Reducir las desigualdades entre hombres y mujeres en la producción y el uso de la tecnología es una necesidad para el desarrollo económico y social de los países. ¿Por qué? Por ejemplo, el acceso a la información y al conocimiento por parte de todos los miembros de una comunidad permite tomar mejores decisiones e incluso desarrollar soluciones para los problemas que aquejan a las personas. Imagine cómo la oferta de servicios financieros en línea puede ayudar a sortear dificultades como el gasto de tiempo y dinero que en zonas rurales apartadas implica llegar a una oficina bancaria. Para eso, por supuesto, es necesario primero que haya acceso a internet, para lo cual el Gobierno y el sector privado tienen la mayor responsabilidad.
¿Cómo aportar al objetivo? De cara a las consumidoras, es fundamental enseñar o mostrar los beneficios de la digitalización como los del ejemplo anterior. De cara a las productoras de tecnología, como las ingenieras, parte de la clave está en buscar ambientes laborales amigables y flexibles para aquellas que son madres, de manera que su maternidad no riña con la posibilidad de aportar su talento. Así lo cree Rachel Samrén, vicepresidenta de relaciones exteriores y miembro del comité ejecutivo de Millicom, una de las empresas de telecomunicaciones más grandes del mundo y cuya presencia está enfocada en mercados emergentes, como África y América Latina.
Samrén estuvo de visita en el país, para formar parte del Mobile 360, un encuentro organizado por el gremio global de empresas de comunicaciones móviles, la GSMA. Luego del evento habló sobre el tema en el que se ha especializado: la participación de las mujeres en el sector de la tecnología.
- ¿Cómo se manifiesta la brecha de género tanto en la producción como en el consumo de la tecnología?
Primero, creo que es claro para todos que hay una brecha. No creo que eso siga siendo un asunto de debate. En un panel durante el Mobile 360, la moderadora preguntó a la audiencia si creía que hay una brecha entre los hombres y mujeres que trabajan en tecnología y diría que el 99 % del salón levantó la mano. Se puede ver en las compañías, en las posiciones gerenciales, así como en la cantidad de mujeres que son empresarias.
Esto no es una cuestión exclusiva de Colombia, sino que ocurre alrededor del mundo. En Estados Unidos, STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) es el campo más dominado por los hombres. Menos del 15 % de la fuerza laboral en ingeniería es femenina. También es claro que tratar de cerrar esa brecha trae enormes beneficios no sólo para las compañías, sino para la sociedad en general. No hay duda de que las compañías que tienen recursos humanos diversos, no sólo en cuanto a género sino en general, tienen mejores resultados, algo que ha sido probado en muchas investigaciones.
De otro lado, en Millicom, 50 % de nuestra base de clientes potenciales son mujeres, y estudios muestran que ellas son quienes toman la mayoría de las decisiones del hogar, por ejemplo, cuándo los niños deberían obtener su primer celular, o cuándo la familia debería tener TV por cable, etc. Las mujeres toman mejores decisiones cuando están tecnológica y financieramente incluidas, y eso beneficia a la familia, la economía y al desarrollo social como un todo.
- ¿Por qué cree que existe la brecha en la producción de tecnología?
Es algo que empieza desde la educación. Menos mujeres históricamente han aplicado a programas (académicos) relacionados, han sido menos motivadas a hacerlo y, por lo tanto, también hay menos modelos femeninos para seguir. También tiene que ver con los estereotipos, influenciados por percepciones o por la mentalidad cultural. Esto es: de las mujeres se ha esperado que, claro, tengan una carrera, pero también que cuiden de la familia, y la ingeniería puede demandar mucho tiempo. En eso, el empleador tiene que crear un ambiente en el que, una vez las mujeres hayan cursado la carrera y aplicado a la compañía, encuentren suficiente flexibilidad para que puedan tener control sobre lo que esperan como profesionales, pero también en la esfera privada.
Es necesario tener una conversación sobre cómo trazar un camino que permita esa flexibilidad. Tenemos (las compañías) que saber sus problemas o necesidades que les dificulta la decisión de quedarse en la empresa, porque no son las mismas en todas las compañías. Tenemos muchas mujeres aplicando y entrando a trabajar, pero las perdemos cuando llegan a un nivel sénior y deciden empezar sus familias. La pregunta es cuáles son esas pequeñas cosas que pueden hacer una diferencia: por ejemplo, salas de lactancia en las oficinas para que las mujeres puedan volver al trabajo y también cuidar de sus hijos de la forma que desean.
Tener flexibilidad en términos de horarios: no poner reuniones a las 7 de la noche, porque no funciona y no es necesario. Nosotros (Millicom) aún tenemos mucho por hacer, pues no tenemos un 50 % y 50 % en las posiciones sénior en América Latina, pero hemos logrado avanzar del 24 % al 31 %.
- ¿Y las brechas como consumidoras de tecnologías responden a las mismas razones?
Es una combinación de todo: estereotipos, falta de conocimiento… Si hay algo que nunca has visto en tu vida y no sabes para qué te sirve, no lo vas a usar. Por eso pasamos mucho tiempo tratando de educar en la utilidad de la conectividad, qué puede hacer por las mujeres, por ejemplo, permitir la educación en línea o crear billeteras digitales que ayuden en la inclusión financiera, estimular el emprendimiento.
Hay muchos tipos de barreras, desde el lenguaje cuando aún hay población que no sabe leer o escribir. También es necesario conectar las escuelas y entrenar a los educadores, que muchas veces se están conectando al tiempo que los niños. En los adultos hay mucha inseguridad porque no conocen, ven riesgos. Por eso también ayudamos a entrenarlos para que sepan enseñar a los niños a navegar de forma segura. Lo último que queremos es que las mujeres no quieran que sus hijos aprendan a usar internet porque le tienen miedo o no saben qué significa para sus hijos.
- El gremio de operadores móviles en Colombia hizo una encuesta que revela que la gente relaciona la navegación más con la vida social que con lo que le puede aportar a su productividad o a los pagos y los trámites en línea. ¿Qué papel pueden tener los gobiernos, la academia y las empresas para que los ciudadanos aprovechen el potencial de la conectividad?
Las redes sociales son populares en cualquier parte del mundo. Los gobiernos, los privados y las ONG pueden desempeñar un papel muy importante mostrando los beneficios para el desarrollo social y económico. Nadie puede hacer eso solo. También es una cuestión de qué tanto el gobierno pone sus servicios en línea. Conforme vaya poniendo su oferta en internet, mayor demanda empezará a llegar. El gobierno direcciona la digitalización de un país, de la economía y los privados deben soportar eso.
- Usted hablaba del beneficio de tener diversidad en las compañías. ¿Por qué es beneficioso?
La diversidad es una forma de incluir diferentes perspectivas en la toma de decisiones, lo cual al final del día se traducirá en mejores decisiones y, por tanto, en mejores resultados. Nosotros hacemos productos para todo el mundo, no exclusivos para un género o un color de piel. La idea es reflejar (en la fuerza laboral) quiénes son nuestros clientes. Si la gente en el trabajo se siente como en casa, donde no importa quiénes son, y como parte de un equipo que hace algo con un significado, se sentirán más felices de estar ahí y eso se refleja en los resultados de la compañía.
Fuente: americaeconomia.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario