miércoles, 17 de julio de 2024

¿Cómo la IA puede ayudarnos a discutir mejor?


La capacidad de argumentar y de expresar nuestro razonamiento a los demás es una de las características definitorias de lo que es ser humano. Esta habilidad no solo nos distingue de otras especies, sino que también constituye la base de nuestras sociedades y culturas. A través de la argumentación, podemos intercambiar ideas, resolver conflictos y tomar decisiones informadas.

La discusión y el debate forman las piedras angulares de la sociedad civilizada y la vida intelectual. Estos procesos de argumentación dirigen nuestros gobiernos, estructuran el esfuerzo científico y enmarcan las creencias religiosas. En los gobiernos democráticos, el debate y la deliberación son esenciales para la formulación de políticas y leyes. En la ciencia, la argumentación y el intercambio crítico de ideas impulsan el progreso y la innovación. En las religiones, los debates teológicos han moldeado las doctrinas y prácticas a lo largo de la historia.

Entonces, ¿deberíamos preocuparnos de que los nuevos avances en inteligencia artificial (IA) estén dando pasos para equipar las computadoras con estas habilidades? A medida que la IA avanza, estas máquinas están comenzando a argumentar, razonar y participar en debates con una capacidad cada vez mayor. Esto plantea importantes preguntas sobre el papel de la tecnología en nuestras vidas y en nuestra sociedad.

A medida que la tecnología cambia nuestras vidas, todos nos estamos acostumbrando a nuevas formas de trabajar y nuevas formas de interactuar. Los millennials no han conocido nada más que un mundo interconectado por la tecnología, donde la información y la comunicación están al alcance de un clic. Los gobiernos y los poderes judiciales se están dando cuenta del potencial que ofrece la tecnología para involucrar a los ciudadanos en los procesos democráticos y legales. Plataformas digitales permiten a los ciudadanos participar en debates, votar en referendos y contribuir a la formulación de políticas de manera más directa y accesible que nunca antes.

Algunos políticos, individualmente, están más a la vanguardia en la comprensión del enorme papel que juegan las redes sociales en los procesos electorales. Estas plataformas no solo facilitan la comunicación y la difusión de ideas, sino que también pueden influir en la opinión pública y el comportamiento de los votantes. Sin embargo, el uso de IA en estos contextos también presenta desafíos profundos.

La capacidad de la IA para argumentar y debatir plantea preocupaciones sobre la manipulación de la información y la influencia en los procesos democráticos. La IA puede ser utilizada para crear contenidos persuasivos, difundir desinformación y manipular la opinión pública a una escala y velocidad sin precedentes. Esto subraya la necesidad de una regulación adecuada y una alfabetización digital mejorada para que los ciudadanos puedan evaluar críticamente la información que reciben.

Además, la IA plantea preguntas éticas sobre la naturaleza del razonamiento y la argumentación. ¿Pueden las máquinas realmente comprender y participar en el debate de la misma manera que los humanos, o simplemente están replicando patrones sin una verdadera comprensión? La respuesta a esta pregunta tendrá implicaciones significativas para cómo integramos la IA en nuestra sociedad y qué roles les permitimos desempeñar.

Mientras que la capacidad de argumentar y razonar es una de las características definitorias de lo que significa ser humano, el avance de la IA en este campo presenta tanto oportunidades como desafíos. Es esencial que abordemos estos desarrollos con una combinación de optimismo y precaución, asegurándonos de que la tecnología se utilice para mejorar nuestras vidas sin comprometer los valores fundamentales de nuestra sociedad.

Esto está muy bien presentado por el CEO de Upworthy , Eli Pariser, en su charla TED. En él explica cómo estamos empezando a vivir en “burbujas de filtro”: lo que ves cuando buscas un término determinado en Google no es necesariamente lo mismo que veo cuando busco el mismo término. Las organizaciones de medios, desde Fox News hasta, más recientemente, la BBC, están personalizando el contenido, con identificación e inicio de sesión que se utilizan para seleccionar qué historias se presentan de manera más destacada. El resultado es que corremos el riesgo de encerrarnos en cámaras de eco de personas de ideas afines mientras nuestros argumentos se vuelven más unilaterales, menos equilibrados y menos comprensivos de otros puntos de vista.

Por qué el pensamiento crítico es fundamental

Otra preocupación es la forma en que las noticias y la información, aunque cada vez más voluminosas, se vuelven cada vez menos fiables: las acusaciones y contraacusaciones de ” noticias falsas ” son ahora un lugar común.

Frente a tales desafíos, las habilidades de pensamiento crítico son más vitales ahora que nunca. En un mundo saturado de información, la capacidad de juzgar y evaluar la evidencia de manera rápida y eficiente se ha convertido en una necesidad. No basta con absorber datos; debemos ser capaces de salir de nuestras cámaras de eco y considerar perspectivas alternativas. Esto implica integrar información diversa, a menudo trabajando en equipos, para equilibrar los argumentos de ambas partes y llegar a conclusiones sólidas y defendibles.

