideas. Más que simples fabricantes o técnicos, son exploradores de la innovación que utilizan herramientas como impresoras 3D, cortadoras láser o programas de diseño para convertir conceptos en objetos reales. 

Los Fab Lab son los laboratorios de fabricación digital en la que los makers trabajan. Son  talleres abiertos en los que se puede aprender haciendo, compartir saberes y experimentar sin miedo al error, como una oportunidad de mejora.

En este sentido, el Future Week 2025, que por primera vez se realiza en La Paz con acceso a espacios de prototipado, representa un hito para el movimiento. El evento busca romper la brecha entre teoría y práctica, ofreciendo a jóvenes de distintas carreras la oportunidad de convertir sus ideas en prototipos tangibles.

“Queremos que los alumnos conozcan lo que es un espacio de creación, un makerspace, y que tanto estudiantes de universidades públicas como privadas tengan acceso a estos lugares para desarrollar proyectos que puedan resolver problemas del día a día”, sostiene Pazos.

Aprender haciendo: el método que transforma

Los Fab Labs no solo proporcionan tecnología, sino una nueva forma de aprender. En Europa, esta metodología —conocida como STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas)— se introduce desde los colegios. En Bolivia, recién empieza a implementarse a nivel universitario.

“Acá los alumnos van a poder desarrollar nuevas habilidades: definir problemas, crear soluciones y concretarlas de manera física mediante el prototipado rápido. No hay fin en su imaginación”, destaca Pazos.

El impacto educativo de estos espacios va más allá de lo técnico: fomentan el pensamiento crítico, la resolución creativa de problemas y la confianza en la innovación propia, competencias esenciales para el siglo XXI.

La revolución de creadores

Uno de los logros más importantes mencionados por Pazos es la creación de la primera red nacional de Fab Labs con presencia en Tarija, Oruro, San Ignacio de Velasco, Santa Cruz, La Paz y Cochabamba. Esta red busca consolidar una comunidad de “makers” y con ello, democratizar el acceso a la innovación.

Pero a pesar de los avances, los desafíos son grandes. Falta infraestructura, formación docente, políticas públicas de apoyo y, sobre todo, una comprensión más profunda del potencial de la cultura maker.

Para Pazos, el reto no sólo es tecnológico, sino cultural. “Se necesita compromiso por parte de las instituciones, tanto públicas como privadas, para que den espacios a las personas y fomenten un espíritu crítico, de no quedarse en el parche de una solución, sino buscar la raíz de un problema para una solución a largo término”.

Un futuro que se diseña hoy

La llegada del Fab Lab a La Paz, es parte del Futures Week 2025, organizado por Unifranz, en alianza con The Millennium Project, la Red Iberoamericana de Prospectiva (RIBER) y 2030 Construyendo Futuros. El evento congrega a expertos internacionales, autoridades, emprendedores y estudiantes en una semana dedicada a la reflexión, el diálogo y la innovación colaborativa. 

Bajo el lema “co-crear y construir el futuro”, la cita propone explorar los grandes desafíos globales -como la sostenibilidad, la inteligencia artificial, el cambio climático y la educación del mañana- desde una mirada joven y participativa.

En el marco de sus actividades la noche de este miércoles se desarrollará el Main Event “Ciudades Inteligentes y Sostenibles”. En este espacio, cuatro expertos internacionales hablarán sobre  ¿cómo hacer sostenibles los espacios urbanos?, innovación a través de los centros de fabricación digital, innovación educativa y el futuro de la educación,y la educación en las comunidades indígenas originarias.

Con iniciativas como esta, Bolivia está dando sus primeros pasos en la era de la fabricación digital. Si bien el camino es largo, cada proyecto que nace en estos espacios representa un avance hacia una educación más práctica y una ciudadanía más innovadora.

La revolución maker está en marcha. Aún en pañales, sí. Pero avanzando con fuerza.

Fuente: Unifranz

martes, 11 de noviembre de 2025

Ministra de Salud anuncia fichas electrónicas


La ministra de Salud, Marcela Tatiana Flores, anunció que su gestión se centrará en dos mandatos claros del Gobierno: eliminar las filas en los centros médicos y avanzar en la descentralización de la salud.

Para cumplir con este pedido, Flores comprometió la implementación de un sistema electrónico de fichas que permitirá a los ciudadanos programar consultas desde su celular o computadora.

La ministra Flores estimó que, a partir de una plataforma previamente desarrollada, este nuevo sistema digital estará operativo en un plazo máximo de tres semanas, inicialmente en las tres ciudades capitales del eje troncal (Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba y La Paz) y El Alto.

Además de esta medida, la titular de la cartera anunció que el Ministerio de Salud será institucionalizado con un equipo “altamente técnico”. Para ello, buscará la coordinación inmediata con el Colegio Médico y el sindicato de ramas médicas.

Flores ratificó que la visión del presidente Rodrigo Paz es que “no exista un solo boliviano que tenga dificultad de acceso a los servicios de salud”. Para lograrlo, se iniciará una profunda descentralización de los recursos humanos a las regiones.

La ministra buscará que el Ministerio recupere su rol normativo, dejando la gestión de calidad de atención y el manejo operativo a los niveles departamentales y locales.

