El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2017/8, Rendir cuentas en el ámbito de la educación: Cumplir nuestros compromisos, cumple su mandato de seguir el progreso de los países hacia la consecución del objetivo mundial de educación, pero también se centra en el tema de la rendición de cuentas en la educación. ¿Por qué elegimos escribir sobre la rendición de cuentas este año? A continuación, presentamos algunas de las preguntas más frecuentes sobre el Informe de este año.
¿Por qué importa la rendición de cuentas?
A pesar de notables avances en le educación, existen desafíos significativos para alcanzar el objetivo mundial de educación, el ODS 4: en África subsahariana, los niños no pueden leer después de varios años de escolarización; en China, la presión por los exámenes está contribuyendo a las brechas de género; en Alemania, se está siendo cuestionado el enfoque excesivo que pone la educación en la empleabilidad; en Pakistán, la descentralización plantea desafíos para las escuelas rurales insuficientemente financiadas; en Paraguay, las universidades privadas de baja calidad están proliferando; los niños refugiados tienen limitadas oportunidades educativas, especialmente aquellos que huyen de la guerra en la República Árabe Siria.
Ante los desafíos educativos, el público quiere saber quién es el responsable y los decisores políticos buscan soluciones urgentes. Una mayor rendición de cuentas a menudo encabeza la lista. Cuando los sistemas fallan, las personas piden que se haga responsable a alguien y que se establezcan mecanismos que garanticen acción correctiva.
¿Qué es la rendición de cuentas? ¿a quiénes implica?
La rendición de cuentas es un proceso, cuyo objetivo es ayudar a los actores a cumplir sus responsabilidades y alcanzar sus objetivos. Las personas o instituciones están obligadas, sobre la base de una justificación legal, política, social o moral, a dar cuenta de cómo cumplieron con responsabilidades claramente definidas.
Pero alcanzar el ODS 4 suele ser una empresa colectiva. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de buena calidad requiere que todos los actores hagan un esfuerzo concertado para cumplir con sus responsabilidades.
La rendición de cuentas, por lo tanto, no es empresa fácil para los actores individuales. Por ejemplo, las escuelas pueden ser responsables de proporcionar ambientes de aprendizaje que apoyen a los alumnos, pero para cumplir con ello dependen de que los gobiernos proporcionen recursos, los maestros respeten las normas profesionales y los estudiantes se comporten de manera adecuada.
Cada vez más, sin embargo, se pide que se responsabilice a las personas por resultados que escapan a su control. Las personas no pueden ser responsables de un resultado que también depende de las acciones de otros.
¿Qué apariencia tiene un sistema de rendición de cuentas efectivo?
Todos tienen un papel que desempeñar en las mejoras educativas. Los movimientos estudiantiles a menudo han influido en las políticas sobre la educación equitativa y asequible. Los medios juegan un papel clave en la investigación de irregularidades y en informar sobre la corrupción. El apoyo de la sociedad civil puede ser crucial.
Pero la rendición de cuentas empieza con los gobiernos. En última instancia, son los principales responsables del derecho a la educación.
Un plan de educación creíble es la base de la rendición de cuentas. Debe tener metas y líneas de responsabilidad claras y asignar recursos a través de presupuestos transparentes que puedan ser rastreados y consultados.
Los procesos en torno a las políticas deben estar abiertos a consultas amplias y significativas. En Brasil, alrededor de 3,5 millones de personas participaron en la consulta sobre el plan nacional de educación.
La transparencia de la información es vital para que la rendición de cuentas funcione. Alrededor de la mitad de los países han producido un informe nacional de seguimiento de la educación que analiza el progreso relacionado con su plan y presupuesto nacional de educación desde 2010, aunque solo uno de cada seis lo ha hecho anualmente.
Los controles y equilibrios independientes ayudan a los gobiernos a rendir cuentas. De 1982 a 2011, las oficinas de defensores/mediadores del pueblo (ombudsman) en América Latina ayudaron a aumentar el acceso a la educación, a pesar de no tener un poder de sanción. En las Filipinas, voluntarios supervisaron hasta un 85% de los 7.000 puntos de entrega de libros de texto, lo que ayudó a reducir los costos en dos tercios y el tiempo de adquisición a la mitad.
