Deep web y Dark web: diferencias
En Internet existen espacios digitales que no se encuentran al alcance de los buscadores, al tratarse de páginas privadas o que no permiten la indexación, como son la Deep web y la Dark web.
- En la Deep web o “Internet profunda” se alojan muchos de los datos necesarios para el funcionamiento de los servicios que utilizamos a diario, que deben estar protegidos. Esta Red se configura mediante capas cifradas, como si se tratara de una cebolla, permitiendo un alto nivel de privacidad en las comunicaciones. Por lo tanto, no todo aquello que se encuentre en la Deep web tiene por qué tener propósitos oscuros o cuestiones ilegales.
- Existe una pequeña porción de esta Red, denominada Dark web, a la que resulta aún más difícil acceder (es necesario utilizar navegadores específicos, uno de los más conocidos es TOR). En este espacio se concentran servicios y páginas que ofrecen contenidos ilegales o poco recomendables. Esto es así ya que una de sus características de diseño es el anonimato, por lo que este tipo de contenidos son más complicados de controlar y por ello abundan.
En muchas ocasiones, los menores acceden a la Deep web por recomendación de otros compañeros. Para ellos, puede ser sencillo seguir las instrucciones de acceso, pero no tanto discernir qué riesgos pueden encontrar, como por ejemplo:
- Visualización de contenidos no apropiados para menores, que pueden resultarles complejos, perturbadores o derivar en consecuencias penales.
- Captación por parte de personas malintencionadas o comunidades peligrosas, que pueden promover conductas poco saludables o dañinas a nivel físico o emocional.
- Acceso a servicios ilegales que pueden conllevar riesgos físicos o consecuencias legales para el menor: mercado negro de sustancias y armas, contenidos pornográficos, tráfico de órganos, etc.
Mi hijo entra a la Deep web: ¿qué puedo hacer?
Posiblemente, si detectas que tu hijo accede a la Deep web, te invadan ciertas dudas sobre cómo actuar. Es importante crear un clima de confianza con el menor para averiguar cuál es el objetivo real por el que lo hace, así como saber dónde se ha documentado para ello. Estos consejos te ayudarán a gestionar la situación:
- Reflexionar y desarrollar su capacidad crítica. Es necesario informar y concienciar al menor de los peligros de los contenidos que puede encontrar, adaptándonos a su nivel de madurez, pero siendo realistas y procurando que las explicaciones no alimenten el interés por estos contenidos.
- Supervisar la actividad. Si supervisamos el uso de Internet en el ordenador, los navegadores y programas que utilizan esta Red pueden ser identificados a través de su icono con forma de cebolla y también mediante los nombres de dominio (la dirección que aparece en el buscador), que no son legibles y claramente difieren de las páginas web convencionales. A su vez, en ocasiones se necesitan programas específicos que estarán instalados en el dispositivo, así como los propios archivos o contenidos que haya encontrado, que estarán almacenados y seguramente escondidos a primera vista.
- Apoyarse en herramientas. La instalación de un software de control parental que permita bloquear el acceso a la Deep web o la red TOR puede ser útil si se trata de preadolescentes o menores con pocos conocimientos informáticos. Debemos ser conscientes de que esta Red está diseñada para saltarse protecciones y bloqueos, por lo que habrá que ser cuidadosos en la comprobación de la efectividad de estas aplicaciones o servicios.
- Observar al menor. Deben llamarnos la atención los cambios de actitud en el menor, que pueden ser una señal de alerta. La búsqueda de espacios privados para navegar o la insistencia exagerada para tener un dispositivo propio pueden darnos pistas sobre este tipo de uso. Otras conductas llamativas, como bajadas de ánimo, cambios de humor o problemas para conciliar el sueño, entre otros, pueden ser un síntoma de que algo no está bien y necesita nuestro apoyo.
- Motivarle a aprender. Para algunos menores supone un reto ser capaz de acceder a la Deep Web. Si muestra gran curiosidad o habilidad por el entorno digital, puede resultar interesante motivarle a través de iniciativas como CyberCamp o CyberOlympics.
- Consultar en la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE, 017. Siempre es práctico contar con profesionales que puedan aportar una mayor perspectiva sobre los riesgos y las posibles consecuencias. ¿Sabrías cómo actuar si tu hijo se moviera en este entorno?, ¿conoces a algún menor que acceda a la Deep web? No olvides compartirlo con nosotros. Los menores pueden creer estar suficiente formados o ser autónomos como para enfrentarse a estos espacios digitales por sí mismos, pero siguen necesitando nuestro acompañamiento, nuestro apoyo y nuestra madurez ante los riesgos a los que se exponen.
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