Imagen: Erbol

Fuente: Asuntos Centrales

Cuando tu espejo se convierte en tu mejor coach de salud


¿Te has parado alguna vez frente al espejo del baño y pensado que sería genial que te dijera algo más útil que simplemente «necesitas dormir más»? Pues resulta que esa fantasía ya no es tan descabellada. Los espejos inteligentes están dejando de ser cosa de películas de ciencia ficción para colarse en nuestras casas, y lo están haciendo por la puerta grande.

Yo creo que estamos viviendo un momento bastante curioso en la tecnología de salud. Hace unos años teníamos los relojes inteligentes que nos contaban los pasos, luego llegaron las básculas que medían hasta el agua de nuestro cuerpo, y ahora tenemos espejos que son capaces de hacerte un chequeo médico completo mientras te cepillas los dientes. Suena futurista, ¿verdad?

La magia detrás del cristal

Lo interesante de estos dispositivos es que no se parecen en nada a lo que esperarías de un aparato médico. Cuando están apagados, son simplemente eso: un espejo de cuerpo entero bastante elegante que queda bien en cualquier rincón de tu casa. Pero cuando los enciendes, ahí es donde empieza la magia.

Según información de Withings, una empresa francesa que presentó recientemente su concepto Omnia en el CES 2025, estos espejos pueden medir todo tipo de cosas: desde tu frecuencia cardíaca y presión arterial hasta hacer electrocardiogramas completos. Y no es que tengas que ponerte cables ni nada por el estilo. Utilizan tecnología de radar de onda milimétrica y termografía para captarlo todo sin necesidad de contacto físico.

Lo que más me llama la atención es cómo funcionan estos aparatos en el día a día. Imagínate esto: estás en tu rutina matutina, te miras al espejo mientras te preparas para ir al trabajo, y en cuestión de segundos la pantalla te muestra tus datos biométricos actuales. Nada de pinchazos, nada de aparatos incómodos. Solo tú y tu reflejo conversando sobre tu salud.

Más que números en una pantalla

Pero aquí viene lo realmente interesante. Estos espejos aumentados no solo te tiran un montón de cifras y ya está. La mayoría incorporan inteligencia artificial que analiza toda esa información y te da consejos personalizados. Es como tener un entrenador personal y un médico de cabecera viviendo en tu baño.

Empresas como Shen AI, según sus propios datos, están desarrollando sistemas capaces de hacer seguimiento de más de 30 métricas de salud diferentes mediante un simple escaneo facial de 30 segundos. Monitorean tu nivel de estrés, tu variabilidad de frecuencia cardíaca, tu índice de masa corporal, e incluso pueden detectar signos tempranos de problemas de salud analizando cambios sutiles en tu piel o tu expresión facial.

El entrenador que nunca duerme

Y si pensabas que esto era solo para hipocondríacos, espera a ver lo que pueden hacer por tu condición física. Marcas como Mirror o Echelon han creado versiones enfocadas específicamente al fitness. Te paras frente a ellos y de repente tienes acceso a miles de clases en vivo: yoga, pilates, entrenamiento de fuerza, cardio, lo que se te ocurra.

Lo que más me gusta de este concepto es que mientras haces ejercicio, el espejo te muestra tu técnica en tiempo real. Es decir, puedes ver si estás haciendo mal una sentadilla o si tu postura en esa plancha es la correcta. Algunos modelos, como el Forme que menciona El Español, incluso ajustan automáticamente los pesos de los ejercicios según tu progreso, utilizando aprendizaje automático para optimizar cada sesión.

El lado práctico (y el precio)

Ahora bien, seamos honestos. Esto no es exactamente barato. El Mirror original costaba unos 1.500 dólares, y eso sin contar la suscripción mensual para acceder a las clases. El ProForm Vue está en un rango similar. Yo siempre pienso que si comparas el gasto de varios años de gimnasio más el entrenador personal, quizás no suene tan descabellado. Pero claro, hay que tener el espacio y la voluntad de usarlo.

Lo bueno es que estos espejos están pensados para múltiples usuarios. Según la información de Universidad Interamericana sobre Mirror, puedes tener hasta 6 perfiles diferentes en un solo dispositivo. Así que si vives con tu familia o compañeros de piso, todos pueden beneficiarse del mismo aparato.

La privacidad en el espejo

Un tema que no podemos ignorar es el de la privacidad de datos. Estamos hablando de dispositivos que recopilan información súper sensible sobre tu salud, tu cuerpo, tus hábitos. La buena noticia es que empresas como CareOS están apostando por sistemas que almacenan toda tu información localmente, sin enviarla a la nube. Pero según análisis del sector citados por SunkingBath, todavía hay muchos modelos que no tienen encriptación de extremo a extremo, lo cual es preocupante.

Yo creo que antes de lanzarte a comprar uno de estos espejos, deberías revisar bien la política de privacidad. Pregunta dónde se almacenan tus datos, quién tiene acceso a ellos, y si la empresa los vende a terceros. Porque una cosa es que el espejo te diga que tienes la presión alta, y otra muy diferente que esa información termine en manos de tu aseguradora.

El futuro que ya está aquí

Lo fascinante de todo esto es que apenas estamos arañando la superficie de lo que esta tecnología puede hacer. Según el Future Today Institute mencionado por varios fabricantes, el monitoreo continuo de signos vitales en casa podría reducir las admisiones hospitalarias de emergencia en un 19% para personas con enfermedades crónicas.

