Las nuevas tecnologías, los avances científicos y la democratización del acceso a la información a través de Internet han reconfigurado el escenario de la democracia y la participación ciudadana, así como el orden político mundial y el de las finanzas. El miedo a la automatización, los robots o la Inteligencia Artificial está transformando el mundo del empleo, la formación y la educación. La incertidumbre, el descontento y la desconfianza abren paso al populismo en una época histórica marcada por la sensación colectiva de perplejidad.
Todos estos desafíos los analiza BBVA en el último libro de su colección OpenMind “La era de la perplejidad. Repensar el mundo que conocíamos”. Los datos marcarán el rumbo de esta nueva era y la Revolución Digital ha dejado nuestros marcos mentales obsoletos. Los agentes políticos, económicos y sociales deben responder al cambio, facilitar la transición y replantearse convicciones que hasta ahora parecían incuestionables.
Un camino sin brújula: ¿cuánto hay de cierto en la promesa digital?
¿Contribuirán las nuevas tecnologías a un mundo más próspero y sostenible?. En esta transición al mundo digital ¿podemos aspirar a erradicar la pobreza y reducir la desigualdad?. La transformación digital del sistema financiero, el papel de los nuevos medios de comunicación y el impacto del avance tecnológico en la productividad son tres elementos clave para responder a estas preguntas.
1. Finanzas, nuevos competidores y regulación
¿Qué ocurrirá en un escenario financiero hipercompetitivo, en el que muchos de los participantes (las start-ups o los grandes de internet) están acostumbrados a funcionar en un entorno de regulación absolutamente globalizado y con amplios márgenes de “libertad” fiscal?. A pesar de los retos a los que se enfrenta la economía en este proceso de reconfiguración digital, en palabras de Francisco González: fraude, ciberterrorismo y, “el más importante, por ser mucho más general, el mal uso de la propiedad intelectual y los datos de los clientes”, este se declara tecno-optimista:
“Estamos en puertas de una fase de alto crecimiento y mejora del bienestar con nuevos y mejores empleos”. Francisco González, Presidente de BBVA.
Asimismo, González subraya la necesidad de una regulación global de las actividades digitales que evite la desprotección de los datos de los usuarios o el fraude digital. En este sentido, insiste también González en su artículo en la importancia de dotar al usuario de “más derechos y control sobre sus datos” frente a proveedores digitales.
2. Medios de comunicación, democracia y “fake news”
Diana Owen, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Georgetown, analiza el papel de los nuevos medios en la comunicación política utilizando como paradigma el caso de Donald Trump, durante y después de su campaña electoral. ¿Cómo utilizan ahora los políticos los nuevos medios? ¿Cómo influye el nuevo uso de esos medios en su imagen y en las decisiones políticas de los votantes?
El fenómeno de confusión entre política y entretenimiento genera un desgaste evidente de la democracia. Para devolverle la credibilidad y la transparencia al sistema es necesario un periodismo de calidad en el que los ciudadanos puedan confiar, señala Owen. La difusión de noticias falsas o “fake news”, que según Diana Owen es un término que “todavía no tiene una definición clara”, ha influido de forma determinante no sólo en los resultados electorales, sino en la forma en la que los ciudadanos utilizan los medios sociales. El peligro, según la investigadora, es que “esta desinformación se está institucionalizando”. Las tesis de la autora, que analiza también la influencia del software automático y el potencial peligro de manipulación mediante bots en la era de la post-verdad, la desconfianza y el populismo, están en su artículo “El papel de los nuevos medios en la política”.
3. Tecnología, productividad y desigualdad
Ante la penetración de las tecnologías exponenciales en nuestro día a día y el de nuestra actividad laboral, ¿por qué no hemos notado todavía un aumento proporcional de la productividad y el poder adquisitivo derivado de la misma? “El potencial de las tecnologías digitales no se está explotando plenamente”, afirma Zia Qureshi, investigador de la Brookings Institution. La ralentización de la productividad que experimentan la mayoría de las grandes economías actualmente parece reflejar una creciente desigualdad entre las empresas punteras y el resto.
“Los beneficios de las nuevas tecnologías han sido aprovechados, en su mayor parte, por un número pequeño de grandes compañías”. Zia Qureshi.
“Para obtener mejores resultados, necesitamos políticas que revitalicen la competencia y la innovación, actualicen las capacitaciones profesionales de los trabajadores y reformen los contratos sociales”, argumenta el autor en su artículo. Las paradojas a las que se enfrenta la economía actual pueden analizarse desde diferentes posiciones frente al potencial de la tecnología: (tecnooptimistas, tecnopesimistas o tecnoadaptacionistas). Pero, en todo caso, es fundamental tomar medidas para hacer posible una transición dinámica, al ritmo de la evolución intrínsecamente cambiante de las nuevas tecnologías.
Imagen: colourbox.com
Fuente: OpenMind
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