Graham Ivan Clark comenzó a hacer fechorías en línea desde pequeño.
A los 10 años era aficionado al videojuego Minecraft, en parte para escapar de lo que, según les contaba a sus amigos, era una vida familiar infeliz. Muchos de sus amigos señalaron que, en Minecraft, se dio a conocer como un estafador experto con temperamento explosivo que engañaba a la gente para quitarle dinero.
A los 15 años, se unió a un foro de ciberpiratas. A los 16, ya había gravitado hacia el mundo del bitcóin, y al parecer se involucró en un robo de 856.000 dólares de la criptomoneda, aunque nunca se le acusó de ese delito, según las redes sociales y los registros legales. En sus publicaciones de Instagram posteriores a ese suceso, apareció en tenis de diseñador y un Rolex con diamantes incrustados.
El mal comportamiento digital del adolescente terminó el 31 de julio cuando la policía lo arrestó en un apartamento de Tampa, Florida. Los fiscales de Florida afirmaron que Clark, quien ahora tiene 17 años, fue el “autor intelectual” de un ambicioso ciberataque ilegal ocurrido el mes pasado, y lo acusaron de entrar a los sistemas de Twitter y apoderarse de las cuentas de algunas de las personas más famosas del mundo, incluyendo las de Barack Obama, Kanye West y Jeff Bezos.
Su arresto suscitó preguntas sobre cómo alguien tan joven pudo penetrar las defensas de la que supuestamente es una de las compañías de tecnología más sofisticadas de Silicon Valley. Según los fiscales, Clark trabajó con al menos otras dos personas para burlar la seguridad de Twitter, pero lideró la operación por lo que se le acusa como adulto de 30 delitos graves.
Millones de adolescentes juegan los mismos videojuegos e interactúan en los mismos foros en línea que Clark, pero lo que muestran las entrevistas con más de 12 personas que lo conocen, además de los documentos legales, la evidencia forense en línea y los historiales de redes sociales, es la imagen de un joven que tuvo una relación tensa con su familia y que pasó gran parte de su vida en línea adquiriendo la habilidad de persuadir a otros de que le dieran dinero, fotografías e información.
“Me estafó un poco de dinero cuando yo era apenas un niño”, afirmó Colby Meeds, de 19 años, un jugador de Minecraft que asegura que Clark le robó 50 dólares en 2016, cuando le ofreció venderle una capa digital para un personaje de Minecraft que nunca entregó.
En una breve videollamada que realizó el domingo 2 de julio desde la cárcel del condado de Hillsborough en Tampa, Clark apareció con una camiseta negra sin mangas y con el cabello encima de los ojos. “¿Cuáles son sus preguntas?”, dijo, antes de empujar su silla hacia atrás y colgar. El martes 4 de agosto tiene una comparecencia virtual en el tribunal.
Clark y su hermana crecieron en Tampa con su madre, Emiliya Clark, una inmigrante rusa que tiene certificados para trabajar como especialista en tratamientos faciales y agente de bienes raíces. Cuando se le contactó en su casa, su madre se negó a hacer comentarios. De acuerdo con documentos públicos, su padre vive en Indiana, pero no respondió a la solicitud de comentarios. Sus padres se divorciaron cuando el joven tenía siete años.
Clark adoraba a su perro, no le gustaba la escuela y tampoco tenía muchos amigos, dijo James Xio, quien conoció en línea a Clark hace muchos años. Tenía el hábito de irse a los extremos en sus reacciones emocionales y se volvía loco por las ofensas sin importancia, dijo Xio.
“Se enojaba muchísimo”, dijo Xio, de 18 años. “Era muy poco paciente”.
Abishek Patel, de 19 años, quien jugaba Minecraft con Clark, lo defendió. “Tiene un buen corazón y siempre cuida a la gente que le importa”, dijo.
En 2016, Clark creó un canal de YouTube, según la empresa de monitoreo de redes sociales SocialBlade. Alcanzó un público de miles de seguidores y se dio a conocer por jugar una versión violenta de Minecraft llamada Hardcore Factions, con nombres de usuario como “Open” y “OpenHCF”.
No obstante, se volvió más popular por robarle dinero a otros jugadores de Minecraft. En el videojuego los usuarios pueden pagar por elementos adicionales, como accesorios para sus personajes.
Una táctica utilizada por Clark consistía en fingir que vendía nombres de usuario atractivos para Minecraft y luego no entregarlos a los compradores. También vendía capas para personajes de Minecraft, pero a veces desaparecía después de que los otros jugadores le enviaban el dinero.
En una ocasión, Clark puso a la venta su propio nombre de usuario de Minecraft, “Open”, aseguró Nick Jerome, de 21 años, estudiante de la Universidad Christopher Newport en Virginia. Los jóvenes intercambiaron mensajes a través de Skype y Jerome, que en ese entonces tenía 17 años, dijo que le envió alrededor de 100 dólares a cambio del nombre de usuario porque le parecía genial. Después Clark lo bloqueó.
“Era como un adolescente tonto y, en retrospectiva, de ninguna manera debí hacerlo”, dijo Jerome. “¿Por qué debería haber confiado en este tipo?”.
A finales de 2016 y principios de 2017, otros jugadores de Minecraft produjeron videos en YouTube en los que describieron cómo habían perdido dinero o habían enfrentado ataques en línea después de tener roces con “Open”, el nombre de usuario de Clark. En algunos de esos videos, Clark, a quien se le escucha decir epítetos racistas y sexistas, también dijo que recibía instrucción escolar en casa mientras ganaba 5000 dólares al mes con sus actividades en Minecraft.
