viernes, 31 de diciembre de 2021

Ha llegado la hora de hacer medicina desde el espacio


Como todo nuevo lugar conquistado, el espacio es un entorno lleno de posibilidades. De hecho, pese aún quedar lejos, hoy apenas resultan nuevas ideas como el desarrollo de la minería espacial para la extracción de tierras raras, helio 3, deuterio, o cualquier otra materia prima valiosa para el ser humano en satélites como la Luna.

Sin embargo, como decíamos, el espacio es un lugar lleno de posibilidades, y a veces tan solo es necesario contar con el conocimiento y la tecnología necesarias para empezar a explotarlas, una oportunidad que parece haber llegado en el campo de la medicina. Así al menos queda reflejado en nuevo artículo que bajo el título Biomanufacturing in Low Earth Orbit for Regenerative Medicine se publica en la revista especializada Stem Cell Repors, en que científicos del hospital Cedars-Sinai de Los Angeles destacan el gran potencial de la microgravedad para facilitar una rápida producción de células madre que podrían contribuir a los avances que salven millones de vidas en la Tierra durante las próximas décadas.

El nuevo trabajo expone las grandes oportunidades clave discutidas durante el Simposio de Biofabricación en el Espacio del año 2020 para expandir la fabricación de células madre en el espacio, y destaca que la biofabricación —un tipo de producción de células madre que emplea tanto materiales biológicos como microbios para producir sustancias y biomateriales para su uso en aplicaciones preclínicas, clínicas y terapéuticas— puede ser mucho más productiva en condiciones de microgravedad.

“Descubrimos que los vuelos espaciales y la microgravedad proporcionan un entorno óptimo para la biofabricación porque confiere una serie de propiedades muy especiales a los tejidos y procesos biológicos que pueden ayudar a producir en masa células u otros productos de una manera irreplicable en la Tierra”, explica el biólogo especializado en células madre, Arun Sharma, científico investigador y director de un nuevo laboratorio en el Instituto de Medicina Regenerativa, el Instituto Smidt para el Corazón y el Departamento de Ciencias Biomédicas de Cedars-Sinai. “Las últimas dos décadas han visto avances notables en la medicina regenerativa así como avance exponencial en las tecnologías espaciales que permiten explorar nuevas oportunidades en el mercado espacial”, añade.

Así, según el estudio, los asistentes al simposio identificaron hasta 50 oportunidades comerciales potenciales basadas en la biofabricación en el espacio de las cuales las más prometedoras se clasificaron en tres categorías: la modelización de enfermedades, la biofabricación y la obtención de productos derivados de células madre.

Una nueva perspectiva de la enfermedad

La modelización de enfermedades es utilizada por los científicos para estudiar tanto enfermedades como posibles tratamientos mediante la replicación de estructuras de función completa, ya sea utilizando células madre, organoides -es decir, estructuras 3D en miniatura cultivadas a partir de células madre humanas que se asemejan al tejido humano- u otros tejidos.

Los investigadores han descubierto que una vez que el cuerpo está expuesto a condiciones de baja gravedad durante períodos prolongados, experimenta una pérdida ósea y un envejecimiento acelerados. Al desarrollar modelos de enfermedades basados ​​en este rápido proceso de envejecimiento, los científicos pueden comprender mejor los mecanismos que afectan tanto a este como a la progresión de una enfermedad.

“Este trabajo no solo puede ayudar a los astronautas, sino que también puede llevarnos a fabricar estructuras óseas o musculares que podrían aplicarse a enfermedades como la osteoporosis u otras formas de envejecimiento óseo acelerado y desgaste muscular que las personas experimentan en la Tierra”, especifica Sharma.

Órganos impresos en el espacio

Otro tema muy discutido en el simposio fue el relatico a la biofabricación, en la cual divergen diferentes procesos cuya finalidad es producir diferentes tipos de tejidos vivos u órganos. Por ejemplo, en la actualidad, la bioimpresión 3D es una de las tecnologías centrales de biofabricación.

Un problema importante con la producción de estos materiales en la Tierra tiene que ver con la densidad inducida por la gravedad de los tejidos y órganos resultantes, lo que dificulta que las células se expandan y crezcan. En ausencia de gravedad en el espacio, no obstante, los científicos tienen la esperanza de poder usar la impresión 3D para imprimir productos de propiedades y formas únicas, como organoides o tejidos cardíacos, de una manera que no se puede replicar en la Tierra.

Células madre: la madre del cordero

El tema central del simposio fue sin lugar a dudas la producción de células madre y cómo la microgravedad influye en algunas de sus propiedades fundamentales. Algunas de estas propiedades incluyen la potencialidad de las células madre de convertirse en cualquier otro tipo de célula o la capacidad de regenerarse a sí mismas.

Comprender algunos de los efectos de los vuelos espaciales en las células madre puede conducir potencialmente a mejores formas de fabricar un gran número de células en ausencia de gravedad y es por ello que junto con la NASA y el contratista privado Space Tango, los científicos de Cedars-Sinai enviarán células madre al espacio a principios del próximo año. Su objetivo será probar si es posible producir grandes lotes de ellas en un entorno de baja gravedad.

“Si bien todavía estamos en la primera fase de algunas de estas investigaciones, lo que proponemos en nuestro trabajo ya no pertenece al ámbito de la ciencia ficción”, declara Sharma. “En los próximos 5 años podríamos tener un escenario en el que células o tejidos que se puedan fabricar de una manera que simplemente no es posible aquí en la Tierra. Y creo que es muy emocionante".

Fuente: National Geographic

jueves, 30 de diciembre de 2021

¿Está cambiando la pandemia la ciencia y la manera de comunicarla?


Se cumplen dos años del comienzo de la pandemia del SARS-CoV-2 y la COVID-19. La ciencia nunca había sido tan prolífica, ni tan mediática, durante tanto tiempo ni con tanta intensidad, una realidad que puede influir en cómo se desarrollan algunos cambios –que ya venían produciéndose o que surgen de nuevas– en la comunicación de la ciencia. La pandemia no solo está cambiando la ciencia sino también nuestra forma de contarla.

Los conceptos Comunicación-Divulgación-Periodismo cada día se relacionan más y tienen fronteras más difusas. Es importante saber diferenciarlos, pero los tres tienen un punto común especialmente relevante: la integridad y la responsabilidad ante la información que se transmite.

¿Cómo se ha contado la pandemia? ¿Qué medios ha utilizado la comunidad científica? ¿Qué papel ha jugado el periodismo y los medios de comunicación? ¿Cómo ha recibido y manejado la información la sociedad? ¿Cómo está participando la ciudadanía? Responder éstas y otras preguntas precisaría no de un artículo, sino de un libro completo.

Con idea de poner sobre la mesa sólo una pequeña base de conocimiento para la reflexión y el debate, se pueden citar diez cuestiones que han tenido especial protagonismo en el proceso de generación y comunicación de la ciencia en estos dos últimos años.

1. Ciencia exprés

La investigación científica no sólo se ha multiplicado, también se ha acelerado. Más necesidades, más urgencia, más financiación y más apoyo político han ayudado a que la ciencia pueda ‘correr’ más de lo normal. La comunidad científica ha producido muchísimo, las revistas científicas han batido récords de publicación, se han reescrito las reglas de difusión del conocimiento y los medios de comunicación han dedicado a la ciencia y la salud más tiempo y espacio que nunca.

Esta carrera científica ha tenido muchas ventajas –el ejemplo más claro son las vacunas– y algunos inconvenientes, ya que las prisas no son siempre buenas consejeras. Ha habido investigaciones por debajo de los mínimos exigibles, publicaciones indeseadas –y retractadas– y periodismo poco responsable. Nada nuevo, pero con mayor magnitud, con el término ‘infoxicación’ como compañero de viaje.

Por encima de los errores, que suelen citarse más, ha habido muchos y buenos aciertos. La ciencia ha triunfado, pero queda la duda de si hemos logrado comprenderla mientras nos pasaba por encima.

2. Percepción social de la ciencia y la pandemia

¿Hemos asimilado de manera correcta lo que supone la pandemia y la información que nos ha ido llegando? Probablemente no, o al menos no todo lo bien que deberíamos.

Más allá de lo buena, regular o mala que haya podido ser la comunicación de crisis, la manera en que asumimos e interpretamos la realidad define nuestra manera de actuar. Encuestas como la de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) o la del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) han ido midiendo nuestros conocimientos y actuaciones a lo largo de la pandemia, mostrando la percepción social sobre las medidas preventivas, las vacunas y las decisiones tomadas, entre otras. Porque tan importante es estudiar la pandemia en sí como las consecuencias sociales que deja y su influencia sobre nuestra manera de pensar y comportarnos.

Las ciencias sociales, tan necesarias y a veces tan olvidadas, tienen una nueva oportunidad de hacerse más visibles.

3. ¿Crisis de confianza?

Uno de los temas más interesantes en los dos últimos años es la citada percepción individual y social. ¿Comprendemos la ciencia, su método y su forma de presentarse? Más allá de que la cultura científica pueda mejorarse en España, nos hemos dado de bruces con la ciencia durante la pandemia.

Que la ciencia sea un buen camino para solucionar problemas no quiere decir que siempre logre solucionarlos, ni que sea infalible, ni que presente dogmas inamovibles que nos permitan ajustarnos a un guion inmutable. Todo lo contrario: como hemos visto a la tremenda estos dos últimos años, las explicaciones que nos da la ciencia para tratar de comprender el mundo pueden cambiar, lo cual no significa que no debamos confiar en ella.

Estudiar la posible crisis de confianza de la sociedad, no sólo en los resultados que muestra la ciencia sino también en las políticas que surgen de interpretar esos resultados y tomar decisiones, ayudará a facilitar una mejor relación entre ciencia, política y sociedad.

4. Ciencia más allá de la pandemia

El coronavirus se lo ha comido casi todo. Los avances han sido increíbles en el último año y medio, pero también ha habido falta de avances, incluso retrocesos, en ámbitos científicos y sanitarios no directamente relacionados con la pandemia o ajenos a ella. Muchos científicos dejaron durante meses –comprensiblemente– sus estudios para ayudar en las investigaciones sobre el coronavirus, por lo que posibles avances en muchos ámbitos han podido quedar frenados o ‘aparcados’.

