Este tipo de uso de la tecnología, el cual busca fomentar un proceso legislativo más abierto y participativo, se denomina CrowdLaw. CrowdLaw se refiere a diversos métodos y herramientas que permiten abrir el proceso de legislar a una variedad de conocimientos y aportes por parte del público.
La idea del CrowdLaw se encuentra aún en su infancia y, por ende, difieren sus puestas en práctica. Algunos esfuerzos son organizados por gobiernos y otros por organizaciones no gubernamentales (ONGs). Algunos se institucionalizan con mandatos legales y otros son informales. Algunos son diseñados para solicitar opinión pública, mientras que otros piden datos y conocimiento para mejorar la calidad de la legislación. Los distintos esfuerzos también toman lugar en diferentes etapas del proceso legislativo.
Pasos críticos para diseñar una iniciativa de CrowdLaw
En nuestra primera entrada de blog, nos enfocamos en cuatro recomendaciones dirigidas a mejorar la utilizad del CrowdLaw para las instituciones: (1) optimizando según las necesidades institucionales, (2) diseñando según la necesidad de información o conocimiento, (3) dotando al personal para volver la participación un producto que se pueda utilizar, y (4) diseñando para el uso. En esta entrada, nos enfocamos en recomendaciones para que las personas fomenten la participación: (1) enfocándose en incentivos, (2) ofreciendo instrucciones claras, (3) respetando la privacidad, (4) proveyendo retroalimentación, (5) aumentando los canales de participación, y (6) experimentando más. Estas recomendaciones, en conjunto, suman 10 maneras para moverse de un proceso legislativo cerrado, a uno abierto.
Centrarse en los incentivos
Pregúntate: “¿por qué debería participar un miembro del público?” y obtén la respuesta hablando con y estudiando a los usuarios potenciales. La literatura sobre el crowdsourcing indica que la percepción de significado y de justicia es esencial para la calidad de las contribuciones y la viabilidad de las plataformas de crowdsourcing. La obligación de los gestores no consiste solo en diseñar un proceso que pueda tener un impacto significativo en el gobierno, sino también en articularlo para que tenga un impacto potencial en el público, al mismo tiempo que da facilidades para que sea posible. En otras palabras, hay que conseguir que el razonamiento para animar a la participación sea explícito y “vender” las razones para participar a través de un buen diseño y una explicación clara.
En Decide Madrid, una plataforma creada por el Ayuntamiento de Madrid para fomentar la participación pública en la toma de decisiones, la sección en la que los usuarios pueden presentar propuestas es mucho más popular que la sección de debate; porque las propuestas son vinculantes y tienen el potencial de generar cambios, mientras que los debates son simplemente un motor de más debates. Una encuesta a 482 usuarios que no se registraron en Decide Madrid descubrió que para el 11% la participación era inútil y para un 27%, les faltaba tiempo, ésta fue la razón más citada para no participar. Si un individuo no se engancha rápidamente con una plataforma, será muy difícil superar estas reticencias a través de otros incentivos.
Explicar claramente cómo participar
El proceso legislativo es complejo, con muchas propuestas que nunca llegan a convertirse en ley. Por eso, una propuesta de participación pública exitosa debe explicar el proceso y lo que se pide a los participantes, incluyendo la fijación de umbrales para la acción; tales como el número de firmas que se necesitan o lo que debe contener un comentario para que se le tenga en cuenta. La literatura sobre el crowdsourcing indica que cuando al “participante medio” se le “pide que realice una labor técnica con instrucciones específicas y una clasificación detallada de la tarea, sus resultados son iguales o mejores que los de un experto”.
Por ejemplo, en los informes anuales “Help Cut Red Tape” del GovTogetherBC de la Columbia Británica, se explica claramente de qué trata la participación, cómo se tendrán en cuenta las aportaciones y cuándo participar. Los informes detallan ideas populares para modernizar el gobierno, estadísticas sobre el proceso de participación, ideas presentadas y las acciones gubernamentales emprendidas sobre el tema (Figura 1). Dicha información ayuda a los participantes a comprender en tiempo real cómo su participación se está transformando en acción por parte del gobierno. El proceso de Presupuesto Participativo de Lisboa incrementó los votos desde los 2.800 en 2008 a los 29.000 en 2012 al mejorar la presencia y la claridad del proceso, al añadir un elemento que permitía a los ciudadanos seguir el estado de implantación de las propuestas aceptadas, establecer canales de participación a través de móvil e incluso visitar la ciudad con un “Autobús del Presupuesto Participativo”.
Respetar la privacidad y autentificar a los usuarios cuando sea necesario
Aunque técnicamente es posible certificar la residencia o la identidad, se debe decidir si estos requisitos son necesarios y cuándo aplicarlos. Por ejemplo, si el objetivo es reunir las mejores ideas para resolver un problema, ¿importa de dónde vengan? Para ofrecer a las personas la oportunidad de participar en función de sus intereses, puede ser adecuada una encuesta voluntaria para recopilar información, pero no una recopilación de datos obligatoria sobre las preferencias de la gente. Como un ejemplo de escrutinio de la participación, el Ayuntamiento de Reikiavik está obligado a considerar las 12–15 propuestas más populares de la plataforma Mejor Reikiavik/Mejores Barrios cada mes, de manera que autentifican a los participantes mediante un ID electrónico o una contraseña que se entrega a través del banco digital del ciudadano para asegurarse que se trata de un-ciudadano-un voto. Como un ejemplo de una autentificación más compleja, Decide Madrid tiene un sistema en tres pasos que determina las acciones que pude realizar un miembro del público:
- Usuarios no registrados pueden consultar el contenido de la página.
