La figura de este personaje nos resulta familiar, aunque parece imposible pensar en cómo era el original. El Ecce Homo de Borja fue una pequeña pintura mural del profesor español Elías García Martínez, en el santuario de Misericordia de Borja, provincia de Zaragoza, España. Según la prensa, esta obra era de modesto valor económico y artístico, aunque adquirió fama en todo el mundo como Eccemono, tras un fallido intento de restauración por parte de una vecina.
Así, antes conocido como Eccehomo, se trata de una imagen que es fruto de una restauración mal hecha. ¿Cómo? Hace una década, las redes sociales y los medios del mundo se hacían eco de la historia de Cecilia Giménez, una anciana que, según indicaba, por amor intentaba reparar un fresco religioso. La buena intención no bastó y el resultado fue lo suficientemente burlesco como para dar la vuelta al mundo y ser considerado el primer «meme» global.
De Ecce Homo pasó a ser bautizado como «Eccemono» por su desafortunada y desprolija apariencia.
¿Cómo se originó la pintura de Ecce Homo?
A decir verdad, habría que empezar por el principio: las autoridades eclesiásticas de un pueblito zaragozano le piden a Elías García Martínez, un pintor español, también profesor y retratista clásico y como muchos, copiador de clásicos, que realice un mural en el Santuario de Misericordia de Borja. El buen hombre, estando allí de vacaciones, aceptó encantado: un honor, un mural, como los grandes del Renacimiento.
El Santuario de Misericordia es una pedanía perteneciente a la localidad de Borja, en la provincia de Zaragoza. Situado a 6 km del centro urbano de Borja y rodeado de amplios pinares, constituye un lugar habitual de ocio y retiro durante el verano y los fines de semana.
Aquel profesional habría pensado que se trataría de una obra para la posteridad. Algo que realmente sucedió, pero no de la forma que él hubiera pensado. Por aquel entonces ni rastros habría de que el Internet fuera a existir y causar tanto estupor y burlas de un acontecimiento que involucró a su creación.
En agosto de 2012 cobró repentina celebridad mundial cuando se reveló la reinterpretación defectuosa de Cecilia Giménez, una aficionada a la pintura que antes había realizado algunos pequeños trabajos en otros centros religiosos, como el retoque de un lienzo de la Virgen del Carmen en el convento de Santa Clara de Borja. De ninguna forma puede considerarse al repintado directo como una auténtica restauración, por lo que el término se utiliza de forma figurada.
Fuente: Intriper
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