No sólo se trata de personas (que por supuesto), sino de inversión. La financiación de la ciencia se ha focalizado lógicamente en el SARS-CoV-2 y la covid-19 y ha podido dejar en stand-by otras áreas que también necesitan inversión. Habrá que seguir de cerca en los próximos años si este parón en algunas áreas de la ciencia y de la sanidad permite recuperar la actividad y los objetivos previos.

5. Preprints

En estos dos últimos años los artículos publicados por revistas científicas del área biomédica y sanitaria se han multiplicado, una tendencia que ya se observaba claramente en los primeros meses de 2020. El SARS-CoV-2 y la covid-19 han protagonizado la mayoría de artículos, y los medios de comunicación han disparado la atención que les prestan.

Este hecho ya genera tensiones ante la necesidad de hallar novedades, estar al día y cribar la información útil. Pero, además, la pandemia ha traído una novedad en este proceso: los llamados preprint, artículos científicos publicados sin que hayan recibido aún la revisión y el aval de la comunidad científica, también se han multiplicado en el ámbito biomédico. Estos artículos pueden ser muy útiles para la comunidad científica, pero cuando llegan a los medios de comunicación –y de ahí al público– la cosa se complica, ya que pueden generar ruido y desinformación. De hecho, las prepublicaciones son un reflejo extremo de lo que pueden ser los artículos científicos: no todo lo que se publica tiene por qué contarse contarse. Leer ciencia en tiempos de infodemia es todo un reto.

6. Ciencia y comunicación online

La pandemia nos ha alejado de la gente, por mucho que las pantallas nos permitieran mantener cierta cercanía. Una de las maneras clásicas para comunicar ciencia entre la comunidad investigadora, los congresos y reuniones, ha estado más de un año desaparecida y aún no ha recuperado la normalidad. Durante meses, la actividad presencial en centros de investigación y universidades se redujo drásticamente. La formación de estudiantes y profesionales ha perdido el cara y cara, dificultando la clásica transmisión de conocimientos y, a la vez, generando alternativas.

La comunicación, el periodismo y la divulgación, al igual que la ciencia, necesitan del contacto entre personas, entre quien emite el mensaje y quien lo recibe, para desarrollar todo su potencial. ¿Es peor la ciencia sin contacto directo entre quienes la hacen? Puede, pero también es indudable que las nuevas tecnologías –algún día dejaremos de llamarlas así– facilitan procesos y algo que las nuevas generaciones demandan más: rapidez y sencillez. En el equilibrio entre lo presencial y lo telemático reside la clave, pero nadie sabe aún la fórmula mágica.

7. Divulgación ciudadana

Internet y las redes sociales son un buen caldo de cultivo para que todo el mundo disponga de un canal en el que contar la ciencia. Esto ya existía, pero en cuestión de meses el número de personas que informaban sobre la pandemia se disparó: blogs, Twitter, Twitch, Youtube… Profesionales de la Medicina, personas con conocimientos científicos e incluso gente sin formación inicial al respecto han aprovechado este altavoz para divulgar sobre la pandemia, con mayor o menor fortuna.

Esta labor ha sido muchas veces útil y acertada. Pero también ha habido casos en los que este intento de divulgación no ha sido apropiado y ha generado ruido y desinformación. Cuando se trata de expertos en algún tema, cuidado con el reverso tenebroso de la ‘todología’ (personas que hablan de casi cualquier tema sin controlarlo), y prudencia ante una sobreexposición mediática, que puede ser contraproducente.

El reto de acercar más y mejor la ciencia a la sociedad es cada día más relevante. Involucrar a la gente, el destino final, es fundamental.

8. Periodismo científico

Los medios de comunicación, tanto los especializados como los generalistas, han focalizado la información sobre la pandemia, que durante muchos meses ha ocupado casi todo el tiempo y el espacio. La ciencia nunca ha estado tan presente en el periodismo. Hablar de “el periodismo” en general es muy complicado, porque siempre hay ejemplos buenos y malos. Pero si la pandemia nos ha dejado algo es la confirmación de que se hace muy buen periodismo científico en España. Podemos y hasta debemos sacar pecho de la calidad de medios como la Agencia SINC o Materia Ciencia (El País), por citar sólo dos ejemplos destacados.

Por otro lado, la pandemia ha impulsado una especialización exprés de muchos periodistas que hasta el momento no habían escrito de salud o ciencia. Este fenómeno podría relanzar los contenidos científicos en los medios, pero también podría quedarse en burbuja pasajera. No olvidemos que la precariedad sigue siendo una característica del periodismo de base en España.

La buena relación entre comunidad científica y periodistas, quizá mejor y más cercana que nunca, es una oportunidad para, con recursos y responsabilidad, facilitar que las cosas se hagan muy bien. El mal periodismo siempre existirá, pero preocupa que cruzar líneas rojas que no deben sobrepasarse esté cada vez más asumido.

9. Redes sociales

Su relevancia en el proceso de información y comunicación es indudable desde hace años. Son más que un mero canal y sirven para comunicar, divulgar e incluso hacer periodismo, no sólo para transmitirlo. La inmediatez que las caracteriza y la dificultad de ofrecer contexto en plataformas como Twitter puede lastrar su uso, pero más que nunca durante la pandemia se ha visto que en diferentes redes sociales se encuentran, si se sabe buscar y cribar, las mejores pistas para estar informado.

Muchos científicos, médicos, periodistas y divulgadores han comunicado diariamente en sus redes sociales sobre la evolución de la pandemia, las últimas investigaciones y los temas más candentes, fortaleciendo una conexión directa con la gente –conviene analizar diferencias entre gente joven y mayor– de la que el periodismo también ha podido aprovecharse.

Pero las redes sociales, que no generan una gran confianza, son también un reflejo de la infoxicación global generada, con tanta información disponible que es casi imposible aprehenderla y asimilarla, y además pueden generar una visión distorsionada de la realidad. Los bulos se mueven en redes sociales como pez en el agua.

10. Bulos

Es uno de los mayores problemas de la comunicación en lo que va de siglo. ¿Cómo detectarlos? ¿Cómo frenarlos? La comunidad de fact checkers, personas y entidades que se encargan de comprobar la veracidad de las informaciones y de desmentirlas cuando son falsas, se ha graduado en estos dos últimos años. La primera ola de la pandemia fue un caldo de cultivo tremendo. El problema es de gran magnitud: es difícil identificar todos los bulos, cuesta que los desmentidos calen y suena casi imposible detener la difusión de mentiras.

Ser escéptico de entrada, tratar de comprobar fuentes, no compartir informaciones dudosas y promover el pensamiento crítico de las personas son algunos consejos interesantes.

10+1. ¿Ciencia desigual?

Un apunte extra: en momentos de crisis hay más riesgo de que se generen desigualdades y de que las ya existentes se agraven. La ciencia, como cualquier disciplina, no es ajena a ellas y la pandemia ha puesto sobre la mesa desigualdades sobradamente conocidas en los ámbitos social, económico, cultural… Sin olvidar otras, la más conocida es la brecha de género que afecta a las mujeres. Como en tantos aspectos, las científicas lo tienen a veces más difícil que los científicos, y una de las consecuencias es que las mujeres tienden a ser menos protagonistas al contar la ciencia.

Si de las crisis pueden surgen nuevas oportunidades de cambio, estamos ante otro buen momento para tratar de mitigar el impacto de la pandemia en la carrera de las científicas y avanzar hacia una equidad real.

Fuente: The Conversation

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Glosario web 3: términos y conceptos para entender la internet que viene


La web3 es una evolución de la internet actual que podría solucionar problemas de la web 2.0, aunque por el momento tiene mucho de promesa. Lo que no impide, o probablemente sea lo que ocasione que muchos ya estén hablando de las características de la web 3.0. Las grandes tecnológicas ya están invirtiendo en web3 y cada vez escuchamos más palabras relacionadas con las tecnologías detrás de ella y todo lo que esto implica. 

Mientras esperamos que todas las plataformas que se autodenominan metaverso sean realmente interoperables y que esa tierra prometida donde el poder vuelva a los usuarios se haga realidad, podemos ir ganando tiempo. El primer paso es informarnos sobre estos nuevos conceptos, para distinguir entre discursos vacíos que sólo buscan venderte criptomonedas, y tecnologías que pueden permitir nuevas formas de organizarnos, de repartir recursos y descentralizar el poder. 

Las características de la web 3.0 pueden ser entendidas a través de un decálogo de conceptos clave. En Newtral hemos pensado que no viene mal tener un glosario a mano con definiciones para las próximas lecturas o conversaciones sobre la próxima etapa de la web. Porque una vez que lleguemos allí, necesitaremos entender la jerga del nuevo mundo online. 

Airdrop
Formato promocional de las criptomonedas que consiste en el reparto gratuito de tokens y que se otorga a los poseedores de una criptomoneda preexistente, o a los usuarios de determinada casa de cambio de criptomonedas en línea. Se corresponde a la metáfora de un helicóptero que deja caer dinero en cierto lugar, y se refiere a esos incentivos que dan algunas plataformas a estos primeros usuarios. 

Algoritmo
Procedimiento, receta automatizada, función matemática a la que le das unas variables y te da una respuesta. Los algoritmos de los que hablamos en estos tiempos son computacionales, y están presentes en todas las esquinas de nuestro mundo digitalizado, por lo general para hacernos la vida más fácil.

Blockchain o cadena de bloques
Es la tecnología que permite técnicamente hacer realidad varias características fundamentales de la web3, empezando por la descentralización. Consiste en una lista de bloques validados y enlazados con criptografía, cada uno conectado con su precedente hasta el bloque génesis. De esta manera puede crear un registro contable distribuido entre todos los usuarios, sin una autoridad central. Permite modelos descentralizados y seguros entre participantes que no se fían unos de otros. De hecho, su aplicación en las criptomonedas, comenzando por bitcoin ha hecho que por primera vez la humanidad pueda tener monedas sin un banco central.

Cripto
Prefijo o palabra que se usa para denominar todo aquello que se relaciona con la tecnología basada en criptografía, como es el caso de las blockchains, las monedas virtuales, o los videojuegos que utilizan NFTs.

Descentralización
Es la principal característica o promesa de la web3, cuyo modelo tiene muchos servicios basados en la economía de los token. Significa que la propiedad y el control de estas plataformas está repartido entre los dueños de los tokens, que son también usuarios. Por ejemplo, en Decentraland puedes comprar y vender parcelas de tierra, construir y organizar eventos sobre ellas, y también votar. La propiedad de tierras y de su unidad monetaria (LAND) da derecho a hacer propuestas de gobernanza y votar las de la comunidad. La descentralización de los servicios significa que cualquiera puede ser propietario, y por eso algunos señalan que la web3 es más abierta y más democrática.