Estas habilidades de argumentación no son nuevas; han sido objeto de investigación académica en filosofía durante más de 2.000 años, desde Aristóteles. La filosofía nos ha enseñado a cuestionar, a examinar la lógica detrás de los argumentos y a identificar falacias. En esencia, nos ha proporcionado las herramientas para pensar de manera crítica y profunda.

Hoy en día, estas herramientas son más relevantes que nunca. En un entorno donde la desinformación y la manipulación de datos son comunes, el pensamiento crítico es nuestro mejor aliado. Nos permite no solo discernir la veracidad de la información, sino también comprender el contexto y las motivaciones detrás de ella.

Además, el pensamiento crítico fomenta la colaboración y el diálogo constructivo. Al considerar y respetar diferentes puntos de vista, podemos construir una comprensión más completa y matizada de los problemas a los que nos enfrentamos. Esto es esencial en un mundo cada vez más interconectado y complejo, donde las soluciones unilaterales rara vez son efectivas.

El Centro de Tecnología de Argumentos (ARG-tech) de la Universidad de Dundee se trata de tomar y extender teorías de la filosofía, la lingüística y la psicología que nos dicen cómo discuten los humanos, cómo están en desacuerdo y cómo llegan a un consenso, y cómo hacer esas teorías. un punto de partida para la construcción de herramientas de inteligencia artificial que modelen, reconozcan, enseñen e incluso participen en los argumentos humanos.

Uno de los desafíos para la investigación moderna en el área ha sido obtener suficientes datos. Las técnicas de inteligencia artificial como el aprendizaje profundo requieren grandes cantidades de datos, ejemplos cuidadosamente revisados ​​que pueden ayudar a construir algoritmos sólidos.

Pero obtener esos datos es realmente difícil: analistas altamente capacitados necesitan horas de trabajo minucioso para desentrañar la forma en que se han elaborado los argumentos a partir de unos pocos minutos de discurso.

Hace más de 10 años, ARG-tech recurrió al programa de BBC Radio 4, Moral Maze , como un ejemplo de debate “estándar de oro”: una discusión rigurosa y ajustada sobre temas emotivos y de actualidad, con moderación cuidadosa y mesurada. Enormemente valiosos, esos datos alimentaron un programa de investigación empíricamente basada en la tecnología de los argumentos.

La tecnología

Trabajar con datos tan exigentes ha significado que todo, desde la teoría filosófica hasta la infraestructura de datos a gran escala, se ha puesto a prueba. En octubre de 2017, se realizó una prueba piloto con el departamento de religión y ética de BBC Radio para implementar dos tipos de nueva tecnología de argumentos.

El primero fue un conjunto de “análisis”. Se comenzó construyendo un mapa enorme de cada debate del Laberinto Moral, que comprende miles de declaraciones individuales y miles de conexiones entre los contenidos de todas esas declaraciones. Luego, cada mapa se tradujo en una serie de infografías, utilizando algoritmos para determinar los temas más centrales, empleando algo similar al algoritmo PageRank de Google. Se identificaron automáticamente los temas más divisivos y la posición de los participantes, así como los momentos del debate en los que el conflicto alcanzó el punto de ebullición, qué tan bien apoyados estaban los argumentos, entre otros aspectos.

El resultado, disponible en bbc.arg.tech junto con Moral Maze, presenta por primera vez una forma basada en la evidencia para entender lo que realmente sucede en un debate.

El segundo fue una herramienta llamada “debatidor”, que permite asumir el papel de presidente del Laberinto Moral y ejecutar una propia versión. Esta herramienta toma los argumentos ofrecidos por cada participante y permite navegar por ellos, siguiendo un propio criterio para identificar buenos argumentos.

Ambos aspectos tienen como objetivo ofrecer una visión y fomentar una argumentación más reflexiva y de mejor calidad. Por un lado, el trabajo permite resúmenes de cómo mejorar las habilidades de argumentación, impulsados ​​por la evidencia en los datos de lo que realmente funciona.

Por otro lado, está la oportunidad de enseñar esas habilidades explícitamente: un prototipo de Test Your Argument implementado en el sitio de BBC Taster usa ejemplos del Moral Maze para explorar una pequeña cantidad de habilidades de argumentación y le permite poner su ingenio directamente contra la máquina.

Razonamiento colaborativo

En última instancia, el objetivo no es construir una máquina que pueda vencer a los humanos en una discusión. Mucho más emocionante es el potencial del software de IA para contribuir a la discusión humana: reconocer tipos de argumentos, criticarlos, ofrecer puntos de vista alternativos y probar razones son todas capacidades que ahora están al alcance de la IA.

El verdadero valor reside en tener equipos de argumentadores, compuestos por humanos y máquinas, trabajando juntos para enfrentar situaciones complejas y exigentes, desde el análisis de inteligencia hasta la gestión empresarial.

Estos equipos de razonamiento colaborativo y de “iniciativa mixta” transformarán la forma en que se piensa sobre la interacción con la IA y, con suerte, también mejorarán nuestras habilidades de razonamiento colectivo.

Fuente: Muhimu

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