miércoles, 9 de febrero de 2022

Las relaciones parasociales


Las relaciones parasociales implican conectar emotivamente con celebridades y gozar de sus buenos instantes o bien padecer con sus desaciertos.

Hoy en día, es cada vez más fácil acceder al perfil de las celebridades y conocer cuáles son sus rutinas. Con solo observar sus imágenes y los mensajes que transmiten, muchas son las personas que sienten de qué forma sus emociones se acentúan, pues se viven otras historias tal y como si fueran propias.

Cuando a la persona no le agrada alguna acción de su actor preferido, entonces ya deja de sentir admiración y empieza a sentir menosprecio o bien odio, con lo que deja de proseguirlo.

En cambio, si un vocalista tiene una historia apasionante que contar, la persona le empieza a continuar, incluso si no le agradan sus canciones.

De este modo, muchas son las historias con las que una persona se puede llegar a sentir identificada y prosiga a personajes de forma temporal, o bien los deje de continuar cuando ya no se sienta identificado.

Las relaciones parasociales son relaciones unidireccionales, esto desea decir que no hay retroalimentación por la parte de la celebridad. Es la persona seguidora quien lo vive y lo siente.

En general, una relación parasocial es aquella en la que hay un vínculo unilateral con una figura de los medios que ignora la existencia de sus seguidores.

Este género de relaciones ha surgido a consecuencia de las nuevas formas de relación y también interacción que han devenido con la llegada de los medios.

Previamente, esto ocurría básicamente con la T.V., un medio en el que los personajes tenían un estilo conversacional que transmitía proximidad, y cuyos ademanes y orientación le hacían sentir al televidente la manera de una relación frente a frente.

El término de relación parasocial

Conforme con Lucía Costoso Castaño, en su estudio sobre relaciones y también interactúes parasociales en redes sociales digitales, este término fue acuñado por vez primera por Horton y Wohl en el año mil novecientos cincuenta y seis para describir la ilusión que produce la interacción recíproca que muchos miembros de las audiencias experimentaban frente a las figuras mediáticas, como celebridades y personajes de ficción, sobre todo en la T.V..

Ahora, este término tradicional es de nuevo considerado debido a las prácticas sociables que muchos usuarios desarrollan en los medios sociales.

Los autores que dieron a conocer el término, señalaron que este hacía referencia al fenómeno que brotaba cuando uno de los mensajes producidos desde el programa de emisión de los medios masivos tradicionales era recibido en el contexto de la vida rutinaria de las audiencias, un espacio que acostumbraba a estar limitado por el encuentro frente a frente por el contacto con el círculo primario.

Esta clase de acciones sociables no recíprocas vino a acontecer con el acceso al espacio privado del sujeto y con el poder de los medios para representar la realidad.

Horton y Wohl (1956) llegaron a expresar la idea de estas relaciones de la siguiente forma:

“Los más recónditos y también ilustres hombres son conocidos tal y como si pertenecieran al círculo de los iguales; lo mismo es cierto para un personaje en una historia que cobra vida en estos medios de una manera singularmente vivaz y embriagador. Planteamos llamar a esta relación entre el espectador y el intérprete afín a la frente a frente, relación parasocial”.

Si bien psicológicamente la comunicación sea mediada, el sujeto receptor la percibe como una interacción frente a frente, en la que siente que conoce de veras a quien aparece en los medios y capta al personaje como algo próximo.

Por este motivo, se repite el hecho de que la experiencia parasocial tiene como clave la no-reciprocidad del vínculo o bien de la interacción puntual, que deviene, por ende, en un simulacro del hecho sociable.

De qué forma se explican las relaciones parasociales

Los citados Horton y Wohl resaltaron que, para la una gran parte de la audiencia, la relación parasocial resultaba ser complementaria a sus relaciones propias de la vida social, llegando a incidir en un desarrollo dispar entre individuos con diferentes personalidades y situaciones sociales.

En este sentido, para una serie de conjuntos sociales, las experiencias parasociales les ofrecerían un atrayente mayor, sobre todo entre las personas que sufrían de aislamiento social, como las personas de la tercera edad, personas con discapacidad, con inconvenientes de adaptación social, entre otros muchos. Esto es, que las relaciones parasociales cumplirían un mecanismo sicológico compensatorio.

Para otros autores, los usuarios con inconvenientes de poquedad asimismo recurren a este género de relaciones para presentarse ante el resto, y coinciden que esta clase de relaciones actúan como mecanismo compensatorio que les deja o bien les ayuda a superar sus restricciones sociales.

Este género de enfoque remite al modelo de la comunicación hiperpersonal conforme el que la comunicación mediada por un computador contribuye a que el sujeto se apropie de la tecnología para desarrollar una administración de su identidad social y sus interactúes con el resto, adaptándola a sus necesidades y faltas sociables.

En cualquier caso, lo más esencial en este género de relaciones es tener definida cuál es la línea de lo real y entender que la interacción en las relaciones sociales no es real, no existe, si bien bien pueda ser atractivísima y también inspiradora, mas no por este motivo deja de ser una proyección, con lo que no debería ni afectar la vida personal ni las relaciones que se tengan con otras personas del entrecierro.

También, es preciso aprender a ver a las celebridades como son, esto es, como personas iguales que el resto, con las que se puede sentir afinidad, mas sin caer en la obsesión.

Fuente: Replanet

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