DAO
Organización Autónoma Descentralizada, (según sus siglas en inglés, Decentralized Autonomous Organization) es una organización que no tiene una autoridad central que la dirija sino que se rige por reglas codificadas en programas computacionales llamados smart contracts (contratos inteligentes). Esas reglas y los registros financieros de esa organización están gestionados a través de una blockchain, lo que favorece la eliminación de costes de intermediarios y de documentos públicos, como acciones y títulos. Aunque ya existen varias DAOs, no está claro su estatus legal y existen dudas sobre su seguridad contra ataques informáticos. Pueden ser utilizadas con diferentes fines, desde crear comunidades donde los usuarios son recompensados por compartir contenidos, como Steemit; u organizarse en una gran cuenta colectiva para comprar un documento histórico, como sucedió con ConstitutionDAO.

DApp
Aplicación descentralizada (decentralized application) que está construida sobre una red descentralizada, lo que la hace ser radicalmente diferente de las aplicaciones tradicionales que normalmente se ejecutan en servidores centrales. Una DApp combina un contrato inteligente y una interfaz de usuario.

Decentraland
Plataforma de realidad virtual en 3D que opera en la blockchain de Ethereum. Este ecosistema, que fue abierto al público en febrero de 2020, se distingue de otros porque todos los espacios (a excepción de carreteras y plazas) son parcelas. Forman un total de 90.000 y pueden ser compradas, vendidas y utilizadas para lo que sus usuarios quieran construir en ellas. 

DeFi
La palabra viene de Decentralized Finance, finanzas descentralizadas en inglés, y es un ecosistema de smart contracts y aplicaciones descentralizadas que tienen como objetivo construir una serie de servicios financieros apoyados sobre la tecnología blockchain.

Edge computing 
Una de las tecnologías en las que se basa la web3, la computación de borde. El salto hacia la web3 tiende a llevar los datos hacia los nodos ubicados en el borde, más cerca de los usuarios, como contraste y suplemento de los grandes centros de datos. Una multitud de recursos computacionales potentes se encuentra presente en teléfonos, ordenadores, electrodomésticos, sensores y vehículos.

En redes descentralizadas basadas en blockchain no existe la idea de servidor: cada nodo tiene capacidad de almacenar y publicar contenido. De forma similar a las redes P2P, ponemos a disposición de la red una cierta información, que en este caso se registra en una blockchain, que es la que hace de guía para los demás cuando alguien quiere encontrar un objeto. 

Ethereum
Plataforma de software distribuida pública, de código abierto y basada en blockchain. Es una red completa, con su propio lenguaje de codificación y sistema de pago, que permite a los usuarios crear aplicaciones descentralizadas. El sistema global consiste en los nodos, que son voluntarios, que descargan y mantienen la cadena de bloques y hacen cumplir las reglas de consenso del sistema. También interpretan los smart contracts o contratos inteligentes, diseñados para cumplir acciones específicas en la red. Esta red también utiliza un token de criptomoneda que se denomina “Ether”. 

gm
Abreviatura de “good morning” (buenos días en inglés), adoptada como saludo propio de los entusiastas del mundo cripto en Twitter.  

Meta
Nuevo nombre de Facebook y también su nuevo foco: invertir y trabajar para el metaverso. El anuncio fue efectivo: la noticia hizo que muchos, al oír este concepto por primera vez, lo asocien a la compañía de Mark Zuckerberg. 

Inteligencia artificial (IA)
Algoritmos y procesos computacionales que tienen el objetivo de crear sistemas que puedan funcionar de forma inteligente y autónoma, en base a ciertos objetivos. Se llama así a la inteligencia demostrada por máquinas, a diferencia de la de los humanos, aunque no hay una definición consensuada de inteligencia aún. Es una de las tecnologías que está impulsando la web3, ya que la eficacia de sus algoritmos de procesamiento de lenguaje natural y de aprendizaje nos han llevado a una web donde las máquinas efectivamente ya ‘entienden’. 

Interoperabilidad 
Uno de los atributos centrales del metaverso, aunque no hay consenso en el grado de interoperabilidad que requiere el metaverso para serlo. Aunque hay experiencias de interoperabilidad entre servicios y plataformas, por ejemplo una criptomoneda o un criptoactivo es de quien lo posee y puede llevárselo consigo, esta interoperabilidad no es extensiva y se puede decir que el Metaverso como tal aún no existe. La interoperabilidad del metaverso no tiene precedentes, y opera en torno a datos, valores digitales, identidad, o contenido, haciendo que estos sean válidos en diferentes esferas o plataformas. 

Metaverso
Realidad virtual extendida en la que los usuarios interactúan en tiempo real, sincrónico, y persistente, con una economía propia que hace que los bienes y servicios virtuales tengan valor económico real más allá de sus fronteras. No hay una definición estandarizada del metaverso aún, y se habla de metaversos o experiencias de metaverso. 

Una de las descripciones más conocidas es la que ha hecho Matthew Ball: “El metaverso es una red masiva e interoperable de mundos virtuales 3D, renderizados en tiempo real, que pueden ser experimentados de forma sincrónica y persistente por un número efectivamente ilimitado de usuarios, y con continuidad de datos, como identidad, historial, derechos, objetos, comunicaciones y pagos”. 

NFT (Non Fungible Tokens)
Certificado digital de autenticidad de archivos digitales. Básicamente es una unidad de datos, escrita en un registro descentralizado público (una blockchain, como Ethereum), en donde cada creador ha definido qué representa y qué derechos confiere. Los NFTs están escritos con software (llamado smart contracts) que ejecuta acciones como las de verificar la propiedad y manejar la transferencia. 

Como los accesorios, las vestimentas, skins u otros atributos personalizados de los personajes en un videojuego, tienen valor, se compran y venden también en metaversos y se consideran criptoactivos. Son finitos y han sido diseñados para tener propiedades únicas y ser digitalmente verificables. 

POAP
Protocolo de Prueba de Asistencia (Proof of Attendance Protocol), es un certificado digital en formato NFT que sirve para demostrar la asistencia a un evento en el metaverso o en el mundo real. 

Smart contracts
Contratos inteligentes. Son instrucciones escritas dentro de los bloques de una blockchain, software que facilita, asegura, hace cumplir y ejecuta acuerdos registrados entre dos o más partes. Posibilitan el funcionamiento de las DAOs, al gestionar reglas sin una autoridad central.

Token
Representación digital de valor o derechos que se puede transferir y almacenar electrónicamente, mediante la tecnología de registro descentralizado (distribuido) o una tecnología similar

Wallet o cartera digital 
También llamado monedero, es el software que guarda tus criptomonedas, tus direcciones bitcoin y claves privadas. Una criptocartera, como Metamask por ejemplo, se conecta automáticamente a través de una extensión en tu navegador. Si quisieras leer la revista TIME, en la web tendrías todos los artículos a tu disposición y la ventaja de comprar la suscripción de TIME como NFT es que podría revalorizarse y puedes ganar dinero con ella en un futuro. Además todo el proceso es totalmente anónimo. 

Wagmi
Acrónimo de “we’re all gonna make it”, todos vamos a conseguirlo en inglés, una frase entusiasta utilizada a menudo en círculos cripto o en la comunidad NFT en general. Se utiliza para expresar optimismo en relación a buenas noticias que se cree que llevarán a resultados exitosos para toda la comunidad cripto.

Imagen: Concepto

Fuente: Newtral

martes, 28 de diciembre de 2021

¿Y si en estas fiestas probamos la desintoxicación digital?


No es sorprendente que muchos hayamos sufrido una sobrecarga digital durante la pandemia, y cuidar nuestro “bienestar digital” se convirtió en un tema común. Las redes sociales, las compras online, las reservas e incluso las tareas necesarias, como pagar las facturas, significan que la tecnología invadió todos los aspectos de nuestras vidas.

Ya sea estudiando en casa o trabajando desde casa, nuestros teléfonos móviles nunca estuvieron lejos nuestro. Incluso adoptamos la tecnología de comunicación por video para mantenernos en contacto con amigos y seres queridos, ya sea que vivan localmente o a miles de kilómetros de distancia.

Para ser francos, puede ser muy difícil imaginar cómo podemos simplemente cortarlo. Y la presión constante de estar siempre disponible y responder de inmediato puede ser abrumadora.

Pero, con la llegada de las fiestas, es posible que estés planeando tomar un descanso del trabajo y tal vez incluso irte de vacaciones. Entonces, ¿por qué no aprovechar la oportunidad para tomar un descanso de la tecnología y probar una desintoxicación digital?

En nuestro nuevo trabajo, investigamos diferentes formas de reducir el uso de tecnología durante las vacaciones. Esto es lo que descubrimos.

1. Ciérralo

Con mucho, la forma más eficiente de aprovechar al máximo la experiencia es bloquear tu teléfono, computadora portátil y tabletas. Por supuesto, tienes la opción de activar el modo "no molestar" o desactivar selectivamente las notificaciones en algunas aplicaciones. Sin embargo, es una gran tarea desactivar las notificaciones para ciertos grupos de aplicaciones, y con el teléfono todavía en el bolsillo, siempre hay una excusa para consultar Facebook o Instagram, responder a un correo electrónico o subir una foto. Este enfoque significa que aún puedes desplazarte por tu teléfono, y la memoria muscular significa que puedes abrir aplicaciones sin siquiera darte cuenta.

Podrías considerar limitar el tiempo de uso de su teléfono. Por ejemplo, una hora por la mañana y una hora por la tarde. Pero nuestro estudio descubrió que pronto pasarías mucho más tiempo sin darte cuenta y encontrarías más excusas para estar en línea.

Por lo tanto, la mejor solución es irte de golpe y guardar el teléfono en una caja o esconderlo en algún lugar. Esto elimina los desafíos de desactivar las notificaciones o limitar el tiempo de tu teléfono.

Al principio puede resultar un poco abrumador. Pero después de un tiempo comenzarás a sentir los beneficios y, con suerte, te sentirás más liberado, más libre o como si te hubieran quitado un peso de encima. Incluso puedes descubrir que deseas permanecer desconectado por más tiempo.

