Conocer el origen de la pandemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2 es una prioridad de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según ha reconocido su portavoz, Christopher Lindmeier. Los investigadores ya saben que el virus estaba en circulación antes de los primeros casos confirmados durante el mes de enero de este año en Wuhan y calculan que, entre octubre y noviembre de 2019, el patógeno ya se adaptaba a los humanos. Una investigación de Harvard Medical School analiza ahora los movimientos en los aparcamientos en los hospitales de la ciudad china y las consultas de síntomas compatibles con la Covid-19 en Internet para concluir que la enfermedad podría haber mostrado señales desde agosto.
La investigación, reflejada en una preimpresión publicada en un repositorio de Harvard, ha utilizado flujos de datos previamente validados y obtenidos mediante imágenes de satélites de los aparcamientos hospitalarios y de las consultas en Baidu (el principal buscador de Internet en China) de términos relacionados con síntomas compatibles con la enfermedad.
Los analistas de la universidad de EE UU han observado un incremento del tráfico (entre 110 y 150 vehículos más diarios aparcados) en cinco zonas hospitalarias de Wuhan así como un incremento de las consultas en Internet con los términos “tos”, “síntomas respiratorios” y “diarrea”.
La misma investigación reconoce que el aumento de estas búsquedas, salvo la relacionada con los síntomas de malestar intestinal, también se produce en las temporadas anuales de gripe. Sin embargo, el cruce de datos lleva a los investigadores a calcular que el virus, a raíz de la afluencia de personas a centros médicos y las consultas a través de la red, ya estaba en circulación a finales de verano. “El aumento de ambas señales precede al inicio documentado de la pandemia de Covid-19 en diciembre”, aseguran.
La OMS ya envió en febrero una misión para investigar el origen de la pandemia y quiere retomar las investigaciones con una nueva misión a Wuhan. “Esto tiene una importancia vital para la salud pública, porque sin saber cuál es el origen animal, es difícil que podamos intentar prevenir que esto se repita en el futuro”, ha explicado la epidemióloga de la OMS Maria Van Kerkhove.
Los investigadores de Harvard señalan que el estudio es una muestra del valor de las fuentes de información digitales para la vigilancia de patógenos emergentes.
En la misma línea trabaja el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) José Javier Ramasco, quien ha destacado, en una conferencia sobre movilidad y covid-19 celebrada el pasado mes, la importancia de observar la movilidad urbana en tiempo real y de utilizar distintas fuentes de datos.
También el Ministerio de Transportes español estudia la “caracterización de la movilidad a nivel nacional, de comunidad autónoma, provincial y local” con el objetivo de “apoyar las labores de seguimiento de la evolución de la enfermedad”. Del mismo modo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha elaborado un primer estudio DataCOVID sobre movilidad.
Fuente: El Pais
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