domingo, 16 de octubre de 2022

Con nanotecnología boliviana, las telas y superficies pueden volverse “inteligentes”


¿Cómo se puede combinar la nanotecnología, es decir, la tecnología en dimensiones tremendamente pequeñas con la etnobotánica, que es el estudio de las propiedades de las plantas con la guía de las culturas nativas de nuestro país? La respuesta la da Foxtton, un emprendimiento que lidera Roger Fernández y que fue elegido como uno de los 15 finalistas del concurso Emprende Ideas que organiza la Fundación Samuel Doria Medina A.

Foxtton ha hecho invenciones fabulosas, con una clara aplicación comercial, por medio, justamente, de la conjunción de la nanotecnología y la etnobotánica. “Nano” significa que es mil millones más pequeño que un metro (o 10 a la -9). “Etno” hace referencia a las cultura antiguas, previas a la modernidad. Gracias al conocimiento de estas culturas, Foxtton descubrió algunas propiedades de plantas propias del país que luego logró transformar en avances para la vida cotidiana mediante la nanotecnología. “Un ejemplo que puede servir para entender lo que hacemos es el del pato”, dice Roger Fernández. “El pato tiene propiedades naturales que impiden que se moje, propiedades que luego se pueden replicar en otras condiciones”.

El equipo de Foxtton está compuesto por siete científicos bolivianos de distintas áreas, que trabajan de forma transdisciplinaria. Tres en están en Bolivia y cuatro en Holanda, Japón y Estados Unidos. Ellos han desarrollado los siguientes productos, que, como dice la publicidad de la empresa, “parecen de ciencia ficción”.

ViralFox elimina virus “electrificando” toda clase de superficies de modo que repelan los microbios. Es un producto ecológico, que no puede ser percibido por humanos. No solo aniquila los virus existentes, sino que prepara la superficie para que no admita otros en adelante, por hasta 90 días. Se puede rociar sobre alimentos, barbijos y textiles, en cuyo caso aguanta hasta diez lavados a máquina.

HidroFox es un producto que mediante una compleja combinación de conocimientos permite programar el comportamiento de los textiles para evitar que se manchen y mojen por hasta tres meses. Resulta especialmente práctico para zapatos de gamuza e interiores de automóviles, sofás en lugares públicos, etc.

TermoFox funciona de un modo similar, pero con un resultado muy distinto: lograr temperar las prendas de vestir en 28 grados centígrados, de modo que funcionen como ropa térmica. Para eso se necesita rociar los textiles con la sustancia, la cual prolonga su acción hasta tras varios lavados.

Finalmente, el FoxSensor, que es un “body” (enterizo) para bebés que tiene incorporado un tejido nanocromático que cambia de color cuando la wawa tiene más de 38 grados centígrados de temperatura. De esta manera, los padres reciben una alerta inmediata si el bebé está enfermo.

El proyecto tiene 12 años, pero hace dos que Foxtton se convirtió en una SRL acreditada por las autoridades bolivianas de medicamentos. Además, dice Fernández, mantiene estrechas relaciones con el Colegio Médico. Vende sus productos en tiendas especializadas y a través de su página web www.foxttone.com.bo.

Fuente: Los Tiempos

No hay comentarios.:

Publicar un comentario