2. No olvides planificar

Es muy difícil no relajarse en el campo. Allí, no necesitas preocuparte por navegar por las calles de la ciudad y la abrumadora infraestructura digitalizada de las ciudades (como aplicaciones para reservar restaurantes, boletos de cine y transporte público). Entonces, si puedes escapar, hará que la desintoxicación se sienta mucho más natural.

Pero la planificación previa es fundamental. Enciende su mensaje de fuera de la oficina, informa a tus colegas, clientes y jefe que estás ausente. Informa a tus seres queridos y amigos para que no se estresen porque intentan comunicarse contigo.

También debes imprimir confirmaciones de reserva y boletos de tren, avión y otros viajes, y obtener un mapa de papel para que puedas dejar tus dispositivos digitales. Si la preparación te resulta demasiado complicada, puedes reservar tu experiencia con un proveedor de vacaciones de desintoxicación digital que te ayudará con la planificación y el ajuste para una semana o dos sin sobrecarga sensorial.

3. Encuentra los aspectos positivos

Como la tecnología se considera "predeterminada" en nuestras vidas, es posible que experimentes algunas dificultades para desconectarte de golpe de un mundo en el que estamos conectados las 24 horas del día, los siete días de la semana.

Al principio, desconectarte puede generar algunos desafíos emocionales considerables, como sentirte estresado, ansioso o frustrado.

Te sugerimos que intentes volver a enmarcar las luchas en tu mente como positivas, al considerar las experiencias como recompensas en lugar de castigos. Por ejemplo, no poder usar aplicaciones digitales o sitios web para navegar y encontrar restaurantes altamente calificados puede ser frustrante, pero también puede crear una sensación de emoción al tener la oportunidad de explorar lo desconocido, experimentar encuentros inesperados o dominar nuevos habilidades en el uso de mapas de papel y tal vez incluso una brújula. Puedes encontrar gemas ocultas o más oportunidades para hablar con los lugareños.

Sí, no podrás compartir tu experiencia instantáneamente en las redes sociales, pero tendrás más tiempo de calidad con tus compañeros en lugar de verificar los me gusta y responder a los comentarios en tus publicaciones.

La experiencia de desintoxicación digital abre oportunidades para volver a conectarte con los recuerdos nostálgicos de la infancia, olvidados hace mucho tiempo, y en los viejos tiempos, en los que probablemente no hayas pensado durante mucho tiempo. A veces, tararear una vieja melodía o simplemente jugar a algunos juegos de la infancia puede ser suficiente para regresar.

4. Reflexión

El consejo más importante es reflexionar sobre la experiencia de desintoxicación digital. Todos tienen su propia relación única con la tecnología, y tú te beneficiarías enormemente de encontrar la mejor manera de lograr una relación más saludable con ella. Intenta utilizar la experiencia como una oportunidad para reflexionar sobre cómo te hace sentir la desintoxicación digital y qué te gustaría hacer después de regresar al ajetreado mundo conectado para evitar que la sobrecarga digital vuelva a establecerse.

Fuente: Antropología Urbana

lunes, 27 de diciembre de 2021

¿Qué sabes sobre la encontrabilidad de la información digital?


La encontrabilidad, o findability es uno de los seis atributos de calidad digital que integran el Panal de Morville de la Experiencia de Usuario y significa que una información -un contenido o un recurso- pueda ser fácilmente localizada por la persona que la necesita. La tarea del profesional de información consiste entonces en optimizar ese recurso para que cumpla adecuadamente esa función.

Sin duda ya habrás advertido que, en el proceso de optimizar la encontrabilidad de un recurso deberíamos transitar las dos fases:
  • Encontrabilidad externa: posibilita que en la Web las personas encuentren mejor el producto o servicio que le ofrecemos
  • Encontrabilidad interna: posibilita que dentro de ese producto o servicio, los usuarios y usuarias encuentren rápidamente la información que necesitan
Dado que la encontrabilidad se relaciona con la Accesibilidad y la Usabilidad, muchas de sus buenas prácticas también aplican aquí. A continuación, algunas de ellas que podremos aplicar por nosotras y nosotros mismos o bien, sugerir al equipo informático de la institución:

Buenas prácticas para optimizar la encontrabilidad externa
  • Diseñar para poder ser accedido y utilizado en múltiples dispositivos y plataformas (diseño líquido y diseño responsive o diseño adaptativo)
  • Respetar las directrices del W3C. Utilizar hojas de estilo CSS y formatos estándares
  • Si nuestra página o servicio está alojada o se relaciona con la web institucional, solicitar que sea enlazada en la página de inicio
  • Que ese enlace en la página de inicio tenga un texto de anclaje en lenguaje del usuario y funcione adecuadamente
  • Tratar que cada recurso que aloja nuestra web tenga una dirección URL independiente con términos descriptivos y en lenguaje del usuario
  • Optimizar el posicionamiento en buscadores (SEO)
  • Si las políticas institucionales lo habilitan, difundir el producto o servicio en las redes sociales más utilizadas por los usuarios 
  • Actualizar con frecuencia con contenido fresco y adecuado
Buenas prácticas para optimizar la encontrabilidad interna
  • Mantener una buena arquitectura de información que oriente en todo momento al usuario. Por ejemplo: menús migas de pan, mapa de sitio, mensajes de recepción, éxito, error …
  • Etiquetar, jerarquizar y organizar el contenido según las preferencias, características, percepciones y costumbres del usuario.
  • Dividir el contenido en bloques manejables, utilizar viñetas y listas numeradas. Resaltar las palabras clave con negrita
  • Mantener consistencia en la estructura del contenido. Por ejemplo en los fonts, colores, lenguaje, botones, etiquetado, términos, textos de anclajes)
  • Utilizar el lenguaje del usuario en el contenido. Por ejemplo: etiquetas de los recursos, URL, formularios, textos de anclajes, botones…
  • Utilizar formatos estándares
  • En todo momento, priorizar la simpleza e intuición
En síntesis, para diseñar contenidos fáciles de encontrar se trata sobre todo de:
  • Conocer a las personas destinatarias 
  • Organizar y jerarquizar el contenido según las necesidades y preferencias de las personas destinatarias
  • Mantener orientadas a las personas destinatarias; marcarles el camino a los contenidos más importantes y necesarios
  • Optimizar la Accesibilidad, la Usabilidad y la difusión del recurso en general
  • O sea, conducir al usuario hacia el recurso o a la información que necesita

Fuente: Información y Tecnologías

La Royal Photographic Society digitaliza su revista desde 1853 hasta 2018


El primer procedimiento fotográfico o heliográfico fue inventado por Niépce hacia 1824. Las imágenes eran obtenidas con betún de Judea, extendido sobre una placa de plata, luego de un tiempo de exposición de varios días. Las sociedades fotográficas empezaron a proliferar en 1839, al poco tiempo de empezar a desarrollarse la fotografía. La más antigua de todas es la Royal Photography Society. Se formó el 20 de enero de 1853 y el 3 de marzo de aquel año empezó a publicar su boletín. A partir de ahora, desde aquel primer número hasta el último de 2018 podremos consultarlo de forma gratuita en internet.

La Royal Photographic Society Journal es la publicación periódica fotográfica más antigua del mundo. El primer número apareció el 3 de marzo de 1853 y se ha publicado desde entonces con ligeros cambios en su frecuencia y formato.

Ahora tenemos a nuestro alcance toda la historia de la fotografía británica, y una parte muy importante de la historia de la fotografía mundial.

Es la forma perfecta de ver la evolución de un arte, desde el elitismo de los primeros años hasta un mundo digital 100%. Lo mejor de todo es que podemos estudiar tendencias, formas de mirar y percibir cómo cambia la sociedad a lo largo de tres siglos. Desde luego un tesoro al alcance de todos nosotros.

Fuente: El Mercurio Salmantino

domingo, 26 de diciembre de 2021

Desarrollan un microchip subcutáneo que funciona como un pasaporte de vacunación de COVID-19


El pasaporte de vacunación de COVID-19, también conocido directamente como pasaporte sanitario, ya es algo que forma parte de nuestra vida cotidiana, prácticamente. Diferentes aplicaciones del teléfonos inteligentes muestran el estado de vacunación de cada persona que lo posee. Sin embargo, esta tecnología pueda fallar, ya sea por falta de conexión, falta de batería o espacio, entre otras, y frente a eso hay una posible solución: una compañía diseñó un microchip que se implanta debajo de la piel y contiene la información personal en relación al coronavirus.

Esta pieza tecnológica ha sido desarrollada por una compañía sueca, tiene un tamaño de dos milímetros por 16 y se puede insertar bajo la piel para poder ser escaneado en cualquier momento. Según explicó la agencia de noticias AFP, el director de la compañía que lo diseñó, Hannes Sjoblad, recibió este implante y mostró cómo funciona haciendo una demostración en la cuál al escanear el chip aparecía un PDF que contenía los detalles de su certificado digital de COVID de la Unión Europea.

La información que puede mostrar este chip es si la persona que lo porta ha sido vacunada contra el COVID-19, o si se ha realizado una prueba de coronavirus y el resultado ha sido negativo.

Según explicó Sjoblad, «Esto significa que siempre es accesible para mi o para cualquier otra persona, en realidad, que me quiera leer. Por ejemplo, si voy al cine o voy a un centro comercial, entonces las personas van a poder chequear mi estado incluso si no tengo mi teléfono«. Además, el director de la compañía también explicó que no hay que tenerles ningún miedo a estos dispositivos ya que «no pueden transmitir una señal por sí mismos», sino que solo se activan cuando se los escanea.

El costo que tiene este implante es de 100 euros, según explicó AFP, y no es necesario sacarlos para actualizarlos una vez que están colocados. Sino que los usuarios pueden cargar su información a través de una aplicación. De acuerdo a la explicación que brindó Sjoblad al sitio de noticias Insider, es posible sumar nueva información todo el tiempo, «ayer fue mi LinkedIn, hoy mi certificado de COVID, mañana podría ser algo más», dijo.

Fuente: Intriper

sábado, 25 de diciembre de 2021

La oferta de trabajo en Harvard de la que nadie oyó hablar


Nidhi Razdan ya estaba lista para emprender su viaje a la Universidad de Harvard y comenzar un nuevo trabajo y una nueva vida cuando recibió un desconcertante correo electrónico.

Razdan, una famosa presentadora de noticias india en la cumbre de su carrera, creía que pronto empezaría a dar clases en Harvard, lo cual representaba el boleto soñado para salir del ambiente tóxico y casi insoportable de los medios de comunicación de su país.

