“¡He conseguido nuevos poderes para mi aprendiz de mago!”, celebra Biel, de 7 años, tras haber superado el reto de programar los movimientos de la mascota virtual de su avatar en la experiencia de Magic School en roblox. Sin ser consciente de ello, igual que los más de 30,000 niños y niñas de entre 6 y 12 años que han jugado a Magic School desde su lanzamiento al finalizar el pasado curso escolar, Biel está aprendiendo los fundamentos de la programación.
“La uniformidad del conocimiento de la algorítmica a una edad temprana es tremendamente interesante para desarrollar su creatividad y su pensamiento lógico. A lo largo de su vida, se dediquen a lo que se dediquen, ya sean ingenieros o veterinarios, todos van a tener que interactuar con software”, explica Rubén Aparicio, CEO de Minicoders, la plataforma educativa cofundada en el venture builder hace menos de un año. Comenzó en el Pier 01 de Tech Barcelona, tiene previsto iniciar un proceso de ampliación de capital durante los próximos meses para lanzarse al mercado asiático, donde “el uso infantil del metaverso está mucho más avanzado”, revela.
La gamificación, además de “despertar vocaciones tecnológicas que harán falta”, ensaya el aprendizaje, ya que el juego guiado –en este caso a través de un asistente virtual que ayuda a los niños– permite aprender a programar, según un estudio reciente de la Universidad de Cambridge.
Desarrollar iniciativas educativas en el metaverso, en opinión del CEO de Minicoders, es una buena vía para llegar al público infantil, ya que “el juego social en el metaverso aporta la riqueza de la interacción digital”. Anuncio “Los niños ya están haciendo uso del metaverso”. Están migrando la atención del juego single al paradigma del metaverso, interactuando entre ellos en un mundo virtual con avatar. La audiencia infantil se encuentra en dos plataformas, Roblox y Minecraft, así que conviene crear experiencias de juego educativo en ellas”, afirma.
Aunque no descartan crear experiencias de juego similares en Minecraft, para su primer lanzamiento, Minicoders ha optado por Roblox. “En la realidad, Roblox alcanza los 300 millones de usuarios al mes y ha superado de manera espectacular a Minecraft, que cuenta con 140. Aun así, las plataformas relacionadas cambian rápidamente, por lo que estamos muy atentos a la evolución”. “Barajamos la oportunidad de hacer otra experiencia en Roblox, así como estrenarnos en Minecraft, porque hay niños que son muy de Minecraft”, agrega.
Tanto Roblox como Minecraft apuestan por el sector educativo. La edición educativa de Minecraft lleva ya un lustro en funcionamiento, mientras que Roblox está dando sus primeros pasos en este terreno a través de su iniciativa Educación Roblox. “Es muy nuevo y está aún un poco verde, pero está ayudando a la escuela tradicional a tener presencia en Roblox”. Lo seguimos de cerca y en el momento en que madure queremos estar ahí”, avanza Aparicio.
Respecto a las polémicas alrededor de la seguridad de esta plataforma, Aparicio aclara que las “poquísimas incidencias” en este entorno han tenido repercusión por ser preocupantes, “pero son escasísimas, en Roblox, puedes acceder a servidores públicos o privados, donde solo juegue un niño o los usuarios con los que a ese niño se le permita interactuar”, añade, en defensa de la plataforma escogida.
En su versión básica de Roblox, Magic School es gratis. Hemos apostado por un juego abierto para llegar al mayor número de niños, pero ofrecemos una suscripción por menos de 5 euros al mes para acceder al área de control parental y a los contenidos audiovisuales de apoyo, entorno en el que están sus hijos y de visualizar su progreso”, señala Aparicio.
“A medida que los niños avanzan en los bloques de programación, se les van desbloqueando diferentes poderes mágicos y funcionalidades dentro del juego que les permiten explorar y divertirse en el metaverso”. Tenemos activos 70 retos y abrimos nuevas funcionalidades todas las semanas, rendering mecánicas nuevas, juegos de colaboración distintos, nuevos poderes, nuevos personajes… El juego tiene unas bases, pero el detalle de lo que se puede hacer se amplía constantemente. Los niños esperan encontrar esos cambios”, Minicoders, cuenta con un equipo de 15 profesionales en la producción de estos contenidos.
Los primeros diez retos de Magic School introducen los conceptos básicos, conectándolos con el programa creado por la formación asegurada. De los desafíos de 11 a 20, se trabajan los bucles, que se ejecutan repetidas veces para programar de manera más fácil y estructurada. En los desafíos 21 a 39, los niños aprenden a instalar procedimientos para evitar la repetición de bloques de instrucciones dentro del programa, ensayando anteriores modificaciones. Del reto 31 a 40, se trabaja el condicional para definir distintas vías de ejecución contemplando posibilidades, que se conectan; durante los retos 41 a 50 introducendo los operadores lógicos OR -o- y AND -y-. En los siguientes diez desafíos, del 51 al 60, construyen hilos de ejecución paralela, que permiten que se realicen varias tareas a la vez. En los últimos retos, del 61 al 70, se integra el concepto de loop infinito para repetir indefinidamente una rutina.
Además de seguir a tiempo real el progreso de sus hijos en cada uno de estos fundamentos de programación, los padres pueden ver qué tipo de juego despliega su hijo, si opera de manera individual, colaborativa o competitiva en el juego y el padre también puede ayudar a fomentarlo”, revela Aparicio.
El aprendiz de mago que Biel tiene como avatar en Magic School viste capa azul, color del equipo del que forma parte, para jugar en línea, resolviendo desafíos para lograr poderes y nuevas mascotas, mientras explora este universo virtual de castillos. Para animar la competición, los impulsores de Magic School han invitado a influencers como Krao, SrtaLuly o RussoPlays.
“Tenemos varios equipos en la liga, Cuervo, Amarillo, Rosuplace, Alazol y sus seguidores compiten con el resto de equipos en las canchas del gimnasio; ellos se retan para lograr premios semanales en forma de mascotas”, explica Rubén Aparicio.
Fuente: El Pais
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