Imagínate tener un dispositivo que no solo te mide la frecuencia cardíaca, sino que aprende tus patrones normales y te avisa cuando detecta algo fuera de lo común. Que puede decirte «oye, tu nivel de estrés ha estado alto toda la semana, quizás deberías hacer más yoga» o «tus patrones de sueño sugieren que podrías tener apnea, considera consultar a un médico». Es pasar de la medicina reactiva a la medicina preventiva, y eso me parece revolucionario.

¿Vale la pena el salto?

Al final del día, la pregunta es si realmente necesitas un espejo que te diga cómo está tu salud. En mi opinión, para personas con condiciones crónicas que necesitan monitorización constante, estos dispositivos pueden ser un cambio de vida real. Para alguien que simplemente quiere mantenerse en forma sin salir de casa, también tiene mucho sentido.

Pero tampoco nos engañemos: no es para todo el mundo. Si eres de los que ya tiene problemas para usar el reloj inteligente que te regalaron en Navidad, quizás esto sea demasiado. Y si tu rutina de ejercicio consiste en subir las escaleras de tu casa, probablemente haya formas más económicas de empezar.

Lo que sí está claro es que esta tecnología wearable integrada en objetos cotidianos va a seguir evolucionando. Según Duriglass y otros fabricantes, la próxima generación incorporará realidad aumentada para pruebas virtuales de ropa, interfaces más intuitivas, y mejor integración con otros dispositivos del hogar inteligente. El espejo del futuro no solo te dirá si estás sano, sino que te ayudará activamente a mejorar tu bienestar día a día.

Y bueno, mientras tanto, yo seguiré con mi espejo normal que solo me dice que necesito cortarme el pelo. Pero reconozco que la idea de tener un entrenador personal virtual disponible 24/7 tiene su atractivo.

Fuente: wwwhatsnew

lunes, 10 de noviembre de 2025

Virtuality Bolivia 2025: alianza entre inteligencia artificial y talento humano


En un contexto global donde la inteligencia artificial (IA) se posiciona como motor del cambio empresarial, Virtuality Bolivia 2025 se presenta como un espacio clave para repensar la relación entre tecnología y humanidad. El evento, que se celebrará el 13 de noviembre en el Hotel Los Tajibos (Santa Cruz), reunirá a líderes empresariales, comunicadores y expertos tecnológicos para debatir cómo la IA puede impulsar la innovación sin reemplazar el talento humano.

Nacido en París en 2017, Virtuality evolucionó de ser la primera feria europea de tecnologías inmersivas a una plataforma internacional dedicada a la inteligencia artificial, realidad aumentada y transformación digital. En su edición boliviana, el evento busca dejar un mensaje claro: la IA no compite con las personas, sino que amplía sus capacidades y multiplica los resultados empresariales.

Entre los ponentes destacados figura Diego San Esteban, presidente de Latam AI Hub, quien abordará el impacto real de la IA en las empresas, los retos éticos y la integración tecnológica para lograr organizaciones más eficientes y humanas. A él se suman reconocidos expertos como Pablo Fernández (Microsoft), Desirée Jaimovich (La Nación), Rafael Parratoro, Denise Hurtado, Luciano Spinelli y Gastón Abigador, quienes explorarán desde distintas perspectivas cómo la IA redefine la comunicación, el liderazgo y el marketing digital.

Según Carola Aguilera, organizadora del evento, “Virtuality Bolivia no es una feria masiva, sino una experiencia estratégica dirigida a quienes desean liderar el cambio digital con propósito humano”. Por su parte, Yazmín Quiroga, CEO de Agencia IN-NOVA, resalta que la meta principal es acercar la tecnología a las industrias nacionales, demostrando que la automatización y la realidad aumentada ya forman parte del presente productivo de Bolivia.

El director comercial Miguel Castillo enfatiza que el evento integrará conocimientos sobre data, analítica, CRM y operaciones comerciales, promoviendo un enfoque donde los datos se convierten en el eje del crecimiento inteligente. “Todo es data: sin ella no avanzamos. Buscamos enseñar a las empresas a aprovechar la información para conocer mejor a su público y tomar decisiones más efectivas”, explica.

Con el apoyo de Banco de Crédito, Dismac, BoA, Sofía, Unitel, Air Europa y Mamaya Tech, entre otros aliados, Virtuality Bolivia 2025 se consolida como un encuentro de referencia regional.

Los ejes temáticos que guiarán la agenda son:
  • IA y empleo: la tecnología no elimina puestos, los transforma.
  • Comunicación efectiva: ser relevante en lugar de generar ruido.
  • Innovación empresarial: innovar no es caro; adivinar sí.
  • Talento humano y tecnología: el futuro es humanos + IA.
  • Credibilidad digital: la confianza como nuevo valor competitivo.
Virtuality Bolivia 2025 no solo propone una reflexión sobre el futuro del trabajo, sino que invita a construir una nueva era de colaboración entre humanos y máquinas. Su enfoque combina estrategia, ética e innovación para demostrar que la verdadera transformación digital comienza cuando la tecnología se pone al servicio del talento humano.

Fuente: Magazine Management

Bolivia aprobará la llegada de Starlink como parte de la nueva relación con EE.UU.


