sábado, 22 de febrero de 2020

Hay una clarísima correlación entre conocimiento científico y ateísmo

Para el físico Alberto Clemente de la Torre no hay vuelta que dar: existe una correlación clave entre ateísmo y avance del conocimiento, y los científicos creyentes no aplican correctamente el método de la ciencia.

El profesor emérito de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UMP) es un científico militante del ateísmo, tanto que sugiere a los no creyentes tener más sexo para procrear. Ve al ateo como una persona comprometida tanto con la realidad como con la verdad y que debe inspirar con el ejemplo de vida.

Ya no publica en el European Journal of Physics, en Foundations of Physics o en el American Journal of Physics como lo hacía y, aunque ya está jubilado, todavía investiga sobre los fundamentos de la mecánica cuántica y califica como fascinante el presente y futuro de las ciencias físicas.

Luego de haber estudiado y trabajado en la Universidad de Córdoba, Universidad de Drexel (EE. UU.), en la Universidad de Cornell y en la Universidad de Heidelberg (Alemania), el Dr. de la Torre hoy dice estar retirado, pero sigue dando de qué hablar. Desde hace un tiempo dirige la cátedra “Física en perspectiva humanista” en la UMP, donde fusiona ciencia y filosofía.

Publicó decenas de artículos científicos en diferentes revistas y tiene cuatro libros: Física cuántica para filósofos, en el Fondo de Cultura Económica, Física en perspectiva humanística, Universo sin dioses y Meditaciones ateas. Llegó a la vicepresidencia de la asociación civil Ateos Mar Del Plata.

Ciencia del Sur habló unos minutos con él para tratar sobre la no creencia entre la comunidad científica.

-¿En qué está trabajando actualmente? ¿Sigue investigando y asesorando a estudiantes?

Hace ya un par de años que estoy jubilado de la universidad y del CONICET, pero uno no se jubila de una pasión y sigo haciendo lo mismo, pero con menor intensidad.

Sigo investigando en los fundamentos de la mecánica cuántica y en física general, pero me preocupo menos en publicar esas investigaciones. También hago docencia con un curso de posgrado de Física en Perspectiva Humanística. Ya no dirijo estudiantes pero sí participo como jurado de tesis doctorales.

-Varias décadas después de enseñar e investigar ciencias físicas, ¿cuál puede decir que es el principal aporte o legado que deja?

Esto no es fácil de evaluar. Con media centena de publicaciones científicas he contribuido a fertilizar el estrato de la ciencia. Algunas de estas publicaciones han tenido un impacto significativo y otras no, pero creo que lo relevante es haber participado en mantener viva la base sociológica científica.

Además de la producción científica hay dos aspectos que valoro: uno es la formación de científicos que actualmente tienen muy buen desempeño a nivel internacional y el otro es haber contribuido a la divulgación de la física en ámbitos intelectuales humanísticos y en el público en general.

En general, puedo aplicar al ámbito académico-científico y en mi caso personal aquella acertada idea de Karl Marx: “De cada cual según sus capacidades y a cada cual según sus necesidades”. Yo le he dado a la universidad, al país, y a la comunidad científica internacional lo que he podido, y he recibido de ellos todo lo necesario para mi desarrollo profesional.

Creo que todos los que se quejan de no tener los medios para avanzar en realidad están escondiendo su incapacidad.

-¿Cómo evalúa este momento de la historia para la física en general y para la física cuántica y de ondas gravitacionales en particular?

Es un momento fascinante. Haber podido observar las ondas gravitacionales predichas por la teoría de la relatividad general de Einstein hace un siglo es un tour de force espectacular. Por otro lado, la ontología sugerida por la teoría de campos cuánticos, donde la realidad es vista como una permanente creación y aniquilación de partículas virtuales, brinda una maravillosa imagen de la existencia con amplio soporte empírico.

Sin duda, el futuro de la física promete más sorpresas cuando se unifiquen estas dos grandes teorías científicas. Los que predecían el “fin de la historia” eran realmente miopes culturales.

-En países teocráticos, el ateísmo no sólo está penalizado, se castiga con la pena de muerte en algunos casos. ¿Muere gente a consecuencia de su filosofía atea en nuestra era?

