En El otro sendero, el economista peruano Hernando de Soto proponía que el reto de los países subdesarrollado consiste en llegar a un sistema legal e institucional que refleje la realidad, que deje funcionar de forma espontánea la economía surgida en el pueblo; que propietarios, comerciantes y empresarios puedan producir sin obstáculos legales y burocráticos, afirmando derechos de propiedad para otorgar fiabilidad a las transacciones y seguridad jurídica como instrumentos facilitadores del Derecho.
El mismo autor, en El misterio del capital, se cuestiona: ¿por qué el capitalismo triunfa en Occidente y fracasa en el resto del mundo?, y demuestra como la propiedad no es meramente un sistema para registrar, titular y mapear territorio, sino más bien, es una forma de pensamiento para convertir los activos en capital, la mente humana genera valor excedente con la propiedad, un buen sistema de propiedad da a los activos información para comparar entre ellos, distinguir lo similar y lo diferente, los activos se convierten en fungibles, medibles y comerciables, así, el capital es un símbolo del valor; un buen sistema de propiedad legal permite comprender el potencial económico del recurso, los registros de propiedad orientan el conocimiento acerca de las cosas, “tal como la flecha es movida por el arquero”, dice Santo Tomas de Aquino; por eso, el registro de propiedad mide el valor y la potencialidad de valor, un registro de propiedad no sólo trata sobre la titularidad y la localización, sino también informará sobre aspectos cualitativos, características y atributos que le pueden dar valor, por ejemplo, indicar si el suelo sirve para la agroindustria o en el subsuelo puede existir algún recurso hidrocarburífero o minero.
Los países subdesarrollado no logran convertir los activos en capital líquido, los pobres e informales no son el problema, más bien, son la solución, pero necesitan un sistema de propiedad efectivo y eficaz que entregue títulos de propiedad que les permitan empoderarse legal y económicamente, contrariamente, el sistema es excesivamente burocrático y costoso.
Desde los mineros hasta los campesinos indígenas originarios, no tienen títulos de propiedad privada, sus títulos son de mera posesión que no les sirve para acceder al capital, esos bienes no se pueden tener en garantía hipotecaria, ni atraer inversiones nacionales o extranjeras sobre su actividad económica, como no tienen capital, los gobernantes de turno, entregan esos bienes y recursos a sus amigotes y clientes políticos, a empresarios y corporaciones mercantilistas, condenado a la pobreza a los verdaderos dueños y propietarios, de la misma forma, esos títulos de mera posesión no les sirve para defenderse frente a los avasallamientos o reversiones injustas.
Debemos encapsular ese derecho propietario, porque sin el respeto de la propiedad privada con titularización efectiva, no se puede hablar de libertad y menos de vida, no sólo se trata de entregar títulos, debemos crear capsulas, crear fronteras, limitar, reconocer y respetar los derechos de los propietarios, comerciantes y empresarios.
Encapsular es encriptar, entonces los títulos de propiedad se deben encriptar mediante el uso de la tecnología blockchain, la cadena de bloques permite que el libro de registro sea público, transparente, confiable y que los activos sean negociables. La propiedad privada tokenizada nos dará información sobre el valor de la propiedad y esta pueda ser ofrecida en cualquier parte del mundo para recibir inversionistas, accionistas que inviertan según la potencialidad y acciones en el mercado; así mineros, campesinos e indígenas originarios pueden ofrecer acciones, ofertar tokens para capitalizarse, manejando y administrando sus bienes y recursos de manera sustentable, combinar derecho, economía y tecnología; combinar títulos de propiedad privada efectiva y eficaz con capital e inversiones para los pobres, eso es capitalismo para todos.
Imagen: Inmentor
No hay comentarios.:
Publicar un comentario