Tras la pandemia, nuestra vida se ha hecho aún más digital. Es posible que la primera reacción sea resistirse porque ha ocurrido de manera forzada, pero ese destino parecía inevitable y, en ocasiones, es mejor entrar en los sitios con un empujón.
Aún estamos, en algunos casos y aunque parezca mentira, un poco verdes en muchos aspectos de la comunicación online. El trabajo remoto o un estilo de vida que ya era eminentemente digital haría presuponer que deberíamos manejarnos en internet con total naturalidad. Sin embargo, cometemos errores imperceptibles a nuestros ojos que impiden que nuestra vida en el ecosistema digital sea más amable y feliz.
SiteGround, el proveedor de hosting especializado en WordPress, atesora una importante experiencia con nómadas digitales, teletrabajadores y geeks dentro de su propia empresa y fuera, en su universo de clientes. Por eso, han reunido unos cuantos consejos para mejorar la comunicación digital y convertirnos en mejores vecinos y compañeros digitales.
Deja muy claro el tono del mensaje
Si no eres muy cuidadoso con la expresión del tono del mensaje, la responsabilidad de construir ese tono queda a expensas del lector del mensaje.
Es posible que el estado de ánimo o la intención cuando escribes un email o un Whatsapp no sea la misma que el lector percibe. Este, lee el mensaje y construye automáticamente una imagen del emisor, de ti. Le «escucha» leer el mensaje es su imaginación. Si no explicitas esa emoción y ese tono, corres el riesgo que el receptor te imagine de manera incorrecta. Y si eres un ogro, eso no juega a tu favor.
Escribe emails más cortos
Nadie tiene derecho a tenerte leyendo infumables turras vacías de contenido. No lo hagas tu tampoco.
Gracias al uso de los smartphones, los seres humanos han reducido su intervalo de atención a ocho segundos, justo un segundo por debajo de los pececitos que tienes en el acuario, que resisten nueve segundos.
La lectura directa que se puede sacar de esto es que tienes muy pocas líneas para ir al grano y explicar de manera concisa lo que quieres expresar. Dejemos las florituras lingüísticas y los hallazgos léxicos para entornos más literarios.
Escribe bien
No, no soy tu madre, pero escribe bien, criatura. Porque es más efectivo, es una muestra de respeto al interlocutor y porque sí. Y no, no quiere decir que te pongas el traje de Shakespeare. Significa que cuides la ortografía, que mimes la gramática y que construyas mensajes inteligibles. La gente que escribe bien liga más. Eso es así.
Si además, quieres que tu escritura sea más efectiva, en este artículo recopilamos algunos trucos para conseguir que el cerebro que procesa el mensaje considere que lo que escribes está bien escrito.
Sé positivo, que es gratis
Hay algo mucho peor que colarte en la cola de la pescadería: ser pasivo-agresivo es tus comunicaciones. En la mayoría de ocasiones no nos damos cuenta, pero insuflamos un vendaval de negatividad innecesaria a muchos de los mensajes que enviamos. Y eso no es bueno para nadie porque afecta a toda tu vida.
Al menos, eso es lo que afirma una investigación. Ser un cafre en tus emails es una causa importante de estrés en el trabajo. Ese estrés va a casa y lo acaba pagando alguien a quien no le va la vaina.
Estás demasiado tiempo online
Vale, ya está aquí el Doctor Perogrullo contando algo que sabemos desde que encendimos la primera pantalla. Pero como no nos entra en la cabeza, veamos las consecuencias.
El uso continuado de dispositivos móviles genera dificultades para dormir. La privación de sueño aumenta el riesgo coronario, reduce la concentración y te deja los nervios hechos un trapo. Además, el uso del teclado táctil produce dolores musculares y articulares en las manos y muñecas.
¿De verdad no merece la pena pensar en reducir todo esto?
Habla con la gente
No, en serio. Queda con tus amigos y tus compañeros de trabajo. Hablad cara a cara. No os toquéis mucho que ya sabes los tiempos que corren, pero equilibra tu presencia entre el mundo físico y el digital.
Imagen: Tecnocata
Fuente: Yorokobu
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