Existen pocos casos aislados, pero lo más preocupante es que se sigue matando en nombre de Dios. No debemos olvidar que la guerra entre Israel y el mundo árabe, las guerras entre sunitas y chiitas, los ataques terroristas en Europa y Estados Unidos son todas manifestaciones de guerras de religión que tienen su base ideológica en las diferentes Sagradas Escrituras (Biblia, Torá, Corán).

La combinación de religión con el poder poder político y militar es letal y mientras ésta exista no habrá paz en el mundo.

-¿Sufrieron los ateos por ser ateos en los últimos siglos? Algunos autores creyentes sostienen que los librepensadores más perguidos eran cristianos o creyentes.

No creo que sea así, pero toda persecución por motivos ideológicos es una aberración, ya sea por ser creyente o ateo. El dato cuantitativo de saber si son más los ateos perseguidos que los creyentes es, para mí, irrelevante.

-En el siglo XXI, en muchos países existen democracias donde se respeta la libertad de culto o credo. ¿Se respeta a los ateos en nuestras sociedades? ¿Es importante que los ateos se hagan visibles?

Muchas legislaciones contienen la libertad de culto en forma explícita pero ignoran la libertad de no-culto. Los ateos son generalmente ignorados en encuestas y formularios.

En Argentina, los ateos representan la segunda minoría después de los católicos y son mucho más numerosos que los protestantes, testigos de Jehová, judíos, etc. Sin embargo, estos grupos religiosos tienen mucha mayor presencia.

Por eso es importante que los ateos nos movilicemos, para obtener el lugar que nos corresponde en la sociedad.

-¿Qué realmente significa ateísmo?

Ser ateo es más que simplemente negar la existencia de Dios: no solo es una opción ontológica que analiza la existencia de las cosas. También propone una ética humanista no basada en el miedo ni el castigo.

En lo epistemológico el ateísmo enfrenta las verdades reveladas de la religión con aquéllas fundadas de la ciencia. En lo vivencial busca la felicidad, el bien y la justicia en este mundo, porque no hay otro.

Resumiendo: ser ateo es un compromiso con la realidad, con el bien, con la verdad y con la felicidad.

-Algunos ateos se declaran agnósticos públicamente para ahorrarse argumentos y posibles presiones. ¿Cómo ve esta postura?

La opción agnóstica de negar el juicio basada en la imposibilidad de demostrar con rigor absoluto la existencia o inexistencia de Dios (o de cualquier cosa) sería la más racional si hubiese igualdad de pruebas a favor y en contra de la existencia de Dios.

Esto no es así: las pruebas de la existencia de Dios son ínfimas (y falaces) mientras que hay infinidad de pruebas de su inexistencia. La opción más racional es el ateísmo, no el agnosticismo.

-¿Es verdad que hay una tendencia hacia el ateísmo en ciertos grupos sociales? Digamos, ¿son los científicos más proclives al ateísmo o no necesariamente? ¿Qué dice de los científicos que son muy creyentes? ¿Tienen disonancia cognitiva u otra cosa?

Hay una clarísima correlación entre el conocimiento científico y el ateísmo. Una encuesta hecha en la National Science Foundation de USA demuestra que más del 90 % de los “top scientists” no son religiosos (entre los biólogos, superó el 95 %). El mismo resultado se encontró en la Royal Society de Londres.

En una encuesta realizada en Argentina (por el equipo de Fortunato Mallimaci) se ve que el ateísmo aumenta junto con el nivel educativo. Si existen algunos científicos que creen en Dios es porque no aplican el método científico al caso en cuestión. Son semicientíficos.

-En un estudio de la Universidad de Malasia y otra de Estados Unidos se encontró evidencia del bajo índice de natalidad de los ateos comparados proporcionalmente con grupos de cristianos y otros religiosos. Los no creyentes procrean menos, por lo que habría una tendencia a la disminución de ateos. ¿Qué opina al respecto?

Posiblemente se encuentre lo mismo comparando científicos, intelectuales, pensadores y filósofos con ignorantes. Lo ́único que se me ocurre es decir a los ateos que cojan más: una nueva y agradable militancia.

-¿Qué problemas o desafíos enfrentan, a su modo de ver, hoy, los ateos alrededor del mundo?

El mayor problema es la frustración que se encuentra en la lucha contra los prejuicios, contra la soberbia del ignorante, contra la irracionalidad y contra la estupidez. Frente a esa frustración, el ateo no debe abandonar nunca su racionalidad y resaltar sus valores éticos. Lo mejor que podemos hacer es presentarnos como ejemplos de ética, de tolerancia, de simpatía, de alegría de vivir, de pensamiento crítico.

