El mes que viene se cumplirán tres años de la invasión rusa de Ucrania. Y desde el primer día, los drones de ambos ejércitos han marcado la contienda con sus letales ataques kamikaze y su capacidad para hacer tareas de reconocimiento y vigilancia de los movimientos del enemigo. Sus diseños se han ido adaptando constantemente a las necesidades de la guerra. El siguiente paso de su evolución: ataques en enjambre que los harán imparables para las defensas actuales. La tecnología de enjambres de drones permite que múltiples vehículos aéreos no tripulados (UAV) trabajen de forma colaborativa gracias a un cerebro de inteligencia artificial que les permite cierto nivel de autonomía a la hora de moverse y ejecutar sus misiones. Los enjambres de drones pueden usarse para tareas de reconocimiento, guerra electrónica, sabotaje o ataques coordinados que saturan a las defensas enemigas y aprenden de sus debilidades para explotarlas. Su inminente despliegue en el campo de batalla iniciará una nueva etapa de lo que muchos ya llaman la guerra de los drones.
“La Primera Guerra Mundial hizo avanzar la tecnología automovilística, mientras que la Segunda impulsó la aviación moderna. Del mismo modo, la guerra entre Rusia y Ucrania ha acelerado el desarrollo de los drones en los últimos 34 meses”, asegura el Dr. Vikram Mittal, profesor del Departamento de Ingeniería de Sistemas de la Academia Militar de EEUU, en un reciente artículo en Forbes. “Los drones actuales son significativamente más avanzados que los del inicio de la guerra y, a medida que el conflicto continúa, la tecnología de enjambre se perfila como el siguiente paso lógico”.
Ucrania ya ha desplegado los primeros enjambres
La ayuda de sus aliados y la capacidad de innovación de sus ingenieros han hecho que Ucrania cuente actualmente con una ventaja en la tecnología de enjambres. De hecho, ya ha llegado a desplegar pequeños enjambres de entre 3 y 10 drones durante el año pasado. Mittal cree que en 2025, ese número aumentará drásticamente gracias a los avances en la inteligencia artificial que ayuda a los enjambres a tomar sus propias decisiones.
Rusia todavía no ha demostrado haber implementado la tecnología de enjambres en su flota de drones. Pero, según Mittal, su experiencia en tecnología de drones militares va a hacer que se ponga al día rápidamente y lance sus primeros sistemas de enjambre avanzados este mismo año. Posiblemente, en forma de enjambres de municiones de merodeo. “A medida que avance el año 2025, el campo de batalla ruso-ucraniano será testigo de un número cada vez mayor de enjambres de drones. En respuesta, ambas partes tendrán que desarrollar estrategias innovadoras para contrarrestar su creciente amenaza”, escribe Mittal. “Tanto Rusia como Ucrania emplean defensas contra drones por capas que incluyen medidas cinéticas y no cinéticas”.
La primera capa, la de los sistemas no cinéticos, ataca las vulnerabilidades electrónicas del sistema de navegación y las señales que controlan el manejo de los drones. Sin embargo, explica el investigador, solo son eficaces durante pocas semanas porque los drones se actualizan para proteger esas vulnerabilidades que ha explotado el enemigo. La segunda capa, el sistema cinético, utiliza proyectiles para destruir a los drones. Estos sistemas , dice Mittal, se están integrando en sus redes de defensa antiaérea de corto alcance, con sistemas más reducidos destinados a pequeñas unidades en el frente.
Letales para las defensas modernas
Sin embargo, los enjambres van a hacer saltar por los aires la eficacia de las defensas convencionales rusas y ucranianas contra los drones. El experto asegura que la estrategia que usó Rusia al principio de la guerra al emplear sistemas no cinéticos para neutralizar grandes grupos de drones será inservible. Ahora, grupos coordinados de UAVs van a demandar a las defensas interferir de manera simultánea numerosas señales. “Los enjambres suelen funcionar en una red nodal, lo que permite a un dron recibir información crítica de otros drones incluso si una vía de comunicación está interferida”, sostiene Mittal. “Las cortas distancias entre los drones refuerzan aún más sus señales de red, haciéndolos más difíciles de detener”.
Por su parte, los sistemas cinéticos tampoco son eficientes. Tienen capacidad para atacar a un número limitado de drones a la vez, por lo que un enjambre de drones satura el sistema y le obliga a priorizar qué drones atacar. Mientras eso ocurre, el enjambre aprende de los patrones del sistema de defensa y ajusta el vuelo de los drones para evitar ser atacado.
EEUU y China también tienen sus enjambres
El Pentágono anunció el pasado agosto que ha hecho un pedido masivo de drones por valor de 1.000 millones de dólares como parte de su programa ‘Replicator’ que tiene como objetivo crear enjambres de drones que actúen por tierra, mar y aire. Los drones, diseñados para ser de bajo coste pero altamente efectivos, actuarán de manera independiente y coordinada mediante redes controladas por inteligencia artificial bajo supervisión humana. La Secretaria Adjunta de Defensa, Kathleen Hicks, afirmó en su momento que la estrategia está orientada a contrarrestar la amenaza que representa China, especialmente en el contexto de un posible conflicto en Taiwán. “Nuestra ventaja comparativa no es igualar al enemigo en número, sino en innovación tecnológica”, explicó Hicks. Estos enjambres de drones les permitirán enfrentarnos a las amenazas emergentes de manera rápida y efectiva, afirma.
Fuente: El Confidencial
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