miércoles, 13 de octubre de 2021

Infografías de la antigua Roma


Un dicho de todos conocido, con más de un siglo de existencia y variantes en diferentes idiomas, que la tradición atribuye a Henrik Ibsen, se hace cada vez más elocuente a medida que avanza en el mundo la cantidad de datos y el enorme desarrollo de las posibilidades del diseño gráfico: “una imagen vale más que mil palabras”. Aunque, como pasa con todos los dichos, su aplicación no es universal, es cierto el enorme poder de su contenido en una gran cantidad de ocasiones, ya desde muchos siglos antes que el propio dicho.

Si uno quiere explicar a alguien por escrito la distribución geográfica de los países de Europa, no escribe para ello una descripción pormenorizada de sus límites, sino que presenta un mapa. Desde que la informática llenó nuestros modos de trabajo, incluso los editores de texto –no digamos los programas de diseño gráfico– ofrecen la posibilidad de utilizar mil modelos de imágenes para exponer tablas de resultados, gráficos sinópticos variados de mil problemas, dibujos explicativos de procesos, etc. Los periódicos nos proponen a diario imágenes detalladas de los ataques a las torres gemelas, de la técnica de un salvamento en una mina, de las coladas de lava del volcán de Cumbre Vieja en La Palma, etc.

Pero ¿habéis visto alguna vez un gráfico del sistema clientelar de la República romana en el que se entienda la relación de una guerra con los préstamos para reacondicionar la tierra, la incautación o la venta de las zonas devastadas o el papel que juega en todo ello la relación entre senadores, caballeros, plebe, terratenientes y demás?, ¿o una doble página en la que se nos presente el largo proceso de desarrollo de una ley desde su propuesta, debate, ratificación, asambleas, comicios y votaciones hasta su puesta en práctica, con todos los agentes actuantes en todos esos pasos y que además incluya el desarrollo cronológico de las mayorías en las centurias y la evolución del poder del emperador a través de los siglos?, ¿o un mapa que recoja no solo las vías de comunicación del Imperio romano, sino los productos comerciales que se movían en cada una y conocer al tiempo las tarifas en denario por cada celemín de transporte entre Hispania y Siria, entre Cartago y Sicilia, entre Roma y Bizancio, entre…?

Pues todo esto y muchísimo (sí, muchísimo) más lo tenemos a disposición, utilizando la enorme cantidad de datos que los textos y la investigación histórica nos ofrecen a día de hoy, en la obra  que la editorial Crítica ha sacado a la luz el pasado mes de septiembre (Infografías de la antigua Roma), traducción de un libro aparecido en Francia el pasado año (Infographie de la Rome antique).

El trabajo es el resultado de una colaboración de tres personas: John Sheid, conocido profesor emérito de Religión, Instituciones y Sociedad de la Antigua Roma en el Collège de France, autor de importantes y destacadas publicaciones sobre religión romana, Milan Melocco, actual doctorando en la Sorbona y antiguo alumno de la prestigiosa École Normal Superieure, y Nicolas Guillerat, diseñador gráfico especializado en la visualización de datos.

La obra no recoge en detalle la historia de Roma desde su fundación en el 753 a. C. hasta la caída de Constantinopla en 1453 ni todo el espacio abarcado por ella, entre otras razones porque la cantidad de datos de algunas épocas y algunos lugares es escasa. Aunque encontramos algunas informaciones de esos tiempo y espacio, el libro se centra fundamentalmente en el período que va del siglo IV a. C. al IV d. C.

La disposición del material no es cronológica, sino temática, y está articulada en tres partes (I: Territorios y poblaciones del Imperio, II: Gobernar, venerar a los dioses y satisfacer las necesidades, III: La potencia militar romana), en las que, a lo largo de 130 páginas de gráficos, se añaden textos muy ilustrativos sobre los datos que se documentan y una bibliografía final.

Creo que puede ser una obra de enorme utilidad no solo en las enseñanza media, sino también en la universitaria. Aunque alguna de las infografías aporta tantos datos y relaciones que requieren un rato para ser comprendidas en toda su complejidad, no cabe duda de que en la mayoría de los casos nos sorprende el poder explicativo de una imagen bien pensada para hacernos una idea cabal de cada uno de los temas representados en cada infografía.

Ya sabéis aquello de Cicerón de docere debitum est, delectare honorarium, permovere necessarium. Pues eso, que aprendáis del libro y que os guste; lo de que os influya u os conmueva, allá vosotros, aunque para Cicerón parecía algo inexcusable.

Fuente: Notae Tironianae

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