Tener inteligencia emocional cada vez gana más importancia en el mundo empresarial, siendo clave para una mejor resolución de conflictos, un liderazgo más eficaz y, en general, para tener relaciones más sanas en el mundo laboral.
No obstante, pese a su vital importancia, en el colegio no imparten ninguna asignatura en la que nos enseñen a desarrollar nuestra inteligencia emocional. Es algo que debemos aprender por nosotros mismos a medida que avanzamos en nuestra carrera profesional.
Afortunadamente, podemos encontrar diversos recursos para desarrollar esta faceta y caer mejor a los demás. Entre ellos encontramos un estudio de Harvard en el que revelan la verdadera clave para tener más inteligencia emocional y mejorar nuestras relaciones personales y profesionales – y es sorprendentemente sencillo.
Consiste en hacer preguntas a los demás. Cuando mostramos interés por el resto y prestamos atención a lo que tienen que decir mostramos mayor empatía, ayudándonos a conectar mejor con los mismos. Además, una mayor disposición a escuchar nos ayuda a aprender y adquirir ideas con los que tal vez no habrías dado sin la otra persona.
Pero, ¿basta con lanzar preguntas a punta pala? No, según el estudio hay un tipo de preguntas especialmente útiles para fortalecer relaciones: las de seguimiento. Son el tipo de preguntas que buscan ampliar información, demostrando verdadero interés en lo que está contando la otra persona y además manteniendo su atención en la conversación.
Es especialmente conveniente que este tipo de preguntas sean abiertas, deja que sea la otra persona la que decida qué contestar, no intentes guiar la conversación para que te digan lo que quieres oír. Así, dale siempre tiempo al receptor para meditar su respuesta y no te agobies intentando llenar los silencios vacíos.
Pero posiblemente lo más revelador del estudio es que el orden en el que hagas las preguntas importa –y varía según el objetivo que tengas. Por ejemplo, si lo que quieres es desarrollar una relación con otra persona, debes empezar por las preguntas más básicas hasta llegar a las más íntimas. En cambio, si tu intención simplemente es obtener información conviene más empezar por las preguntas más difíciles ya que el resto parecerán más sencillas y menos invasivas.
Otra estrategia para lograr que las preguntas jueguen a tu favor es hacerlas siempre en un tono casual y relajado, ya que te ganarás la confianza de la otra persona mucho más rápido.
Sin embargo, no solo es importante preguntar, también has de compartir. Es crucial que la otra persona sienta que tú también te estás abriendo a ellos, no que están siendo sometidos a examen como si de una entrevista de trabajo se tratara.
Dominar el arte de hacer preguntas es el primer paso para convertirte en una persona con una alta inteligencia emocional.
Fuente: TicBeat
No hay comentarios.:
Publicar un comentario