En fin, ser buenas personas. Eso puede convencer más que mil argumentos correctos.

Imagen: La Mente es Maravillosa

Fuente: Ciencia del Sur

3 comentarios:

  1. Hay una abismal diferencia en este post, como Cristiano no promulgo la "Religion" ni la "Ciencia" simplemente tengo una "relacion personal entre Dios y mi persona", yo no describo e eso como "Religion" ni como "Ciencia.

    Decir "existe una correlación clave entre ateísmo y avance del conocimiento" es como decir existe el "mal". esto es solo un comentario mio, no soy cientifico ni mucho menos profesor pero entiendo mucho de temas controversiales. por favor leer el articulo debajo....

    ¿Existe el mal?

    El profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta. ¿Dios creó todo lo que existe? Un estudiante respondió valientemente: "¡Sí, lo hizo!"

    “¿Dios creó todo? El profesor preguntó.

    "Sí señor", respondió el estudiante.

    El profesor respondió: "Si Dios creó todo, entonces Dios creó el mal ya que el mal existe, y de acuerdo con el principio de que nuestras obras definen quiénes somos, entonces Dios es malo". El estudiante se quedó callado ante tal respuesta. El profesor estaba bastante satisfecho consigo mismo y se jactaba ante los estudiantes de que había demostrado una vez más que la fe cristiana era un mito.

    Otro estudiante levantó la mano y dijo: "¿Puedo hacerle una pregunta, profesor?"

    "Por supuesto", respondió el profesor.

    El estudiante se levantó y preguntó: "Profesor, ¿existe el frío?"

    “¿Qué tipo de pregunta es esta? Por supuesto que existe. ¿Nunca has tenido frío? Los estudiantes se rieron ante la pregunta del joven.

    El joven respondió: “De hecho señor, el frío no existe. Según las leyes de la física, lo que consideramos frío es en realidad la ausencia de calor. Cada cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, y el calor es lo que hace que un cuerpo o materia tenga o transmita energía. El cero absoluto (-460 grados F) es la ausencia total de calor; toda la materia se vuelve inerte e incapaz de reaccionar a esa temperatura. El frío no existe. Hemos creado esta palabra para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor ".

    El estudiante continuó: "Profesor, ¿existe la oscuridad?"

    El profesor respondió: "Por supuesto que sí".

    El estudiante respondió: "Una vez más, está equivocado señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad la ausencia de luz. Podemos estudiar la luz, pero no la oscuridad. De hecho, podemos usar el prisma de Newton para romper la luz blanca en muchos colores y estudiar las diferentes longitudes de onda de cada color. No puedes medir la oscuridad. Un simple rayo de luz puede penetrar en un mundo de oscuridad e iluminarlo. ¿Cómo puedes saber qué tan oscuro es cierto espacio? Mides la cantidad de luz presente. ¿No es esto correcto? Oscuridad es un término utilizado por el hombre para describir lo que sucede cuando no hay luz presente ”.

    Finalmente, el joven le preguntó al profesor: "Señor, ¿existe el mal?"

    Ahora incierto, el profesor respondió: “Por supuesto, como ya he dicho. Lo vemos todos los días. Está en el ejemplo diario de la inhumanidad del hombre hacia el hombre. Está en la multitud del crimen y la violencia en todo el mundo. Estas manifestaciones no son más que maldad ”.

    A esto, el estudiante respondió: “El mal no existe, señor, o al menos no existe en sí mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios. Es como la oscuridad y el frío, una palabra que el hombre ha creado para describir la ausencia de Dios. Dios no creó el mal. El mal no es como la fe o el amor que existen al igual que la luz y el calor. El mal es el resultado de lo que sucede cuando el hombre no tiene el amor de Dios presente en su corazón. Es como el frío que viene cuando no hay calor o la oscuridad que viene cuando no hay luz ".

    El profesor se sentó.

    El nombre del joven: Albert Einstein.

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  2. Todo el razonamiento anterior parte de una premisa falsa, la existencia de Dios.

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  3. Súper interesante, pero creo que en el tema divino puede aplicar el mismo principio que en cualquier ciencia empírica: la ausencia de pruebas no es prueba de ausencia (o inexistencia). ;-)

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