Ya le había dicho a todo el mundo que dejaría la industria periodística para irse a Estados Unidos, y había compartido con su nuevo empleador, de manera voluntaria, su información personal más importante: los datos de su pasaporte, su historial médico, los números de sus cuentas bancarias, todo.

Pero cuando abrió su teléfono, una madrugada de enero, leyó este mensaje escrito por un decano adjunto de Harvard:

“No hay constancia ni conocimiento de su nombre ni de su nombramiento”.

El correo terminaba diciendo: “Le deseo lo mejor para el futuro”.

Razdan se sintió mareada y con náuseas. Había tirado a la basura su prometedora carrera dentro del periodismo y cayó en un elaborado engaño por internet.

“No podía creerlo”, comentó Razdan.

El engaño que afectó a Razdan se aprovechó del prestigio de Harvard, de la confusión generada por la pandemia y de su poca experiencia en materia informática. Cuando dio a conocer lo que le había sucedido parecía un incidente desconcertante, pero aislado. Sin embargo, no lo era. Razdan fue una de varias periodistas y personalidades destacadas de los medios de comunicación indios que fueron víctimas, incluso después de que una de ellas alertó a la Universidad de Harvard y a la población sobre esta extraña maniobra cibernética.

Estos incidentes plantearon interrogantes de por qué —pese a tener la reputación de proteger al máximo su nombre— esta universidad no hizo nada para detener el engaño, ni siquiera cuando alertaron de manera explícita a las autoridades al respecto. También revelaron lo fácil que les resulta a los delincuentes ocultar su identidad en internet, un riesgo que probablemente aumentará a medida que siga mejorando la tecnología usada en los engaños cibernéticos.

Las personas —o persona— detrás del engaño eran infatigables. Crearon una constelación de perfiles interconectados en Twitter, Facebook, Gmail y WhatsApp para, durante meses, perseguir a las mujeres, una por una. A diferencia de los típicos estafadores de internet, estos, al parecer, no utilizaban la información personal que obtenían para robarles dinero ni extorsionar a las mujeres, su verdadero objetivo es un misterio.

Casi un año después, sigue sin saberse por qué Razdan y las demás mujeres fueron abordadas. Aunque los embaucadores manifestaban en internet su apoyo al movimiento nacionalista hindú en India, esto no decía mucho sobre su decisión de engañar a las reporteras.

Los perpetradores han cubierto muy bien sus huellas, al menos la mayor parte de ellas. The New York Times revisó los mensajes privados, correos electrónicos y metadatos que los embaucadores les enviaron a las mujeres, así como los archivos de tuits y fotografías que, según ellos, eran de su autoría y propiedad. El Times también se basó en los análisis de los investigadores de las universidades de Stanford y Toronto que estudian la violencia en internet, y de un experto en seguridad cibernética que revisó la computadora de Razdan.

La identidad de los malhechores sigue siendo secreta.

“No es nada parecido a lo que yo haya visto”, señaló Bill Marczak, investigador sénior en Citizen Lab, un instituto de la Universidad de Toronto que investiga los ataques cibernéticos a los periodistas. “Esto implica un esfuerzo enorme, pero no hemos detectado ningún beneficio”.

‘¿Le parece bien este hotel?’

Los embaucadores eligieron a sus presas una por una.

El primer objetivo conocido fue Rohini Singh, una periodista que habla sin tapujos y había realizado extensos reportajes que no les habían gustado a los hombres poderosos de India.

En 2017, Singh publicó un artículo muy leído sobre la fortuna de las empresas del hijo del actual ministro del Interior de India. Es colaboradora independiente de The Wire, una publicación en internet que está entre las más críticas del gobierno nacionalista hindú en India. También tiene más de 796.000 seguidores en Twitter.

A mediados de agosto de 2019, Singh recibió un mensaje en Twitter de alguien llamado Tauseef Ahmad, quien dijo ser un alumno de maestría en la Escuela Harvard Kennedy y originario de Lucknow, el pueblo natal de Singh. Estuvieron charlando sobre Lucknow y luego él la invitó a participar en una importante convención de medios de comunicación. La Universidad de Harvard se haría cargo de todos los gastos.

A Singh le interesó, pero le dio desconfianza cuando Ahmad la comunicó con un colega a quien presentó como Alex Hirschman, el cual le escribió el 19 de agosto desde una cuenta de Gmail y no desde la dirección oficial de correo electrónico Harvard.edu. Además de eso, ni Ahmad ni Hirschman tenían números telefónicos de Estados Unidos.

Luego, Hirschman y Ahmad le pidieron datos de su pasaporte y algunas fotografías, que serían usadas para la promoción del evento.

Singh suspendió la comunicación unos días después, convencida de que esa oportunidad era un engaño.

La siguiente víctima fue otra periodista, Zainab Sikander, quien es una prometedora comentarista que se pronuncia en contra de la discriminación hacia los musulmanes, un problema creciente en el gobierno nacionalista hindú, y que también ha escrito y publicado muchos comentarios críticos sobre el gobierno del primer ministro Narendra Modi.

El 22 de agosto de 2019, Sikander también recibió por Twitter un mensaje de Ahmad en el que la invitaba a participar en una importante convención mediática en la Universidad de Harvard. Era el mismo mensaje que se le había enviado a Singh, aunque ninguna de las dos sabía que habían abordado a la otra.

Sikander se sintió halagada e interesada y comenzó a charlar con Ahmad por WhatsApp, la aplicación de mensajería y llamadas. No le llamó la atención el hecho de que su número telefónico comenzara con la clave de los Emiratos Árabes Unidos, aunque él decía que estaba en el área de Boston. Pensó que tal vez era un estudiante extranjero con vínculos en Dubái. Recuerda su voz: joven, con acento del sur de Asia, que, según ella, parecía pakistaní.

Al igual que en el caso de Singh, Ahmad la comunicó con Hirschman. Lo que ella no sabía era que Hirschman y Ahmad probablemente eran perfiles falsos: en una búsqueda en el directorio de Harvard no se encontró ningún estudiante con esos nombres.

Sikander tampoco sabía que la cuenta de Ahmad en Twitter era uno de muchos perfiles falsos interconectados en línea. Ahmad y Hirschman parecían muy amigables: le hacían cumplidos y luego le enviaron la confirmación de los vuelos y hoteles que, según ellos, habían reservado.

“¿Le parece bien esta habitación y este hotel?”, decía uno de sus mensajes.

No obstante, algo le decía que tuviera cuidado. Cuando pidió que algún decano le enviara una invitación formal, el documento nunca llegó. Entonces, Sikander también finalizó la comunicación.

En ese momento, la India estaba dominada por una noticia sísmica: Cachemira. El gobierno indio había eliminado repentinamente la autonomía de la región de Cachemira, un territorio inquieto de mayoría musulmana que ha sido fuente de una interminable disputa entre India y Pakistán.

El gobierno indio se mostró muy sensible a las críticas sobre su medida. Cortó el servicio de internet en Cachemira y reprimió preventivamente a los críticos y a los potenciales críticos, metiendo a la cárcel a más de 2000 cachemires, incluidos los principales políticos de la región.

Sikander había escrito artículos y publicaciones en redes sociales críticos sobre la actuación del gobierno en Cachemira. Algunos analistas creen que es posible que los estafadores la contactaron por sus opiniones mordaces.

La próxima víctima fue otra periodista que trabajaba en una destacada publicación india y quien habló con el Times con la condición de que no se revelara su nombre. Cuando le dio desconfianza el número telefónico de los Emiratos Árabes Unidos del embaucador, de inmediato interrumpió su comunicación con él. Pero los malhechores no se rindieron. Para cuando se comunicaron con Nighat Abbass, vocera del partido gobernante de India, conocido por la sigla BJP, en noviembre de 2019, ya habían copiado las firmas de correo electrónico de algunos empleados auténticos de Harvard y descargado el membrete oficial del sitio web de la universidad.

Más o menos al mismo tiempo, abrieron una nueva cuenta de Twitter a nombre de Seema Singh, quien se identificaba como “programadora” y afirmaba estar en Bharat, otro nombre con el que se conoce a India y el cual prefieren los nacionalistas porque consideran que “India” es una palabra colonial. Ella enviaba mensajes sexualmente agresivos en los que etiquetaba a Sikander y a algunas de las otras mujeres víctimas del engaño.

“Te ves buenísima”, decía en un tuit. “¿Me puedo duchar contigo?”, decía en otro.

Posteriormente, Singh actualizó su perfil en el que afirmaba que era una empleada bisexual del Deutsche Bank y que vivía en Frankfurt, Alemania. (Un vocero del Deutsche Bank aseguró que no había ninguna empleada con ese nombre). Al parecer, conocía muy bien la política india y a menudo comentaba sobre la dura y acostumbrada división entre la mayoría hindú y la minoría musulmana en el país y denunciaba los vínculos personales que las mujeres víctimas del engaño tenían con Cachemira.

Abbass no se percató de los obscenos tuits de la cuenta de Singh. Por la emoción de su primer viaje a Estados Unidos, se dedicó a intercambiar correos electrónicos y mensajes con Ahmad.

No fue sino hasta que los estafadores le pidieron los datos de su pasaporte y otra información personal, que Abbass decidió corroborarlo de manera directa con una de los administradores de Harvard que estaba incluido en los correos electrónicos.

Esa administradora, Bailey Payne, coordinadora de programas en la oficina del vicerrector para asuntos internacionales de la universidad, respondió diciendo que era falsa la invitación oficial que supuestamente había enviado desde su dirección de correo electrónico Harvard.edu. Cuando Payne le preguntó a Abbass si estaba dispuesta a darles más información, Abbass cooperó con mucho gusto. Les envió un verdadero tesoro: el número telefónico de EAU, los correos electrónicos, las capturas de pantalla de los documentos falsos de la Universidad de Harvard y los registros de las reservaciones de hotel.

Sin embargo, no se sabe qué medidas tomó la universidad, si es que tomó alguna. Payne no respondió a nuestra solicitud de comentarios. Jason Newton, vocero de la institución, se rehusó a declarar sobre lo que hizo la universidad con la información proporcionada por Abbass.

Para cuando el hacker o los hackers se pusieron en contacto con Razdan ese mismo mes, a finales de noviembre de 2019, ya tenían mucha práctica.

