martes, 13 de diciembre de 2022

El archivo minero proyecta laboratorio y formación


El Archivo Nacional de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), donde se rescataron más de 40 kilómetros de documentación y casi 70.000 mapas y planos, proyecta habilitar un laboratorio para la conservación de archivos.

En entrevista con La Razón, el director de esta entidad estatal, Max Murillo, afirmó que este espacio también servirá para formar personas que podrán especializarse en el área archivística.

“Hay un proyecto de construcción de laboratorio de conservación de archivos y estamos con este sueño de concluir esta construcción porque es parte del proyecto soñado por Édgar Huracán Ramírez (impulsor de este repositorio) para que quede completo ese circuito de los archivos, y va a ser el primer laboratorio del país”, afirmó Murillo.

Emprendimiento

Este emprendimiento fue iniciativa del fallecido exdirector del Archivo Nacional de la Comibol, con el objetivo de consolidar el resguardo y mantenimiento de los documentos, que, de acuerdo con Murillo, fueron hallados en “condiciones deplorables, rescatadas de basureros, insalubres”.

Este laboratorio se proyecta también como una escuela para la formación de archivistas en dos niveles de capacitación: el primero, referido a la conservación de materiales, y el segundo, la reconstrucción de archivos.

Murillo ponderó la importancia de esta iniciativa, pues este tipo de espacios no existen en suelo boliviano, además que en el país las personas solo se forman en el área de bibliotecología.

Lamentó que esta iniciativa haya sido postergada por la emergencia sanitaria del coronavirus y la crisis política de 2019, además que la institución sufrió la disminución de su presupuesto.

El archivo de la Comibol “está en proceso de recuperación, no es un trabajo sencillo, porque no hay todavía conciencia de los archivos históricos o administrativos», complementó Murillo.

‘Huracán’

En criterio de Murillo, el archivo de la Comibol se constituye en un tesoro de la historia boliviana, que fue levantado y consolidado por Édgar Ramírez, dirigente sindical minero, político, teórico marxista y archivista paradigmático.

La figura de Huracán surgió al finalizar los 90 del siglo pasado, quien comenzó a realizar esas labores a través del rescate de documentación y su respectivo registro en el Archivo Minero.

“Huracán es parte de un proceso histórico más brillante de la época obrero minero, por su liderazgo, él era un líder descollante y una de sus enormes virtudes como intelectual obrero fue impulsar el archivo histórico de la minería en la Comibol”, añadió Murillo.

“Él pretendía resguardar la memoria de los secretos de años anteriores, mediante los archivos de calidad de la Comibol, para que personas del país y extranjeras conozcan estos documentos”.

En 2021, Huracán falleció víctima del COVID-19. Fungió como secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB) y de la Federación de Mineros, además que es considerado como el principal impulsor del sistema de archivo minero.

En 2005 se empezó la construcción del edificio que albergaría toda esa documentación histórica.

Tras la muerte de Huracán, Murillo se hizo cargo de este repositorio, hace más de un año, con la prioridad de reabrir ese espacio al público en general, pues las visitas estuvieron restringidas por la pandemia.

Estos archivos se pueden medir en más de 40 kilómetros de documentación conjunta y destacada; la parte más importante se encuentra en El Alto, con 12 kilómetros de documentación, el resto en Oruro, Potosí, Pulacayo y Catavi.

Las historias más destacadas de estos fondos documentales son las de los “barones del estaño”: Simón I. Patiño, Mauricio Hochschild y Carlos Víctor Aramayo.

Otro de los archivos destacados es del Banco Central de Bolivia (BCB), que se recuperó a mediados de la década de los 80, los cuales se encontraban apilados en galpones ubicados en la zona alteña de Senkata.

“Estos documentos se encontraban en condiciones insalubres, a la intemperie, junto a cantidades de papeles quemados, momento en que altos funcionarios vendieron gran cantidad de papeles en camiones a las fábricas, y en el caso de la Comibol, actualmente, se encuentran en depósitos de Senkata, junto a la basura”, relató Murillo.

El archivo fue reconocido incluso en el ámbito internacional, con diferentes premios, como el que fue entregado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Se trata de los documentos del fondo de Mauricio Hochschild, sobre la Segunda Guerra Mundial, cuyo contenido no se conocía hasta hace algunos años.

Murillo relató que estos documentos revelaban la presencia de una red alemana que era organizada para salvar judíos, huérfanos, sacados del Holocausto, una faceta humanitaria durante esa guerra.

El 14 de mayo de 2004, el Gobierno aprobó el Decreto Supremo 27490 de creación del Archivo Histórico de la Minería Nacional. Fue fundado sobre la base de toda la documentación recuperada de los “barones del estaño” y de la propia Comibol. Por mucho tiempo, estuvieron en “calidad de basura” en diferentes latitudes del país.

Antecedente

Los ambientes del archivo abarcan casi dos hectáreas, los techos son altos y en cada locación reina el frío y la humedad. Se han construido armarios especiales para mantener y clasificar mejor los documentos.

El archivo minero abrió sus puertas para que la población conozca cada uno de los documentos históricos que se encuentran resguardados en este sitio. Sus instalaciones están en la Cruz Papal, a la altura de la Ceja de El Alto, en la Avenida del Archivista. Recibe visitas de lunes a viernes; por las mañanas, entre las 08.30 y 12.00, y por las tardes, desde las 14.00 hasta la 16.00. El ingreso es libre.

Fuente: La Razon

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