El anuncio del nuevo libro de Elizabeth Gilbert, una novela histórica ambientada en Siberia, llegó a mi bandeja de entrada el 6 de junio. Titulada The snow forest, la historia gira en torno a una familia rusa que escapa de la Rusia bolchevique para vivir en aislamiento durante décadas en la remota Siberia. Gilbert es una autora con un amplio abanico literario, habiendo publicado exitosas memorias (Come, reza, ama), ficción literaria premiada (La firma de todas las cosas) y autoayuda (Libera tu magia). La combinación de la autora y el tema seguro generaría una gran expectación.
Más o menos una semana más tarde, después de que usuarios de Goodreads, enfurecidos por el hecho de que el libro está ambientado en Rusia, lanzaran un ataque coordinado en la página del libro en dicha plataforma, Gilbert retiró su novela “indefinidamente”.
Que un libro haya sido retirado debido a un ataque de reseñas negativas no es una total sorpresa. El incidente es uno más en una larga serie de “bombardeos de reseñas” en Goodreads, en los que los usuarios se amontonan con críticas negativas que se basan poco o nada en la lectura del libro.
Esto es particularmente desafortunado porque Goodreads es una plataforma que ha ayudado a los autores a llegar a audiencias más amplias e incluso ha impulsado a algunos escritores hacia un gran éxito. También ha sido un lugar donde los lectores pueden conectarse y mostrar sus listas de lectura, así como su habilidad para criticar obras (como alguien que reseña libros profesionalmente, entiendo que esto es una forma de arte en sí misma). Sin embargo, la plataforma se ha convertido en una sombra de lo que podría ser, languideciendo desde que Amazon la adquirió en 2013.
Amazon podría implementar algunas soluciones sencillas para hacer que Goodreads sea genuinamente agradable. En cambio, está perjudicando activamente a la comunidad a la que se suponía que debía beneficiar.
Goodreads fue fundado en 2007 por Otis Chandler, nieto de un expropietario de Los Angeles Times, y su esposa, Elizabeth Chandler, quien en ese momento era reportera en el mismo periódico. La plataforma permite a los usuarios hacer un seguimiento de los libros que están leyendo, así como calificarlos y dejar reseñas. La red social para libros despegó: duplicó su base de usuarios entre 2011 y 2012, y para 2013 tenía 15 millones de miembros; ese mismo año, el New York Times afirmó que era “la mayor fuente de reseñas independientes en la web”. Poco después, fue adquirida por Amazon.
Autores, editoriales y otros miembros de la comunidad literaria se opusieron a la adquisición. Algunos estaban preocupados por el hecho de que Amazon pudiera acceder a sus datos, y otros por la consolidación de la industria. Amazon ya había estado compitiendo directamente con las librerías, vendiendo libros electrónicos a precios de ganga e introduciendo una aplicación que permitía a las personas escanear códigos de barras en librerías físicas para animarlos a comprar vía electrónica a precios bajos. Ahora también se estaba adueñando de una comunidad en línea. La Authors Guild calificó la adquisición de Goodreads como un “acto verdaderamente devastador de integración vertical”. Scott Turow, autor de thrillers y en ese momento presidente del gremio, escribió en una declaración en esos momentos que Goodreads superaba a Amazon en cuanto a participación de lectores y reseñas en línea, por que Amazon la adquirió en un intento de eliminar a su competencia. Según Turow, la adquisición era un “ejemplo clásico de cómo se pueden construir los monopolios modernos de internet… Como los publicistas han sabido desde hace mucho tiempo, la clave para impulsar las ventas es controlar la información”. Los Chandler aseguraron a la comunidad de librófilos que el control de Amazon sobre Goodreads se mantendría al mínimo.
Tanto antes como después de la adquisición, Goodreads ha ayudado a que los libros tengan éxito. Los Chandler han afirmado que E.L. James, autora de Cincuenta sombras de Grey, y Colleen Hoover, autora de Amor en verso y Romper el círculo, atribuyen el éxito de sus primeros libros a Goodreads. Jordana Kulak, publicista de Penguin Young Readers, afirma que Goodreads es una parte importante del ciclo inicial de publicidad de un libro. “Es importante en cuanto a la capacidad de descubrimiento, en la misma línea que BookTok y Bookstagram”, dice, refiriéndose a las comunidades de libros en TikTok e Instagram, respectivamente. “Las calificaciones en Goodreads y otras plataformas como Amazon tienen mucho peso”. Las calificaciones, las dinámicas de regalo, las reseñas y las listas contribuyen a la capacidad de descubrimiento de un libro, añade.