Pero también estaban llamando la atención. Ese mismo mes, Abbass tuiteó un vehemente video en el que advertía a los demás de que tuvieran cuidado con Ahmad y la estafa. Y en diciembre de 2019, los usuarios de Twitter en India acusaron al perfil de Seema de fingir su identidad en línea. Respondió diciendo que era una funcionaria del Servicio de Policía de India y amenazó con presentar denuncias contra sus acusadores.

A pesar de las acusaciones, la cuenta con ese nombre publicaba regularmente fotos que decía que eran de ella. No está claro si las fotos eran realmente de ella o si eran robadas, ya que la búsqueda inversa de imágenes no dio resultados.

‘Nuestra número 1’

Razdan, de 44 años, era una de las periodistas indias más destacadas de su generación.

A lo largo de una carrera de más de 20 años, ha cubierto las historias más importantes de India, a medida que el país se transformaba en una potencia económica. Era educada pero intrépida, la presentadora del programa de noticias de las 9 de la NDTV, uno de los canales de noticias independientes más importantes de la India, un rostro familiar en una nación de 1400 millones de personas.

“Era nuestra número 1”, dijo su antiguo jefe, Prannoy Roy, fundador de NDTV.

Pero en 2019 estaba agotada.

“Fue un año de locura”, dijo Razdan, citando la cadena de enormes noticias que se dieron a conocer, desde un conflicto entre India y Pakistán y las elecciones nacionales hasta la profunda reorganización de Cachemira. “Estaba mental y físicamente agotada”.

También fue trolleada sin piedad por la derecha india, como muchos periodistas independientes, y se dijo a sí misma: “Si no pruebo algo nuevo ahora, nunca lo haré”.

Fue como si los estafadores le leyeran la mente.

El primer correo electrónico llegó el 14 de noviembre de 2019, de una estudiante que sonaba seria —Melissa Reeve— invitándola a un seminario de medios de comunicación de Harvard. Luego le presentaron, por correo electrónico, a otro estudiante, Tauseef Ahmad. Cuando este le dijo que podría haber un puesto de trabajo en periodismo en Harvard, Razdan dejó que sus esperanzas se dispararan.

“Pensé que sería la apertura a un nuevo mundo”, dijo.

Lo siguiente que supo Razdan fue que estaba entrevistándose con alguien que decía ser Bharat Anand, el nombre de un verdadero vicerrector de Harvard. Sin embargo, nunca lo vio. La entrevista fue por teléfono.

“Aquí es donde siento que realmente metí la pata”, dijo. “Debería haber insistido en que fuera una videollamada”.

Los estafadores tomaron medidas más audaces para hacerse pasar por Harvard. Compraron un sitio web de GoDaddy, HarvardCareer.com, en enero de 2020 y configuraron un servidor de correo electrónico de Microsoft que pronto les permitiría enviar mensajes con el nombre de Harvard. A diferencia de los anteriores propietarios del dominio, optaron por una protección de la privacidad que ocultó sus nombres de los registros públicos de propietarios de sitios web.

A continuación se le pidieron referencias. Cada una de las personas que Razdan reclutó recibió un correo electrónico de aspecto oficial de HarvardCareer.com con un enlace web para subir una recomendación.
“Había un precioso escudo de Harvard”, recordó. “No tuve la menor duda”.

Harvard dice que protege ferozmente su marca, empleando software para detectar nuevos sitios web que infrinjan su marca, pero Newton, portavoz de la universidad, declinó decir si había detectado HarvardCareer.com. Los estafadores siguieron utilizándolo para enviar correos electrónicos, aprovechando la reputación de Harvard. También copiaron documentos de empleo del sitio web oficial de Harvard y los emplearon como material para avanzar en la estafa.

En febrero de 2020, justo antes de que la COVID-19 explotara en todo el mundo, a Razdan le dijeron que el trabajo era suyo. Pagaba 151.000 dólares al año, mucho más de lo que ganaba en NDTV. Recibió un extenso contrato que incluía desde cláusulas de arbitraje hasta detalles sobre el seguro dental. Incluso le enviaron información sobre cómo su nuevo carné de profesora de Harvard le permitiría obtener descuentos en los museos de la zona de Boston. Apenas podía contener su emoción. En junio de 2020, anunció al mundo, a través de Twitter:

“Voy a cambiar de dirección y seguir adelante. A fines de este año, empiezo como profesora asociada enseñando periodismo en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Harvard”.

Las felicitaciones llegaron a raudales, de parte de algunos de los nombres más importantes de la India, difundiendo la noticia aún más. Shashi Tharoor, un ilustrado político de la oposición con millones de seguidores en Twitter, lamentó: “Te echaré de menos, @Nidhi”.

Nadie en Harvard —que cuenta con muchos estudiantes y profesores de India o que siguen de cerca al país— pareció atar cabos: que Nidhi Razdan, la famosa periodista, estaba anunciando que tenía un puesto de trabajo en Harvard cuando no lo había.

‘Mi orgullo’

Se suponía que las clases en línea iban a empezar en septiembre. A Razdan le enviaron un fajo de formularios, todos con el membrete de Harvard, para su solicitud de visa, pagos de salario y seguro médico. Los documentos fueron robados del sitio web de la universidad, donde estaban a disposición del público.

Justo antes del inicio programado del ciclo escolar, Razdan recibió un correo electrónico que le informaba que se había postergado debido a la COVID-19. Los embaucadores usaron la pandemia muchas veces como excusa para justificar retrasos o errores.

También le pidieron que instalara Team Viewer, un programa de software que permite que las computadoras se conecten entre sí. Team Viewer les permitió a los malhechores acceder a los archivos de su computadora portátil, pero Razdan no lo sabía. Con la intención de ayudar al proceso, descargó el programa.

Los embaucadores aprovecharon el entusiasmo de Razdan por conectar con miembros del profesorado. En varias ocasiones, la invitaron a hacer una videollamada con Emma Dench, una decana real de la Universidad de Harvard.

Sin embargo, las llamadas eran canceladas en el último minuto, una y otra vez, con excusas cada vez más fantásticas. En una ocasión, le dijeron que la decana había tenido que salir de prisa para atender un suicidio entre el personal académico.

Para diciembre, Razdan comenzó a molestarse con lo que percibió como una falta de seriedad. También estaba un poco fastidiada por el hecho de que no le habían pagado todavía. Se comunicó con el personal del Departamento de Recursos Humanos de la Universidad de Harvard. No le respondieron. Entonces, envió un correo electrónico directo a la oficina de Dench, preguntando sobre las videollamadas canceladas.

La asistente de Dench respondió para aclarar que Razdan jamás había figurado en la agenda de la decana.

Luego, le preguntó: “¿Con quién estuviste en contacto?”.

Razdan mandó una avalancha de correspondencia, incluido su contrato firmado.

A estas alturas, narró, sabía que algo andaba mal, pero aún no tenía idea de que la habían engañado.

“Creía que todo se debía a problemas burocráticos, o retrasos relacionados con la pandemia”, admitió.

Entonces recibió el estremecedor correo electrónico en mitad de la noche. Y no pudo volver a dormir.

Recurrió a Jiten Jain, director de una firma de ciberseguridad en India llamada Voyager Infosec, para realizar un análisis forense de su computadora portátil y sus dispositivos electrónicos. Jain, que compartió sus hallazgos con The New York Times, dijo que lo más probable era que la cuenta de correo electrónico de Razdan había sido hackeada. Peor aún, Jain encontró residuos de un archivo sospechoso de instalación en su computadora, un indicio de que tal vez se instaló un programa maligno.

Razdan sacó la situación a la luz pública, pues declaró en Twitter y en un artículo confesional publicado en el sitio web de NDTV que había sido víctima de fraude. Su revelación suscitó especulaciones sobre quién pudo haber orquestado el ataque. Otras víctimas del timo creían que quizá había sido obra de un gobierno extranjero, o incluso el de su propio país.

“Ningún otro país invertiría tanto en avergonzar a los periodistas indios”, afirmó Rohini Singh, la primera reportera que intentaron entrampar los embaucadores. “Este gobierno sí lo hace”. Singh señaló su experiencia previa como víctima de un programa maligno que se creía con bastante certeza que había sido adquirido por el gobierno indio como evidencia de su disposición a manipular a la prensa. Los funcionarios del gobierno, incluso del Ministerio del Interior, no respondieron a las solicitudes de ofrecer comentarios.

Jain creía que tal vez hubo participación de gobiernos extranjeros. El archivo sospechoso que descubrió en la computadora de Razdan contenía una dirección IP que alguna vez estuvo vinculada con un grupo de piratería informática que se creía que estaba asociado con la inteligencia pakistaní.

Jain también halló varios sitios web sospechosos que pretendían ser páginas de bolsas de trabajo para otras instituciones de la Ivy League, pero estaban registrados en China, lo cual le llevó a suponer que el engaño dirigido a Razdan era parte de un operativo más amplio.

“Después de revisar toda la evidencia y el análisis técnico de los dispositivos, al parecer se trata de un grupo sofisticado de actores que están montando una campaña de vigilancia dirigida”, declaró Jain.

Sin embargo, las empresas tecnológicas cuyas plataformas fueron usurpadas afirmaron que las agencias gubernamentales no habían estado involucradas.

En enero, Twitter suspendió las cuentas de Ahmad y Seema Singh, así como otras cuatro que la empresa declaró que estaban relacionadas con estas. La empresa dijo que no podía identificar las otras cuentas en público porque no comparte los datos de usuarios, a menos que logre determinar que los usuarios fueron partícipes de una campaña respaldada por un Estado.

“Suspendimos de manera permanente seis cuentas identificadas como falsas conforme a la política de manipulación y contenido no deseado de nuestra plataforma. No hubo indicios de que las cuentas estuvieran respaldadas por un Estado”, afirmó una vocera.

Una vocera de Facebook declaró que las cuentas que abrieron los malhechores se habían suspendido. Facebook tampoco encontró evidencia de que esto se tratara de una campaña respaldada por un Estado. Un portavoz de Microsoft sostuvo que el servidor de correo electrónico que usaron los embaucadores se había adquirido mediante GoDaddy y que, por lo tanto, no había detalles de pago que pudieran revelar la identidad del titular del servidor de correo electrónico. GoDaddy tampoco accedió a compartir la identidad del cliente.

“Respetamos el servicio al cliente con mucha seriedad y no hablamos sobre los detalles de las cuentas de nuestros clientes, a menos que haya una orden judicial de por medio”, indicó Dan Race, portavoz de GoDaddy.

