Los datos son una fuente de poder. Una fuente que se puede explotar para obtener beneficios individuales y limitar la libertad, o bien puede ser utilizada por el bien público como un recurso para afrontar los desafíos sociales, facilitar la colaboración, impulsar la innovación y mejorar la rendición de cuentas
A lo largo de la última década, los datos han llegado a la cima de las agendas políticas nacionales y globales. Esto sucede en la medida que los países buscan desarrollar sus economías, utilizar los datos para abordar los desafíos sociales y responder a las preocupaciones de los ciudadanos sobre los usos y abusos de los datos. Sin embargo, el progreso hacia una gobernanza eficaz de los datos y hacia la realización del valor público de los mismos sigue siendo muy desigual entre países, regiones y sectores. Por ejemplo, si bien las leyes de protección de datos están hora extendidas por todo el mundo, muchas carecen de mecanismos de rectificación que permitan a las personas y comunidades ejercer eficazmente sus derechos sobre sus datos.
Asimismo, pocas abordan de forma exhaustiva los problemas emergentes en torno a los datos de ubicación o la toma de decisiones algorítmica. En áreas críticas como la acción climática, las brechas significativas de datos pueden frustrar la acción local para proteger los ecosistemas y responder a la vulnerabilidad climática. Y cuando miramos más allá de la simple disponibilidad de los conjuntos de datos para examinar si satisfacen las necesidades del usuario, se han encontrado casos de datos recopilados y compartidos pero que carecen de ciertas características o garantías de calidad que permitan potenciar adecuadamente la acción cívica, mejorar los servicios públicos y el desarrollo económico.
El Barómetro Global de Datos presenta unos resultados clave para los cuatro pilares evaluados:
- 10,63% de los conjuntos de datos evaluados cumplen con los criterios de datos abiertos, es decir, gratuitos, en formatos legibles por máquina y con licencia abierta.
- Los proyectos periodísticos están usando datos abiertos para identificar redes de propietarios
- Existe una capacidad reducida en la gestión de los datos ante la falta de alfabetización de datos, particularmente en el ámbito subnacional. En efecto, 23 de los 109 países demuestran formación planificada en datos a servidores públicos y 22% del total cuentan con institucionalización de la administración en datos en gobiernos locales.
- 98 de los países tienen leyes de protección de datos personales, pero sin fuerza de ley en 13 de ellos, mientras que en 12 aplican a sectores en específico. 30 países tienen políticas vinculantes de datos abiertos con mención en la publicación y disponibilidad, pero su implementación varía dependiendo del sector.
Fuente: Universo Abierto
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