martes, 16 de noviembre de 2021

La historia del juego del dinosaurio de Google, un éxito masivo (que buscó pasar desapercibido)


«La peor experiencia que he tenido como informático fue a mediados de 2015», cuenta Miguel, que trabaja como IT Service en una gran empresa del sector sanitario.

«La conexión a internet comenzó a fallar sin un motivo aparente. Eran cortes intermitentes y afectaban a ratos a unos ordenadores y a ratos a otros. Cambiaba continuamente. La gente gritaba: “¡Tengo conexión!”, sembrando la desesperación en todos los demás trabajadores que seguían intentando conectarse. Por no hablar de las caras del equipo de informática, que no entendíamos nada».

«Nos dejamos la piel aquellos días, pero no había manera de arreglarlo. Los cortes seguían, pero nadie sabía qué pasaba. Poco a poco, la cosa cambió, la gente ya no se quejaba tanto: habían descubierto el juego del dinosaurio de Google. Una semana después, los problemas de conexión desaparecieron y nunca supimos qué había pasado realmente». Este episodio que podríamos calificar de Expediente X ilustra perfectamente los efectos sedantes del juego sobre el que hablaremos hoy.

Perder la conexión a internet puede llevarnos a perder la cabeza, a sentir que nuestra vida se ha quedado en suspenso. Por eso, con el propósito de hacer ese momento un poco más llevadero, en 2014, la dirección de Google le encargó al equipo de trabajo formado por los ingenieros de user experience Edward Jung, Alan Better y Sebastien Gabriel un proyecto secreto y divertido: diseñar un pequeño easter egg que sorprendiese a los usuarios de Google Chrome cuando perdieran la conexión.

Este fue el origen del Proyecto Bolan (nombrado así en honor a Marc Bolan, cantante del grupo de glam rock de los 70, T-Rex), que en unos meses dio como fruto el Juego del dinosaurio, también conocido como Dino Runner o simplemente Dino. Un videojuego muy básico, que podría calificarse como retro, y que con los años se ha convertido en uno de los minijuegos más conocidos y jugados del mundo.

El objetivo del juego es sencillo: guiar a un pixelado y hierático Tyrannosaurus rex, evitando los obstáculos que se interponen en su frenética carrera, que son básicamente cactus y pterodáctilos voladores. «Se nos ocurrió crear un endless runner [un videojuego en el que el protagonista corre continuamente hacia adelante superando obstáculos, como en Alto’s Odyssey o Crossy Road], que apareciera por sorpresa en la pantalla de “Sin conexión a internet” de Google Chrome», explicó Sebastien Gabriel, cuando fue entrevistado en 2018 para el blog de Google con motivo de la celebración del décimo aniversario del navegador.

«El concepto de Dino juega con la idea de volver a la prehistoria, cuando no había wifi. Los cactus y el desierto ya salían en versiones anteriores de la página de error de conexión y el estilo visual del juego es un homenaje a la larga tradición de mensajes de error de Chrome y a su estilo pixel-art».

En realidad, Gabriel había creado el dinosaurio un par de años antes, mientras rediseñaba las páginas de error de Chrome. Necesitaba una nueva ilustración para la pantalla de Sin conexión y pensó que la idea del T-Rex solitario, que era el nombre inicial del personaje, sería divertida. Además, quería hacer un guiño al famoso esqueleto de T-Rex que Google tiene colocado en su campus como recordatorio de que, como empresa, si no evolucionas, mueres. Sebastien presentó el tiranosaurio a sus jefes y estos lo aprobaron en menos de un día.

La única restricción que se puso a sí mismo el equipo de diseñadores fue que los movimientos de los personajes fueran un poco rígidos, que recordaran a los videojuegos antiguos. Al principio barajaron que el dinosaurio tuviera algo más de movimiento, que diera una pequeña patada al ponerse a correr (al estilo de personajes como Sonic) o que rugiera en alguna fase del juego. Finalmente, optaron por dejarlo en lo esencial de los juegos endless runner: correr, agacharse y saltar. Una de sus mayores inspiraciones fue el juego Canabalt, creado por Adam Saltsman en 2009.

Un éxito mundial con un lanzamiento discreto

El juego del dinosaurio se lanzó en septiembre de 2014 sin ningún tipo de anuncio. La idea del equipo era que los usuarios descubrieran por sí mismos la novedad y la compartieran orgullosos con sus amigos y compañeros de trabajo. De esa manera, utilizando este elemento sorpresa, pensaron que el juego se apreciaría más. La idea de Google no era utilizarlo como una herramienta de marketing. Tampoco tenían un objetivo de participación o métricas de éxito, solo querían hacer algo divertido.

Pero a pesar de este lanzamiento tan discreto, el juego fue un éxito global. Según datos de la compañía, se juegan más de 270 millones de partidas cada mes. Lógicamente, el dinosaurio tiene más trabajo en países donde la conexión a internet es más cara o inestable, como Brasil, India, México o Indonesia.

El éxito del juego fue tan grande que los ingenieros tuvieron que facilitar a los administradores de sistemas públicos una forma de deshabilitarlo debido a que algunas personas, en colegios y empresas, jugaban sin parar.

Un icono pop

El pixelado e inexpresivo protagonista del juego se ha convertido con el tiempo en la mascota oficial del equipo de Chrome y la empresa tiene a la venta camisetas y parches oficiales con su figura estampada. Una simple búsqueda en Etsy nos devuelve más de cien productos relacionados con el personaje.

La figura del dinosaurio se ha acabado convirtiendo con el tiempo en un icono de la cultura más pop de internet a la altura de otros como Nyan Cat, el meme de Homer Simpson ocultándose en unos arbustos o Pepe the Frog.

¿Tiene chrome dino un final?

Una de las preguntas a las que los creadores del juego se enfrentan más a menudo es la de si tiene un final. Y sí, lo tiene, pero a una escala que podríamos calificar como geológica. Está programado para que dure aproximadamente 17 millones de años, que es el tiempo durante el que los Tyrannosaurus rex vivieron en nuestro planeta.

Evidentemente, decir que el juego dura 17 millones de años es como declarar que no tiene fin. De todos modos, el juego sí que tiene una puntuación máxima: 99.999 puntos. Cuando, tras invertir unas cuantas horas de un tiempo que nunca volverá, se alcanza este valor, no ocurre nada demasiado excitante, simplemente el contador de puntos vuelve a cero y el dinosaurio sigue su frenética carrera sin inmutarse.

Si, tras leer su historia, te apetece volver a jugar o quizá disfrutar por primera vez de este mítico videojuego, ni siquiera tienes que desconectar tu ordenador o tu móvil de internet; solo has de teclear «chrome://dino» en la barra de navegación de Chrome y prepararte para acceder a una versión a pantalla completa de este ya emblemático juego.

Fuente: Yorokobu

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