Surgió otra teoría: tal vez las mujeres fueron víctimas de un individuo, alguien que comparte la ideología del partido nacionalista hindú que está en el poder en India y estaba dispuesto a tomarse muchas molestias para humillar a los críticos de la intervención gubernamental en Cachemira y aquellos que se pronunciaban contra la división entre hindúes y musulmanes. En Twitter, la cuenta que los estafadores abrieron con el nombre de Singh, que era como un alter ego de la cuenta más moderada de Ahmad, con frecuencia vociferaba sobre estos temas.

Miles McCain, investigador del Observatorio de Internet de la Universidad de Stanford, un centro de políticas enfocado en los abusos de internet, analizó los mensajes y descubrió que las direcciones de Gmail de Hirschman y Ahmad estaban conectadas a un teléfono celular Samsung Galaxy S8. Ese pequeño detalle podría minar las teorías de que las mujeres fueron víctimas de un grupo de personas, señaló McCain, podría ser un indicio de que un solo individuo administraba ambas cuentas desde el celular.

Una vocera de Google se rehusó a ofrecer comentarios sobre las cuentas específicas de Gmail. “Cuando detectamos que un usuario es blanco de un ataque respaldado por un gobierno, le enviamos una advertencia visible para alertarle que está en riesgo”, explicó.

Un análisis de los correos electrónicos de los embaucadores realizado por Citizen Lab reveló que los mensajes fueron enviados desde direcciones web en Emiratos Árabes Unidos, no desde Boston, una pista que parecía encajar con el número telefónico de EAU que usó Ahmad.

No obstante, las direcciones IP y los hallazgos de Jain plantearon más preguntas: ¿los malhechores estaban operando desde Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, China o desde el interior de India? Curiosamente, los correos electrónicos no contenían las llamadas ligas para “phishing” (técnica de ciberdelincuencia que manipula a las víctimas para que revelen información personal confidencial), lo cual podría develar más sobre cómo se obtuvo la información de las periodistas y quién estuvo detrás de las intrusiones.

Después de saber que había sido engañada, Razdan se retiró de la vista pública. Perdió peso. Evitó a sus amigos. Recurrió a la policía india, que ha iniciado su propia investigación, pero no ha hecho público ningún resultado.

Al igual que Abbass, instó a Harvard a que investigara, enviando un correo electrónico a la universidad en el que decía: “Alguien o un grupo de personas se han hecho pasar por altos funcionarios de Harvard y han falsificado sus firmas, y deben ser llevados ante la justicia”.

Dice que Harvard nunca le respondió.

En los últimos meses, Razdan ha comenzado a reconstruir su vida discretamente. Encontró un empleo como profesora de políticas públicas en una universidad de India y escribe una columna semanal para Gulf News, un periódico de alto perfil en Medio Oriente.

Sin embargo, pasa mucho tiempo sola, oscilando entre sentimientos de furia, remordimiento y vergüenza.

Y sigue haciéndose la misma pregunta: “¿Cómo pude ser tan tonta?”.

Fuente: NYT

viernes, 24 de diciembre de 2021

FAO lanza un nuevo espacio digital para promover la innovación global en la agricultura familiar


Una nueva plataforma global de intercambio de conocimientos en agricultura familiar, que potenciará la innovación y el trabajo conjunto entre las distintas regiones del planeta, fue presentada hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La Plataforma Técnica Regional de la Agricultura Familiar es una red que agrupa las experiencias más exitosas, el saber técnico y las últimas innovaciones para que sean compartidas a lo largo de todo el mundo. La Plataforma está a disposición de los gobiernos, las organizaciones de la agricultura familiar, la comunidad científica y académica, y el sector privado.

Funciona como un mecanismo digital de difusión de conocimiento, contará con un centro de convenciones virtual, y ofrecerá espacios y herramientas digitales para llevar a cabo iniciativas conjuntas como cursos de capacitación, comunidades de aprendizaje, reuniones y eventos.

La Plataforma Técnica Regional de la Agricultura Familiar cuenta con un repositorio de publicaciones, información sobre eventos, centro de noticias, y datos estadísticos sobre la agricultura familiar a nivel regional y de los países.

“Esta Plataforma Técnica nos permitirá pensar en grande, pero también facilitar acciones concretas para que la agricultura familiar pueda prosperar y hacer contribuciones importantes.”, dijo el Director General de la FAO, QU Dongyu, durante el acto de lanzamiento global.

El lanzamiento contó con la presencia del Ministro Agricultura y Ganadería Costa Rica, Renato Alvarado, y el Economista en jefe de la FAO, Máximo Torero.

Participaron también organizaciones de agricultores familiares de todas las regiones del mundo, y los representantes regionales de la FAO de América Latina y el Caribe (Julio Berdegué), África (Abebe Haile-Gabriel), Asía y el Pacífico (Jong-Jin Kim) Europa y Asia Central (Vladimir Olegovich) y de Oriente Próximo y África del Norte (Abdul Hakim Elwaer)

La Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe está encargada de la implementación de la Plataforma Técnica Regional de la Agricultura Familiar, debido a la larga trayectoria que posee la región en políticas públicas, instrumentos y apoyo a la agricultura familiar.

Innovación para la transformar los sistemas agroalimentarios

La Plataforma Técnica Regional de la Agricultura Familiar es parte de cinco plataformas técnicas regionales que la FAO ha creado para avanzar hacia sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, y que en conjunta buscan impulsar una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás.

Esta plataforma busca enfrentar los nuevos desafíos y las oportunidades que surgen debido a las nuevas tecnologías digitales, el cambio climático, las nuevas demandas alimenticias y el cambio demográfico.
La FAO cree que superar los desafíos actuales requiere una respuesta coordinada y conjunta. La plataforma recién lanzada será un aporte concreto para estimular el intercambio de conocimiento y la innovación entre las diversas instituciones y regiones del planeta.

Fuente: FAO

jueves, 23 de diciembre de 2021

Apertura y tecnología, el modelo de Taiwán


Una vez más Taiwán da el ejemplo, esta vez en torno a las formas en que la tecnología puede fortalecer la democracia y dar poder a la gente. 

Audrey Tang, la ministra digital de la República China (Taiwán), participó en la primera Cumbre por la Democracia, iniciativa del presidente de EE.UU, Joe Biden. En este foro, que convocó a líderes a discutir los desafíos que enfrentan las democracias en el siglo XXI, la autoridad taiwanesa se destacó al compartir la experiencia de Taiwán en materia de democracia digital como solución para contrarrestar el autoritarismo y afirmar los valores democráticos.

La ministra Tang, quien ocupa el cargo desde 2016, es una de las personalidades más atractivas del mundo del software libre y una de las figuras políticas más interesantes del gobierno de la presidenta Tsai Ing-wen. Reconocida como “la hacker genio”, Tang y su equipo fueron piezas clave en la batalla contra el COVID-19; de hecho, hace pocos días el semanario inglés The Economist publicó un artículo donde la ministra relata cómo su país logró una efectiva cooperación entre los ciudadanos, las empresas y el gobierno, aprovechando incluso la crisis provocada por la pandemia. 

A casi dos años de estar viviendo un mundo golpeado por incertidumbre, ansiedad e información a medias alrededor del virus y sus consecuencias, Taiwán no dejó de ser referente de calma y buenas prácticas al haber puesto en marcha su modelo de colaboración constante y su sólida infraestructura digital. Por ejemplo, cuando Taiwán se enfrentó a su primera ola de infecciones por COVID-19, la comunidad g0v, un grupo de "hackers cívicos", entró en acción; estos expertos en tecnología trabajaron intensamente en mejorar los sistemas de registro, y fue de este modo en que dieron el salto a utilizar rápidamente un nuevo sistema que permitió rastrear de manera rápida y eficiente a los contactos de posibles infectados, sin poner en riesgo la privacidad de datos personales. “Trabajamos con las cinco principales empresas de telecomunicaciones de Taiwán para desarrollar 1922 sms. Al escanear un código QR con la cámara de un teléfono inteligente y enviar un mensaje de texto se crean y almacenan registros sin necesidad de una aplicación. Cuando sea necesario, los rastreadores de contactos pueden recuperar datos del sistema para un rastreo rápido y efectivo” explicó Audrey Tang, remarcando que este sistema –que por cierto luego se replicó en algunos países de América Latina– se creó en tan solo una semana, lo que no habría sido posible sin la asociación entre los sectores público y privado.  

Este es solo un ejemplo de la experiencia de trabajo articulado y alianzas estratégicas para atender demandas sociales en la isla. Según el reporte de la autoridad taiwanesa, desde la creación de g0v en 2012, esta plataforma se ha convertido en una de las comunidades de tecnología cívica de código abierto más grandes del mundo, lo que ha permitido establecer un sistema de incentivos que consiste en subvenciones y recompensas a las propuestas que potencialmente puedan resolver problemas y beneficiar el interés público. Otra muestra del éxito de esta modalidad colaborativa son los eventos anuales denominados “hackathon”, iniciativas oficiales que convocan a expertos en tecnología, servidores públicos y miembros de la sociedad civil a formar equipos para competir a través de proyectos innovadores que conlleven a mejorar los servicios gubernamentales. En el hackathon de 2019, un grupo de ingenieros, diseñadores y representantes de ong notó limitaciones en la plataforma de datos abiertos del gobierno (data.gov.tw) y se ofreció a mejorar los procesos para dar seguimiento a las solicitudes de información; igualmente en 2020, un equipo de expertos en paisajes y datos geoespaciales propuso un esquema para identificar áreas urbanas donde se podrían plantar árboles, utilizando datos satelitales para mapear el uso del suelo y la distribución de los árboles.

La cultura democrática de Taiwán, potenciada por la gestión de su audaz ministra digital, demuestra que la creatividad y la innovación solo pueden ser cosecha de políticas públicas abiertas, competitivas y que involucren a la gente.

Fuente: El Cato

miércoles, 22 de diciembre de 2021

El Salar de Uyuni, el teleférico y rostros bolivianos están en Minecraft


Es uno de los videojuegos más vistos del mundo y ahora tiene imágenes conocidas para el país. El Minecraft cuenta con su versión boliviana y presenta al Teleférico, el Salar de Uyuni, el Cristo… y otros referentes nacionales. Es la creación de un grupo de gamers que disfrutan de crear. 

