El matrimonio de Corín Tellado solo duró cuatro años. Sería un detalle biográfico como cualquier otro, que no merecería aparecer como elemento de apertura en un artículo sobre Tellado y su transcendencia como escritora, si no fuese por lo que dice sobre cómo la propia autora veía su carrera.
«Durante más de un año estuve encerrándome en el baño para que el tecleo de la máquina de escribir no despertara a Domingo», le explicó muchos años después a su biógrafa, Ángeles Carmona González, que recoge la cita en Corín Tellado. El erotismo rosa. Pero llegó un momento en el que se hartó de la situación, ella que ya era una escritora activa antes de casarse, y se separó. Eran los años 60 —cuando casi nadie se separaba y el divorcio no era ni siquiera legal— y Corín Tellado estaba en la cumbre de su éxito.
En una entrevista en TVE en los 80, Tellado explica que después mantuvo una relación de amistad con su exmarido. Ella se quedó en su casa, con sus dos hijos y, para lo que nos interesa, con los miles de novelas que fue escribiendo a lo largo de su vida, una obra monumental en volumen y éxito que pocas otras personas han igualado escribiendo en castellano a lo largo de la historia.
Corín Tellado no aparece en los libros de literatura de la ESO, tampoco suele aparecer en los manuales literarios que a otros niveles más elevados abordan la producción literaria en la España del siglo XX. Lo hace, es inevitable, en los que se centran en la novela popular, pero suele ser de manera un tanto desdeñosa y habitualmente crítica.
Mientras en esos textos se suele abordar las novelas de vaqueros con cierta manga ancha, la novela rosa que triunfaba igual que esas obras —o incluso más— en los quioscos de la posguerra se suele hundir con un par de pinceladas y condenar rápidamente como «mala».
Corín Tellado no aparece en los libros de literatura de la ESO, tampoco suele aparecer en los manuales literarios que a otros niveles más elevados abordan la producción literaria en la España del siglo XX. Lo hace, es inevitable, en los que se centran en la novela popular, pero suele ser de manera un tanto desdeñosa y habitualmente crítica
Corín Tellado, su escritora superventas, no sale mejor parada. Sobre por qué la novela rosa es siempre juzgada de esa dura manera se podrían escribir tesis doctorales, pero se puede resumir en una mezcla de misoginia, peso del patriarcado y clichés sobre la cultura popular.
A pesar de esas críticas, Corín Tellado —se la haya leído o no— se ha afianzado como un icono de la cultura popular española para todos rápidamente identificable. Lo es desde que empezó a publicar en la España de la posguerra y lo ha seguido siendo hasta ahora. Su estrella de autora superventas se eclipsó un poco en los años 80-90, cuando las modas en novela romántica cambiaron y el mercado se llenó con los títulos de la recién llegada Harlequin. Además, en los 80, la industria de la literatura española de quiosco, que había sostenido su éxito, se tambaleó con el colapso de su principal gran editorial, Bruguera.
Aun así, Corín Tellado ya se había hecho hueco como uno de esos referentes que todo el mundo conoce. Su público de entonces, como me explicaba hace unas semanas una librera de viejo en Santiago de Compostela mientras excavaba en sus estantes a la búsqueda de novelas rosas de hace 70 años, sigue entrando de vez en cuando en las librerías de segunda mano preguntando si tienen algunos de sus títulos de entonces.
Corín Tellado en la era del ‘streaming’
Pero, quizás, el ejemplo más claro que explica la larga vida de Corín Tellado como referente cultural está en el último acuerdo que ha cerrado la editorial Planeta, que tiene ahora los derechos de sus obras. En medio de la edad de oro de los contenidos que ha generado el bum del streaming, Planeta y Telemundo Global Studios han cerrado un «acuerdo por los derechos exclusivos de la obra completa de Corín Tellado».
Como suele ser habitual en estos casos, las dos empresas no han dado datos económicos. «El acuerdo es importante y su alcance dependerá del número de adaptaciones que lleguen a producirse, y eso, a su vez, dependerá del público, que es quien, en realidad, siempre acaba poniendo el precio a cualquier creación», explica Joaquin Álvarez de Toledo, director general de Stories, área de contenidos transmedia de Planeta, cuando le pregunto por el valor del acuerdo. Pero más allá de cuánto dinero podría suponer o no este acuerdo, lo interesante es lo que dice sobre la vigencia de Tellado. Décadas después de que escribiese sus historias, al mercado le siguen interesando.