El Gobierno del presidente Rodrigo Paz aprobará la licencia de operaciones del servicio de internet satelital Starlink en Bolivia, como parte de los acuerdos que dan un nuevo impulso a las relaciones entre el país sudamericano y Estados Unidos.

Estos avances forman parte de la visita de la delegación estadounidense encabezada por el vicesecretario de Estado de EE.UU., Christopher Landau, con ocasión de la investidura de Paz el sábado.

El proyecto Starlink nació en 2019 y forma parte de SpaceX, una de las compañías dirigidas por Elon Musk, quien fue consejero del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entre el 20 de enero y el 30 de mayo de 2025, aunque actualmente mantiene una relación distante con él.

Starlink facilita el acceso a internet en zonas rurales y remotas de algunos países donde la cobertura móvil, la calidad y la velocidad del servicio son limitadas, y donde la infraestructura de banda ancha fija es insuficiente. Además, el servicio de internet satelital de Musk está disponible en casi un centenar de países.

Imagen: NYT

Fuente: Coloza

domingo, 9 de noviembre de 2025

Bajo la lupa de Jesús


Publicamos una versión reducida del texto introductorio del libro Sin muchas letras, que recoge las columnas de prensa de Jesús Urzagasti. El libro, publicado por la editorial Escándalo en tu barca, se presentará este viernes 14 en Efímera.

Aunque no pocas veces injustamente olvidada, la columna periodística es un género que nunca perdió su peso e incidencia. Se distingue por recoger, generalmente pero no siempre, la opinión política y social de los autores; no necesariamente periodistas, sino más bien profesionales partícipes directa o indirectamente de la vida pública. No son –entonces– trabajos plasmados a menudo por escritores de vocación y por ello, aunque siempre hay destacables excepciones, es común que su lenguaje, correcto y pulcro como la mayoría de las publicaciones aceptadas por la dirección de cualquier periódico, carezca no obstante de valores literarios y estéticos.

Hay valiosos y bellos artículos publicados por notables autores o gente con talento para escribir, pero por lo general estos no entran en la categoría de columna a la que caracteriza su periodicidad –la más de las veces semanal o mensual– y ubicación fijas –la misma página y sección–. Lógicamente también hay ejemplos, pocos pero muy remarcables, de piezas maestras del género columna, y no podemos olvidar citar textos de Augusto Céspedes y Jorge Suárez, en Bolivia; o Juan Gelman y Oswaldo Soriano en Argentina, para no ir más allá en tiempo y espacio.

Aun en este contexto de valiosas excepciones los textos de Jesús Urzagasti destacan, y mucho, por su singularidad y creatividad. Los 297 artículos que entre 1989 y 1995 escribió casi cada sábado para su columna “Sin muchas letras” del diario Presencia son, como toda la producción del autor chaqueño, piezas cuidadosamente concebidas y labradas en torno a las emociones y sentires del cotidiano que Urzagasti percibía y abstraía como nadie. Decimos “cuidadosamente” adrede, pues es evidente que esta característica no suele destacar entre los escritos sometidos al terrible régimen de inmediatez del periodismo impreso.

296 sábados

Este libro ofrece una selección de 105 de los 296 artículos que el poeta escribió entre el 22 de abril de 1989 y el 30 de diciembre de 1995. Quizás más sencillo era ordenar los textos según su aparición y así reflejar sistemáticamente los acontecimientos por los que atravesaron los bolivianos en el cambio de las dos últimas décadas del siglo pasado. No obstante, nos pareció mejor reflejar este proyecto de Urzagasti según sus particulares modos de concepción, y así se optó por dividir el libro en dos secciones con dos áreas internas cada una.

Se refleja, entonces, la evolución temática y estilística de “Sin muchas letras”, pero además la pulsión del autor de acuerdo al clima externo e interno que motivaba la elección del tema, por un lado, y a las causalidades no siempre visibles superficialmente que fueron plasmadas con diferentes y específicos recursos narrativos y estilísticos, por otro. Es así que en la sección I se incluye 48 columnas bajo el título de “Filosofare” y 15 como “La jerarquía de la ficción” y en la sección II, hay 28 textos de “Habitar el mundo” y 14 de “Cultura”.

La segunda sección, como es fácil colegir, reúne textos sobre la situación general –política y social– de Bolivia, sobre todo, y de todo el planeta, en varios casos; y luego algunas reseñas, recomendaciones y apreciaciones del panorama literario y artístico. Como se adelanta líneas arriba, los criterios de clasificación no son rigurosamente temáticos ni estilísticos, sino una interpretación de estos y otros factores que confluyen en un ambiente general del texto. Es así que, por ejemplo, en “Cultura” se incluye dos crónicas literarias de una visita a Estados Unidos.

Siguiendo esta misma lógica, en “Filosofare” se agrupa perfiles de personajes anónimos –en la mayoría de los casos– y reflexiones sobre la vida, la muerte, los sueños y el tiempo, temas –valga decirlo ahora– esenciales no ya en todo este libro, sino en la vasta obra en prosa y verso de Urzagasti. En “La jerarquía de la ficción” siguen presentes las semblanzas y cavilaciones varias, pero con una característica formal distintiva: universos ficcionales, diálogos imaginarios e incluso breves cuentos canalizados para transmitir ideas concretas.

