Tras la adopción, el 4 de marzo, de una enmienda que contempla hasta 15 años de cárcel para los periodistas que publiquen “informaciones falsas” sobre el Ejército ruso, el futuro se funde a negro para los últimos representantes de la prensa independiente. Reporteros Sin Fronteras pide a las autoridades rusas que retiren inmediatamente esta ley liberticida.
El sábado 5 de marzo, numerosos medios extranjeros (BBC, CNN, Bloomberg News, ABC, CBS News, Canada’s CBC/Radio Canada, por citar algunos) tomaron la decisión de suspender temporalmente su difusión o sus labores informativas en Rusia. En los días sucesivos, los siguieron decenas más de medios extranjeros, movidos por el mismo motivo: la promulgación de una norma, firmada el viernes 4 por Vladimir Putin, que prevé castigar a cualquier persona rusa o extranjera con penas de hasta quince años de prisión por la difusión de “informaciones mentirosas” relativas a las fuerzas armadas rusas.
El impacto en los medios rusos independientes ha sido inmediato: el prestigioso diario de investigación Novaya Gazeta anunció el 4 de marzo que suspendía todas sus publicaciones sobre la guerra en Ucrania, explicando que la censura militar rusa había entrado “rápidamente en una nueva fase” y que el medio “no tiene derecho a poner en riesgo la libertad” de sus periodistas. La web de información económica rusa The Bell también anunció que decidía dejar de cubrir la guerra en Ucrania para proteger a sus periodistas de sanciones penales.
“Asistimos con impotencia a la condena a muerte en directo de la prensa rusa independiente”, se lamenta Jeanne Cavelier, responsable del Área de Europa del Este y Asia Central de RSF. “Con esta nueva enmienda que amenaza con importantes consecuencias penales a los periodistas en Rusia, Vladimir Putin asesta el tiro de gracia y remata a la prensa independiente rusa, ya considerablemente debilitada por la Ley de Agentes Extranjeros, promulgada a finales de 2017. Pedimos a las autoridades rusas que retiren inmediatamente esta ley liberticida”, añade.
El 3 de marzo, la radio Eco de Moscú, baluarte de la prensa audiovisual independiente en Rusia, anunció su autodisolución y suprimió su web y sus cuentas en redes sociales. Casi a la vez, la cadena de televisión Dojd también cesó sus emisiones. El mismo día, Znak anunció que suspendía sus publicaciones; The Village, el cierre de su oficina en Rusia y la radio Serebrianny Dojd eliminó de su parrilla la mayoría de sus programas, que reemplazó por música y por flashes informativos en los que se justificaba: “no podemos hablar, no queremos mentir”.
Una treintena de webs bloqueadas
Desde el inicio de la invasión de Ucrania, el gobierno ruso, a través de su órgano regulador de los medios de comunicación, Roskomnadzor -categorizado como “depredador digital de la libertad de prensa” por RSF-, no ha parado de intensificar sus ataques contra los medios independientes. Primero, recibieron la orden de utilizar solo “informaciones y datos provenientes de fuentes oficiales rusas” y de utilizar el término “operación especial” para calificar el conflicto, so pena de ser censurados.
Luego, en tan solo una semana, el Roskomnadzor ha bloqueado una treintena de webs independientes rusas y ucranianas. Los últimos bloqueos hasta la fecha afectan a la emisión en ruso de la BBC, así como a la radiotelevisión alemana Deutsche Welle; Radio Svoboda, filial rusa del medio americano Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL) y la prestigiosa web de información independiente rusa Meduza. Sobre los últimos medios independientes no bloqueados (Mediazona, Novaya Gazeta, Svobodnaya pressa, Journaliste y Lenizdat) pende la amenaza de ser bloqueados en breve. Para contrarrestar el bloqueo de los medios independientes en Rusia, RSF ha relanzado su operación #CollateralFreedom, que permite sortear la censura de las autoridades, gracias a la tecnología de “webs espejo”.
Rusia ocupa la posición número 150 de 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021 de RSF.
Imagen: El Pais
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