Los canales legales y reglamentarios para la rendición de cuentas son la columna vertebral de un estado que funciona bien. En Kenia, el Consejo de Educación cerró escuelas privadas que no cumplían con los estándares. Pero los estándares deben establecerse a un nivel compatible con los recursos humanos o materiales disponibles para que los países no se sobrecarguen con regulaciones que son ignoradas en la práctica.
¿Los mecanismos de rendición de cuentas siempre funcionan?
Hay poca evidencia de que la rendición de cuentas basada en el desempeño, cuando le da más importancia a los resultados que a los insumos y se basa en criterios estrechos, mejore los sistemas educativos. Los incentivos a menudo se han limitado a castigos para forzar el cumplimiento o modificar el comportamiento. Un enfoque de la rendición de cuentas centrado en la culpa se asocia con consecuencias indeseables. Las recompensas, como el salario de maestros relacionado con el rendimiento, han tenido efectos perjudiciales: la colaboración entre pares se deteriora, el currículo se vuelve más estrecho, se enfatiza la enseñanza centrada en los exámenes.
Un enfoque basado en el mercado crea una presión competitiva que margina a las escuelas y los padres desfavorecidos. Si bien los vales dirigidos han ayudado a superar las limitaciones en algunos países, en otros casos las escuelas simplemente han aumentado sus tarifas. Los enfoques de elección de escuelas han socavado los esfuerzos por desarrollar una educación inclusiva, equitativa y de alta calidad, lo que resulta en una mayor segregación. La información es la base de un mercado, pero a menudo no está disponible e, incluso si es accesible, puede no ser utilizable: el 72% de los padres en Kenia informaron que no sabían cómo utilizar los datos sobre el aprendizaje de los estudiantes.
Muchos enfoques de la rendición de cuentas, a menudo financiados externamente, no han sido diseñados de manera sostenible. Los sistemas que dependen de un gobierno que responde a las demandas de los donantes enfrentan dificultades cuando desaparece el financiamiento.
¿Qué se necesita para que funcione la rendición de cuentas?
Los recursos adecuados, la capacidad y un compromiso real son esenciales. Los gobiernos deberían gastar al menos el 4% del PIB en la educación, o asignar el 15% del gasto gubernamental total. Pero uno de cada cuatro países no alcanza estos referentes.
El apoyo de los donantes es necesario en los países más pobres. En 2015, solo 6 de los 28 países de OCDE-CAD cumplieron su compromiso de destinar el 0,7% del ingreso nacional a la ayuda. La previsibilidad de la ayuda, al menos a corto plazo, disminuyó ligeramente entre 2010 y 2015. Los donantes deberían tener cuidado al poner a disposición la ayuda a través de mecanismos basados en resultados que desplazan el riesgo a países que están poco preparados para asumirlo.
Datos transparentes y relevantes sobre las fortalezas y debilidades de los sistemas educativos deberían estar disponibles. Pero los países deben ser juiciosos en cuanto a qué datos recopilan y cómo los usan, teniendo en cuenta los costos involucrados y las habilidades necesarias para interpretar, analizar y actuar sobre dichos datos para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Muchos países de bajos y medianos ingresos no pueden pagarlos. Más de la mitad de los docentes en el Reino Unido argumentaron que una mayor recopilación de datos creó más trabajo innecesario.
El desarrollo de la capacidad es esencial. Los actores necesitan las habilidades para cumplir con sus responsabilidades. Los gobiernos deben asegurarse de que los evaluadores de docentes cuenten con la capacitación adecuada para reconocer una buena enseñanza y proporcionar retroalimentación constructiva. En Nueva Delhi, India, los inspectores escolares tienen la tarea de inspeccionar más de 50 escuelas anualmente. Los sindicatos de docentes que tengan el objetivo de fortalecer el profesionalismo deben desarrollar las habilidades de aquellos a quienes se les ha confiado el seguimiento de los mecanismos internos de rendición de cuentas.
Los países deben participar activamente y asegurar el seguimiento del trabajo de las organizaciones internacionales. Existe un vacío de rendición de cuentas con respecto al papel de las organizaciones internacionales y su responsabilidad en la consecución de los objetivos internacionales. Esto se debe a los múltiples roles y agendas que compiten entre sí. Pero los países también deben estar dispuestos a rendir cuentas: el concepto de “rendición de cuentas” brilla por su ausencia en el documento fundacional de los ODS que fue desarrollado por los gobiernos.
Fuente: Blog de educacion mundial
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