El proyecto de vivienda del arquitecto japonés Hiroshi Nakamura, tiene una superficie de 41 metros cuadrados está rodeado por construcciones en tres de sus frentes, lo que limitaba la apertura de ventanas sin comprometer la privacidad.
Después de asegurar el espacio suficiente para estacionar el coche, el resto del espacio se dejó para la casa. Debido a las colindancias no podía entrar la luz del sol directamente en las habitaciones. Además, al otro lado de la calle había un condominio cuyos balcones daban al sitio por lo que cualquier apertura hacia ese lado comprometería la privacidad de los residentes.
La solución fue no abrir ninguna ventana hacia la calle sino emplear un pozo de luz con una claraboya para permitir que la luz del sol se disperse dentro de la casa.
Según el arquitecto, “queríamos bañar de luz la pequeña sala de estar, menos de 30 metros cuadrados, para que se sintiera como un espacio más grande”.
Para lograrlo, se diseñó de forma curva la pared de la sala desde dentro, hasta alcanzar una proporción de área de piso de 59.5%. La pared suavemente curvada proporciona una sensación de profundidad ilimitada en la habitación. Gracias a la luz la pared curva cambia de profundidad y altura en gradaciones.
Como resultado, las personas descubren activamente lugares en la pared que se adaptan a su tamaño y actividad corporal, como ejemplos, los adultos pueden acoplarse en las partes profundas de este espacio y los niños en las partes poco profundas.
Vista desde fuera, la fachada principal de la casa, ciega también, rompe el paramento de la calle con la curva, convirtiéndose en lo llamativo del proyecto.
Además de este detalle, la escalera de caracol enlaza los tres niveles de la casa, cuyas huellas fabricadas con placas de acero poseen orificios para llenar de luz la circulación vertical.
En la Casa SH los residentes pueden disfrutar de una relación íntima con la casa y como resultado, se generan nuevos usos, significados y acciones. Los residentes experimentan una relación con la arquitectura y desarrollan un profundo afecto por ella.
Fuente: Pan Bolivia
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