Ahora bien, nuestro mundo digital de hoy es diferente a aquel en el que crecimos y para el que fuimos alfabetizados. Por ello es necesario aprender a leer el mundo actual para poder construir dentro nuestro un andamiaje de conocimientos que nos permita sostener un aprendizaje autónomo y emitir palabras propias sobre la realidad. A su vez, nuestra propia alfabetización digital nos facultará a formar a los demás contemplando sus derechos de aprender a leer un mundo digital mediante tecnologías digitales.
Para poder leer el mundo actual, debemos partir de la alfabetización informacional que nos dará las herramientas básicas para buscar, seleccionar y evaluar la información que necesitamos. A continuación, debemos avanzar hacia alfabetizaciones más específicas al entorno digital, como la alfabetización digital y la alfabetización trasmedia, entre otras:
Alfabetización informacional
La alfabetización informacional, o information literacy en inglés, consiste en desarrollar las habilidades que nos permiten hacer un uso crítico de la información que necesitamos: “es adquirir la capacidad (…) para saber cuándo y por qué necesita información, dónde encontrarla, y cómo evaluarla, utilizarla y comunicarla de manera ética. Se considera un prerrequisito para participar eficazmente en la Sociedad de la Información y es parte de los derechos básicos de la Humanidad para un aprendizaje permanente”. (Wikipedia)
Alfabetización digital
La alfabetización digital es una evolución de la alfabetización informacional adecuándola a los contextos digitales. Es el desarrollo de habilidades que nos permiten hacer uso crítico de la información, los contenidos y los recursos digitales: “…localizar, organizar, entender, evaluar y analizar información utilizando tecnología digital. Implica tanto el conocimiento de cómo trabaja la alta tecnología de hoy día como la comprensión de cómo puede ser utilizada” (Wikipedia)
Integrando alfabetizaciones
En el ciberespacio, o el espacio digital si lo prefieren, las alfabetizaciones informacional y digital no corren paralelas sino que se entrelazan continuamente en nuestras interacciones. Por ello, es determinante que estas habilidades se desarrollen de manera integral e integradas.
Ahora bien, esa necesidad de integrar las alfabetizaciones no es asunto nuevo de este siglo XXI. En el siglo XX las demandas de alfabetizaciones se diversificaron ampliamente en la medida de la evolución de sus canales y soportes. A raíz de ello, en las escuelas a partir de los años 80 se comenzó a promover el desarrollo de competencias en las áreas de información, comunicación e interacción social. Estos alfabetismos se brindaban generalmente de manera integrada con la alfabetización audiovisual y la informacional. Nacía el concepto de múltiples alfabetizaciones o multialfabetización.
Tal es así que a finales del siglo pasado, una persona competente en información debía poder: buscar, evaluar y reconstruir la información que necesitaba (alfabetización informacional), hacer uso crítico de los medios audiovisuales (alfabetización mediática), manipular y usar adecuadamente software y hardware generalmente fuera de línea (alfabetización digital) y consumir e interpretar recursos en múltiples lenguajes y medios (alfabetización múltiple).
Ya en este siglo, en el año 2011, la UNESCO propuso integrar y ampliar la alfabetización informacional y la mediática en un conjunto denominado AMI Alfabetización Mediática e Informacional que incluía otras alfabetizaciones necesarias en la sociedad actual, persiguiendo como objetivo el análisis crítico de la información y los contenidos analógicos y digitales.
La AMI integraba: alfabetización mediática, alfabetización informacional, alfabetización en libertad de expresión, alfabetización en libertad de información, alfabetización bibliotecaria, alfabetización de noticias, alfabetización computacional, alfabetización de Internet, alfabetización digital, alfabetización cinematográfica y alfabetización en juegos.
Sin embargo, esas alfabetizaciones pronto precisaron “un ajuste”, La evolución del ciberespacio y en particular la Web social, marcó una nueva necesidad. Los usuarios que hasta ese momento solo consumían información digital, estimulados por una web más intuitiva y colaborativa empezaron a producir y compartir contenidos cada vez en mayor cantidad. Se los llamó usuarios prosumidores.
Con esta gran y arrasadora posibilidad tecnológica de producir contenido ya no resulta suficiente saber buscarlo, evaluarlo y analizarlo críticamente; de pronto se volvió necesario aprender a confeccionar y compartir contenidos propios con seguridad y eficacia. Las alfabetizaciones informacionales y mediáticas debieron dar paso a las alfabetizaciones transmedia.
El Alfabetismo transmedia en el siglo XXI
El vocablo transmedia, o narrativa transmedia, en palabras de su creador Henry Jenkins es contar una historia a través de múltiples medios y en múltiples lenguajes respetando las particularidades propias de cada medio o tecnología. Vale decir que todos los medios involucrados narran la misma historia, pero no de la misma manera, sino de acuerdo con las características de los medios y según las preferencias de la audiencia.
Por dar un ejemplo conocido por todos nosotros, la saga Harry Potter. La historia surgió en formato impreso. Al poco tiempo, sus seguidores la comentaban la historia en páginas webs, blogs y en foros. Este éxito motivó la versión fílmica de la saga. Ya con el surgimiento de las redes sociales y los dispositivos móviles multiplicaron y diversificaron aún más los canales por donde discurre la saga. Las redes sociales de música congregan a los fanáticos de sus audios. Los canales de video y los booktubers promueven la lectura de los impresos. La audiencia, con sus elecciones y acciones, es la que va marcando el camino por donde fluirá la saga.
En paralelo con la cultura transmedia surge la necesidad del alfabetismo transmedia o transmedia literacy que tiende al desarrollo de un “conjunto de habilidades, prácticas, valores, sensibilidades y estrategias de aprendizaje e intercambio desarrolladas y aplicadas en el contexto de las nuevas culturas colaborativas”. (Scolari)
El Alfabetismo Transmedia se focaliza en todo aquello que los jóvenes están haciendo con los medios, vale decir produciendo y consumiendo contenido. Con base en eso, busca desarrollar las competencias que los hará ciudadanos digitales críticos. Es importante dejar en claro que la Alfabetización Transmedia no reemplaza las anteriores, más bien las amplía para que se adapten a los nuevos entornos.
Las competencias transmedia son las requeridas actualmente en el ciberespacio y:
- Son una serie de habilidades relacionadas con la producción, el intercambio y el consumo de medios interactivos digitales.
- Comprenden desde los procesos de resolución de problemas en videojuegos hasta la producción y el intercambio de contenidos en plataformas web y redes sociales.
- La creación, producción, intercambio y consumo crítico de contenido narrativo por los adolescentes también forma parte de este universo.
- Es importante dejar en claro que no todos los jóvenes tienen las mismas competencias ni con el mismo grado de desarrollo.
Imagen: Pinterest
Fuente: Información y Tecnologías
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