David Bowie fue un hombre casi presciente, con una capacidad inusitada para anticiparse a las tendencias de la música, el arte y la cultura en general. El estilo y la sensibilidad de Bowie, quizá como ningún otro en su época, embonó perfectamente con la imaginación del futuro. Bowie por sí sólo hizo más para prever e influenciar el futuro culturalmente que cualquier agencia de marketing, think thank o lo que hoy llamamos influencer. No sólo por su música, su moda, y sus inclasificables actuaciones en películas de culto, también por su análisis puntual del tiempo y las tendencias.
Marshal McLuhan, el gran teórico de medios, dijo que los artistas tienen una capacidad única para prever el futuro, la cual se debe a son capaces de leer el presente (el futuro está contenido en potencia en el presente, com un árbol en una semilla). Curiosamente McLuhan tenía mucho de artista -siendo un gran experto en literatura y uno de los "profetas" de nuestra era- y curiosamente Bowie tenía mucho de teórico de medios.
En una entrevista en el programa de la BBC "Newsnight", el camaleónico Bowie hizo un análisis enormemente lúcido del potencial que tenía el internet. Bowie observó que en ese momento parte de la excitación que había estado en la música rock y en el rave en los 90 se trasladaba al internet. "El internet ahora tiene la bandera de lo subversivo, y posiblemente rebelde, caótico y nihilista." Hay que recordar que en los 90 grandes personalidades de la contracultura, como Tim Leary o Terence McKenna, abrazaban el Internet como un medio capaz de expandir la conciencia. El internet era lo cool. Por supuesto, hoy el Internet ya no es subversivo, es mainstream. Pero el poder que ha acaparado se debe en parte a que en algún momento fue subversivo; eso hizo que se produjera una efervescencia en la primera década de los 2000, y una apuesta absoluta, en la que las mejores mentes de la época apostaban a crear proyectos en línea (mientras hoy las mejores mentes se "desconectan" de la red). Asimismo, en un principio lo que hacía atractivo a la red era una parte caótica y lúdica que existía en muchos sitios, antes de que hubieran cuatro o cinco monopolios. Bowie además nota la esencia que subyace a la explosión de internet: el nihilismo.
Bowie le dice al periodista Jeremy Paxman que el giro de internet tiene que ver con que ahora lo esencial es la audiencia. Los artistas se convierten en acompañantes o facilitadores de la experiencia, como ocurre en los raves. El rock, señala, ya no tiene poder. Se trata de estos nuevos formatos en los que lo que manda es el deseo de la audiencia (y aquí anticipa a la sociedad de los likes y los algoritmos que le dan a los usuarios más de lo que ya les gusta). Bowie señala que esta sociedad nueva está fundamentada en el colapso de las grandes narrativas, de la gran singularidad que aglutinaba a las personas. Pero ahora empezamos a vivir "en completa fragmentación".
Paxman sugiere que se exagera sobre el potencial que tiene Internet. Bowie lo reconviene "no hemos visto siquiera la punta del iceberg, lo que el internet le hará a la sociedad, malo y bueno, es inimaginable, es algo excitante y aterrador". Y bromea, "no es una herramienta, es una forma de vida extraterrestre". Y aquí Bowie se muestra muy cercano a McLuhan, quien sabía que los medios masivos de comunicación transforman radicalmente la naturaleza humana. Bowie entiende esto: no hay duda de que será un parteaguas, pero no se decanta por si será para el bien o para el mal (aunque él mismo explica que usará su fortuna para invertir en una compañía de internet). Hoy, lamentablemente, sabemos, que esa excitación, que en su momento estaba justificada, ha progresivamente declinado. Mientras que lo aterrador, en un sentido estético, cultural y político, se ha incrementado. Aunque en 1999 había muchos entusiastas sobre el Internet, Bowie era uno de los más lúcidos, entendiendo el potencial que tenía de modificar la conciencia humana.
El análisis de Bowie llega a su cúspide más mcluhaniana, pues entiende que lo esencial de Internet es que se modifica "el contexto y el estado del contenido" y "la relación entre el proveedor y el usuarios". Esto parece ser un eco del mantra de McLuhan: "el medio es el mensaje". Lo importante, sugiere Bowie, no es el tipo de contenido, sino el estado de ese contenido, su contexto, y la relación entre el emisor y el receptor. Nada es más importante para una "educación" con respecto al internet que este principio básico: el medio es tan o más importante que el contenido. Por eso una junta en Zoom o un live de Instagram nunca podrán ser iguales que sus versiones offline, y por eso existen importantes efectos físicos y psicológicos.
Bowie fue un pionero en todo lo que concierne a internet. En 1996 lanzó el sencillo "Telling Lies" en línea y obtuvo 300 mil descargas inaugurando la era de la música digital (y el final de los CDs y la venta tradicional en tiendas de discos).
Imagen: Ruta Rock
Fuente: Pijamasurf
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