Como cada año desde 2004, se acaba de publicar el Informe Horizon donde se analizan las tendencias, desafíos y desarrollos tecnológicos relacionados con la enseñanza-aprendizaje en la Educación Superior. El análisis ha sido elaborado por Educase, una asociación sin ánimo de lucro cuyo propósito es aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías a la Educación Superior y estar preparados para su constante evolución.
De Educase forman parte 100.000 profesionales de la educación de 45 países. Por lo que se puede considerar la comunidad más grande de este tipo. En su informe de 2019 han participado 95 expertos, y en él se ofrece una visión de lo que está ocurriendo en el ámbito de la innovación educativa gracias a las TIC y qué se prevé que suceda a corto, medio y largo plazo.
En este sentido el estudio apunta a que serán seis las tecnologías que marquen la evolución de la Educación Superior en los próximos años. Algunas de ellas lo harán en un plazo inferior a un año, como es el caso del aprendizaje móvil y el uso de tecnologías analíticas; otras, como la realidad mixta y la inteligencia artificial, prolongarán su tiempo de adopción hasta los 2 o 3 años; mientras que los asistentes virtuales y el blockchain deberán esperar algo más: de 4 a 5 años.
Aprendizaje móvil y tecnologías analíticas
Ambos desarrollos ya están presentes en el sector educativo. Son muchos los estudiantes y profesores que actualmente confían en sus dispositivos móviles como herramientas útiles de su proceso de enseñanza-aprendizaje. Y no sólo centrados en el uso de aplicaciones móviles, también como medio para acceder a contenidos en cualquier momento y lugar, y como un recurso con el que acceder a otro tipo de experiencias en las que está presente el uso de realidad aumentada, realidad virtual y realidad mixta.
En cuanto a las tecnologías de análisis, el ‘Informe Horizon 2019’ las considera clave para una mejor gestión de las instituciones educativas en su toma de decisiones. Más allá de la información sobre las calificaciones y comportamiento de los alumnos, las capacidades analíticas ayudan a interpretar esos datos para sacarles provecho, tanto para transformar la institución como para mejorar las experiencias del alumnado y profesorado.
Realidad mixta e inteligencia artificial
Según el informe elaborado por Educase, ambas tecnologías empezarán a usarse de forma normalizada en tres años como mucho. La primera, la realidad mixta, mezcla el mundo físico y real con objetos virtuales e interactivos. Gracias a ella los usuarios acceden a simulaciones que les ayudan a aproximarse mejor a situaciones reales dentro de su proceso de aprendizaje y experimentarlas en primera persona. Un ejemplo claro y muy gráfico de sus posibilidades es la utilización de hologramas en 3D.
Las previsiones señalan a la inteligencia artificial (IA) como uno de los desarrollos que se adoptaran a medio plazo en la Educación Superior. Gracias a ella se espera que en todos los sectores las personas se descarguen de las tareas más repetitivas y monótonas, de las que se harán cargo las máquinas, para centrarse en actividades más creativas, algo que en el ámbito educativo es fundamental. Aunque ya se han puesto en marcha algunas iniciativas, los autores del informe llaman la atención sobre la necesidad de que se aclaren algunas cuestiones éticas que rodean a estos desarrollos. Una vez superadas, se espera que su aplicación crezca de manera significativa.
Blockchain y asistentes virtuales
Los desarrollos que más tardarán en llegar al sector educativo son el blockchain y los asistentes virtuales. Se estima que su llegada no será antes de cinco años. En cuanto a la primera –cuya traducción al castellano es ‘cadena de bloques’– a día de hoy el sector educativo está estudiando la forma de adoptarla para usarla en gestiones como contratos inteligentes o verificación de identidad. Para entender sus posibles aplicaciones, hay que aclarar que la tecnología blockchain se desarrolló a la par que las criptomonedas: con las cadenas de bloques se certifica que las transacciones que se realizan son fiables y auténticas, y así evitar intermediarios.
En cuanto a los asistentes virtuales, aunque su desarrollo se prevé a largo plazo, los últimos avances son positivos. Siri, Alexa, Bixby o Google Assistant son ejemplo de ello y ya están disponibles en teléfonos móviles, tabletas, ordenadores y altavoces para el hogar. A través de comandos de voz se dan instrucciones para realizar tareas sencillas y algunas más complejas. Los autores del ‘Informe Horizon 2019’ ven claro su potencial pero, como ocurría con la IA, hay cuestiones que hay que solucionar antes. En este caso las relacionadas con la fragilidad de la privacidad y la seguridad como consecuencia de una escucha activa de estos asistentes.
Fuente: Educacion 3.0
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