Hoy más que en ningún otro momento de la historia, la importancia del acceso al internet se hace evidente por la necesidad de acceder a información certera e inmediata para hacer frente a los desafíos del cambio climático y tomar decisiones en la gestión de riesgos, la agricultura, la pesca, la gestión del agua, el turismo, el transporte y la salud pública. Estos sectores son medulares para el desarrollo de las poblaciones en el Gran Chaco Americano.
El Gran Chaco es una región integrada por territorios de Argentina, Bolivia y Paraguay. Es el segundo bosque más grande de Sudamérica, luego de la Amazonia. Pero, al mismo tiempo, es la región más vulnerable a las adversidades del cambio climático en América Latina, que ya está mostrando sus efectos en la erosión de suelos, en la desertificación y en los cambios en el régimen hidrológico.
Si bien las poblaciones del Gran Chaco en su mayoría están conformadas por los grupos sociales más vulnerables de la región, con los indicadores más altos de pobreza y mortalidad materno-infantil, en la actualidad ellos son los que capitalizan el conocimiento y el saber local que puede lograr una adaptación climática real y crear modelos para alcanzar el objetivo indispensable de llevar conectividad a las poblaciones rurales.
En este sentido, la Iniciativa NANUM Mujeres Conectadas, un proyecto trinacional (conformado por organizaciones públicas y privadas de Argentina, Bolivia y Paraguay) que se implementa desde finales del 2019, genera acciones y alianzas en el territorio para conectar a 5000 mujeres en toda la región que puedan acceder a los beneficios que otorga el acceso a internet.
“En el mundo actual, caracterizado por un avance tecnológico importante y acelerado al igual que los impactos negativos del cambio climático, la información es clave a la hora de tomar decisiones acertadas frente a estos impactos. Las comunidades tienen presente la urgencia de emprender acciones para mitigar el cambio climático, adaptarse a sus efectos y monitorear sus impactos en una región altamente vulnerable”, señaló Marcela Zamora, gerenta país de NANUM Mujeres Conectadas en Bolivia y responsable de conservación de la Fundación NATIVA.
Pero la conectividad no solo contribuye con la resiliencia climática de las poblaciones del Gran Chaco, por ejemplo, con la implementación de Sistemas de Alerta Temprana, sino también con el empoderamiento de las mujeres y sus organizaciones.
Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo sobre Género y Conectividad señala que la conectividad digital podría ayudar a cerrar la brecha de género en el mundo laboral, lo cual representaría un aumento del 35% del Producto Interno Bruto (PIB) en el mundo.
El proyecto NANUM hasta la fecha ha conectado a más de 170 mujeres (y sus familias) con internet domiciliaria en una región en la que hay muchas poblaciones aisladas que, en algunos casos, carecen de servicios básicos. El proyecto habilitó seis centros registrados formalmente con la capacidad de brindar un servicio de internet domiciliario a las poblaciones donde están instalados.
Según datos de Naciones Unidas, en la actualidad el 37% de la población mundial jamás ha utilizado Internet. El informe puntualiza también que las mujeres son desproporcionadamente afectadas: los hombres tienen al menos un 10 por ciento más de probabilidad de tener acceso a internet. Este porcentaje aumenta al 52% en los países en vías de desarrollo y presenta marcadas variaciones según la zona, el nivel de ingresos, la edad y otras variables, como la discapacidad.
El informe concluye que el acceso a la conectividad está directamente relacionado con el aumento de la productividad económica. De este modo, cerrar la brecha de inclusión digital evitaría que se profundicen otras brechas de género y representaría un paso más hacia la equidad de género.
Por otro lado, en el Gran Chaco más de 2600 mujeres fueron capacitadas en el uso de herramientas digitales en Argentina, Bolivia y Paraguay. Entre ellas se encuentran mujeres indígenas, con el objetivo de poner la conectividad al servicio del desarrollo local, fortaleciendo y haciendo resilientes sus sistemas productivos y sus organizaciones. Además, hay más de 180 mujeres de estas comunidades que también recibieron capacitación en administración y gestión de empresas.
Fuente: InnContext
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