El Gobierno de Australia ha decidido tomar cartas en el asunto de la salud mental de los adolescentes y las redes sociales, un tema que ha encendido el debate en los últimos años en todo el mundo. Bajo la dirección del primer ministro Anthony Albanese, el país se convierte en el primero en avanzar hacia una restricción radical: prohibir a los menores de 16 años el uso de redes sociales como TikTok, Instagram, X y YouTube. Según la normativa, la responsabilidad recaerá en las plataformas, no en los padres ni en los menores, y serán las redes sociales quienes deban demostrar que cumplen con el límite de edad establecido.
Excepciones y periodo de adaptación
Esta ley llega en un momento de creciente preocupación sobre el impacto de las redes sociales en la salud mental juvenil. En un mensaje publicado en X, Albanese expresó su firme intención de actuar: "Las redes sociales están haciendo daño a nuestros niños y voy a terminar con ello". La medida busca frenar problemas como el ciberacoso, la distorsión de la autoimagen y el uso adictivo de dispositivos, temas en los que Australia ha mostrado su intención de ser pionera a nivel mundial. De hecho, la ministra de comunicaciones Michelle Rowland, citada por El Periódico, expresó su confianza en que esta legislación se convierta en un modelo global, afirmando que "el bienestar de los niños es una responsabilidad colectiva" y añadiendo que Australia podría "liderar" este tipo de regulaciones en la comunidad internacional.
La implementación está prevista para noviembre de 2025, pero no se trata de una prohibición total sin matices. Se contempla un periodo de adaptación de un año para que las plataformas puedan implementar "medidas razonables" que aseguren el cumplimiento de esta normativa, bajo la supervisión de la Comisión Australiana de Seguridad Electrónica. Algunos de los métodos propuestos, como el uso de tecnología de verificación biométrica, no han estado exentos de polémica.
Comparativa internacional
La ley contempla excepciones, como los menores de 16 años que ya tienen cuenta en alguna de estas plataformas y quienes cuentan con el consentimiento expreso de sus padres. De esta forma, las plataformas digitales tienen la tarea de establecer mecanismos para el cumplimiento del límite de edad, sin que esto suponga sanciones para los padres o los jóvenes usuarios.
En el plano internacional, otras regiones están tomando medidas, aunque menos restrictivas, para proteger a los jóvenes frente a los efectos de la tecnología. En España, el gobierno se plantea elevar la edad mínima de acceso a redes sociales a 16 años (actualmente establecida en 14), y lugares como Puerto Rico y varios estados de EEUU también han optado por restricciones similares. En España, además, se estudia reforzar la seguridad digital para proteger a los menores de ciberacoso, fraudes y amenazas, en un esfuerzo por fomentar un entorno más seguro para la juventud en la red.
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