Una investigación acerca del desarrollo de habilidades blandas en los jóvenes recurrirá a los videojuegos para conocer temas referidos a su adaptación a nuevas situaciones, motivación, manejo de equipos, liderazgo, dirección de personal y toma de decisiones.
Ariel Villarroel, de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que la investigación consiste en la aplicación de un test sobre habilidades blandas de flexibilidad cognitiva a los estudiantes seleccionados, para luego acceder a videojuegos (técnica no convencional), de forma gratuita, a través de la plataforma STEAM.
“Ahí descargarán, los juegos que deberán ser jugados por cada uno durante 12 horas como mínimo, haciendo un total de 36 horas en un periodo máximo de un mes. Posteriormente se procederá a realizar otro test para comparar resultados y comprobar el desarrollo de softskills (habilidades blandas) mediante los videojuegos”, indica Villarroel, coordinador de la investigación.
Los videojuegos son herramientas no convencionales que permiten identificar diversas habilidades personales, desde blandas hasta duras o profesionales. “En un mundo cada vez más tecnológico, es crucial innovar constantemente para no quedarnos atrás. Además, los resultados de la investigación podrían impulsar la industria de los videojuegos”, puntualiza.
Con la investigación se busca desmitificar algunos paradigmas de la sociedad en relación a los videojuegos y su impacto en el desarrollo de habilidades. La creencia popular sostiene que los videojuegos son perjudiciales, que no aportan nada positivo, generan violencia y malos hábitos o distraen y dificultan la concentración en los estudios.
“Puedo asegurar que los videojuegos me ayudaron a desarrollar habilidades como la visión espacial, la toma de decisiones, la imaginación de escenarios diversos y la agilidad mental, entre otros”, comenta Villarroel.
La investigación se realizará con universitarios de primer semestre porque provienen de diversos entornos educativos y familiares y son ideales para medir el desarrollo de habilidades blandas de manera más precisa y sin sesgos significativos en los resultados. Esta diversidad les brinda una predisposición favorable para aprender y adaptarse al nuevo entorno de la vida universitaria, junto con todas las responsabilidades asociadas.
Habilidades blandas
Las habilidades blandas, también conocidas como habilidades interpersonales, habilidades sociales o habilidades no técnicas, se refieren a las capacidades y rasgos personales que permiten a las personas interactuar efectivamente con los demás, trabajar en equipo, comunicarse de manera efectiva, resolver problemas, adaptarse a situaciones cambiantes y tener un buen desempeño en el entorno laboral y en la vida en general.
Estas habilidades están relacionadas con las características y competencias personales que no son específicas de una profesión o industria en particular, sino que son transferibles y aplicables en una amplia gama de situaciones y contextos laborales.
Los expertos enumeran un amplio listado de habilidades blandas. Vale mencionar algunas como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo, liderazgo o la resolución de problemas.
También se refiere a cualidades tan diversas como el pensamiento crítico que permiten evaluar y analizar información de manera objetiva; o la adaptabilidad entendida como la capacidad de ajustarse a nuevas situaciones, cambios en el entorno laboral y aprender nuevas habilidades y conceptos.
El listado de las competencias blandas es más extenso. Empatía, inteligencia emocional o habilidades de negociación forman parte de un conjunto de cualidades que ayuda a resolver conflictos o alcanzar compromisos satisfactorios.
El valor de estas habilidades se complementa con las competencias técnicas para potenciar las relaciones interpersonales, facilitar el trabajo en equipo, fomentar la adaptabilidad y contribuir al éxito profesional y personal en diversos ámbitos.
Imagen: Ciberisciii
Fuente: Unifranz
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