Pero la plataforma también puede ser perjudicial para el éxito de un libro, como se evidencia en el caso de Gilbert, quien retiró su novela antes de que la mayoría de los revisores incluso recibieran copias previas a la publicación. “Siento que escucho más acerca de Goodreads criticando un libro o deteniendo su publicación que de un libro que tiene éxito gracias a Goodreads”, dice Tove Danovich, autora de Under the henfluence: Inside the world of backyard chickens and the people who love them. La novela para jóvenes adultos de Kosoko Jackson, A place for wolves, protagonizó el que es quizás el incidente más famoso de un libro que fue cancelado debido principalmente a la reacción negativa en Goodreads (al menos hasta el caso de la novela de Gilbert, dependiendo de lo que suceda). Otros libros, como La princesa roja de Amelie Wen Zhao, enfrentaron retrasos después de controversias que ocurrieron predominantemente en Goodreads.
Un libro que recientemente reseñé en el New York Times, Everything’s fine de Cecilia Rabess, fue objeto de ataques de reseñas en Goodreads en enero de este año, seis meses antes de su lanzamiento. Las reseñas, al igual que con el libro de Gilbert, carecen de contexto y se centran en el malentendido de que la novela es una historia de amor entre una mujer negra liberal y un hombre blanco conservador (el libro no es una historia de amor). La novela, que tiene una calificación total de 3.39 de 5 estrellas, no se ha recuperado por completo.
Estos amontonamientos no son directamente culpa de Amazon, sino más bien un comportamiento clásico de las multitudes en internet. “Alguien en TikTok tuvo un problema con el libro, y luego la gente la bombardeó con calificaciones de una estrella en Goodreads”, dice una publicista de una editorial de las “cinco grandes”, quien desea permanecer en el anonimato porque no tiene autorización para hacer declaraciones oficiales. “He visto libros que tienen una estrella en la aplicación cuando sé que el manuscrito aún no ha llegado. ¿Cómo puedes darle una calificación de una estrella a algo que definitivamente no has leído?”. Además, los bombardeos de reseñas a menudo se basan en la aparente violación de las normas de un grupo en particular, que muchos lectores pueden considerar irrelevantes a la hora de decidir si leen o no un libro. Las reseñas distorsionadas no reflejan la “calidad” del libro en sí, sino más bien su adhesión a las demandas de un público específico.
Hannah Orenstein, autora de Meant to be mine, dice: “A veces me encuentro evitando ciertas ideas porque imagino que no serían bien recibidas en Goodreads”. Ella afirma que ya no revisa el sitio, ya que no quiere atender exclusivamente a las opiniones de los críticos de Goodreads. Sin embargo, podría volverse más difícil para los autores ignorar los comentarios del sitio. La novelista Leigh Stein escribió que la rendición de Gilbert ante la avalancha de críticas de los revisores de Goodreads “establece un precedente peligroso”. Stein se preguntó qué sucederá cuando más audiencias exijan “retiradas de productos”.
La responsabilidad de moderar mejor su propia plataforma y crear normas y expectativas de los usuarios que exijan reseñas más respetuosas y relevantes recae en Goodreads y, a su vez, en Amazon. Hasta ahora, a pesar de años en los que Goodreads ha reconocido el problema, eso no ha sucedido. “Goodreads/Amazon no ha invertido en moderación de contenido”, afirma Nicholas Brody, profesor asociado de estudios de comunicación en la Universidad de Puget Sound en el estado de Washington. Existe al menos una solución sencilla que ayudaría, señaló: “Rotten Tomatoes eliminó la opción de que los fanáticos reseñen películas antes de la fecha de lanzamiento hace varios años”.
Goodreads no es el único sitio web que ha experimentado ataques de reseñas negativas. Steam, una tienda de videojuegos propiedad del desarrollador y editor de videojuegos Valve, implementó nuevas políticas de moderación en 2019. La plataforma aísla lo que llama “reseñas fuera de tema”: aquellas que la compañía considera que contienen críticas que es poco probable que afecten la felicidad de un comprador futuro después de comprar el juego, y las separa de la puntuación general del juego. Yelp, otro sitio propenso a los ataques de reseñas negativas, tiene lo que llama “alertas de actividad inusual”, en las que desactiva la capacidad de los usuarios para reseñar un negocio específico si detecta un aumento repentino en el tráfico. Noorie Malik, vicepresidenta de operaciones de usuarios en Yelp, le dijo al Wall Street Journal: “Cuando un miembro de la comunidad o un propietario de un negocio alerta a mi equipo sobre posibles problemas, revisamos cada caso, cada vez, de forma humana y real”.
En 2021, Goodreads declaró a la revista Time que estaba trabajando en una solución para mitigar los ataques de reseñas negativas. Sin embargo, cuando le pregunté a la compañía sobre los cambios que ha realizado desde entonces, Suzanne Vergara, una portavoz, no ofreció detalles específicos. “Escuchamos los comentarios de los lectores, autores y editores, e invertimos en herramientas y equipos de apoyo para mejorar nuestra capacidad de detectar rápidamente y anticiparnos a contenido y cuentas que violen nuestras normas de reseñas o comunidad“, dice. “En cuanto a los comentarios que provienen de los miembros, hemos aumentado la cantidad de formas en que los miembros pueden informarnos sobre contenido, mejorando la velocidad de respuesta”.
Fuente: Letras Libres
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