Las presentaciones Power Point son populares tanto entre profesores como alumnos. Es raro entrar a una clase y no ver las diapositivas proyectadas en la pizarra y es aún más raro que los estudiantes no pregunten si el profesor les va a mandar las diapositivas para facilitarles la vida a la hora de estudiar para el examen.
No obstante, pese a su popularidad, estas presentaciones no le hacen ningún favor a tu mente; de hecho, empeoran el aprendizaje. Su escasa efectividad es tal que algunos profesores incluso proponen prohibir Power Point en las universidades. Es el caso de Bent Meier, profesor de filosofía y negocios en la Escuela de Negocios de Copenhague, que ha lanzado una iniciativa para sacar las presentaciones de las aulas y volver a darle vida a las pizarras.
Meier compartió su visión en The Conversation y no se basa únicamente en su experiencia personal, sino en hechos. En vez de guiarse por las preferencias de los alumnos, un estudio analizó si este tipo de presentaciones realmente lograban mejorar el desempeño académico de los estudiantes…y quedó claro que la comodidad no siempre va acompañada de la eficacia. Pese a que estudiar de unas diapositivas es más fácil, las presentaciones PowerPoint empeoran el aprendizaje por varios motivos.
Para empezar, desincentivan el pensamiento complejo, como explican desde Business Insider. En una diapositiva todo está simplificado, representado en gráficos o enumeraciones, impidiendo que el alumno vaya más allá del entendimiento básico y el análisis queda descartado. Los famosos ‘bullet points’ (puntos de enumeración) son los que más daño hacen: el alumno tiende a quedarse con el título dándole más importancia que al desarrollo posterior en el que pueda adentrarse verbalmente el profesor.
Además, como apuntan grandes empresarios como Jeff Bezos –CEO de Amazon y hombre más rico del mundo– las presentaciones no son eficaces para retener conceptos y estimular el pensamiento porque no cuentan una historia. Nuestro cerebro es mejor reteniendo imágenes o narrativas que listas.
No obstante, su sencillez ha provocado que a los profesores que no usen esta herramienta los acusen de ser poco claros, cuando en realidad promover el pensamiento complejo es beneficioso para la mente y mejora la calidad y experiencia del aprendizaje. Así, a los alumnos les molesta no tener unos apuntes que estudiarse para después reproducir todo tal cual en el examen.
El problema también reside en que los alumnos no tienden a concebir las diapositivas como una de las muchas herramientas que pueden usar, sino como una única fuente de información. No se molestan en completarlas con los manuales y, muchas veces, no se molestarán en ir a clase si ya tienen las presentaciones en su poder.
Así, una presentación Power Point tampoco da lugar a la improvisación. El profesor rara vez irá modificando la clase atendiendo a las demandas o inquietudes de los alumnos si ya tiene la lección preparada y planeada diapositiva por diapositiva.
Al igual que en la mayoría de los ámbitos, las universidades deberían empezar a medir la eficacia de herramientas como Power Point no por la opinión de los alumnos, sino por su progreso académico para valorar la verdadera calidad de la enseñanza.
Fuente: TICbeat
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