Imagine que, de una mañana para otra, su nombre empieza a protagonizar titulares falsos en webs y blogs anónimos. Una imagen suya, manipulada y sin su consentimiento, circula en paralelo y sin freno en redes sociales. Internet es el ejemplo perfecto de arma de doble filo: una herramienta capaz de catapultar o enterrar su reputación online en tiempo récord.
Consciente de ello y de que la velocidad de expansión de un rumor en la red es directamente proporcional a la dificultad para deshacerse de él, Josep Coll, decidió cofundar RepScan, una empresa emergente especializada en democratizar el derecho a eliminar o desindexar bulos, noticias falsas y contenidos perjudiciales para que cualquier víctima de abuso o injusticia en el entorno online pueda reinsertarse socialmente.
¿Cómo un abogado especializado en propiedad intelectual y exprofesor de Derecho se anima a emprender?
Todo empieza con mi afición a la música. Cuando llegó la crisis de la piratería, allá por el 2008, trabajaba como abogado de propiedad intelectual para músicos y compañías de la industria. Poco a poco, todas comenzaron a cerrar, así que me vi obligado a abrir otros caminos. Decidí retarme a mí mismo: tenía que encontrar una solución para el problema que lo había tirado todo por la borda: la piratería. Por eso, en 2009 creé la empresa Red Points, aunque no la fundé oficialmente hasta 2011, una start-up de legaltech que ayudaba al mundo del cine y a diferentes marcas a eliminar contenidos por cuestiones de copyright y propiedad industrial. Dediqué nueve años a luchar contra la piratería.
El emprendimiento no quedó ahí, hubo un segundo proyecto.
Sí, aquella experiencia me hizo darme cuenta de que no solo había un problema en esa industria, también lo había en el mundo personal y profesional de todos y cada uno de nosotros. Internet se ha convertido en un lugar donde la gente dice, opina, difunde noticias falsas, se apropia de fotos que no son suyas, las publica, y donde hay, en resumen, muchísimo desorden. Por eso me animé, junto a mis compañeros, a crear un segundo proyecto de legaltech, en este caso, bajo el nombre de RepScan.
¿En qué consiste RepScan y por qué es importante?
Esta start-up la lanzamos hace poco, a primeros de este año, y queremos convertirla en la solución para que las personas puedan controlar su vida digital. Internet es una gran herramienta, que puede ir acompañada de un gran problema: una persona anónima puede reventar tu vida digital en 10 minutos. En RepScan usamos la tecnología al servicio del cliente para solucionar sus problemas y eliminar los contenidos web que dañen su reputación. Además, documentamos todo el proceso como legaltech para que el abogado del cliente (si lo tiene) disponga de toda la información necesitaría y con validez legal.
¿Cómo es el proceso desde que un cliente solicita los servicios de la start-up? ¿Cuánto tarda y qué coste tiene el borrado digital?
El cliente nos comunica la existencia de los contenidos (texto, imágenes, vídeos) que desea eliminar y nosotros hacemos un estudio gratuito de viabilidad de su eliminación. Si fuese posible, nos ponemos a trabajar en ello y le abrimos nuestra plataforma para que pueda ver en tiempo real el estado de la eliminación. Para localizar esas informaciones negativas contamos con tecnologías conectadas a nuestra plataforma que nos ayudan a identificarlas: usamos crawlers (rastreadores) por buscadores y nos apoyamos en las API de Google.
El proceso de borrado suele ser bastante rápido; en foto y vídeo tardamos unas 72 horas y en noticias falsas podemos rondar las semanas. Actualmente la tarifa que aplicamos es de 95 euros por una foto o un vídeo y 257 euros por una noticia. Si en dos meses no hemos sido capaces de eliminar el contenido, devolvemos el dinero.
Una vez realizado el trabajo, si el cliente quedase preocupado por si esos contenidos negativos se volviesen a publicar, nuestro servicio RepScan Alert podría también realizar un seguimiento para alertarle en caso de que vuelva a ser difundido.
¿Cómo puede afectar a una persona corriente su huella digital?
