Investigadores de dos empresas brasileñas crearon un sistema que mide a distancia la temperatura corporal de la gente en ambientes con mucho público, tales como hospitales, fábricas o supermercados.
El sistema ayuda a detectar a quienes están con fiebre —uno de los síntomas principales de quienes tienen COVID-19— para evitar que contaminen a otros con el nuevo coronavirus (Sars-CoV-2).
La tecnología, llamada Fevver, se basa en sistemas de algoritmos e inteligencia artificial conectados a una cámara, que captura imágenes de los rostros de las personas y detecta la radiación de energía infrarroja al medir la temperatura de las esquinas de sus ojos —donde se localizan los canales lacrimales— y determina si tienen o no fiebre.
El sistema ya se está usando en el hospital Albert Einstein, una instalación médica privada de São Paulo, el estado con el mayor número de casos de COVID-19 en Brasil. Instalado en la recepción de la institución, la tecnología captura y analiza el rostro de cada persona que ingresa. El algoritmo extrae los puntos de las esquinas alrededor de sus ojos con alta precisión.
“Los conductos lacrimales son lugares ideales para evaluar la temperatura corporal por termografía debido a que son estructuras sin cobertura epidérmica, con humedad relativamente estable y vascularidad cercana al cerebro, donde se realiza el control térmico del cuerpo”, explica Paulo Gurgel Pinheiro, CEO de Hoobox Robotics, que, junto con Radsquare, son las empresas que desarrollaron la nueva tecnología de visión computarizada.
Si el sistema detecta que una persona tiene fiebre, inmediatamente activa una cámara fotográfica que le toma una foto y envía una notificación al personal de enfermería para que lo identifiquen fácilmente y lo pongan en un ambiente separado.
“Ha demostrado ser una forma efectiva de evaluar a las personas que llegan al hospital y dirigir a quienes tienen fiebre y eventualmente COVID-19 a los espacios diseñados para recibirlos”, complementa Pinheiro.
Aunque prefirió no decir cuánto costó desarrollar la nueva tecnología, puso énfasis en su importancia para aumentar la seguridad de otros pacientes y del personal del hospital.
“Cualquier solución tecnológica que contribuya a mitigar los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus es bienvenida a estas alturas”, señala a SciDev.Net Marcus Lima, investigador de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Campinas, uno de los centros más grandes de investigación de Brasil en esta área.
Destaca que lo interesante de usar la visión computacional en este caso particular es que se puede extraer más información que solo la temperatura corporal de una persona.
“El sistema puede usar la imagen para estimar la edad, el género, e incluso determinar si la persona está registrada en la base de datos del hospital, generando información de gran valor para médicos e investigadores, que sirvan para entender mejor la dinámica de la pandemia”, añade Lima, cofundador de Acta Visio, empresa creada en 2017 para desarrollar soluciones basadas en visión por computadora.
Lima y su equipo están trabajando en el prototipo de un sistema de procesamiento de imágenes llamado Asepguard, que monitorea la higiene de manos de los profesionales de la salud. Ayuda a reducir las infecciones de cualquier tipo, incluyendo las causadas por el nuevo coronavirus, en los hospitales y proporciona datos cuantitativos que pueden ayudar a los directivos del hospital a evaluar los procedimientos sanitarios.
Las primeras pruebas con Asepguard se realizaron con buenos resultados el año pasado en el Hospital Docente Cajuru en Curitiba, Paraná, en alianza con la empresa de gestión hospitalaria 2iM. Ahora los investigadores estudian cómo impulsar esta innovación.
De otro lado, a pesar de los beneficios que la nueva tecnología desarrollada por Hoobox y Radsquare pueden ofrecer, hay cuestiones éticas que deben considerarse.
Para Paulo Gardel Kurka, ingeniero mecánico de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Campinas, una consideración muy importante tiene que ver con la seguridad de la información recolectada.
“¿Quién tendrá la propiedad de la cara del paciente? ¿Para qué más se usará la información sobre la salud, o la falta de esta, de una persona? ¿Cómo proteger esta información de acciones criminales? Estos temas son algunos de los grandes desafíos que involucra el rápido avance de la revolución digital en el mundo”, precisa.
Brasil, al igual que otros países en el mundo, no tiene una legislación sobre el uso de la visión computacional o tecnologías similares, lo que pone de relieve la pertinencia de estas interrogantes.
Fuente: SciDev.Net
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