- Usuarios con verificación básica — a través de los datos de residencia y un número de teléfono móvil — pueden participar en discusiones, así como crear y apoyar propuestas.
- Usuarios con verificación completa — comprobada en persona o a través de correo electrónico — pueden realizar todas estas acciones además de votar las propuestas.
Los funcionarios públicos deberán responder a las contribuciones y establecer una comunicación regular sobre los resultados. Aunque el público solo esté invitado a participar en la realización de propuestas, al final se deberá crear un mecanismo para compartir los resultados. Por ejemplo, los participantes en vTaiwan establecen una deliberación permanente entre ellos y con representantes de los ministerios implicados. Los participantes saben que, si se alcanza un consenso, el gobierno taiwanés debe adoptar la idea o proveer una explicación sobre por qué la idea no es realizable. GovTogetherBC publica los resultados de todos los procesos. Por el otro lado, el sistema Irekia del País Vasco (España) carece de un mecanismo para saber cuándo una propuesta ciudadana va a recibir una respuesta del gobierno o si se la considera aplicable, creando una ambigüedad sobre cuáles son los aspectos esenciales para que el gobierno se interese de verdad por una propuesta ciudadana.
Diversificar las oportunidades de participación y diversificar a los participantes
La investigación empírica sugiere que las oportunidades de participación pueden fracasar en el intento de atraer una participación diversa. Asegurar la participación de miembros diversos del público es una tarea muy compleja, que contempla la inversión en campañas para captar y dar voz a los que no la tienen. Especialmente llevando las noticias sobre la oportunidad de participar a donde éstas tengan un buen alcance (por ejemplo, propagandas en sitios web populares en vez de aquellos del gobierno). Un estudio de la representatividad de 186 de los participantes que contribuyeron con ideas para mejorar una ley de conducción todo terreno, descubrió que éstos eran predominantemente hombres (86%), tenían una educación formal y se encontraban entre los 35 y los 54 años (46%). También contaban con experiencia cívica previa: el 72% de los participantes habían escrito antes en algún foro online, el 41% se había puesto en contacto con un representante, y el 33% había escrito un artículo de opinión. Siendo así, las instituciones deben tomar medidas para identificar quiénes son los más afectados o más interesados en el borrador de una política o ley, y deben llegar hasta estos grupos como un paso crítico para integrar en el proceso participativo a las poblaciones relevantes y a los grupos con poca (o sin) representación.
Por ejemplo, para superar la brecha digital, los creadores de Decide Madrid establecieron “Oficinas de Atención al Ciudadano”. Estas oficinas están distribuidas por toda la ciudad y permiten que los vecinos tengan la oportunidad de expresar sus opiniones en persona, si así lo desean, además o en lugar de su participación en línea. Ahora bien, la participación en persona no es la única solución. Por el contrario, es importante aprovechar los canales de comunicación ya existentes, como lo hicieron en el caso de la campaña “Cineminutos contra la Corrupción” de la Secretaría de Función Pública de México y el Instituto Mexicano de Cinematografía en la que anunciaron la oportunidad de participar en el desarrollo de la ley anticorrupción en el cine.
Comprobar qué funciona y repetirlo
El Crowdlaw es un fenómeno nuevo, por lo que, para acelerar su adopción, se necesita más investigación, siendo imprescindible que los investigadores y los que implementan estas iniciativas colaboren para diseñar los experimentos. La investigación puede establecer experimentos para observar cómo funcionan las plataformas, quién participa y cómo. Además, se pude considerar el establecimiento de sencillos ejercicios de control mediante la división de los participantes en dos grupos a los que se presentan experiencias alternativas, comparables al test A/B. Probando maneras diferentes de explicar cómo se participa o comprobando la relevancia de la participación en momentos diferentes durante el proceso legislativo. También son muy importantes los sondeos para reunir información que ayude a mejorar la efectividad de la plataforma y del proceso participativo.
A pesar de la promesa del CrowdLaw, no es evidente que más participación pública per se produce leyes más sabias o justas. Hay un sinfín de instancias que demuestran lo contrario, incluyendo distinguidos plebiscitos recientes. En vez de mejorar la calidad de la información de la legislación, abrir los procesos de toma de decisiones puede terminar empoderando a algunos más que a otros y así, permitir una influencia indebida relacionada a intereses particulares. Mayor participación directa puede conducir a un régimen populista con consecuencias negativas para las libertades civiles. Por ello, las legislaturas tienen razón en implementar poco a poco la participación pública, ya que temen que ésta sea agobiante, en el peor de los casos, o inservible en el mejor de los casos.
Para contraponer estos riesgos and obtener los beneficios del CrowdLaw, hay una necesidad urgente de experimentación y evaluación sistemática para informar y guiar cómo las legislaturas pueden trabajar con el público para recolectar, analizar y utilizar información para actualizar los procesos de legislación al siglo XXI.
Fuente: Abierto al público
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