miércoles, 28 de julio de 2021

El valor económico de la información


Una información completa y fidedigna es crucial para evaluar la situación económica y, más generalmente, como punto de arranque para la formación de expectativas del público. Las expectativas, los “espíritus animales” de los que hablaba Keynes, son cruciales para las inversiones privadas, tal vez más que la tasa de interés. 

El Instituto Nacional de Estadística (INE) es la entidad estatal, que se la espera técnica e independiente del poder político, encargada de proporcionar la información requerida y sin costo. El INE empero ha dejado de publicar en su página web el Índice Global de Actividad Económica (IGAE) desde noviembre del año pasado. Su publicación del PIB trimestral se ha parado en el segundo trimestre del 2020. La estimación del crecimiento del año pasado nos viene de las instituciones financieras internacionales y de la CEPAL. Las proyecciones para este año  también nos llegan de esas fuentes.

El Ministro de Economía nos ha mostrado en su conferencia de prensa unas diapositivas del crecimiento del PIB por sectores hasta abril de este año, con datos calculados o estimados por el INE pero que no están en su página web. Las publicaciones de acceso abierto del INE tienen el mérito de que los analistas independientes pueden juzgar su consistencia, lo que no sucede con declaraciones de personeros del gobierno, que tienen un sesgo político.

El IGAE es un indicador de avanzada de lo que puede estar pasando en la economía, pero está sujeto a revisiones. Le falta además la entrada del gasto. Un principio contable básico es el de la doble entrada, por origen y destino. Los datos del PIB, en cambio, respetan este principio, pero están tardando demasiado.

Con los datos del IGAE, presentados pero no publicados, se está saltando a conclusiones. Por ejemplo la comparación de los datos de abril de este año con los de abril del año pasado tiene que hacerse con cautela. Hay un efecto base, que tiene que tomarse en cuenta. Como la economía decreció muy fuertemente el año pasado y la base de comparación se encogió, cualquier incremento, por modesto que sea, aparecerá como alto en términos porcentuales. Sea dicho de paso, un crecimiento de 5,3% este año no compensa lo perdido el año pasado, 8,8%, y no se habrá recuperado el PIB del 2019.

A ojo de buen cubero y sin mayores cálculos, el levantamiento de las cuarentenas tenía que hacer recuperar parcialmente la actividad económica. También, el contexto internacional nos ha sonreído en gran parte de lo que va del año. Sin embargo, la recuperación de la economía mundial parece que va a ser más frágil de lo que se creía. Hace algunos días, rumores de que la variante delta del covid estaba expandiéndose incontroladamente en los países industrializados hicieron temblar a las bolsas de valores.

El curso que tome la pandemia seguirá afectando al desempeño de la economía. La complacencia al respecto está fuera de lugar. En este campo es también muy importante contar con la mejor información y análisis que sean posibles, ellos nunca serán perfectos, pero no hay que cantar victoria antes de tiempo ni emplear solamente el retrovisor, como lo ha hecho el Ministro de Salud, en su reciente interpelación. 

Las vacunaciones han seguido una trayectoria de aceleraciones y frenazos bruscos. La información al respecto ha sido más bien chapucera. No se le ha dado la importancia debida a donación americana, sin costo ni condiciones a través del mecanismo COVAX, que contribuyó a salvar la situación de enredo con las vacunas Sputnik V. De nuevo, el valor de la información es relevante. Aparentemente el gobierno no se informó que Rusia es uno de los países del mundo que peor ha manejado la crisis sanitaria (The Economist, 10-07-2021). La India, donde se fabrican las vacunas Astra Zeneca, no lo hizo mucho mejor pero tiene más excusas.

Las vacunas americanas no llegaron por pura generosidad, sino por el criterio inteligente de sus líderes y, sobre todo, de su comunidad científica, de que la pandemia no tiene fronteras y que mientras haya peligro de infección, por lo tanto de nuevas variantes, en algún lugar del mundo, ningún país estará a salvo.

Imagen: Con uVe de viaje

Fuente: Pagina 7

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