Hay determinadas noticias que pueden provocar que no te dejen entrar en un país como Estados Unidos o que no te concedan un visado en un determinado momento. Y no solo eso, ahora los bancos están despidiendo a trabajadores por temas de reputación digital. La reputación online es la nueva moneda de cambio en la sociedad. Con RepScan, nosotros creamos ese derecho a la reinserción profesional y personal para que las personas puedan volver a rehacer sus vidas.
Cuando habla del borrado de huella digital, ¿se refiere tanto a la información en buscadores como a la de redes sociales y prensa?
Sí, abarca todo. Para abordar el borrado de huella digital, utilizamos dos vías principales. Por un lado, nos ponemos en contacto con la fuente directamente (Twitter, Facebook) para que estas plataformas eliminen, según las bases legales, dichos contenidos falsos. Y, por otro lado, en cuanto a los medios de comunicación, lo que hacemos es pedir la eliminación del contenido, o en su defecto, la desindexación de algunas noticias en las que salen informaciones falsas.
Además, solicitamos la inclusión de iniciales de las personas afectadas para proteger su nombre, de tal manera que cuando alguien lo busque, no aparezca en las noticias. Todo ello responde al derecho a la reinserción social digital: gente que ha tenido procesos judiciales y de los que ha salido absuelta, pero cuyos datos aún siguen presentes en internet, tienen derecho a que estos sean eliminados para poder retomar su vida.
En esa desindexación de información, ¿dónde sitúa su compañía el límite entre la reputación personal y la información de interés general?
El derecho a la información tiene una prioridad absoluta, o sea que, si la noticia está basada en datos reales, RepScan no puede hacer nada. Si, por el contrario, es falsa, existe el derecho de rectificación. Lo que ocurre es que últimamente hay muchos casos de contenidos falsos creados por perfiles que no son periodistas, y ahí es donde nuestra start-up supone una solución. Esto no afecta al periodismo, sino al pseudoperiodismo. Hoy todo el mundo tiene acceso a escribir un blog o a poner contenidos en la web de forma anonimizada.
Pero ¿y si la información es cierta? Si yo he cometido un delito o una infracción, voy a la cárcel o pago mi multa. Tras eso, la Constitución me garantiza mi derecho a la reinserción social. Si, por el contrario, he tenido un juicio y he salido absuelto, con más razón para que no haya contenidos que dañen mi reputación. Y luego está el derecho al olvido que sube cuando el derecho a la información se diluye. Este derecho garantiza en Europa que esa información perjudicial para un usuario desaparezca, no de las hemerotecas de los diarios, pero sí de los buscadores.
Tener la capacidad de borrar toda huella digital de una persona, ¿puede jugar en contra de la sociedad y ayudar a perfiles que quieren deshacerse de determinados datos?
Nosotros no trabajamos para la clase política, ni para entidades bancarias, ni para personas que hayan cometido delitos de racismo, xenofobia o violencia de género. Tenemos muy claros los límites.
¿Cuál es el perfil de cliente más habitual y la petición de borrado más frecuente?
Los perfiles que más recibimos son de empresarios y emprendedores que han tenido empresas que no les han funcionado muy bien. Lo más habitual es que quieran borrar contenidos sobre su trayectoria profesional con el objetivo de poder volver a hacer negocios.
¿Hay algún tipo de huella digital que no se pueda borrar?
Los contenidos imposibles son los veraces y de rabiosa actualidad.
RepScan busca "democratizar el derecho a eliminar contenidos de internet". ¿Esto es posible?
Cuando hablamos de democratizar, nos referimos a que le estamos dando acceso a todo el mundo a que pueda defender su reputación digital. Todos deberíamos tener derecho a ello. Con nuestras tarifas, ofrecemos tiempos y precios mucho menores que los que supondría la contratación de un abogado, así que estamos haciendo un servicio accesible para todos.
¿Cómo imagina a RepScan en un futuro próximo?
Fuente: MIT Technology Review
No hay comentarios.:
Publicar un comentario