La verdadera identidad de Clark rara vez apareció en línea. En un momento, reveló su rostro y la configuración de su juego, y algunos jugadores lo llamaban Graham. Su nombre también fue mencionado en una publicación de Twitter en 2017.
Los intereses de Clark pronto se extendieron al videojuego Fortnite y al lucrativo mundo de las criptomonedas. Se unió a un foro en línea para ciberpiratas, conocido como OGUsers, con el nombre de usuario Graham$. Su cuenta de OGUsers fue registrada desde la misma dirección IP en Tampa que estaba ligada a sus cuentas de Minecraft, de acuerdo con la investigación realizada para The New York Times por Echosec, una empresa de investigación forense en línea.
Clark se describió a sí mismo en OGUsers como un “comerciante de criptomonedas de tiempo completo que abandonó sus estudios” y dijo que estaba “enfocado en generar dinero para todos”. Más tarde, Graham$ fue expulsado de la comunidad, según publicaciones descubiertas por Echosec, después de que los moderadores señalaron que no le había pagado con bitcoines a otro usuario que ya le había enviado dinero para concretar una transacción.
Aun así, Clark ya había aprovechado el foro de OGUsers para abrirse camino en una comunidad de ciberpiratas famosa por robar los números de teléfono de las personas para acceder a todas las cuentas en línea ligadas a esos números, un ataque conocido como intercambio de SIM. El objetivo principal era vaciar las cuentas de criptomonedas de las víctimas.
En 2019, los ciberpiratas asumieron a distancia el control del teléfono de Gregg Bennett, un inversionista en tecnología en el área de Seattle. En pocos minutos, se apoderaron de las cuentas en línea de Bennett, incluyendo sus usuarios de Amazon y de correo electrónico, así como 164 bitcoines que valían 856.000 dólares en ese momento y que hoy valdrían 1,8 millones de dólares.
Bennett recibió enseguida una nota de extorsión, que compartió con el Times. Estaba firmada por Scrim, otro de los alias de Clark, de acuerdo con varios de sus amigos en línea.
“Solo queremos el resto de los fondos en Bittrex”, escribió Scrim, refiriéndose al intercambio de bitcoines del que se habían tomado las monedas. “Siempre estamos un paso adelante y esta es la opción más sencilla para ti”.
En abril, el Servicio Secreto le confiscó 100 bitcoines a Clark, según los documentos de incautación del gobierno. Unas semanas más tarde, Bennett recibió una carta del Servicio Secreto que decía que habían recuperado 100 de sus bitcoines y mencionaba el mismo código que les fue asignado a las monedas incautadas de Clark.
No está claro si hubo otras personas involucradas en el incidente o qué fue lo que sucedió con los 64 bitcoines restantes.
Bennett afirmó en una entrevista que un agente del Servicio Secreto le dijo que la persona con los bitcoines robados no fue arrestada por ser menor de edad. El Servicio Secreto no respondió a una solicitud de comentarios.
Para entonces, Clark vivía en su propio apartamento en un complejo de condominios en Tampa. Tenía una costosa estación con equipos de gaming setup, un balcón y la vista a un parque cubierto de hierba, según amigos y publicaciones en redes sociales.
Dos vecinos dijeron que Clark era muy reservado y que iba y venía a horas inusuales y conducía un BMW Serie 3 blanco.
En una cuenta de Instagram que desde entonces ha sido retirada, @error, Clark también compartió videos de sí mismo moviéndose al ritmo de un rap en tenis de diseñador. Un joyero de la élite del rap lo saludó en Instagram, con una fotografía que mostraba que Clark, como @error, se había comprado un Rolex con gemas incrustadas.
Xio, quien se hizo amigo cercano de Clark, dijo que el encuentro en abril con el Servicio Secreto conmocionó a Clark.
“Sabía que le habían dado una segunda oportunidad”, dijo Xio. “Y quería trabajar en hacer las cosas con la mayor legalidad posible”.
No obstante, menos de dos semanas después de la incautación del Servicio Secreto, los fiscales señalaron que Clark comenzó a intentar penetrar el sistema de Twitter. Según una declaración jurada del gobierno, Clark convenció a un “trabajador de Twitter de que era un colega del departamento de informática e hizo que le proporcione la credencial de acceso al portal de servicio al cliente”.
Para obtener ayuda, Clark encontró cómplices en OGUsers, de acuerdo con los documentos de la acusación. Los cómplices se ofrecieron a negociar la venta de las cuentas de Twitter que tenían nombres geniales, como @w, mientras que Clark entraría en los sistemas de la red social y cambiaría la propiedad de las cuentas, de acuerdo con los documentos y relatos de los cómplices.
La entrada al sistema de Twitter se llevó a cabo el 15 de julio. Unos días más tarde, un cómplice, que se hacía llamar “lol”, le dijo al Times que la persona que conocían como el autor intelectual comenzó a engañar a los clientes que querían comprar encubiertamente las cuentas de Twitter. El hacker tomó el dinero y entregó la cuenta, pero luego la recuperó rápidamente usando su acceso a los sistemas de Twitter para expulsar al cliente. Era una reminiscencia de lo que Clark había hecho anteriormente en Minecraft.
Cuando los conocidos en línea de Clark se enteraron de que había sido acusado del ataque, varios dijeron que no estaban sorprendidos.
“Realmente nunca pareció preocuparse por nadie más que por sí mismo”, dijo Connor Belcher, un jugador conocido como @iMakeMcVidz que previamente se había asociado con Clark en un canal de YouTube antes de convertirse en uno de sus críticos en línea.
Imagen: Criptonoticias
Fuente: The New York Times
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