La semana pasada participé en una mesa redonda en la Feria de Productos Electrónicos de Consumo (CES) sobre la intersección de la tecnología y la política de competencia. Aunque muchos titulares se centrarán en los geniales y a veces inusuales productos que debutan en la mayor feria tecnológica del mundo –incluidos televisores transparentes y helicópteros de un solo pasajero–, el CES ilustra que la tecnología sigue siendo una industria increíblemente dinámica, con empresarios e innovadores que aportan nuevas soluciones a las necesidades de los consumidores y siguen compitiendo en un mercado importante.
Mucha gente estará pendiente de lo que revelen algunos de los grandes nombres de la tecnología, pero las pequeñas empresas y las startups también aportan mucha emoción y una perspectiva importante sobre el estado actual de la innovación.
Eureka Park exhibe más de 1.400 startups, a las que brinda la oportunidad de comercializar su producto tanto ante inversores como ante quienes pueden ayudarles a llegar a más consumidores o a seguir desarrollándose. Los paneles también brindan la oportunidad de aprender de la experiencia de estos empresarios, innovadores y formuladores de políticas públicas acerca de las luchas a las que pueden enfrentarse en el sector, así como de las oportunidades que brinda la tecnología.
Por ejemplo, Alfred Mai, CEO de ASM games, comentó en mi panel que tras desarrollar un juego de cartas para beber, varios minoristas tradicionales rechazaron el producto; sin embargo, las herramientas disponibles para las pequeñas empresas en Amazon y otras plataformas en línea le permitieron lanzar el producto que ahora ha alcanzado el estatus de best seller.
Las plataformas tecnológicas son sólo un ejemplo del tipo de herramienta que ha reducido las barreras para emprendedores e innovadores. Como expresó Alfred, fue una elección utilizar la plataforma de Amazon frente a cualquier otra opción. También se puede pensar en las formas en que otros servicios –como las tiendas de aplicaciones o el contenido generado por los usuarios en las redes sociales y los sitios de reseñas– pueden ayudar a las pequeñas empresas a encontrar a sus clientes sin las barreras que habrían tenido en una época anterior.
El CES no sólo pone de relieve el dinamismo de la tecnología en el continuo auge de las nuevas empresas y los pequeños negocios, sino que también subraya que la "tecnología" no son sólo empresas de Internet como Google y Amazon, sino una amplia gama de otras industrias. Algunas de ellas son generalmente conocidas, como los autos conectados y los vehículos autónomos, pero otras industrias como la agricultura, la salud y el comercio minorista pueden recibir menos atención.
Al considerar las políticas en torno a cuestiones como la privacidad de los datos o la inteligencia artificial, estas industrias "no tecnológicas" también podrían verse afectadas y, como resultado, perder valiosas mejoras potenciales de dicha innovación o verse desalentadas de ofrecer la experiencia habilitada por la tecnología que los consumidores desean por temor a la regulación.
Por último, el CES ilustra que la innovación es a menudo nuestra mejor estrategia competitiva y que el mercado es más amplio de lo que podríamos pensar. La inteligencia artificial apareció en muchos paneles y estuvo muy presente en toda la feria, lo que pone de relieve que la innovación es a menudo nuestra mejor política de competencia. Además, la presencia de innovadores y empresas de todo el mundo muestra cómo las principales empresas tecnológicas estadounidenses no sólo compiten entre sí, sino con aspirantes de todo el mundo.
El enfoque ligero y su capacidad para responder a los consumidores es lo que ha hecho triunfar a estas empresas y ha respaldado su capacidad para seguir innovando.
Fuente: El Cato
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