¿Por qué 105 y no 50, 100 o 200 columnas? Sencillamente porque tras la recuperación de la totalidad de los textos y una detenida lectura se decidió que no ameritaba publicarlos todos, no porque algunos no tengan la calidad y pertinencia, ni mucho menos –no es necesario a estas alturas redundar en la alta autoexigencia del autor–, sino porque muchas veces la rutina y contexto de la agitada vida política boliviana durante el neoliberalismo, instaron a Jesús a referirse a hechos y sucesos muy específicos, protagonizados por personajes concretos que no resistieron el paso del tiempo: escándalos de corrupción, inmundicias políticas, afrentas sociales, etc.

Miradas

No deja de reflexionar –y ya entrando al análisis de fondo– sobre la coyuntura, imprescindible misión periodística –y Jesús era de los periodistas de buena cepa que tanto nos faltan ahora–. Así, en el turbulento inicio y apogeo del neoliberalismo en que sacó adelante esta columna, hay muchas dedicadas a denunciar la corrupción y el abandono del pueblo, exhortar a la memoria, reivindicar los derechos y necesidades…, pero sobre todo, abundan descripciones y perfiles de situaciones y personajes “x”, impresiones al caminar por la calle, diálogos con trabajadores y parroquianos, y recuerdos, muchos recuerdos, de la sabiduría de los hombres y mujeres comunes con quienes interactuó a lo largo de su vida. La memoria, indudablemente, es un puntal esencial en la obra de Urzagasti.

Más que descripciones, sus textos son interpretaciones que van más allá de lo aparente y desentrañan idiosincrasias, realidades, sentires. Una lectura del país muy original y acaso sin parangón en dos siglos de historia de la prensa escrita.

“La luz entre las sombras”, se llama uno de los textos recogidos en estas páginas que sintetiza, de pronto, la mirada prioritaria de Jesús hacia esos asuntos trascendentales –vida, muerte, tiempo, memoria– que de tan presentes e inevitables a la mayoría casi ya ni nos convocan (¡vaya paradoja!) a considerarlos detenidamente. Copiamos los primeros tres párrafos:

Se dice que la vida de un ser humano cambia desde que lleva en la memoria a su primer muerto. Unos tienen la fortuna de alcanzar la juventud sin que una repentina ausencia turbe su transcurrir por la tierra, la morada común; y así miran el paisaje iluminado y también las noches recorridas por un inocente aire sensual.

Otros desde temprana edad deben acostumbrarse a las pérdidas de seres queridos y, por lo tanto, asimilan con ojos de otras edades la certeza de que el mundo está habitado por entidades a las que lo único que les falta es el cuerpo porque igual se hacen escuchar en los momentos de mayor recogimiento: una fruta que cae en el huerto en sombras, una finísima lluvia en la madrugada, un nombre extraviado en el bosque del diccionario.

De este modo, el memorioso, por obra de los muertos, va tejiendo su propia ausencia, con la lucidez que el propio corazón de vez en cuando se permite, a veces con la premonición de un reino perdurable, invisible en todas las cosas menos en el arbusto que resucita con su minúscula flor en el pecho (...)

En otro de los textos acá compilados, Urzagasti define así a la imaginación –cualidad con la que el universo lo dotó como a pocos–: “No es una pieza portátil sino una ingeniería del alma: precisa de instrumentos poco sofisticados para dar curso a una existencia libre”.

Esperemos que este rescate haga honor a la prodigiosa imaginación, a los sueños y la memoria de este poeta, novelista y cronista imprescindible.

Imagen: Correo del Sur

Fuente: La Trini

Científicos ven la toma de decisiones en un cerebro


Neurocientíficos de 22 laboratorios alrededor del mundo trabajaron en paralelo para mapear, por primera vez, la actividad cerebral completa de ratones mientras tomaban decisiones, utilizando electrodos. Este logro implicó registrar simultáneamente la actividad de más de medio millón de neuronas distribuidas en el 95% del volumen cerebral de los roedores. Gracias a la imagen obtenida, los investigadores confirmaron una arquitectura del pensamiento ya teorizada: no existe una única región encargada exclusivamente de la toma de decisiones; en cambio, se trata de un proceso integral y coordinado entre múltiples áreas cerebrales.

Para “iluminar” todas las regiones involucradas en este proceso, el equipo entrenó a los ratones para que aprendieran a girar un pequeño volante y mover círculos en una pantalla. Si la forma se desplazaba correctamente hacia el centro, el animal recibía como premio agua azucarada.

Después de aplicar la prueba en 139 ratones, el experimento mapeó 620,000 neuronas ubicadas en 279 regiones del cerebro. De estas, seleccionaron 75,000 por su alta calidad y estabilidad durante las pruebas. Esta resolución no tiene precedentes en el estudio del órgano central y sus redes neuronales durante el proceso de “pensar”. Además, representa un hito tanto por el tipo de espécimen como por la extensión del área cubierta. Hasta ahora, solo se habían mapeado cerebros completos de moscas de la fruta, larvas de pez, o pequeñas secciones de cerebros más complejos.

La toma de decisiones es un proceso integral, no exclusivo de algunas áreas

Los resultados se publicaron en dos artículos en la revista Nature. Aunque los científicos reconocen que los datos no son definitivos, representan un punto de partida en el estudio neuronal de la toma de decisiones, más que un punto final. Su valor radica en que ahora el camino se ve más claro, lo que permitirá a los científicos comprender mejor las habilidades complejas del pensamiento y realizar análisis más avanzados. Además, el conjunto de datos está disponible públicamente.

