Donald Trump, que en múltiples ocasiones se ha empeñado en denigrar a los medios (al menos a aquellos que no son afines a su propia ideología) y les ha endilgado incluso el calificativo de «enemigos del pueblo», está dispuesto a cambiar radicalmente las relaciones del Gobierno con la prensa. Y en el futuro en las ruedas de prensa organizadas por la Casa Blanca los periodistas deberán compartir espacio con influencers y con reporteros de medios no convencionales.
En su primera rueda de prensa en los cuarteles generales del Ejecutivo estadounidense en Washington Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, anunció que en el futuro influencers, creadores de TikTok, blogueros, «podcasters» y reporteros de medios no tradicionales convivirían con los periodistas en la sede del Gobierno de Estados Unidos. Y podrán, por ende, solicitar su acreditación para tomar parte en las ruedas de prensa de la Casa Blanca si el contenido que producen está directamente emparentado con la actualidad política.
Los medios convencionales, a los que Leavitt se refirió como «viejos medios», no disfrutan ya del alcance que tenían otrora, aseveró la secretaria de prensa de la Casa Blanca. Y su alcance se está viendo mermado porque los estadounidenses se aprovisionan actualmente de información a través de «nuevos medios», enfatizó Leavitt.
La Administración Trump adoptará «un enfoque revolucionario en su relación con los medios»
Que las relaciones de la Casa Blanca con los medios van a ser, bajo la batuta de Donald Trump, radicalmente diferentes de como lo eran con Joe Biden al frente del Gobierno quedó evidenciado en un gesto. Durante su primera rueda de prensa en la Casa Blanca Leavitt dio la bienvenida a un reportero de la web de extrema derecha Breitbart y le permitió incluso hacer una de las primeras preguntas. Según Leavitt, el nuevo Ejecutivo adoptará «un enfoque revolucionario en su relación con los medios».
Trump ha tenido siempre ha relación ambivalente con los medios de comunicación. Por un parte, el nuevo presidente de Estados Unidos es mucho más accesible a la prensa que su predecesor Joe Biden. El republicano convoca, al fin y al cabo, de manera constante ruedas de prensa, contesta a las preguntas de los periodistas siempre que se le presenta la ocasión y disfruta claramente de la atención de los medios. Así lo demostró durante su primer mandato al frente de la Casa Blanca.
Por otra parte, durante la campaña electoral que precedió a su victoria en las urnas Trump restringió notablemente la presencia de la prensa en sus eventos, evitó deliberadamente a los medios «mainstream» en muchas ocasiones y concedió entrevistas a blogueros y «podcasters» de ideología afín a la suya propia para conectar con sus votantes más jóvenes. Trump ha remplazado además buena parte de sus declaraciones a los medios por los mensajes que publica casi constantemente a través de las redes sociales (primero en Twitter y después en Truth Social).
En los últimos años Trump ha lanzado asimismo duras invectivas contra los periodistas, a los que acusa de ser «enemigos del pueblo» y de diseminar mentiras. El mandatario estadounidense ha amenazado igualmente con despojar de sus licencias a las cadenas de televisión que se muestran críticas con él y con sus políticas.
Imagen: MSN
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