Tener más herramientas digitales y mayor acceso a las redes sociales ofrece mayores oportunidades, pero también supone estar más expuestos a riesgos. En la actualidad, seis de cada diez adolescentes duermen con el móvil y uno de cada cinco se conecta por la noche. No solo eso: el 50,9 % ha conocido a gente nueva a través de videojuegos online y el 54,7 % juega a videojuegos no recomendados para su edad. Estos son algunos datos del informe ‘Impacto de la Tecnología en la Adolescencia. Relaciones, Riesgos y Oportunidades’ lanzado por UNICEF en torno al Día Mundial de la Infancia. El documento pone sobre la mesa que los derechos recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) también deben ser entendidos en la esfera digital.
Adolescentes y uso de Internet
¿Sabemos cuántos perfiles tienen nuestros hijos e hijas en las redes sociales? ¿Conocemos cuántas horas se conectan a la semana? ¿Somos conscientes de que a edades muy tempranas han podido conocer la dark web o ponerse en contacto con personas desconocidas? ¿Acompañamos a los niños y niñas en sus rutinas digitales? ¿Es la higiene digital del hogar la adecuada?
En nuestro país [España], el 98 % de los adolescentes que cursan ESO dispone de wifi en casa, el 94,8 % tiene un móvil con conexión a Internet y más del 90 % se conecta a la Red todos, o casi todos, los días. A su vez, el 98,5 % está registrado al menos en una red social y un 83,5 % en tres o más. Un 61,5 % reconoce que posee más de una cuenta o perfil dentro de una misma red social: un perfil blanco para los progenitores o para el público en general, y otro más personal para relacionarse con sus pares.
Más de la mitad de los adolescentes utiliza las redes sociales para hacer amigos y el 44,3 % para no sentirse solo. De hecho, los usos más habituales de Internet tienen que ver con fines relacionales o lúdicos. Como destaca el informe, “el uso de las pantallas supone un aporte trascendental innegociable para los adolescentes, tanto a nivel social como emocional. Los ayuda a hacer amigos, a no sentirse solos y encuentran a través de la Red alegría, diversión, placer, apoyo, comprensión y bienestar emocional, un surtidor de afectos y experiencias en el que priman las emociones positivas y sin el que hoy parecería difícil vivir”.
Riesgos de las redes sociales e Internet
Sin embargo, las cifras que recoge este documento evidencia que el empleo globalizado de la Red implica una serie de riesgos que no debemos obviar.
En concreto, se han registrado cifras preocupantes de sexting, contacto con desconocidos y posibles casos de grooming, así como el acceso a contenidos pornográficos. El contacto con desconocidos online es habitual. Las chicas son objeto de proposiciones sexuales por parte de adultos mucho más frecuentemente que los chicos, mientras que el consumo de pornografía online se duplica en el género masculino.
Asimismo, la dark web posee un alto grado de popularidad entre los adolescentes: el 44,4 % dice saber lo que es y el 4,7 % afirma incluso haber accedido a esta en alguna ocasión, mayoritariamente chicos.
Discusiones familiares y falta de supervisión
El 28,9 % de los encuestados asegura tener discusiones con sus padres, madres o cuidadores por la tecnología al menos una vez a la semana, pero el informe de UNICEF constata que solo al 26,5 % les ponen normas sobre el uso de Internet o las pantallas. Además, el 37,4 % confiesa que sus progenitores suelen utilizar el móvil durante las comidas.
Un aspecto relevante es que las tasas de uso problemático de Internet (UPI) son significativamente mayores entre aquellos adolescentes cuyos progenitores acostumbran a emplear el móvil durante las comidas y, especialmente, entre los adolescentes que tienen el mal hábito de conectarse a Internet a partir de la medianoche. Si bien el UPI aún no está considerado como una adicción por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “se está convirtiendo en un problema de salud pública”.
Los datos y números nos invitan a pensar que las políticas de prevención son ahora más necesarias que nunca y que deben ser una prioridad. Al mismo tiempo, es fundamental que familias, centros educativos, instituciones públicas y empresas tecnológicas vayan de la mano con el único fin de reducir las cifras del uso problemático de Internet, las preocupantes cifras sobre el sexting o casos de grooming, así como las posibles adicciones a videojuegos. Porque todo esto también repercute en la salud mental de la infancia y adolescencia y en su bienestar emocional, convirtiendo todo ello en un problema de salud pública.
Por eso, desde UNICEF, en el Día Mundial de la Infancia de este año 2021 en que se conmemora el 75 aniversario de la organización, se hace un llamamiento por salvar, proteger e impulsar los derechos de la infancia y adolescencia, también en el entorno digital.
Fuente: Eroski
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