La productividad depende de múltiples factores, entre los que se incluyen los macroeconómicos y microeconómicos, estos últimos vinculados al comportamiento de las unidades productivas. Estudios recientes señalan que una mayor inversión en innovación, en combinación con el desarrollo de actividades complementarias, como la capacitación y el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, puede contribuir a acortar las brechas de productividad que separan a los países de la región de aquellos más desarrollados.
Entre los factores microeconómicos, las decisiones de las empresas asociadas a innovación son esenciales para la productividad. La evidencia empírica muestra que la aplicación de avances tecnológicos puede conducir a un uso más efectivo de los recursos y a transformar nuevas ideas en soluciones económicas novedosas, generando nuevos espacios para trabajar y consolidando ventajas competitivas sostenibles para el país.
Si bien en el corto plazo, la productividad puede ser resultado de la influencia de diversos factores, en el largo plazo es el resultado de los esfuerzos que los países realizan en ciencia, tecnología e innovación, a partir de la creación y acumulación de capacidad endógena para generar conocimiento técnico y científico, y sobre todo, difundirlo en la economía y la sociedad en general. La ciencia, tecnología e innovación requiere de personas con alta calificación. El aporte del capital humano se puede correlacionar con el incremento de la productividad del trabajo y la mayor producción de nuevo conocimiento y el desarrollo tecnológico.
La disponibilidad de capital humano avanzado puede medirse considerando el stock de investigadores y tecnólogos competentes, por ejemplo, contabilizando a los científicos que desempeñan actividades científico-tecnológicas y que demuestran un nivel de productividad adecuado para el sostenimiento de las capacidades nacionales de generación de conocimiento endógeno. También puede analizarse el flujo o tasa de formación de nuevos investigadores y tecnólogos, a través de mediciones en el número de graduados y postgraduados en áreas relevantes de la ciencia, tecnología e innovación, así como de las becas otorgadas para estudios en centros de excelencia del exterior.
La producción del conocimiento científico, al igual que en el resto del mundo, presenta múltiples ejemplos de intervenciones para su promoción, a través de la intervención del Estado, principalmente. Estos instrumentos pueden ser: la financiación de proyectos de investigación, el apoyo directo a investigadores y el fortalecimiento de centros de investigación, consistente en la dotación de infraestructura y el fortalecimiento organizacional.
Esta es una prioridad para CAF -banco de desarrollo de América Latina-, que se materializa con el apoyo a programas de educación y formación técnica y profesional que genere capital humano suficientemente calificado para introducir innovaciones que mejoren la productividad y competitividad en los países.
Imagen: Blogthinkbig.com
Fuente: Caf
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