Los creadores de este Mod Bolivia en Minecraft son Rafael, más conocido como Yako, de Santa Cruz; Pablo Joel Martínez, PJ Gamer, de Cochabamba; y Henry Mamani, Henry Crack, de La Paz. 

Creatividad en bloques 

Minecraft es un videojuego que tiene por objeto desarrollar una sociedad con todas sus características. Todo está construido sobre la base de bloques, desde el césped hasta los edificios o construcciones más complicadas. Hay tres modos para participar: supervivencia, creatividad y aventura. El personaje principal debe efectuar diferentes actividades según el modo de juego. 

Existe una relación directa del juego con la realidad. Por ejemplo, la noche presenta los conflictos típicos del final del día y los problemas son casi calcados a la realidad. La pasión por la recreación es de gran magnitud. Según el portal electrónico Hobbyconsolas el primer país modelado a escala en un videojuego por su representación exacta esa Dinamarca (en la que se usaron cuatro mil millones de bloques).

Así, se han creado mundos diversos y algunos ficticios, ahora le toca el turno al Mod Bolivia.

Martínez se confiesa fanático de Minecraft. Cuenta que hace años que él pasa horas y horas en el mundo de pixeles. Advierte que se trata de un juego que no solo entretiene; sino que también educa. Y, para educar hay que hacer una labor de relojería. “Es un trabajo muy minucioso el que se tiene que hacer a la hora de desarrollar este tipo de cosas. Al hablar de un Mod inspirado en Bolivia implica que hay que estudiar bastante los elementos que hacen al país. Por ejemplo, el queso en Minecraft no existe pero sabemos que es algo principal en la mayoría de nuestros platillos, entonces para preparar el sonso o acompañar en el plato paceño se necesita queso y la pregunta era ¿Cómo se realza el queso en la vida real? Entonces yo me puse a ver un montón de documentación y a investigar”.

La idea en Minecraft Mod Bolivia es acercarse lo más posible a las culturas del país. En esta versión se incorporó un libro con bibliografía real sobre datos verificables. Pero esto no queda ahí, Martínez advierte que es un videojuego que permanentemente está en construcción. El Mod Bolivia fue elaborado en cuatro meses y se actualiza constantemente; pero falta mucho más.

“Tratar de plasmar una idea dentro de un videojuego es muy complicado porque requiere horas de programación no es simplemente tener una buena idea y ya, sino que implica realmente plasmar esa idea a través de codificación, modelado, texturización dentro del videojuego. Esa es la parte más complicada según lo que yo creo”, afirma PJ Gamer.

El resultado vale la pena. En el Mod Bolivia es posible ver el Teleférico paceño, el Salar de Uyuni potosino, el Cristo cochabambino, la catedral de la plaza 24 de Septiembre de Santa Cruz, el Illimani paceño o el río Amazonas entre otros referentes bolivianos.

Martínez acota que se pueden encontrar imágenes muy representativas del país; pero no solo se trata de paisajes. También hay un trabajo referido a los habitantes quechuas y aymaras, entre otros. En el Mod Bolivia están animales propios del ecosistema nacional: tucán caimán y gato montés, por ejemplo. Actualmente se trabaja en la representación del cóndor, el quirquincho y el bufeo. Aún falta mucho trecho por recorrer, el Mod Bolivia (según los creadores) se encuentra en menos del dos por ciento.

La necesaria adaptación

Una de las ventajas del Minecraft es la capacidad de modificación del juego central. Para PJ Gamer se trata del mejor videojuego de la última década. Acota: “Es una propuesta que sigue dando de qué hablar y saca contenido nuevo porque tiene un código abierto para que cualquier persona con una mínima noción de programar pueda aportar. Hay en el mundo un grupo de personas que se dedica a desarrollar este tipo de modificaciones”.

El videojuego base no se modifica y sólo se realizan modificaciones extras para enriquecer más la experiencia de entretenimiento. Además hay una comunidad que disfruta de esta diversión y se encarga de mantener viva la llama de la aventura.

Para ser parte del juego, los interesados deben descargar el juego Minecraft y posteriormente el Mod Bolivia. “Es sumamente sencillo entrar y jugar esta versión del Mod. Se trata de descargar y jugar, no hay pago extra. Minecraft da todas las facilidades para ser parte de esta aventura”, acota PJ Gamer.

Avance en el mundo Minecraft es un referente en diversas plataformas. YouTube anunció el 16 de diciembre que sus videos alcanzaron un nuevo hito sin precedentes: mil millones de visitas en todo el mundo, informó el portal Infobae.

La plataforma creó un video animado en tres dimensiones que destaca a los creadores y los momentos clave de la comunidad de Minecraft en todo el mundo.

El año pasado fue considerado como el videojuego más popular y visto en vivo en la historia de YouTube y tiene más de 35.000 canales de creadores activos que representan a más de 150 países y territorios en esta comunidad.

El Mod Bolivia es ahora una realidad y es un mundo fantástico por recrear… sobre la base de los bloques.

Fuente: Pagina 7

Extraño enseñar por Zoom


Comencé a extrañarlo apenas volví a poner un pie en el aula, y ahora que he estado enseñando cara a cara durante casi un semestre, lo extraño aún más.

Es curioso, ¿verdad? Después de todo, en la mayoría de los rincones del mundo académico se habla de Zoom como un mal necesario, impuesto por la vicisitud de la pandemia. Nosotros, las y los instructores, tuvimos que virar de las clases presenciales al mundo virtual. Sin embargo, no me llevó mucho tiempo darme cuenta de que me gustaba este mundo en línea, y que enseñar en él no solo era diferente, sino hasta mejor en algunos aspectos.

Zoom resultó ser un espacio seguro que permitió a estudiantes compartir sus preocupaciones, amores, pérdidas y temores durante los peores momentos de la pandemia, de formas que nunca había presenciado en las aulas físicas. Ahora me entristece que ese espacio se haya ido.

Quizás sea porque en el fondo soy vagamente antisocial y más que vagamente cínico. Estuve bastante feliz durante el confinamiento, instalado en mi escritorio en forma de “U” y acurrucado entre los libros que cubren las paredes de mi oficina en casa. Es el lugar en el que me siento más cómodo, donde paso mi tiempo investigando, escribiendo e incluso relajándome.

Muchos estudiantes mostraron tener esa experiencia de encontrar un refugio similar. La mayoría estuvo en sus casas en Florida, pero también se conectaron desde Texas, Colombia, Panamá e incluso Arabia Saudita. Aprendieron desde sus salas de estar, cocinas, porches o dormitorios, acurrucados entre lo que les generaba confort, aunque sí fui estricto al no permitir que estuvieran en pijamas o arropados con cobijas.

De repente pude ver a las y los estudiantes de cerca en lugar de en una multitud borrosa. Sus rostros me decían si mi enseñanza estaba calando, y los nombres en la parte inferior de sus pequeñas ventanas lograron que nunca más me preocupara por olvidarlos. Podía ver si estaban deprimidos o ansiosos. Esta fue una proximidad que no encontraríamos al regresar a la enseñanza presencial.

¿Todos los estudiantes participaban activamente? Por supuesto que no, del mismo modo que en cualquier clase presencial. Algunos estudiantes no encendían sus cámaras o micrófonos, y podrían haber estado pasando la aspiradora, cocinando o incluso durmiendo (aunque, reitero, dormirse en clases es algo que también sucede en la enseñanza presencial). También hubo estudiantes que nunca se conectaron; simplemente dejaron de asistir a clases.

Pero de los estudiantes que sí participaron, escuché cosas que nunca esperé escuchar. Todo comenzó cuando decidí que sería bueno tomar descansos cada pocas semanas para conversar y no enseñar. Simplemente les pregunté: “¿Cómo están?”.

Por Zoom, los estudiantes me contaron (y a decenas de compañeros) sobre amigos o familiares que estaban enfermos, sobre lo solitario que era estar lejos de novios y novias, sobre cómo se preocupaban por sus seres queridos. Compartían su dolor en clase cuando alguien fallecía.

En una clase sobre la cobertura de comunidades marginadas, una joven se sintió lo suficientemente cómoda como para declararse bisexual, algo que ni siquiera su familia ni la mayoría de sus amigos sabían. En otra clase, una estudiante habló sobre lo débil y ansiosa que la ponía la pandemia. La clase la animó a buscar un terapeuta, pero cuando confesó que incluso pensar en hacer una llamada le provocaba ansiedad, los estudiantes la apoyaron aún más. Al día siguiente llamó al departamento de asistencia psicológica de la universidad.

Algunas conversaciones fueron más privadas. Una estudiante pasó por una ruptura difícil cuando su novio comenzó a salir con su mejor amiga. Pasamos semanas hablando por medio del chat de Zoom mientras procesaba el dolor.

Cuando no tienes que preocuparte por encontrarte a tus colegas en los pasillos después de clase, es mucho más fácil desnudar tu alma. Sin embargo, esta proximidad no duraría.

El sistema universitario de Florida, siguiendo el lineamiento de no tener lineamientos del gobernador Ron DeSantis (republicano), decretó que todas las instituciones educativas reanudarían clases presenciales durante el semestre del otoño de 2021 y que se abandonaría la enseñanza remota en tiempo real.

Por supuesto, muchos de mis colegas se despidieron del Zoom sin extrañarlo ni un segundo, sobre todo aquellos para quienes gestionar el uso compartido de pantalla, el chat, la “vista del hablante” y la “vista de galería”, etcétera, era más confuso que el seguimiento la tenencia. Incluso los resultados de búsqueda de Google confirman la frustración de los profesores; el primer resultado de “Zoom en el aula universitaria” muestra una lista de la cual el algoritmo extrajo este fragmento de texto como la vista previa más relevante: “Obtén ayuda”.

Pero para mí, Zoom era algo que brindaba ayuda, no algo que la exigía. Durante una época de intenso aislamiento con estudiantes esparcidos por todas partes, la aplicación logró unirnos más fuerte que nunca.

Ahora observo mis salones de clase y siento que falta algo. Ya no tenemos esa cercanía, y las y los estudiantes me dicen que en las clases presenciales es poco probable que lo seamos. Es simple: ya no sienten la comodidad de mostrarse vulnerables frente a personas que en realidad ya no conocen. Vendrán a clase, aprenderán (espero) y se irán. No hay ni una fracción de la proximidad que tuvimos con Zoom.

Lo extraño, y desearía poder recuperarlo. Incluso si eso significa ver pijamas.

Fuente: Washington Post