“Estas primeras conclusiones corroboran aspectos del funcionamiento cerebral que ya se intuían a partir de los estudios más limitados disponibles. Es como si sospecháramos cómo iba a terminar una película sin haber visto el final; ahora nos lo han mostrado. En definitiva, los datos muestran que, en la toma de decisiones, por ejemplo, están involucradas muchas áreas cerebrales, más de las que eran esperables, mientras que en el procesamiento sensorial las áreas están más delimitadas”, dijo Juan Lerma, profesor de investigación del CSIC, al portal Science Media Centre España. El académico no participó en el estudio.

El cerebro humano adulto contiene cerca de 86,000 millones de neuronas, cada una capaz de establecer miles de conexiones sinápticas con otras células. Aunque pesa alrededor de 1.4 kilogramos, el cerebro consume aproximadamente el 20% de la energía total del organismo en reposo, una proporción notablemente alta para su tamaño. Si bien las supercomputadoras actuales superan al cerebro en cálculos numéricos, ninguna iguala aún su eficiencia energética ni su capacidad de aprendizaje, adaptación y procesamiento paralelo.

Aún queda mucho por recorrer antes de que la neurociencia logre mapear por completo el proceso neuronal de la toma de decisiones en humanos, pero con estudios como este, avanzan un paso más.

Fuente: Wired

sábado, 8 de noviembre de 2025

El primer canal de streaming empresarial de Bolivia nace con cinco programas


Un medio de comunicación especializado en información económica, de negocios y finanzas, hace historia en Bolivia al transformarse en el primer canal de streaming empresarial de Bolivia, con cinco programas en su grilla.

Economy Streaming Network (ESN), es una propuesta inédita en comunicación corporativa que busca visibilizar lo que mueve a Bolivia: sus empresas, sus líderes, sus decisiones estratégicas y las historias que construyen crecimiento. “Esto nace con una propuesta clara conectar al mundo empresarial boliviano con las personas”, dijo su director ejecutivo, Fernando Chávez.

El canal arranca el 10 de noviembre. La programación incluye: Factor K, Reveladas, Legalmente hablando, Mentes empresariales y A mi manera.

El objetivo de ESN es abrir la conversación empresarial hacia una audiencia más amplia, sin perder rigurosidad informativa. Con este nuevo formato, la finalidad es acercar el contenido especializado presente desde sus inicios en Economy a un público masivo, manteniendo intacta la esencia informativa y la calidad periodística que distinguen al medio de comunicación.

La plataforma surge en un contexto donde las tendencias de consumo informativo han migrado hacia formatos digitales ágiles, conversacionales y audiovisuales. Las nuevas tendencias de comunicación en redes sociales han redefinido la manera de informar. Como medio especializado, identificamos la necesidad de adaptarnos a esta evolución, incorporando formatos y estrategias acordes con las dinámicas digitales actuales.

El contenido del canal de streaming será sobre actualidad empresarial, asesoramiento legal, las tendencias en cuanto a estilo de vida, educación financiera, emprendedurismo, tecnología, startups, liderazgo corporativo, recursos humanos y otros. “En Factor K  el tema es economía y negocios; en Rebeladas temas de diferentes aspectos de la mujer, el estilo de vida de la mujer; Legalmente Hablando, temas jurídicos; Mentes empresariales, temas inspiracionales; y A Mi Manera que también va a tocar temas relacionados con el emprendedurimos”, indicó el director general de Economy, Efraín Varela.
Los programas son variados, para diferentes segmentos. Todos se relacionan a acercar a las marcas con las audiencias, con los consumidores.

ESN ya es una multiplataforma, es el primero de muchos planes. “Es una de las proyecciones que tenemos dentro de Economy tenemos muchas si Dios lo permite el próximo año las vamos a estar presentando”, acotó Chávez.

Fuente: Plus

viernes, 7 de noviembre de 2025

Superando la burocracia con inteligencia artificial


El exceso de regulación, la burocracia administrativa y otros obstáculos institucionales están asfixiando la economía y la vida cotidiana. Ante la falta de voluntad política para solucionar estos problemas, la inteligencia artificial puede ser nuestra mejor oportunidad para acabar con la burocracia.

El comercio electrónico está atrapado en el fango de las políticas. Las fricciones institucionales se acumulan en todos los mercados e industrias, lo que aumenta los costos, retrasa los proyectos y, a menudo, detiene por completo el progreso. La construcción se ve estrangulada por las evaluaciones medioambientales, que pueden tardar seis años en completarse. Las reservas de talento se ven frenadas por la lentitud en la tramitación de los visados, hasta el punto de que actualmente hay 11,3 millones de solicitudes en suspenso. Mientras tanto, el comercio internacional se ve obstaculizado por el mayor retraso en la concesión de licencias de exportación de la historia.

Los bloqueos institucionales están frenando la abundancia que necesitamos para resolver nuestros mayores retos. La mejor respuesta a estos retos es una respuesta del mercado, que requiere eliminar los cuellos de botella que asfixian el comercio para liberar la productividad en el país y desbloquear nuestra ventaja competitiva en el extranjero.

