Nietzscheano, polémico, autor prolífico, Michel Onfray es uno de los filósofos más populares y mediatizados en Francia actualmente. Ha publicado más de 100 libros traducidos en 25 países.
Para él, los profesores de filosofía no quieren que (la filosofía) sea accesible para el gran público. Esta situación es parte de las razones por las cuales el filósofo francés decidió abrir una universidad popular en Caen en 2002 con la idea de enseñar una contrahistoria de la filosofía. El cree firmemente que es una disciplina que debe ser democratizada, que debe salir a la calle al encuentro de la gente común.
Es un hecho que hoy a la sociedad no le interesa la filosofía. Lo que quiere decir que no le interesa indagar en sus problemas cotidianos y existenciales. Muy a menudo solemos culpar al sistema económico vigente. Sin duda, esta último es parte del problema. Pero no lo es todo. Porque desde la academia, la filosofía está traicionada en su esencia. Se enseña cómo si fuera asunto de unos elegidos.
El 20 de febrero, fue invitado a la emisora Chezmoix, presentada por Yann Moix, para hablar de su nuevo libro titulado Sagesse. En esta intervención, Onfray afirmó que no les conviene a los académicos, a los profesores de filosofía, al menos, en su gran mayoría, que lo filosofía sea accesible a todo el mundo. Las universidades eligen enseñar una filosofía que es pura abstracción expresada en un lenguaje incomprensible, sin ninguna relación con la realidad muchas veces. De esta manera, los académicos logran mantener su estatus de autoridad como dueños del saber a los cuales uno debe acudir en busca de iluminación. De allí el predominio de la filosofía alemana y griega sobre la romana en dichas instituciones. La idea de la filosofía griega es completamente falsa. Lo que se conoce como filosofía griega no es más que una forma de filosofar dentro de muchas otras, exclama Onfray. Para él, este menosprecio y olvido de los filósofos romanos como Séneca, Marco Aurelio, Epicteto es absurdo. Ellos abordan los problemas cotidianos de una manera práctica con un lenguaje sencillo. Para leerlos, no se necesita ninguna iniciación, ningún Maestro. Él no dice que la filosofía griega no tiene ningún valor. De hecho reconoce que los griegos tienen una profundidad teórica superior a los romanos. Sin embargo, prefiere mucho más una filosofía que le hable de cómo vivir, cómo enfrentar la muerte etc. en lugar de perder su tiempo en preguntas tipo «¿Por qué ser y no mas bien nada?». Si bien es cierto que crear conceptos es parte del quehacer filosófico, pero dicho ejercicio cubre sentido en la medida que está bien relacionado con la realidad, sea para entenderla o para transformarla.
Sagesse, su último libro, no sólo es una reflexión sobre temas muy concretos como la vejez, el uso del tiempo, cómo enfrentar a la muerte y al dolor sino también una invitación a la lectura de la filosofía romana por su dimensión práctica.
Imagen: Letralia
Fuente: democratizaciondelafilosofia.wordpress.com
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