«Corín Tellado escribió alrededor de 4 000 historias y su obra es una auténtica enciclopedia de todas las tramas posibles que se puedan dar en lo que a sentimientos amorosos se refiere», reconoce Álvarez de Toledo. «De ahí que mantenga todo su interés», añade, reconociendo que tendrán que adaptarlas «al lenguaje actual» y que se está haciendo un trabajo de adaptación «a la actualidad» de «los personajes, las situaciones, los usos, motivos y costumbres de esas tramas», algo que se suele hacer, deja claro, en muchas ocasiones cuando se adapta a otros escritores del pasado.
Del universo de Corín Tellado podrá salir de todo. Desde Planeta hablan de TV movies, miniseries, series, largometrajes, telenovelas y hasta documentales. Los primeros podrían llegar incluso en Navidad. «Pero seguro que 2022 será el año Corín Tellado», apunta el directivo.
Es el momento, por tanto, de que volvamos a hablar de la escritora.
Así escribía Corín Tellado
Corín Tellado se levantaba cada día a las 5 de la mañana y se ponía a trabajar. Se pasaba la mañana escribiendo, rodeada de libros —en su trabajo también necesitaba libros de referencia— y sin hora clara para terminar, aunque sabía que sería hacia el mediodía. En un par de días, podía escribir una novela (lo que puede hacer que su trabajo parezca muy sencillo, pero ella misma reconocía en la entrevista ya mencionada que era algo «difícil»). Por las tardes, Tellado leía. Y leía mucho.
La escritora era una entusiasta lectora y más o menos así fue como empezó su carrera. Un librero que le prestaba libros le quiso dejar una novela sentimental, que ella rechazó porque ella misma, proclamó, podía escribirla. El librero la animó a hacerlo, prometiendo que si la terminaba se la mandaría a una editorial con la que tenía contacto. Tellado aprovechó la noche, mientras velaba a su padre enfermo, para escribirla. Tenía 16 años.
Esa primera novela le reportó sus primeros ingresos, 1 500 pesetas pagadas en dos plazos, que ella empleó para cubrir gastos (años después reconocerá sin ninguna acritud que tuvo muchas responsabilidades desde los 17 años, cuando se muere su padre).
Fue también el arranque de su carrera. Durante los años 50 y 60, Corín Tellado movía cifras impresionantes en el mercado literario. En Sociología de una novela rosa, que Andrés Amorós publicó en 1968, el especialista deja claro que es la autora con más éxito en la España del momento, publicando una novela a la semana y saliendo con una tirada de 100 000 ejemplares por título (Tiempo de silencio, la novela de alta literatura del año, lo hacía entonces con 5 000).
En Sociología de una novela rosa, que Andrés Amorós publicó en 1968, el especialista deja claro que es la autora con más éxito en la España del momento, publicando una novela a la semana y saliendo con una tirada de 100 000 ejemplares por título (Tiempo de silencio, la novela de alta literatura del año, lo hacía entonces con 5 000)
Estas impresionantes cifras de tirada dejan claro que mucha era la gente que leía a Corín Tellado, que prácticamente se convirtió en sinónimo de novela rosa en España. De hecho, aunque se asentó la idea de que quienes leían a Tellado eran mujeres, también tenía lectores hombres, sobre los que hay pocos datos concretos. Al cierre de su carrera, Tellado había dejado un legado de casi 4 000 novelas y había vendido más de 400 millones de ejemplares. Además de en España y en los países de habla hispana, Tellado fue traducida a múltiples idiomas.
Ahora, Corín Tellado volverá al mercado reconvertida en material para las cada vez más ubicuas pantallas —aunque sus novelas nunca han desaparecido: ahora, en lugar de en los quioscos, están en formato ebook— y quizás le llegue un nuevo momento de fama. Sin duda, será una excusa perfecta para hacer justicia a la escritora más productiva de las letras españolas del siglo pasado.