Desde el comienzo de la actual pandemia, 70 por ciento de los jóvenes que estudian o compaginan estudio con trabajo, en todo el mundo, se han visto afectados por el cierre de escuelas, universidades y centros de formación, señaló un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El estudio, “Los jóvenes y la pandemia de la covid-19: efectos en los empleos, la educación, los derechos y el bienestar mental”, fue divulgado en coincidencia con la conmemoración este 12 de agosto del Día Internacional de la Juventud.
La OIT y organizaciones aliadas compilaron 12 000 respuestas, de jóvenes de 18 a 29 años, a cuestionarios llevados a 112 países.
Para 65 por ciento de los jóvenes su actividad educativa se vio afectada, desde el comienzo de la pandemia, debido a la transición de la educación presencial en las aulas a la enseñanza en línea o a distancia, durante la fase de confinamiento.
La mitad de esos jóvenes opinó que, pese a sus esfuerzos por proseguir estudios y formación, la conclusión de esos estudios se retrasará, y nueve por ciento señaló que podría tener que abandonarlos definitivamente.
La situación ha sido aún peor para los jóvenes que viven en los países de ingresos más bajos, en los que existen mayores deficiencias en el acceso a internet, menos disponibilidad de equipos y, en ocasiones, falta de espacio en el hogar.
De manera que la pandemia pone de relieve la enorme brecha digital entre regiones, pues mientras 65 por ciento de los jóvenes de los países de altos ingresos pudieron asistir a clases impartidas por videoconferencia, solo 18 por ciento de jóvenes en países con bajos ingresos pudo proseguir sus estudios en línea.
La pandemia “tiene una repercusión muy adversa en los jóvenes. No sólo merma su empleo y futuro profesional, sino que menoscaba en gran medida su educación y formación, y por ende, su bienestar mental. No podemos permitir que eso suceda”, afirmó el director general de la OIT, Guy Ryder.
La preocupación por su futuro fue destacada por 38 por ciento de los jóvenes encuestados. La OIT prevé que la crisis dificulte el desarrollo del mercado laboral y prolongue el período de transición de los jóvenes desde que terminan sus estudios hasta que logran su primer empleo.
Algunos jóvenes ya se han visto afectados, pues uno de cada seis debió dejar de trabajar desde que comenzó la pandemia y 42 por ciento de los que han mantenido su trabajo vieron reducidos sus ingresos.
Por lo general, los trabajadores más jóvenes laboran en sectores muy afectados por la pandemia, como los relacionados con la atención al cliente, la prestación de servicios y las ventas, y son más vulnerables frente a los efectos económicos de la covid.
Esa situación repercute en el bienestar mental de los jóvenes y según la encuesta 50 por ciento es susceptible de padecer episodios de ansiedad o depresión, y el estudio calcula que, probablemente, 17 por ciento de ellos los padezcan.
En el lado optimista del panorama el informe señala que, a pesar de la coyuntura, los jóvenes utilizan su vigor para movilizarse y hacer que se escuche su voz en la lucha contra la crisis: según la encuesta, uno de cada cuatro realizó algún tipo de trabajo voluntario durante la pandemia.
Para la OIT “es fundamental que se escuche la voz de los jóvenes para dar una respuesta más inclusiva a la crisis de la covid-19”, y su participación en la toma de decisiones “aumenta la eficacia de las políticas y los programas, y les brinda la oportunidad de contribuir a su aplicación”.
Fuente: IPS
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