jueves, 3 de mayo de 2018

Fotografiar tu comida puede alimentar a un niño durante un día

Vivimos en un sociedad digital, en la que muchas veces, antes de tomar el tenedor y el cuchillo para comer, agarramos nuestro teléfono de última generación para fotografiar la comida y compartirla en las redes sociales. ¿Pero qué pasaría si pudiéramos utilizar este nuevo hábito del siglo XXI para hacer del mundo un lugar mejor?

La aplicación Share The Meal, o Comparte tu Comida, del Programa Mundial de Alimentos está logrando esta realidad.

¨A través de la app Share the Meal se lanzan campañas que se destinan a diferentes contextos periódicamente. En este momento se está dedicando a ayudar a niños refugiados en Bangladesh de la minoría Rohingyá que huye de Myanmar y también facilita comidas escolares en Uganda. Además, contribuyen a combatir el hambre en el noreste de Nigeria donde hay miles de desplazados a consecuencia de la violencia”, nos explica Lucía Fernandez, especialista de comunicaciones del Programa.

La aplicación, que está disponible en varios idiomas, permite poner un marco a las fotos de nuestras comidas y compartirlo directamente en las redes sociales, por una donación de 40 céntimos de euro o 50 centavos de dólar, una cantidad que en nuestro cotidiano vivir nos puede parecer insignificante, o tal vez tan sólo puede contribuir a un caramelo o a completar el cambio para el autobús, pero puede poner comida en la mesa de un niño sirio o yemenita, e incluso ayudar a pequeños en América Latina que día a día no saben de dónde vendrá su próxima cena.

“Los usuarios de la aplicación Share the Meal tienen la elección de elegir dónde quieren que vaya su donación, sus 40 céntimos. Ahora mismo hay varias campañas abiertas y esas campañas se van actualizando, porque lo que hace Share The Meal es que establece unos objetivos, una vez que se alcanza la meta de financiación para dar de comer a un número determinado de niños, esa campaña se cierra y se abre otra”, cuenta Fernández.

Este año, con motivo del primer Día Mundial de la Innovación y la Creatividad, los trabajadores humanitarios del Programa Mundial de Alimentos se lanzaron a las calles de Milán a entregar monedas de 40 céntimos de euro.

“Evidentemente son monedas falsas, no existen en la realidad, pero las hemos querido crear físicamente para simbolizar esa cantidad mínima que nos cuesta dar de comer a un niño, esas monedas se han repartido a los llamados líderes de opinión en varios países europeos y también en una acción callejera en Milán, donde se las hemos entregado a peatones invitándoles a pensar que podrían hacer con apenas unos céntimos”.

¿Qué hacer con 40 céntimos de euro?

“No puedes comprar ni siquiera un pan con esto” y “realmente no sabía que podía alimentar un niño con tampoco”, fueron algunas de las reacciones más comunes de las personas al recibir sus monedas.

“La gente evidentemente al ver esas monedas se sorprende, porque son monedas que parecen reales pero no lo son y piensan bueno la verdad es que 40 céntimos de euro no dan para hacer muchas cosas, no parece que tienen mucho valor, pero sí que lo tiene y es importante poner en uso ese valor de poderle dar de comer a un niño”, expresa Lucía.

La aplicación Share the Meal lleva funcionando por alrededor de tres años y gracias a las donaciones de los cibernautas ha logrado, entre muchas otras campañas, alimentar a mil niños sirios refugiados en Jordania durante un año, a ocho mil niños en sus escuelas de Haití y ha repartido un millón de comidas en la emergencia de Sudán del Sur, donde el año pasado se declaró la hambruna.

“El Programa Mundial de Alimentos trabaja en una media de 80 países en todo el mundo, en grandes emergencias humanitarias así como en contextos de desarrollo. Estamos presentes en Siria, en Yemen, en la República del Congo, en Sudán del Sur, y en otros contextos que no son emergencia como por ejemplo en muchos países en América Latina, entre ellos en centroamérica: Guatemala, Nicaragua, Honduras. También en el Caribe como República Dominicana, o Cuba, o en sudamérica, como Ecuador, o Colombia, por poner unos ejemplos”, dice la representante del PMA.

Uganda

En Uganda, hasta un 40 % de la producción local de alimentos se pierde antes de salir de las granjas. Los insectos, roedores, humedad, moho y otros, contaminan estos alimentos que tanto trabajo cuesta obtener. Estas pérdidas posteriores a la cosecha pueden reducirse significativamente mediante el uso de contenedores herméticos.

En Karamoja, al oriente de Uganda, el PMA les proporciona estos contenedores y también alimentos a 20 escuelas, con el objetivo de lograr comidas escolares más saludables para los niños, y garantizar que cuenten con los alimentos que necesiten durante todo el año.

Bangladesh

Más de medio millón de rohinyás han huido del estado de Rakhine, al norte de Myanmar, luego de una ola de violencia a finales de agosto. Tan solo tomando lo que podían llevar, buscaron refugio y seguridad en el distrito fronterizo de Cox´s Bazar, en Bangladesh. El área se encuentra ahora llena de carpas improvisadas.

El Programa Mundial de Alimentos se encuentra en el terreno, distribuyendo galletas ricas en nutrientes y energía a los recién llegados como medida de emergencia, y luego registrando a las personas para proporcionarles arroz, aceite vegetal y lentejas durante los próximos seis meses.

Más de 800.000 personas han recibido alimentos hasta la fecha. Las madres y niños menores de 5 años, que son especialmente vulnerables a malnutrición, reciben “SuperCereal Plus”, una mezcla fortificada de trigo y soja que se utiliza en la preparación de una papilla nutritiva.

Las comidas compartidas a través de Share The Meal ayudarán al Programa Mundial de Alimentos a continuar brindando asistencia de emergencia a los refugiados rohinyás.

Noreste de Nigeria

Junto con los actuales desafíos que suponen la pobreza extrema, el subdesarrollo y el cambio climático en la región del Lago Chad, la insurgencia de Boko Haram ha llevado a una de las crisis humanitarias más agudas del mundo. Cerca de 2,6 millones de personas en el noreste de Nigeria pasan hambre y 450.000 niños sufren de malnutrición severa.

La aplicación recauda dinero para ayudar durante cien días a los niños que corren mayor riesgo.

El poder de los teléfonos móviles

“Hay veinte veces más teléfonos inteligentes que niños que pasan hambre en el mundo”, dice Lucía Fernandez, y eso demuestra cómo el poder que tienen estos dispositivos en la lucha contra el hambre es asombroso.

Share The Meal está disponible en Europa y en las Américas y se puede descargar en plataformas de IOS y Android y en varios idiomas, para que los usuarios tengan un mejor conocimiento de hacia dónde va su donación. Hasta el momento, cuenta con más de un millón de usuarios y más de 22 millones de comidas compartidas.

“Las personas tienen un gran poder en sus manos, el poder que tienen a través de su capacidad de decisión utilizando algo tan cotidiano como es el teléfono móvil o una tableta para hacer algo más que chatear con sus amigos, con apenas 40 céntimos de euro pueden contribuir a alimentar a un niño durante un día y esto es algo muy poderoso”, concluye Lucía.

Fuente: Noticias ONU

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