Es difícil exagerar lo que está en juego con estas fricciones, mientras que la voluntad política para solucionarlas es débil y no hay soluciones mágicas en materia de políticas. Por lo tanto, más que una simple elaboración de políticas incrementales, el progreso exige un catalizador para una rápida transformación: la inteligencia artificial (IA).

La invocación de la IA puede hacer que algunos lectores se detengan. Desde la revolución de ChatGPT, el entusiasmo por la IA a menudo se ha adelantado a la realidad. Los fantasiosos de ciencia ficción con demasiada imaginación y los vendedores oportunistas confunden aún más el panorama. Aun así, la IA actual es real y notable. Su velocidad y capacidad para trabajar a gran escala se ajustan bien al enorme alcance de nuestro reto de reforma institucional. Si se aplica con cuidado, la IA podría ayudar a eliminar los retrasos, las demoras y las ineficiencias que frenan el comercio.

Para poner en perspectiva el potencial de la IA para transformar las fricciones institucionales, consideremos tres oportunidades de gran impacto en las que la IA actual podría producir un progreso inmediato y significativo: la reforma regulatoria, la reforma de los procesos y la reforma del papeleo.

Reforma normativa

Una economía bien engrasada depende de un reglamento adecuado. Cuando se acumulan las restricciones, el dinamismo del mercado se reduce. Las empresas que se ven obligadas a cumplir requisitos excesivos se ven obligadas a subir los precios, recortar la I+D y redirigir el capital de la innovación hacia el cumplimiento normativo. Según QuantGov, la normativa federal contiene más de un millón de restricciones, redactadas de forma tan densa que leer el código federal llevaría tres años y medio. A esa escala, una reforma integral resulta casi imposible.

Aquí es donde la IA puede ayudar. Si hay algo en lo que destaca la IA moderna es en el análisis de textos. Mientras que los analistas humanos se esfuerzan por analizar incluso unas pocas páginas de normativa densa, la IA puede revisar miles de ellas, identificando conexiones, detectando redundancias y señalando los requisitos que deben revisarse o eliminarse.

Esta posibilidad no es una quimera. A principios de este año, la ciudad de San Francisco se asoció con el Laboratorio de Regulación, Evaluación y Gobernanza (RegLab) de Stanford para crear una herramienta de IA que peinara los casi 16 millones de palabras del extenso código municipal de la ciudad con el fin de identificar requisitos de información obsoletos, es decir, memorandos escritos que requieren mucho tiempo, son a menudo redundantes e inútiles, pero que siguen siendo obligatorios por ley. El resultado: de los 528 informes obligatorios que se detectaron, 140 fueron seleccionados para su eliminación.

El Código de Regulaciones Federales tiene más de 100 millones de palabras, unas seis veces más que el código de San Francisco, pero lo que funcionó en el Área de la Bahía puede funcionar en Washington. Aplicada a nivel federal, la IA podría ayudar a las agencias a generar listas de tareas pendientes para la reforma, señalando mandatos obsoletos, solapamientos normativos, lenguaje confuso y excesos susceptibles de ser eliminados. La reforma seguiría dependiendo de la aprobación humana y la voluntad política, pero con la IA el esfuerzo necesario podría reducirse drásticamente, abriendo la puerta a las medidas decisivas necesarias para aliviar la carga del comercio estadounidense.

Reforma del proceso

Más allá de reducir el alcance de las propias normas, la IA tiene un inmenso potencial para reducir la carga de la aplicación de las normas al acelerar el proceso regulatorio. Los retrasos en la tramitación son una de las cargas más pesadas del sector público, y las más comunes. Cualquiera que haya intentado pasar al Real ID sin duda ha sentido este dolor. Cuando el gobierno federal decidió inesperadamente aplicar el programa, que llevaba décadas en vigor, una avalancha de solicitudes inundó instantáneamente las oficinas de tráfico. Los plazos de aprobación se alargaron de semanas a meses, lo que impidió a los ciudadanos volar o incluso conducir. Lamentablemente, estos retrasos no son una excepción, sino que a menudo son habituales en las instituciones.

La IA puede aliviar estas cargas en todos los organismos y procesos. Una oportunidad reside en facilitar el análisis rutinario común en los procesos de aprobación estatales. Para ayudar a acelerar las cosas, existen sistemas de "investigación profunda", nuevas y prometedoras herramientas de IA que pueden automatizar el descubrimiento, la síntesis y el análisis de información. La Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (USPTO) ya está explorando cómo estas herramientas podrían acelerar sus retrasos en las aprobaciones, que son esenciales para el comercio. Para agilizar la revisión de las solicitudes de registro de obras de arte, la USPTO ha implementado una herramienta de búsqueda "más como esta" que muestra automáticamente obras de arte similares y documentación relevante. Con la información adecuada proporcionada por la IA, no hay duda de que el tiempo de aprobación se reducirá.

La IA actual es real y notable. Su velocidad y capacidad para trabajar a gran escala se ajustan bien al enorme alcance de nuestro reto de reforma institucional. Si se aplica con cuidado, la IA podría ayudar a reducir los retrasos, las demoras y las ineficiencias que frenan el comercio.

Una mejora quizás más importante radica en el manejo de los errores de documentación. Los errores simples se encuentran entre las causas más comunes de los retrasos burocráticos: los formularios confusos se archivan incorrectamente, se rellenan de forma errónea o se dejan incompletos. Estos errores suelen relegar las solicitudes al final de la cola, lo que agrava los retrasos. En el Departamento de Energía, los funcionarios están probando un nuevo programa llamado AI4IX que implementa un asistente de IA para la concesión de permisos que señala automáticamente las omisiones en el papeleo, detecta los errores e incluso gestiona la comunicación necesaria para su resolución. Aunque este tipo de tecnología puede parecer engañosamente incremental, a gran escala los beneficios pueden ser espectaculares. En Honolulu se implementó un sistema similar para agilizar el proceso de concesión de permisos residenciales de la ciudad. El resultado: los tiempos de tramitación de los permisos se redujeron en un notable 70%. Replicar ese nivel de eficiencia en todo nuestro lamentablemente atrasado sistema de concesión de permisos energéticos podría desbloquear proyectos que actualmente están estancados por la burocracia.

Debemos apoyarnos en nuestro sistema de mercado y eliminar rápidamente los cuellos de botella institucionales indebidos que impiden la innovación y el crecimiento. La IA ofrece quizás la herramienta más poderosa a nuestra disposición.

Estos ejemplos solo insinúan el potencial de la IA para reducir los retrasos en el procesamiento. Si bien las herramientas actuales ayudan principalmente a los procesos dirigidos por humanos, es fácil imaginar que la IA reduzca aún más las fricciones en un futuro próximo mediante flujos de trabajo burocráticos optimizados de principio a fin. Sin embargo, para llegar a ese punto es necesario sentar las bases para digitalizar los formularios y procesos gubernamentales, algo que, casualmente, se adapta perfectamente a las capacidades de la IA.

Reforma del papeleo

Según un análisis de la Cámara de Comercio de 2022, los estadounidenses dedican alrededor de 10.500 millones de horas al año a rellenar 106.000 millones de formularios gubernamentales. Un factor importante que contribuye a esta carga es que el papeleo gubernamental sigue siendo, precisamente, papel. Según la Administración de Servicios Generales, solo el 2% de los formularios federales se han digitalizado. Mientras que el sector privado lleva mucho tiempo utilizando flujos de trabajo digitales, los procesos federales siguen estancados en la década de 1980.

Se trata de una carga innecesaria abrumadora. Cuando los formularios solo existen en papel, todas las interacciones con la administración pública se ralentizan considerablemente. La información requerida debe escribirse a mano en los formularios designados. Hay que dedicar tiempo a enviar por correo o incluso a llevar esos formularios a la oficina correspondiente. Por último, para ser revisado, cada formulario debe ser manejado individualmente y, a menudo, introducido manualmente en bases de datos digitales.

Una vez más, la IA podría ayudar, esta vez traduciendo lo físico a lo digital. Consideremos Mistral OCR, un sistema de "comprensión de documentos" de última generación que puede convertir formularios en papel escaneados en formatos digitales dinámicos. Más allá del texto, también puede digitalizar diagramas, formatos e incluso gráficos. Lo más importante es que lo hace con una precisión del 95%. Con solo un poco de revisión humana, la IA actual podría finalmente cambiar el papeleo federal a un formato digital de baja fricción.

Las posibilidades que se derivan de ello son las que hacen que esta oportunidad de digitalización sea tan importante. Hoy en día, existe un gran interés en los sistemas de cumplimiento normativo basados en la IA que pueden verificar el cumplimiento de la normativa por parte de una empresa, al tiempo que completan y envían de forma autónoma cualquier documentación necesaria. Para sectores muy regulados como la ciberseguridad, donde las encuestas muestran que el cumplimiento normativo consume hasta el 50% de las horas de los ingenieros, esta tecnología podría ser una bendición. Imagínese lo que nuestra economía podría producir si la IA liberara un 50% más de tiempo de ingeniería. Sin embargo, este futuro depende de un requisito previo: los documentos federales deben estar en un formato que la IA pueda analizar e interactuar con ellos. Si el gobierno funciona con papel, esta automatización que elimina obstáculos es imposible.

Racionalización del Estado

Las fricciones institucionales deben tomarse en serio. Según el American Action Forum, solo la carga burocrática federal cuesta entre 276.000 y 422.000 millones de dólares al año, lo que supone una pérdida de capital, tiempo y oportunidades. No se puede permitir que estos costos persistan. Debemos apoyarnos en nuestro sistema de mercado y eliminar rápidamente los cuellos de botella institucionales indebidos que impiden la innovación y el crecimiento.

La IA ofrece quizás la herramienta más poderosa a nuestra disposición. Pero esta tecnología requiere su adopción, un proceso político. Es alentador que el Plan de Acción de IA de la Casa Blanca ya haya identificado dicha adopción como una prioridad. Lo que se necesita ahora es seguir adelante: se debe empoderar y alentar a las agencias para que experimenten, apliquen y amplíen estas herramientas, de modo que las soluciones puedan pasar de ser programas piloto a una realidad de gran impacto.

La elección es clara: seguir permitiendo que los procesos obsoletos frenen las ganancias potenciales o aprovechar la IA para desbloquear mejoras en la productividad. Si Estados Unidos adopta reformas impulsadas por la IA, podría eliminar las barreras para lograr procesos gubernamentales más ágiles. Al mismo tiempo, estas reformas crearían un entorno que ayudaría a liberar la economía real, fomentando la innovación necesaria para impulsar la productividad nacional que impulsa el crecimiento.

Fuente: El Cato